Usa tu viejo router ADSL para ampliar el WiFi del de Fibra Óptica

Es la batalla que muchos tienen diariamente, sobre todo aquellos con casas de ciertas dimensiones. Se trata de conseguir que el WiFi nos llegue a todos los rincones de ellas sin problemas, cosa que no es del todo fácil en ocasiones.

Sin embargo, sí que puede hacerse de forma gratuita si tenemos algo de maña y cuando nos vienen a poner la Fibra Óptica no guardamos o tiramos el viejo router ADSL al que todavía le podemos dar una segunda vida. Y es que estos aparatos puede que no estén listos para ofrecernos 30 o 300 Mbps simétricos como las nuevas conexiones, pero si que pueden ayudarnos a que los disfrutemos en todos los rincones de la casa.

Transformando el router ADSL en un punto de acceso WiFi

Hemos dicho que sería gratis, pero no es del todo cierto. Y es que si queremos aprovechar bien la conexión de Fibra Óptica y no saturar el WiFi de la casa, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que este punto de acceso que vamos a crear tiene que estar conectado al router principal mediante una conexión por cable. Esto es que, o bien, tiramos cable Ethernet a un punto concreto de la casa, o aprovechamos un pack de PLC que por unos 20 euros (los que no tienen WiFi) nos puede conectar dos enchufes en la casa y transmitir por ellos la señal de Internet.

Ampliar

Sea de una forma o de otra, el primer paso está claro y es llevar la conexión de cable Ethernet conectada en una punta en el router de Fibra Óptica y en el otro, al viejo router ADSL. Esto es la forma de que se consigua una velocidad optima, pero también podemos hacerlo de forma inalámbrica. Para ello habría que configurar el router en "modo puente" o "Bridge" y, es bastante más complicado que hacerlo por cable.

Ahora nos hará falta un segundo cable Ethernet y dejar el router, de momento, sin conexión al principal. Con éste nos conectarmos desde un ordenador al router ADSL que queremos configurar. Para ello ponemos en el navegador la IP del router, que será 192.168.1.1 o 192.168.1.2. Cambiamos el nombre y la contraseña y configuramos también el nombre del punto de acceso WiFi y su contraseña. Toca ahora probar si nos podemos conectar, lo intentamos y volvemos a poner la IP del router, si podemos entrar, todo va bien de momento.

Ahora es cuando tenemos que buscar, sin conectar todavía el cable Ethernet al de Fibra Óptica, la configuración del servidor DHCP. Habría que desahbilitarlo y guardar los cambios. Con este cambio, ya sólo nos quedaría conectar el cable Ethernet principal y disfrutar de este nuevo punto de acceso con toda la velocidad que puede dar la Fibra Óptica - o al menos, la que nos permita el estándar WiFi (b, g, n o ac) que tiene este punto de acceso -.