Furi
- PlataformaPC7.5PS47.5XBONSW7
- GéneroAcción
- DesarrolladorThe Game Bakers
- Lanzamiento05/07/2016 (PC, PS4)11/01/2018 (NSW)
- TextoEspañol
- VocesFrancés, Inglés
- EditorThe Game Bakers
Furi - Análisis
Furi es un homenaje al shoot’em up clásico, un reconocimiento al bullet hell y un juego de combates cuerpo a cuerpo uno contra uno. Todo ello acompañado de una banda sonora espectacular y un diseño gráfico carismático.
Cuando terminas Furi y los créditos jugables están acabando, en la sección de agradecimientos aparecen diversos creativos japoneses, como Hideo Kojima, Shinji Mikami o Hideki Kamiya, así como tres estudios nipones: Platinum Games, Grasshopper Manufactures y Treasure Co. Indudablemente son las referencias del estudio, The Game Bakers, a la hora de planificar este juego.
Furi es un shoot’em up. Uno que se parece a los clásicos de los 80 y mediados de los 90, con vista cenital, y también a esos bullet hells que parece que poco a poco están volviendo a la popularidad, si es que alguna vez la tuvieron fuera del nicho de los hardcores del shooter donde nacieron. También es un juego de combate uno contra uno, en tercera persona, en el que con nuestro enigmático espadachín protagonista debemos bloquear ataques, esquivar y golpear en el momento justo. A todo ello hay que añadirle una dificultad endiablada, satisfactoria y frustrante a partes iguales. ¿Cómo hace Furi para dar forma a todo esto?
Encarnamos a un espadachín, similar a un samurai, que ha sido encerrado en un cárcel, y parece que lleva ahí mucho tiempo, siendo torturado y separado del mundo exterior por algún motivo que desconocemos. Pero alguien nos ayuda a escapar, aunque para salir de la prisión en la que estamos atrapados debemos ir acabando con una serie de jefes finales, los únicos enemigos del juego, cada cual con sus mecánicas, su breve historia y su personalidad; sus historias están desarrolladas de modo similar a las de los jefes de los No More Heroes, aunque con algunos puntos más de ambigüedad.
Los jefes, como en todo juego que intente respetar la tradición japonesa del shoot’em up, tienen varias fases con distintos comportamientos, movimientos y ataques. Así, en una primera fase quizá se trate de un bullet hell en la que ir esquivando bolas de energía u ondas que llenan toda la pantalla mientras intentamos arañar un poco la barra de vida del enemigo, mientras que otra fase se trata de un combate cuerpo a cuerpo donde debemos coordinar nuestros movimientos perfectamente. Constantemente cambiamos de registro, pasando de esquivar balas y disparar a enfrentarnos cara a cara. Como elemento principal del juego, la mayoría de jefes están cuidados pero da la sensación de que, o bien por falta de tiempo o de ideas, no todos tienen el mismo esfuerzo en crear nuevas mecánicas y diferenciarlos del resto.
Nuestras herramientas para salir victoriosos de los combates son un disparo automático que usamos y dirigimos con el stick derecho del pad (como en Geometry Wars), un disparo cargado, dos tipos de golpes cuerpo a cuerpo (normal y cargado) y la mecánica que dota de más complejidad a Furi: el teletransporte. Pulsando X nos teletransportamos unos metros hacia el lugar donde dirigimos el joystick, permitiéndonos esquivar oleadas de balas o ponernos detrás del enemigo tras un ataque físico para contraatacar por la espalda.
En definitiva, todo se basa en atacar, esquivar y disparar, pero haciéndolo con cabeza y repitiendo una y otra vez la fase debido a la alta dificultad, que en ocasiones puede ser frustrante e injusta, y en otras altamente satisfactoria por la sensación de haber aprendido jugando tras acabar un enfrentamiento. Es algo que puede no gustar a todo el mundo, y en lo que desde The Game Backers han pensado, por lo que han incluido un modo Paseo en el que los jefes son más blandos, tienen menos fases y nosotros tenemos más vidas. Y, aun así, probando algunos combates en este modo hemos muerto contra algún jefe determinado.
Hablando de paseos, Furi también los tiene, literalmente. Entre combate y combate recorremos el mundo donde nos tienen presos, donde lo único que debemos hacer es caminar y escuchar los monólogos del tipo que nos rescató, que nos da pistas sobre dónde estamos y quiénes somos, pero siempre con sentencias ambiguas, pretenciosas en ocasiones. No es una mala idea per se el añadir tintes de walking simulator a un título de estas características. El problema es que estos fragmentos del juego quieren ser más de lo que son, y algunas secciones son demasiado largas. Eso sí, son preciosas artísticamente. El juego de cámaras para mostrarnos los particulares parajes del juego en diversas perspectivas es efectivo, pero también muestra las carencias gráficas del juego.
Algunos de los juegos realizados con el motor Unity han tenido problemas de framerate, de físicas y de otro tipo al meterlos en una consola, y Furi, lástima, no es una excepción. Aunque no ocurre en los combates, en estos paseos las bajadas de frames hacen su aparición frecuentemente, y se nota el típico efecto de que el personaje no está completamente integrado por el mundo, sino que, más bien, parece flotar a ras del suelo. Dejando esto a un lado, en los combates todo transcurre sin mayor problema, sin importar los miles de balas moviéndose en todas direcciones en el escenario.
Sin embargo, donde destaca es en su particular apartado artístico, de sombras pronunciadas (ya habíamos mencionado a No More Heroes, ¿verdad?) y colores llamativos. Para más inri, el diseño de los jefes es, en general, muy bueno, y no es de extrañar viniendo de quien viene. Takashi Okazaki, el creador de Afro Samurai, pone su talento al servicio del estudio indie. Y no es la única ayuda de renombre con la que han contado.
A los acostumbrados a escuchar música electrónica, sintetizadores a raudales y melodías ochenteras os deberían sonar nombres como Carpenter Brut, Danger o Waveshaper. Grupos que ponen su música a un juego al que le encaja como un guante, pues rememora también esos años que pasábamos esquivando balas frente a algún mueble de recreativo escuchando el chiptune que nos proponía el juego de marras.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.