Horizon: Zero Dawn, Impresiones E3

Horizon es, sin lugar a dudas, la gran apuesta de Sony para este E3 y un título en el que hay depositadas grandes esperanzas que van más allá de lo comercial. Hablando con Shuhei Yoshida, le preguntamos sobre el proceso interno por el que un estudio como Guerrilla puede cambiar de rumbo tan radicalmente como para intentar crear un ARPG de gran escala, cuando su especialización es un FPS; el presidente de los estudios mundiales de Sony nos explicó que el proceso comienza con un equipo pequeño dentro del estudio en cuestión, tratando de crear algo diferente y pasando un complejo proceso de varias capas hasta que puede llegar a convertirse en un título principal en el que empezar a poner los vastos recursos que requieren un AAA hoy en día. De forma característicamente simple y empática, Yoshida afirmó que los estudios “se aburren de hacer siempre lo mismo” y por lo tanto, es bueno que hagan algo fuera de su esfera de conocimiento.

No vamos a quejarnos de esa filosofía. Sólo en cuanto a concepto, Horizon ya despierta la curiosidad . Ya el año pasado nos impresionó su presentación, especialmente por esa visión de máquinas-dinosaurios, con una excelente animación y un gran diseño que lo convertía automáticamente en un soplo de aire fresco -no se puede negar que la idea es radicalmente nueva como escenario de videojuego-. En esta ocasión, hemos tenido más oportunidad de conocer más sobre el mundo y las mecánicas de combate que sostendrán la gran aventura de la protagonista, Aloy, en su búsqueda de respuestas sobre el mundo que habita.

Según sus responsables, el mundo de Horizon es post-post-apocalíptico. Algo pasó, hace tanto tiempo que se considera historia antigua, pero que transformó por completo el papel del hombre sobre la tierra. Las máquinas conquistaron la tierra, la naturaleza salvaje reconquistó su lugar y la humanidad quedó diezmada, involucionando a un estado tribal que concibe su vida como una prueba de supervivencia constante. La humanidad hace tiempo que aceptó su nuevo rol, haciéndose relativamente fuerte en lugares en donde las máquinas no tienen demasiada actividad, cazando máquinas y animales para sobrevivir y aceptando su destino, que ponen en manos de una deidad llamada “la diosa”. Pero para la protagonista, Aloy, esto no es suficiente ni mucho menos. Su propio pasado es una incógnita, llegando a su poblado actual como una forastera que creció rodeada de preguntas que nadie podía contestar. Eso, y su buen manejo con los arcos, forjaron una personalidad curiosa y atrevida que la lleva a querer algo más que lo conocido.

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La demo que pudimos ver en la presentación era exactamente la misma que vimos en la conferencia de Sony, con todos sus detalles. Ciertamente uno de los más llamativos es la habilidad de Override, que nos permite modificar las máquinas para que nos ayuden o incluso se conviertan en nuestras monturas, un aspecto que nos hizo enamorarnos más de la ambientación -ver a Aloy montada en una especie de gran ciervo mecánico, recorriendo rápidamente los bellos paisajes, da para imagen icónica del juego-. Preguntados por esa habilidad, los miembros de Guerrilla nos confirmaron que su potencia estaba ligada al nivel de nuestra protagonista, y que su alcance  se extendía a la mayoría de máquinas que podemos ver, con algunas excepciones. No podemos montar en cualquier máquina, pero sí podemos hacer que criaturas antes agresivas se pongan de nuestro lado.

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En la demo también pudimos ver unos retazos de la economía y el sistema de recolección y manufactura. Las “monedas” de este mundo son los trozos de metal que extraemos de las máquinas abatidas, que además tienen la doble función de ser material básico para crear todo tipo de componentes, como puntas de flecha y otras piezas que podremos comprar o crear. Además, el mundo está repleto de plantas y componentes, así como animales que cazar, lo que dará para recolectar una buena cantidad de piezas. Crear munición y medicinas serán dos de las funciones principales que podremos ejecutar, pero hay una amplia variedad de armas y utensilios que podremos crear una vez que tengamos el conocimiento para ello.

En el arsenal de Aloy encontramos un arco capaz de lanzar varios tipos de flechas, y un lanza proyectiles capaz de hacer lo propio, aunque con efectos explosivos capaces de crear daño de área. Cada tipo nos permite conseguir distintos efectos, como los eléctricos, que pueden dejar temporalmente KO a las máquinas si conseguimos conectar varios ataques. También están las minas, que pueden causar un gran daño si conseguimos hacerlas estallar al paso de los enemigos. Pero otros utensilios tienen efectos no tan ofensivos, como un artilugio que nos permite atar a un enemigo al suelo temporalmente, lo que nos lo deja más fácil para un golpe crítico a cuerpo a cuerpo o un Override. 

En general, el combate se antoja ágil, rápido y atractivo, que es otro de los motivos de las buenas sensaciones del juego. Se nos permite encarar el combate usando distintas tácticas, desde la aproximación silenciosa a la de la fuerza bruta, pasando por cosas como usar las monturas y nuestra habilidad para atacar desde ellas para ganar la velocidad y maniobrabilidad con las que burlar a los enemigos mientras damos vueltas a su alrededor. Tuvimos la ocasión de controlar un rato a Aloy en un entorno preparado específicamente para poder probar el combate y podemos decir que el control nos dejó satisfechos gracias a la maniobrabilidad y la intensidad de los ataques de las máquinas.

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Del mundo, desde Guerrilla no nos quisieron dar demasiados detalles, pero hablaron de que sería muy grande y muy variado, con diferentes entornos más allá de los bosques que hemos visto hasta ahora. Se trata de un mundo abierto y expansivo, con mucho que hacer, incluyendo oportunidades de exploración y misiones secundarias. Lo que sí pudimos comprobar de primera mano es la enorme belleza de este mundo, con algunos paisajes realmente fantásticos en detalle, con una gran luz ambiental, coronados por la presencia de gigantescas máquinas que avanzaban ajenas a nuestra presencia. Ciertamente, parece que el estudio holandés volverá a hacer gala de su gran conocimiento técnico para sacar todo el partido posible a PS4.

Con las expectativas en todo lo alto, habrá que esperar hasta el 1 de marzo del año que viene para ver si esta visión tan prometedora se materializa en un gran juego, pese a que estaba planeado para el 2016. Dudas van a haber hasta el final, dada la falta de experiencias del equipo en el género, pero la evolución del juego en un año es más que evidente y la demostración de este año ha sido tan brillante como convincente. Si el retraso sirve lograr un juego tan ambicioso como pulido, si la amplitud de este mundo se equipara con la calidad de la historia, y si el combate con Aloy se mantiene tan interesante y variado como hemos visto, podemos estar ante un título de muchísima entidad.

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