Pikachu, el Moflete Eléctrico de la Ley

Con su ambientación y estilo cercanos a la animación americana, y sus protagonistas (un niño humano tímido pero valiente y un Pikachu pasado de rosca) más propios de una serie de Disney Channel, Detective Pikachu es un producto realmente atípico, muy alejada de lo visto hasta ahora en la franquicia Pokémon, tanto en juegos como animación. La historia comienza cuando, el hijo de un detective privado en paradero desconocido, se encuentra por casualidad con el Pikachu de su padre, un Pokémon pasado de rosca que se cree y se comporta como si fuera un decadente detective privado; y ambos descubren con sorpresa que Tim (y solo él) es capaz de entenderle en vez de oír Pikapí. Juntos se embarcan en una investigación para descubrir qué y quién está detrás de la desaparición de su padre/Entrenador.

La mecánica de juego es muy sencilla y recuerda a tantos otros juegos de detectives, como L.A. Noire, pero rebajada para hacerla lo más accesibles a los más peques: Las cinemáticas plantean una situación y nuestros protagonistas deben recopilar los testimonios de todos los testigos (Tim los humanos y Pikachu los Pokémon), así como observar todos los detalles en busca de pistas que corroboren o refuten esos testimonios, hasta que Pikachu dé con la clave. De estas averiguaciones surgirán nuevas preguntas, hasta conseguir los materiales suficientes para que Pikachu haga sus deducciones finales. Estas se presentan al jugador como un minijuego en el que Pikachu pregunta a Tim sobre lo investigado. Puede ser que se nos pida seleccionar una respuesta o colocar uno o varios paneles en un mapa.

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En cualquier caso, puesto que Pikachu ya sabe la conclusión y solo quiere demostrarnos que es el más listo, el juego no nos pone ninguna traba a fallar cuanto queramos hasta llegar a la deducción correcta. En ese sentido jugar no supone más reto que el de no tardar demasiado en pasar estas deducciones, o en dar con la persona u objeto que nos dé la pista requerida para avanzar. En ningún caso hay el riesgo de ver un Game Over.

Tampoco lo hay entre momentos de investigación, en los que el juego se comporta como una curiosa película de animación con momentos de QTE, que también podemos fallar sin miedo, y que en ningún momento comportan gran dificultad. Se dividen en dos tipos: pulsar A en el momento adecuado o pulsar A repetidamente (aunque sin prisa, casa pulsación se acumula) para que ocurra algo.

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Como buen juego de Pokémon, buena parte de las situaciones y conversaciones son en realidad una excusa para conocer más a fondo acerca de distintas especies de Pokémon y sus características físicas y psíquicas. Además, las especies con que interactuemos (así como las personas) se almacenarán en un remedo de Pokédex donde podemos consultarlas posteriormente. La música del juego (con sus silencios también) no destaca, pero ambienta correctamente las distintas situaciones. Aunque si algo llama la atención en el apartado sonoro es que las voces de los Pokémon no son los típicos sonidos de los juegos, sino las voces de la serie de animación.

Los gráficos cumplen más que sobradamente, si bien se valen del pequeño tamaño de las distintas zonas (se carga una nueva “habitación” cada pocos pasos y la cámara siempre muestra una vista lateral de las zonas que evita acercarse a los elementos), y de la ausencia de efecto 3D, si bien esto es bastante coherente con el público infantil al que va dirigido.

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En definitiva, Detective Pikachu: el nacimiento de un nuevo dúo es un juego muy recomendable para los peques de la casa, que encontrarán una forma divertida y curiosa de conocer explorando a los distintos Pokémon y adentrase en el mundo de la franquicia, con un juego sencillo y una presentación cinematográfica que les mantendrá pegados a la pantalla. Los fans de Pokémon pueden disfrutar con algunos detalles como las estupendas recreaciones 3D de las distintas especies y algunos momentos curiosos totalmente alejados del canon de la franquicia.