The Legend of Zelda: Tri Force Heroes, Impresiones

Cuando una compañía anuncia un spin-off  de una de sus sagas de videojuegos predilecta pueden pasar dos cosas. Una, que los jugadores se dejen llevar por la enorme expectación que supone recorrer esos otros mundos de la saga; otra, que la decepción sea tamaña porque por diferentes razones el juego no tenga mucho sentido. Ultimamente Nintendo conoce estas dos posibles reacciones de su comunidad. La primera se produjo con Hyrule Warriors, la entrega alternativa de The Legend of Zelda diseñada por el equipo de Dynasty Warriors con bastante éxito. La segunda llegó con Metroid Prime: Federation Force, juego que ha vivido una oleada de críticas enorme. Nos enfrentamos al lanzamiento próximo de The Legend of Zelda: Tri Force Heroes, el segundo capítulo alternativo de la saga, que por suerte para todos parece formar parte del primer grupo.

La pasada semana pudimos participar en una sesión cooperativa de este título en las oficinas de Nintendo para conocer, junto a dos héroes más, cómo funciona la acción cooperativa que plantea Nintendo en este nuevo capítulo. The Legend of Zelda: Tri Force Heroes es un videojuego para ser jugado con dos amigos y por ello brinda opciones para que así sea. Basta tener un solo cartucho para usar el "modo descarga" y que tus dos colegas se unan a la partida en la misma red local. También pudes conectarte a Internet y buscar aliados para superar las misiones. En nuestro caso, usamos tres New Nintendo 3DS conectadas en la misma red, cada una con el juego instalado. Hechas las presentaciones del planteamiento técnico, comenzamos la partida llegando al mundo de Harapìa, una cómica reinterpretación de la épica tradicional de la saga.

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Sobre el terreno llegamos a una pequeña ciudad que actúa como lobby y donde tenemos varios emplazamientos claves como la tienda de trajes. Nuestro objetivo es completar misiones recolectando materiales que nos permitan ir desbloqueando disfraces para el héroe, que puede romper cánones estéticos de la franquicia vistiéndose, por ejemplo, de la Princesa Zelda o de Animadora. Cada traje tiene su propia habilidad para mejorar nuestro personaje durante la partida (más velocidad, más resistencia, más fuerza, etc.), por lo que tener uno u otro traje va más allá del mero chiste estético de ver a Link con falda y pompones. En total dispondremos de más de veinte disfraces para desbloquear gracias a las artes de una modista rechoncha, risueña y gritona que marcará los cánones de belleza. 

La Princesa sí que tiene presencia el juego, pero como sucede con Link, no es una Zelda al uso, sino una excusa para que sigas haciendo misiones. Tu objetivo final es conseguir que se pueda quitar un vestido horroroso en la que ha quedado atrapada tras sufrir el encanto de una bruja, pero eso es lo de menos. Lo que importa en Tri Force Heroes es echarse unas risas mientras juegas con amigos y amigas. A partir de aquí, seleccionados a la zona superior de la ciudad, donde encontramos el cuartel de selección de misiones, que están divididas en ocho mundos basados en entornos tradicionales de la saga (bosque, lava, etc.) y partidas en diferentes pantallas incluyendo jefes y puzles. La cooperación entre los tres héroes es cien por cien requerida para superar las misiones.

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Aquí es donde entran en juego elementos como la formación de tótems, que consiste en formar una columna aupando a tus colegas para acceder a zonas altas y disparar enemigos alzados. El diseño de niveles visto en el primer mundo es inteligente y requiere que el grupo preste atención a los escenarios tanto a la hora de resolver puzles como en los enfrentamientos contra los enemigos. Un ejemplo: para abrir una de las puertas debíamos disparar flechas a tres torres, cada una colocada en una altura diferente, por lo que primero disparamos a ras de sueldo, después creamos una torre de dos personajes y finalmente lanzamos la flecha con un tótem formado por tres. Importante apuntar que el inventario no es tradicional, sino que comienzas la fase con la espada y seleccionas el objeto secundario nada más entrar al escenario a repartir entre tres, lo que incentiva la cooperación.

Así, dos héroes pueden portar arcos y el tercer llevar las bombras, de manera que cooperen entre sí para supera los puzles. Lo mismo sucede con los jefes de nivel, que pueden desarrollar sus ataques en diferenes alturas para que tengamos que formar tótems. La comunicación entre los jugadores es vital para que la partida sea fluida, algo que cuando jugamos en la misma habitación es toda una experiencia a viva voz, pero que pierde fuelle en el online al no incluir chat por voz. Nintendo trata de solucionar este problema a su manera: con emoticonos con caras de Link que sirven para dar órdenes (avanzar, formar tótem, disparar, correr, etc.) y se mandan usando la pantalla táctil de la consola. 

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The Legend of Zelda: Tri Force Heroes es un videojuego para jugar en compañía, no para ser consumido de forma individual. A pesar de que se ha incorporado un modo para un solo jugador en el que controlas a los otros dos personajes intercalándolos, no es una experiencia demasiado satisfactoria al no existir inteligencia artificial amiga. Básicamente, te quedas con dos gólems que no se mueven hasta que no tomas el control de su cuerpo. Puede que este modo probado durante más tiempo termine teniendo su aquel -ya lo veremos en el análisis-, pero la primera impresión que transmite es que el título pierde toda su esencia si no se juega en compañía, y dadas las opciones que ofrece para tener siempre con quien jugar (ya sea en local, con o sin cartucho, o por Internet), casi que querer jugarlo solo es una ofensa para el propio videojuego.

Las primeras impresiones con The Legend of Zelda: Tri Force Heroes son realmente buenas. Es un spin-off de la saga de Nintendo, sí, pero resulta muy divertido, es exigente con el jugador y usa el humor como su principal arma para atraer a los jugadores. Este título está pensando por y para ser jugado en compañía, especialmente con amigos conocidos. La cantidad de horas que se podrán invertir en el juego dada su aparente rejugabilidad nos hacen pensar -a falta de entrar en profundidad- que estamos ante uno de los juegos multijugador con más salero de todo el catálogo de Nintendo 3DS. No es el primer juego de la saga que nos invita a jugar en compañía, pero sí el que mejor lo hace al adaptarse a los nuevos tiempos. Cuando llegue a las tiendas el próximo 23 de octubre saldremos de dudas sobre si esta buena sensación se prolonga durante todo el juego.