Kingdom Come: Deliverance, Impresiones Gamescom 2015

Tras un juegazo como The Witcher 3: Wild Hunt, parece que en el rol de acción ambientado en el medievo norteuropeo ya está casi todo dicho, no hay cabida para un producto mejor. Sin embargo, el estudio Warhorse sabe perfectamente que hay otros enfoques y posibilidades que CDProjekt no ha explorado con su obra. De ahí que Kingdom Come: Deliverance siga llamando tanto la atención de todo el mundo en esta etapa final del desarrollo desde que se puso en marcha la producción tras superar con creces su Kickstarter. Este para muchos desconocido gran bastión ha estado en Gamescom 2015, enseñando a la prensa de todo el mundo su nuevo logo y por qué hay que seguir esperándolo como agua e mayo, con lanzamiento previsto en algún momento de 2016 en PC, PlayStation 4 y Xbox One.

Solo para la nueva generación, no es para menos, el CryEngine utilizado para mover el título alcanza unos límites gráficos que harían explotar a PS3 y Xbox 360. Las tierras de la región de Bohemia, basadas en los paisajes húngaros del siglo XV, alcanzan unas distancias de dibujado, nivel de detalles, frondosidad rural o iluminación potentísima que solo las nuevas máquinas podrán con semejante mastodonte. Es impresionante, desde el agua y sus efectos en un arroyo que serpentea entre un precioso bosque hasta los efectos de destello en las realistas armaduras de las decenas de soldados que se enfrentan en una batalla multitudinaria. Éste es un mundo precioso y virgen, pero también un mundo en guerra civil donde un nuevo monarca cegado por la ambición y el poder va a ponernos todo realmente cuesta arriba.

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Hablamos de Wenceslas, el nuevo rey de Bohemia tras la muerte de su antecesor. El corte absolutamente realista de este Action RPG en primera persona nos aleja de la magia, la hechicería o las criaturas mitológicas. Aquí nos encontramos dentro de una historia basada en acontecimientos de la época, donde las peleas se resuelven como entonces y donde las preocupaciones de los que nos darán encargos para seguir adelante con la trama central y con las secundarias son totalmente creíbles. Además, las decisiones que tomemos tendrán siempre consecuencias, "más aún que en otros juegos del género recientes", nos explica su director en clara alusión a The Witcher 3. Warhorse también es un estudio del norte de Europa, checo, y en Kingdom Come: Deliverance hay inevitables reminiscencias a la última aventura de Geralt. No pasa nada, son juegos diferentes.

Y lo son, para empezar, por el sistema de combate interesantísimo que se ha impuesto en este Kingdom Come. Al ser rol en primera persona, las claves de la batalla armada con espadas, lanzas y arcos más contundentes que cortantes son el golpeo en cualquier parte del cuerpo descubierta y el bloqueo o cobertura para no recibir daños del adversario. Todo el combate, como en la realidad, se basa en esto y en la stamina, que se agota con cada golpe y con cada bloqueo, y que va directamente unida de forma proporcional a la barra de salud. Lo que hace que cuando estemos heridos y a medida que avanza la pelea sea más complicado asestar más ataques.

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Con el stick y con el gatillo derecho se ejecutan los espadazos o apunta con el arco, lo que nos deja libertad para elegir zona donde queremos intentar acertar. Todo esto muy rápido y fluido, sin dejar de ser un juego de acción, reacción y espera de oportunidad como Skyrim, pero con una profundidad genial que le consigue ese siempre deseado "easy to learm, hard to master". Los enemigos más difíciles, los jefes finales, realmente exigen saber jugarlo, y las sensaciones mando en mano son gloriosas, es muy satisfactorio y eficaz, muy preciso. No obstante, queda claro que aún hay pequeños matices por pulir aquí, como algunas animaciones algo toscas o el nivel del bloqueo, muy útil y del que hemos abusado en esta demo. Se está miando ya, nos comentaba uno de los responsables.

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Habrá batallas multitudinarias, de gran escala, ya las hemos visto, con dos ejércitos abarrotados cruzando sus espadas. Es alucinante cómo se consigue mantener el ritmo de espadazos cruzados en estos momentos y cómo funcionan las animaciones tan humanizadas, así como la sangre en las armaduras y espadas o las tácticas que intentará poner en práctica la IA rival para crear un buen desafío. También en animaciones hay que destacar a Horsy, el caballo del protagonista, puesto en marcha mediante largas sesiones de motion capture con un caballo real para conseguir que hasta el último cabello o herradura se le mueva en su versión digital como es debido. Las tomas de castillos acompañados de ejércitos enteros son otra parte fundamental del juego, aún no detallada del todo pero que tenemos ganas de probar.

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Que detrás de esta superproducción espectacular haya gente especializada en mundos abiertos que trabajó en ArmA, Mafia, Crysis 3 o Forza Horizon nos hzi a muchos llegar a la cita con especiales ganas de saber más del open world. Bohemia empezará teniendo 16 kilómetros cuadrados reales, con áreas de todo tipo, desde bosques o praderas hasta cañones y montes. Aldeas y ciudades, además de castillos típicos de época, capturados mediante sesiones de fotografías por todo el norte de Europa. Ciclos día-noche naturales y habitantes que hacen sus vidas o que usan un sistema de comercio variable basado en la plata, la materia prima por excelencia de estas tierras. Todo esto ayuda a dar marco a una historia no lineal donde el destino de este imperio queda en manos solo del jugador y sus elecciones o forma de moverse dentro de este ecosistema vivo.

La música, excelente y muy sugerente, o los menús son otros componentes que teníamos ganas de conocer casi todos los asistentes al hands on. Y, de nuevo, vemos muy buenas ideas funcionando como un perfecto reloj suizo para conseguir un juego tan distinto como sofisticado y agradable. El inventario y casillas de equipo funcionan de forma entrelazada, por lo que tendremos que mirar bien qué recoger y llevar o qué soltar, así como medir qué ropas le ponemos a nuestro personaje para que vaya más cómodo en movilidad, más protegido o mejor preparado para la exploración. Warhorse está preparando una auténtica epopeya del género que va a tocar otros palos a los que nos han acostumbrado los grandes estudios, pero que nos regalará un videojuego que parece que va a ser igual de memorable que aquellos. Mucha atención a Kingdom Come: Deliverance y su majestuosa escala.