Life is Strange Episodio 4: Dark Room

Si algo debemos reconocerle a Dontnod con su Life is Strange es que nos ha hecho enamorarnos de Max y Chloe, sentir de verdad el peso de nuestras propias decisiones junto a unos personajes inesperadamente realistas –otra cosa son los añadidos sobrenaturales, como la habilidad de Max. Y a la hora de cerrar cada capítulo, el estudio galo siempre ha querido arriesgarse y salir de esa zona de confort en la que otras desarrolladoras se refugian, regalándonos climax tan impactantes y espectaculares como los vividos en los episodios 2 y 3.

Hablar sobre el cuarto episodio  de una serie sin reventar lo sucedido en los anteriores, sin spoilear una de esas tramas de videojuegos que precisamente es un crimen contarla y debe ser vivida no es fácil, pero es lo que debe hacerse. En una aproximación general hay que señalar que Life is Strange Episode 4: Dark Room es hasta el momento el menos conseguido, el más irregular de todos en cuanto a que el segundo y el tercero dejaron el listón más alto a su manera. Dark Room también termina igual, con un climax espectacular –estamos deseando ver lo que han preparado para el final del juego-, pero en su ejecución y progresión se dan demasiados altibajos, no tiene la misma emoción, el mismo impacto en su desarrollo dramático que vivimos antes, a nivel de historia y en ocasiones de interpretaciones por las líneas de diálogo. Los momentos impactantes se suman a otros tediosos que provocan que el Ep4 tenga ritmo de montaña rusa, con bajadas pronunciadas y subidas a las alturas.

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 Este Episodio 4 también debe cargar en su guión con una ‘tara’ importante, y es que es el escogido por el estudio para cerrar varios de los hilos argumentales, explicarnos cosas, ver las secuelas de nuestras decisiones, por lo que a veces se supedita la jugabilidad a la exposición narrativa. La trama enfila su historia para el final que veremos en el Episodio 5, pero antes la investigación sobre el caso Amber empieza a dar sus frutos. Durante su duración –es el más largo hasta el momento de la serie-, al fin Max y Chloe empezarán a atar cabos, a unir los puntos. Y nosotros comenzaremos a ir resolviendo esa trama que a día de hoy ha conseguido que sea bien difícil saber por dónde va a tirar en su conclusión.

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Vamos a entrar más en detalle en estos apartados: Quienes conozcan la habilidad tan especial que Max posee, decirles que al principio de Dark Room queda en un plano demasiado secundario, y no es hasta la segunda parte del episodio donde vuelve, por lo que tras su arranque inicial el juego se torna muy bajo de ritmo en esta primera parte, y los poderes tampoco están usados de una forma que sorprendan, sino a veces más como solución a las situaciones antes que como mecánica. El tono y elementos de ciencia ficción/sobrenaturales de la serie da un paso adelante, se imponen más, y la oscuridad es mayor, lo que hace que Dontnod pegue un par de pasos fuera de la zona de confort en la que estaba. Es este cambio, esta apuesta de la desarrolladora por explorar otro terreno la que convierte a Ep4 Dark Room en un capítulo divisorio. Hay quien le encantará y querrá seguir por esta línea en el episodio final, y hay quien querrá que el estudio vuelva al tono de antes.

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Los puzles vuelven a ser de dificultad sencilla, mezclando algunos de mecánicas absolutamente tradicionales como reunir pistas e investigar en plan detectives clásicos, a otros más agradecidos que tienen que ver con el propio entorno. Lo mejor sin duda es comprobar cómo el peso de las decisiones importantes tomadas durante tres capítulos se nos va dejando caer encima, para que veamos qué ha provocado lo que decidimos en su momento. Nos encontraremos con un par de dilemas impactantes –la parte de Frank y todo el abanico de actos y decisiones que tomar por ejemplo-, y un tramo final de esos que hace lamentarnos que sigan quedando dos meses mínimo para saber cómo acaba, pues de nuevo el climax de este episodio vuelve a ser espectacular.

A nivel gráfico el aspecto es el mismo. Un conjunto cumplidor, discreto en personajes pero con muchos detalles que apreciar en los objetos y una iluminación muy conseguida con esa impecable fotografía virtual, conformando ya una estética que es imposible separar de esta IP, sobre todo por el diseño y la paleta de colores que Dontnod ha aplicado a su pequeño pero ambicioso universo. A nivel sonoro la agradable y muy bien escogida BSO sigue moviéndose por el terreno Folk indie, y las voces de los personajes hacen un buen trabajo a pesar de tener que cargar con algunas conversaciones que necesitarían de un buen repaso. Pero, como no nos vamos a cansar de decir, el hecho de tener que lidiar con subtítulos en inglés en un juego que cada vez va cogiendo más renombre, más va calando en la comunidad, y que viene de una editora tan importante como Square Enix, es algo a reprocharles sin duda por el hecho de estar en un género en el que los diálogos y el texto tienen un peso trascendental, y más en esta historia que vivimos.

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