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Operation Abyss: New Tokyo Legacy

Operation Abyss: New Tokyo Legacy

  • PlataformaPSV7
  • GéneroRPG
  • DesarrolladorExperience Inc
  • Lanzamiento05/06/2015

Operation Abyss: New Tokyo legacy

Los creadores de Demon Gaze ofrecen a los aficionados del JRPG una nueva excusa para disfrutar de la portátil en una aventura que mejora en ciertos aspectos a su antecesor, Demon Gaze, sin profundizar tanto como debiera en otros.

Con el comienzo del verano celebramos el lanzamiento de Demon Gaze, uno de los dungeon-crawler más importantes del catálogo de PSVita con el que sus creadores, Experience Inc., se dieron a conocer ante el gran público. Aquella aventura, reminiscente de los grandes del género, fue peculiarmente conocida gracias al increíble despliegue de misiones, combates y mazmorras con el que se convirtió rápidamente en uno de los títulos más recomendables de la portátil, a la vez que un buena opción para los jugadores que estuviesen buscando una experiencia compleja, difícil y sobre todo exigente. Gracias a su éxito Experience Inc. obtuvo la oportunidad de financiar su siguiente proyecto, Operation Abyss: New Tokyo Legacy, título que hoy traemos entre manos, con el que se buscaba, según sus propias palabras, una experiencia "más completa" y "enriquecedora" con la que "solventar" los problemas que presentaba su antecesor espiritual.

Las querencias se han cumplido sólo en parte, dado que Operation Abyss mejora en algunos aspectos la propuesta de Demon Gaze, como en la accesibilidad de menús o en el nivel medio de dificultad de los combates, pero no consigue alcanzar su nivel en otros, tal es el caso del argumento o en la selección de misiones. El punto de partida es prácticamente el mismo: hablamos aquí de un dungeon-crawler que sigue los estandartes del género, con un intuitivo sistema de exploración, multitud de enfrentamientos, retos de diversa índole y una ambientación futurista que roza los cánones del cyberpunk. Aquellos que hayan probado cualquier Etrian Odyssey o el más reciente Persona Q no deberían de tener problemas para identificar Operation Abyss como uno de los exponentes de la nueva oleada de JRPGs basados en el concepto de la investigación en primera persona y en la ejecución de misiones independientes sin un peso muy específico en la interacción con otros personajes.

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Colapso en Japón

En Operation Abyss nos ponemos al frente de un pequeño grupo de estudiantes que por diversos motivos han recaído en un grupo de investigación que va "más allá de lo oficial", cuyo principal cometido consiste en localizar y eliminar a los denominados 'Variants', una clase específica de demonios cuya aparición cambia por completo la vida común de los habitantes de Japón. Nuestra historia particular comienza un día cualquiera tras perder la consciencia al abandonar el instituto. Por motivos desconocidos, el héroe de turno pierde la consciencia y despierta en un lugar totalmente ajeno y sombrío. Poco después es rescatado y descubre su papel dentro de una organización policial que, como decíamos, tiene como fin realizar intervenciones contra estas criaturas. Después de las introducciones pertinentes y de conocer muy por encima a nuestros compañeros, comenzamos a realizar misiones entre las que discurre un argumento común y con importantes altibajos.

No se trata del guión o de la intrascendencia de algunas de las conversaciones, sino más bien de cierto conformismo a la hora de plantear las situaciones y la forma en la que nuestros personajes reaccionan ante ellas. Es frecuente vernos inmersos en un momento de tensión ante el asesinato de algún personaje para minutos más tarde estar enfrascados en un diálogo infantil que poco o nada tiene que ver con lo que acaba de suceder. La falta de conexión entre eventos hace que la historia pierda intensidad y, con ello, también se pierde la motivación que podamos tener para seguir avanzando hasta conocer su resolución. El título llega a España sin doblaje ni subtítulos, aunque el nivel de inglés requerido no es especialmente alto. No se ofrece la opción de cambiar las voces al japonés original, otro aspecto que tampoco encaja con el estandarte que se sigue hoy por hoy en el género.

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Exploración e investigación

Al margen de cuál sea nuestro grado de afinidad con el argumento, lo cierto es que la mecánica de juego apenas tarda unos minutos en tomar el protagonismo, por lo que antes de darnos cuenta comenzamos a discurrir por pasillos, luchando contra monstruos en combates por turnos o buscando algún objeto/persona específico. Operation Abyss brilla con luz propia en este aspecto, gracias a un sistema de exploración ágil e intuitivo, con el que desplazamos a nuestro grupo de héroes a través de escenarios cuadriculados sin apenas tiempos de carga. Al comenzar la partida es menester decidir si queremos utilizar la configuración recomendada, en la que se nos otorga automáticamente un grupo de compañeros de diversos estilos de combate, o si por el contrario preferimos realizar la selección por cuenta propia. Independientemente de cuál sea nuestra elección, podremos cambiar las estadísticas de nuestro equipo, sus atributos, arsenal, etcétera. Sin embargo, apostar por una configuración más "personal" conlleva el riesgo de cometer errores que nos perjudiquen a la larga.

La exploración se divide en dos aspectos: investigación y combates. El primer plano nos invita a recorrer las mazmorras, descubriendo puertas y pasadizos secretos (para los que tenemos memos y otras pistas que facilitarán nuestra tarea), saltando entre dimensiones, cayendo en trampas, etcétera. El sistema tiene muchas reminiscencias del clásico Generation Xth, aunque se puede decir que aplica los mismos conceptos de manera auténtica y sin caer en pobres imitaciones. La idea de base en dificultad nuestra exploración todo lo posible mediante elementos del exterior que hemos de controlar mediendo las aptitudes de nuestros personajes.

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Personalización absoluta

Aquí es precisamente donde destacan las opciones de personalización que ofrece la mecánica, ya que podemos cambiar prácticamente todos los atributos de los personajes, y no sólo ellos, sino también otros como su colocación en los combates, los hechizos que portan o la cadencia de los ataques entre otros. Aunque se vende como algo opcional, lo cierto es que dominar estos factores es esencial para alcanzar un buen nivel de comprensión en la mecánica. No es posible avanzar hasta los últimos escenarios sin saber de qué hechizos dotar a nuestros héroes, cómo utilizarlos (en un sistema que no está basado en puntos mágicos sino en usos por partida) o dejando al azar la toma de decisiones importantes en momentos cumbre.

Dentro de todos los factores de riesgo que hemos de tener en cuenta, probablemente sea el denominado Blood Code el más importante de todos. Este sistema invoca el poder personal de cada personaje (de forma muy similar a lo visto en Persona nuevamente) y otorga a cada uno hechizos específicos y capacidades únicas muy a tener en cuenta en función de cuál sea nuestra estrategia durante los combates. Poder personalizar prácticamente todos los elementos que aparecen en los combates y fuera de ellos es una herramienta crucial para que los jugadores más experimentados puedan hacer y deshacer a su antojo, pero también puede ser un arma de doble filo para los que busquen iniciarse en el género. Echamos de menos más tutoriales o una mejor explicación de los conceptos que podemos utilizar para crear o modificar objetos, quizás integrándolos en la curva de aprendizaje del juego sin hacer de ellos un sub-manual de instrucciones que hemos de consultar de manera independiente.

Con todo, uno de los aspectos que más se criticaron de Demon Gaze fue su desmedida curva de dificultad una vez superado el ecuador de la partida. Operation Abyss corrige los errores de su antecesor gracias a la implementación de un sistema de combate "creciente", esto es: cuanto más peleamos en un escenario, más duros serán nuestros enemigos y más eficaces sus estrategias para derrotarnos. Esto punto entra en conflicto con la mecánica de combate, que asigna arbitrariamente nuestro target al ejecutar un comando. Esto, dicho en otras palabras, se traduce en que no elegimos el personaje al que atacamos, algo difícil de aismilar durante los primeros compases de la aventura. Por suerte, y como suele suceder con cada novedad que se implementa en el género, es sólo cuestión de práctica entender su funcionamiento y acostumbrarnos a él, aunque se trata de un concepto que puede pasar factura a los jugadores con mayor afán de controlar absolutamente todo lo que sucede en pantalla.

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Un aspecto visual aceptable

Con respecto al diseño de escenarios y de personajes, Operation Abyss ofrece una de cal y otra de arena. Mientras que los monstruos y personajes secundarios que aparecen en la aventura cuentan con un diseño más que aceptable y variado, los escenarios pecan de ser repetitivos. Es fácil perderse en ellos o perder la paciencia en algunas mazmorras (especialmente en las últimas) ante la similitud de todas las habitaciones que transitamos, algo que contrasta con la ambientación que se le da a la interfaz de los menús. De nuevo se echa en falta más variedad en este sentido, algo más de trabajo a la hora de crear un ambiente que nos invite a explorar y a descubrir qué nos agaurda al cruzal el siguiente umbral lejos de avanzar todo lo rápido que podamos para cumplir nuestros objetivos lo antes posible.

El apartado sonoro, lejos de ofrecer algo realmente nuevo, se ha trabajado a consciencia para ofrecer una mezcla entre guitarras y violines, orquestas y baterías. Sin embargo, es difícil explicar el contraste que ofrece la música a la hora de desenvolverse en situaciones dramáticas, ya que no siempre encaja lo que escuchamos con lo que sucede en pantalla. Por suerte existe un doblaje que cubre un gran porcentaje del texto escrito -en inglés-, y la calidad de las interpretaciones es simplemente aceptable. Operation Abyss tiende a ser un título un poco genérico en este sentido, perdiendo por ello parte de la personalidad que consigue en otros apartados anteriormente expuestos.

7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.