Life is Strange Episodio 3: Chaos Theory

Hacía tiempo que no nos emocionábamos como con el vertiginoso tramo final del Episodio 2 de Life is Strange, y Dontnod Entertainment nos dejó un demoledor cliffhanger hasta este 19 de mayo para seguir contándonos en este tercer capítulo, Chaos Theory, cómo Max gestiona su increíble poder para manipular el tiempo y rehacer el pasado cercano cambiando por completo las consecuencias de sus actos. Es tan buena y prometedora esa idea que tiñe toda esta aventura gráfica volcada con la narrativa, que duele darnos de bruces con una nueva entrega episódica que no termina de aprovecharla todo lo que cabía esperar. Duele como lo trágico y cada vez más trascendente de su entregada narrativa, historia que va cogiendo fuerza a la par que abre algunos nuevos interrogantes.

Quedan dos capítulos de Life is Strange -dividido en cinco- y sus creadores tienen que empezar a arrojar luz y respuestas si quieren dejar todo tan bien atado como esperamos los jugadores asiduos a esta historia sorprendente y que está consiguiendo, eso sí, una mirada diferente para un género hoy casi extinto y difícil, las aventuras gráficas. En Chrysalis, el primer episodio, el ritmo se aflojó en sacrificio de presentar el entorno, a los personajes, y algunos planteamientos base del juego. Su segunda entrega, Out of Time, optó por mantener estable un primer fragmento para poco a poco ir cogiendo ritmo, dar solución variable a las decisiones anteriores y romper en un imprevisible estallido final. Este tercer acto se mueve en un ritmo más constante y pleno, con algún bajón de ésos que parecen irremediablemente ligados al género, pero en general con situaciones que empiezan a poner a Max y su amiga Chloe en el ojo del huracán y el centro de la investigación tras la desaparición de Rachel Amber.

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Una de nuestras responsabilidades como analistas es no desvelar ni un ápice de la trama al tiempo que valoramos el episodio como una parte individual dentro de un todo que está siendo este Life is Strange cada vez con más seguidores. Por eso no contaremos mucho más que en este tercer relato nos topamos con conversaciones cruciales, búsqueda de pistas e indicios en la noche de la cada vez más misteriosa Academia Blackwell o un par de diálogos entre las amigas para enmarcar. Hay mucho más, de nuevo en la duración estándar que mantienen los dos episodios anteriores, pero es cosa del jugador descubrir qué sucede y cómo se empiezan a enmarañar las subtramas para preparar el probablemente bien atado segmento final.

De nuevo estamos ante una mezcla de exploración pausada, puzles sencillos, conversaciones variables, coleccionables a modo de fotos y mucha información a la que permanecer atentos para seguir su gran componente narrativo y emocional, una vez más de lo mejor del producto y el motor de todo el planteamiento, en este caso dejándonos la sensación de menor control sobre lo contado. Además, en este acto Max aprende un interesante nuevo uso para sus poderes sobrenaturales, de nuevo que usar solo en determinados momentos pero que crea algunas situaciones interesantes al tiempo que no termina de amortizar otras. Estamos ante una jugabilidad más plana y reconocible, conservadora respecto a los anteriores episodios. Arcadia Bay nos lleva en este episodio a nuevos entornos y nombres, cerrando de forma menos contundente que el anterior pero manteniendo, a cambio, un tempo más satisfactorio y una cascada de nuevas preguntas para el jugador.

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La habitación de Max se va llenando de instantáneas para recordarle por qué están ocurriendo así las cosas y los valores de su vida que no debe dejar caer en el olvido. Volvemos a una puesta en escena preciosa y sugerente que, sin ser un alarde visual ya que mantiene -lógicamente- los defectos gráficos del motor del juego especialmente notorios en primeros planos, sí que consigue hacernos viajar hasta este pueblecito de tonos anaranjados y atardecer recurrente, ahora visitado en otras estancias y situaciones, como la noche con la linterna del móvil. La música ambiental con cuerdas country, chill out y folk vuelve a ser una parte esencial, no usada aquí de forma tan emocional sino más bien como un compañero de viaje que no falla y empuja la sucesión de acontecimienos y tensas conversaciones.

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La lamentable decisión se tomó y así se sigue a rajatabla. Life is Strange Episodio 3 mantiene el inglés como único idioma para voces y textos. Para los que lo jueguen en ordenador no tardará en aparecer el parche extraoficial que pone todos los textos en castellano, pero no podemos parar de tachar de triste que Square Enix decidiera no transcribir los textos -no demasiados- a nuestro idioma. En todos los demás aspectos, presentación, interpretación de los actores para los personajes, e incluso alguna nueva mecánica sorprendente que nos desvelaremos, Life is Strange vuelve a estar a un magnífico nivel con este capítulo.