Final Fantasy X/ X-2 HD Remaster, análisis

“Listen to my story. This may be our last chance…”

Ampliar

*NOTA*: Este análisis es para comentar las novedades de la versión PS4. Para conocer lo que trae la versión HD de Final Fantasy X y X-2 tenéis aquí el análisis de las versiones PS3 y Vita. Y para saber más en profundidad elementos como la trama, los personajes, el sistema de combate o la duración, podéis consultar en estos links los análisis de Final Fantasy X, de su secuela Final Fantasy X-2 y del contenido de la versión Internacional de X-2 junto a Last Mission  .

Ampliar

Ampliar

A pesar de que nos encanta sentarnos y permitirnos el lujo de viajar a un pasado que fue mejor, queda ya poco que decir, secretos que descubrir sobre la grandeza eterna de Final Fantasy X, ¿verdad? Lo recordamos hace poco más de un año con su versión remasterizada junto a la del criticado/demonizado/defendido/divisorio Final Fantasy X-2. Y vuestros comentarios no pudieron reflejar mejor tanto el sentimiento de nostalgia -“Voy por Kilika y estoy como el crío de 13 años que se lo compró hará tiempo”, “Parece que voy a volver a entrar al mundo de Zanarkand nuevamente”-, como el de revisitar algo que parece definitivamente perdido: “Que buenos recuerdos me trae al jugarlo otra vez , de cuando los FF eran buenos juegos”, “El ultimo gran Final Fantasy de la saga”.

Porque eso es lo que fue, el último grande de una serie que para muchos fans no fue la misma a partir de las siguientes entregas. Pero no estamos aquí para iniciar un debate que empezó hace mucho, sino para ponderar de nuevo por qué regresar a Spira es algo que emocionó hace un año y sigue emocionando hoy. Y emocionará dentro de 3, de 5, de 10. Porque es recuerdo de una época irrepetible, infancia/adolescencia de muchos, y porque es un símbolo como las nueve entregas que lo antecedieron de cómo Squaresoft hacía magia. El año pasado os comentamos lo que este Remaster traía consigo, pero vamos a recordarlo brevemente junto a las novedades que este port de PS4 ha traído consigo, entre ellas una tan inesperada como bien recibida y que debería haber sido incluida en las versiones PS3/Vita.

Ampliar

Eones, Blitzball y Vestisferas

Ampliar

Ampliar

Para aquellos que no lo han jugado aún, FFX les brinda una historia épica a nivel emocional y de acción, creciente en drama y complejidad, aunque no exenta de humor, ternura y personajes con los que es imposible no empatizar. Y que como buen Japan RPG exige muchas horas para sacarle todos sus secretos y subir de nivel a nuestro grupo para enfrentarnos a un puñado de Jefes que nos lo harán pasar mal. FF X-2 supuso una novedad en cuanto a romper con varias normas, siendo la primera secuela oficial de la serie y aportando un tono más festivalero, Japan Pop que puso de los nervios a no pocos fans, pero aún así con buenos añadidos en la jugabilidad y ese final más esperanzador, más fanservice si queréis llamarlo así que todos en el fondo queríamos ver. Entre las dos historias tenemos una enorme cantidad de horas, salpicadas por minijuegos como el recordado Blitzball, o las actividades de Yuna y sus YuRiPas en X-2.

Ambos juegos nos llegan sus versiones Internacionales, aunque las dos opciones del Tablero de Esferas –Básico o Avanzado-, o los superjefes como Dark Aeons y Penance ya venían en la versión europea original de FF X que llegó en 2001. Es X-2 el que sale ganando en cuanto a añadidos, ya que trae todo lo que salió por separado y/o en otras versiones. Tenemos el video de FF Eternal Calm para enlazar las tramas de ambos juegos y que ayuda a aclarar el radical cambio de Yuna, dos vestisferas nuevas, el sistema al estilo Pokémon de Creación de Criaturas y la expansión Last Missión con su final extendido. Y para rematar una audio-novela que hace pensar en si de verdad la historia se ha cerrado y no va a seguir. Además, la versión PS4 viene con Cross-Save, lo que posibilita guardar la partida en esta consola y seguirla en la versión Vita por ejemplo, o recuperar nuestro guardado de la versión PS3. La portátil de Sony sirve también para jugar a FF X/X-2 HD, ya que en PS4 disponemos de la versión Remote Play que hemos probado, jugándose de manera remota tan bien como lo visto en otros juegos.

A estas alturas diréis que como novedades, este port no añade nada. Es cierto, ya que el Cross-Save ya venía. Pero es en el apartado audiovisual dónde se aprecian los cambios. A nivel gráfico, el Remaster en PS3 es un gran ejemplo de cómo se debe remasterizar un clásico, pero se apreciaba un anti-alias que podía mejorarse. En PS4 podemos afirmar de manera rotunda que ambos juegos se ven como nunca, aún más prístinos que en PS3 y sin dientes de sierra tan marcados en las partes ingame. Todo está pulido y a 1080 como veíamos en PS3, manteniendo exactamente cada escenario, personaje e invocación de hace 14 años, pero con un conjunto que desprende una mayor carga de texturas. Los que no lo conozcan advertirles que no van a ver precisamente un Remaster que luce como FF XV, pero lo que era un espectáculo enorme sigue siéndolo, con el encanto de la nostalgia de su época.

A nivel musical, la bomba estalló al saberse el año pasado que el magistral trabajo de Nobuo Uematsu había sido retocado para la ocasión, para darle una mayor entidad orquestal al conjunto. Algunos temas solo fueron reorquestados, otros se modificaron demasiado. Y el mítico To Zanarkand no sonaba con la misma pasión. Lo que los fans preguntaron era por qué no podía haberse incluido un selector para escoger qué BSO escuchar, si la clásica o la remasterizada. Square Enix ha tomado nota de ello, acertando al darnos esta opción para disfrutar de una banda sonora mítica que jamás debió haberse tocado en una sola nota. Escogedla y todo sonará como siempre sonó, con ese toque y pasión que Uematsu-san les dio siempre a sus Finals.