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Captain Toad: Treasure Tracker

Puede que no sepa disparar flores de fuego, planear en el aire o saltar porque su mochila pesa más que él mismo, pero si algo no le falta a este Capitán Toad es desde luego el mismo valor que un Mario o un Donkey Kong demuestran en sus aventuras. Huir de peligros, encontrar tesoros ocultos y derrotar jefes finales 20 veces más grandes que él. Todo eso y más en otro exclusivo de Wii U a tener en cuenta.

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Mario Kart 8, Bayonetta 2, Super Smash Bros, y lo que queda por venir como ese Zelda de mapeado abierto que ya ha desatado el hype por todo Hyrule.  Es innegable y hay que reconocerlo: Wii U está viviendo su momento más dulce desde su estreno en cuanto a calidad en su catálogo. Título que sale, título que copa altas puntuaciones y se gana a la crítica y a los fans de un sistema hecho para divertir. 2014 ha sido un gran año para la consola de Nintendo, y tras el fenómeno Smash Bros. y lanzar la primera línea Amiibo, el último juego con el que la gran N ha cerrado este año triunfal en Japón y Estados Unidos –y abrirá el próximo en Europa, ya que saldrá en enero por estos lares- es uno a priori más pequeñito, de una escala inferior a los pesos pesados nombrados, sin tantas aspiraciones pero con una en común con los otros: El sentido de la más pura diversión que yace en este Captain Toad: Treasure Tracker.

“¿Un juego con Toad?” seguro que se preguntaban muchos fans tras ver el primer tráiler de Treasure Tracker. Pues sí, un juego con Toad, ¡y además de aventuras en templos perdidos y localizaciones exóticas con trampas que no tienen nada que envidiar a las que sortean Lara Croft o Nathan Drake! Pero siempre, en todo momento, manteniendo ese toque único Nintendo que lo hace ideal para todas las audiencias. Con el juego ya en algunos mercados, aquí en Europa vamos a tener que esperar un poquitín más, y mientras tanto, sus creadores nos han dejado echarle un vistazo a sus primeros niveles y ver por qué este título está teniendo tan buen feedback entre quienes lo prueban.

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Pero lo primero son las presentaciones, ¿verdad? Así que conozcamos al Capitán Toad, un aventurero de esos que derrocha valor mientras recorre el mundo buscando tesoros que guarda en su pesada mochila, tan repleta ya que no le deja al pobre ni saltar, y que además… Hey, espera un momento, ¿cómo que no puede saltar? ¿Un personaje que viene de la serie del mítico Mario Bros. y no puede saltar? ¡Pero si hasta en Mario Kart se puede saltar! ... Bueno, más o menos. Pues la cosa es así, el capitán no puede saltar, ni tampoco coger un Power Up y de repente lanzar flores de fuego, o volar, o trepar por las paredes. Pero al menos sí podemos arrancar nabos del suelo y tirárselos al enemigo.

En pocas palabras: Se trata de un personaje despojado de más forma de avanzar que la de estar atado al suelo por la gravedad y caminar, subir/bajar escaleras o dejarse caer, a la par que montarse en vagonetas de vez en cuando. Y entonces, ¿de qué manera puede plantearse un juego de aventuras, plataformas y aroma Nintendo/Mario si no podemos saltar ni para avanzar? La respuesta es que es esta aparente falta de capacidad la que define la jugabilidad básica de Captain Toad, transformando nuestro avance en una sucesión de geniales pruebas de habilidad a la par que puzles de ingeniosas soluciones, que expande el concepto que ya vimos en los niveles del Capitán Toad que Super Mario 3D World nos brindaba de cuando en cuando cambiando el tipo de desafío al que hacíamos frente para darnos un respiro de la jugabilidad principal.

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De este modo vuelve la cuadrilla, vuelve el capitán Toad y también Toadette, que se convierte en estos primeros niveles jugados en el objetivo principal tras ser secuestrada por un enorme y furibundo pajarraco de mal agüero. Al estilo de Echochrome o del fenómeno Monument Valley –dos títulos que no citamos al azar-, nuestro objetivo es encontrar la salida a cada nivel que vamos desbloqueando, que se nos presenta en pantalla con cortes transversales y una vista de 360º. La tarea en sí no parece complicada, y de hecho en los primeros compases es bien sencilla –posee una buena curva de dificultad que va en aumento-, aunque sí para algo ha sido concebido Treasure Tracker es para precisamente lo que su título cuenta: Encontrar todos los tesoros que cada nivel oculta, y que ya aumenta considerablemente tanto la dificultad como la vida útil del juego. Recomendado en todas las fases es hallar tres diamantes, pero cada vez que terminemos una, un objetivo secundario aparecerá para que lo completemos.

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Encontrar el champiñón de oro, conseguir cierto número de monedas o vencer a todos los enemigos son los retos que podríamos considerar fáciles, pero otros como no romper ningún elemento del escenario, pasar inadvertido ante los enemigos en una fase particularmente llena de estos, o resolver puzles táctiles en el menos número de movimientos posible ya no nos pondrán las cosas tan fáciles. Y para el que se esté pensando eso de “me da igual los tesoros, yo solo quiero terminarme la historia”, decirles que en un principio parecen algo secundario, pero más adelante nos dimos cuenta de que para seguir avanzando hacen falta un cierto número de diamantes para desbloquear el paso hacia nuevas fases, así que no queda más remedio que ponernos a escudriñar todos los sitios que veamos más los que en muchas ocasiones no puedan verse.

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“¿Y por qué no pueden verse?”, estaréis preguntándoos ahora. Pues por eso mismo aludimos a Echocrome, a Monument Valley  y a otros como Fez, ya que Captain Toad nos sumerge en niveles que tendremos que rotar a un lado y a otro, arriba y abajo, para poder comprobar todo, encontrar los secretos, la ruta correcta hacia la estrella dorada y el camino adecuado entre los enemigos. Al principio son simples, pero luego la cosa se irá complicando, y lo cierto es que tenemos muchas ganas de ver cómo progresará la de cada nivel cuanto más desbloqueemos y avancemos.  Desde algunos que simplemente requieren girar el stick derecho o el propio GamePad hasta otros ocultos tras muros de piedra, bajo el agua o que necesitan de pulsar interruptores a la vez.

Uno de los puntos fuerte que hemos visto hasta el momento, Nintendo logra que no caigamos en la monotonía aplicando un diseño y progresión diferentes a cada nivel para conseguir siempre los mismos objetivos. Por ejemplo encontrar picos que nos permitirán cavar la dura piedra por unos segundos; o comernos una cereza y que nos salga un gemelo que se controla al mismo tiempo que nosotros con el mismo mando, ideal para esos interruptores múltiples de los que hablábamos. También tocar en la pantalla plataformas que componen una estructura que nos cierra el paso, soplarle al micrófono, enemigos que se quedan paralizados, disparar a discreción nabos desde una vagoneta, rotar los escenarios sobre sí con manivelas, o divertirnos un poco a costa de los enemigos. El pique para encontrar todos los secretos de cada fase está asegurado, lo que posibilita el backtracking ocasional cuando ya estemos más puestos en sus mecánicas.

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Decimos que llegar a la estrella de final de nivel no es difícil, encontrarlo todo sí, pero a la hora del desafío lo cierto es que apenas se nos castiga, ya que el personaje aguanta dos golpes, y luego pierde una vida. Y cuando las perdemos todas, en vez de Game Over o de cargar la partida de nuevo tenemos un minijuego que al completarlo nos traerá de vuelta al nivel que nos habíamos quedado. Y si andamos torpes y perdemos hasta 5 vidas –que puede ser fácil en un par de niveles con lava, balas de cañón y muchos enemigos en Tierra y Aire-, aparecerá un champiñón de invencibilidad para facilitarnos la consecución del final. La cámara en ocasiones puede ponernos en un aprieto en instantes que requieran de correr y a la vez de cambiar la perspectiva, que controlamos en todo momento con el stick, gatillos, el zoom que el botón X proporciona y hasta el sensor del mando, que por desgracia no puede desconectarse.

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A nivel visual, Treasure Tracker entra constatemente por los ojos en todo momento, planteando una estética propia que los fans de Nintendo tan bien conocen a la par que de gran calidad y factura técnica, colorista y con una genial animación que sustituye a cualquier forma de lenguaje o escritura, ya que la historia se nos narra solamente con gestos y expresiones, sin un idioma claro ni tampoco cuadros de texto que leer, aportando un minimalismo narrativo que potencia la gran galería tanto de efectos de sonido como de la banda sonora. Puede que nuestro Capitán Toad tenga una movilidad reducida comparada con un Kirby o un Donkey, pero ahí está la clave que nos brinda un desarrollo en la progresión basado en la resolución de puzles y pruebas de habilidad constantes. Puede que no sea del gusto de todos, pero a nosotros lo jugado hasta ahora nos ha encantado, y estamos deseando saber qué pasará con el Capitán Toad y el pajarraco feo, y si Nintendo es capaz de mantener la frescura nivel tras nivel sin que se repita demasiado la estructura.

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Captain Toad: Treasure Tracker

  • NSW
  • WiiU
  • Plataformas
  • Puzle

Captain Toad: Treasure Traker, desarrollado y distribuido por Nintendo para Wii U y Switch, es un plataformas de rompecabezas protagonizado por Toad en el que deberemos resolver divertidos puzles basados en las pruebas de Super Mario 3D World. La versión de Switch incluye nuevos niveles en miniatura basados en varios reinos de Super Mario Odyssey. Además, los jugadores podrán jugar con un amigo compartiendo un par de mandos Joy-Con: mientras un jugador controla al Capitán Toad, el otro puede ayudarle lanzando nabos al enemigo.

Carátula de Captain Toad: Treasure Tracker
7.8