Toybox Turbos
- Plataforma3607PS37PC7
- GéneroConducción
- DesarrolladorCodemasters
- Lanzamiento12/11/2014 (PS3, PC)14/11/2014 (360)
- TextoEspañol
Toybox Turbos
Codemasters recupera el espíritu de los Micro Machines y lleva a PC, PlayStation 3 y Xbox 360 un nuevo arcade de conducción tan desenfadado como alocado bajo el título de Toybox Turbos; todos los detalles en nuestro frenético análisis. ¡A correr!
Los más veteranos seguramente disfrutaron en los noventa del auge de los Micro Machines en forma de títulos de conducción arcade tan divertidos como alocados, siendo la entrega V3 una de las más populares por su salto a las 3D. Tras muchos años sin recibir un título similar, Codemasters se anima a ofrecernos un nuevo videojuego enmarcado en dicho género, Toybox Turbos, manteniendo las premisas básicas de la serie de la que toma la base para ofrecernos las carreras de juguetes más frenéticas en PC, PlayStation 3 y Xbox 360. Hasta 18 pistas localizadas en diferentes ambientes del hogar, 35 vehículos en miniatura de lo más variados ‒como taxis, coches de carreras, camiones, furgonetas, excavadoras, tanques, coches clásicos, muscle cars o monster trucks, entre muchos otros‒, power-ups y multijugador local y online para hasta cuatro jugadores son sólo una pequeña muestra de su contenido; conozcamos más de cerca esta nueva propuesta de los creadores de GRID en nuestro análisis.
Las carreras arcade llevan protagonizando todo tipo de videojuegos desde los inicios del medio, siendo las diferentes entregas de Micro Machines unas de las más queridas entre los usuarios; y es que durante los años 90 vivimos un auge de la franquicia en todo tipo de plataformas y con versiones cada vez más pulidas y que trataban de aportar novedades con cada nueva iteración. Tras unos años sin recibir títulos similares y con el enorme éxito de otras grandes franquicias en el género de las carreras de corte desenfadado, Codemasters se anima a recuperar el espíritu de los Micro Machines con Toybox Turbos, un título a priori casual e infantil pero que pone sobre la mesa ‒nunca mejor dicho‒ unos números nada despreciables, una puesta en escena sencilla pero alegre y una jugabilidad directa aunque efectiva, eso sí, con algunas consideraciones que a continuación pasamos a detallar.
El título no esconde en ningún momento su auténtica personalidad, es decir, se trata de una apuesta cien por cien arcade, sin ningún tipo de concesión al realismo; y es que los auténticos protagonistas de Toybox Turbos son los 35 vehículos de juguete que se enfrentarán en carreras de lo más divertidas a lo largo de 18 trazados ambientados en diferentes estancias del hogar, como la cocina, una habitación infantil, una mesa de billar, la mesa del desayuno e incluso un laboratorio o una clase de un colegio, entre otras estancias. En este sentido, la variedad es uno de sus punto fuertes, puesto que debemos sumar a dichos circuitos un buen puñado de vehículos de todo tipo, cada uno de ellos con sus propias características de velocidad, manejo y peso, lo que influirá en su control en plena carrera, aunque eso sí, menos de lo que nos gustaría.
Así, decidirnos por uno u otro tendrá más que ver con nuestros gustos que con su eficacia sobre la pista, ya que su comportamiento será bastante homogéneo; tanto es así que se agruparán por competiciones, con lo que la elección quedará limitada a los coches disponibles según la copa en la que queramos participar. Eso sí, la variedad de vehículos es notable con modelos de todo tipo pertenecientes a las más diversas categorías, entre las que encontraremos dos taxis, una ambulancia, camiones de bomberos o de la basura, un dúmper, un muscle car, un vehículo lunar, una furgoneta de los helados, varias excavadoras y autobuses, coches deportivos y de carreras, un hovercraft, un tanque y así hasta completar un garaje de lo más atractivo y variado, que cumplirá los deseos de aquellos que quieran hacerse con todos y completar así su colección.
Gracias a nuestras victorias nos haremos con interesantes premios en forma de dinero, así como durante las carreras, en las que podremos recoger buenos puñados de monedas para gastar en nuevos vehículos, los cuales vendrán bien empaquetados en sus respectivas cajas de cartón con su precio. Ya sobre la pista, las sensaciones a los mandos son las que podemos esperar de un título de estas características; dada su naturaleza arcade, el control es sencillo y directo, con lo que tan sólo podremos acelerar, frenar y girar, además de dar marcha atrás en aquellos momentos en los que nos quedemos encallados en alguna parte del circuito. El comportamiento de los diferentes vehículos no será determinante, puesto que la aleatoriedad se adueñará de cada carrera gracias a su alocada personalidad, aunque en ciertos momentos sí influirá sobre el resultado, especialmente en los enfrentamientos contra los jefes finales de cada campeonato.
Si bien resulta divertido, a la larga nos daremos cuenta de la sencillez de su propuesta y de un control demasiado casual sin muchas más pretensiones: correr y llegar primero a la meta. No obstante, los coches más rápidos pertenecientes al último grupo de circuitos, sí ofrecen un control más satisfactorio, con el que realizar algún que otro derrape para encarar mejor las curvas y rascar unos segundos al cronómetro. Por otro lado, se han introducido una serie de potenciadores o power-ups que pretenden añadir algo más de desafío al conjunto pero que a la práctica se quedan a medio camino; así, podremos recurrir a armas con las que perjudicar a nuestros rivales, tales como una ametralladora para destruir a nuestro objetivo ‒aunque rara será la ocasión en la que lo logremos‒, un turbo para salir disparados durante unos instantes, un potente imán que nos impulsará contra el rival de delante, un cañón de minas explosivas para dejarlas tras nuestro paso, un pulso electromagnético para sabotear a los rivales durante unos segundos o un martillo con el que golpear a los demás vehículos y quitarlos de en medio.
En definitiva, una serie de potenciadores que raramente influyen en el desarrollo de las carreras, siendo el martillo el más efectivo para ganar posiciones destruyendo a los demás coches a nuestro paso. La idea no es mala, pero dado el carácter y el frenetismo de las carreras, en conjunto quedan algo desaprovechados. A nivel de competiciones, tenemos disponibles una serie de copas en las que ir participando a medida que ganamos carreras y nos hacemos con más estrellas; y es que Toybox Turbos adopta el tan de moda sistema de tres estrellas que encontramos en multitud de juegos para tablets y smartphones y que nos califica según nuestras acciones u objetivos cumplidos. A medida que logremos estrellas podremos acceder a los diferentes jefes de cada copa, un enfrentamiento cara a cara en el que gana el primero que llene los 8 slots de puntuación, ya sea dejando al rival fuera de cámara o destruyéndolo.
A nivel de modos de juego encontraremos hasta seis variantes, todas ellas bastante diferentes entre sí y que resultan todo un acierto: carrera clásica, adelantamiento, contrarreloj, huida, cuenta atrás y eliminatoria. Así, en carrera clásica disputamos el típico enfrentamiento contra otros tres rivales para llegar los primero a la meta, esquivando todo tipo de obstáculos, recurriendo a los power-ups y aprovechando el rebufo para ganar velocidad extra y hacernos con la primera posición; además, los diferentes atajos de cada circuito serán clave para ganar posiciones. En adelantamiento tendremos que adelantar al máximo número de rivales antes de completar la carrera; de nuevo, el rebufo será muy importante para hacernos con las tres estrellas.
Contrarreloj es la típica prueba en la que debemos completar el circuito con un tiempo determinado, eso sí, esquivando minas que nos pondrán las cosas más difíciles. En huida deberemos completar la mayor distancia posible mientras huimos de un halo azul que pondrá fin a la prueba si nos atrapa. Cuenta atrás nos retará a aguantar lo máximo posible mientras damos vueltas a un trazado y recogemos relojes de bonificación que añadirán 2 segundos extra cada uno. Y por último, las pruebas de eliminación serán versus de uno contra uno en el que deberemos dejar KO a nuestro rival ya sea alejándonos lo suficiente de él o destruyéndolo mediante un power-up o sacándolo de la pista. En conjunto, Toybox Turbos ofrece una variedad de pruebas suficiente como para mantener el interés hasta completar las diferentes copas disponibles ‒algo que no nos llevará más de tres horas‒, aunque tras ver todo lo que ofrece el título para un jugador ‒lograr todas las estrellas será un buen reto‒ seguramente pasaremos a las pruebas multijugador.
Toybox Trubos presenta un modo multijugador para hasta cuatro jugadores, ya sea en local o mediante conexión online, retos de eliminación en los que el último coche en pie se hace con la victoria. Puede que durante las primeras partidas resulte desafiante y adictivo, pero tras unas cuantas rondas terminaremos por dejarlo de lado debido a una manifiesta simplicidad de su propuesta de juego; eso sí, jugar con amigos añade un plus de diversión, mucho más si es en partidas locales. A nivel de jugabilidad, como decíamos anteriormente, el comportamiento de los coches es muy arcade, donde las físicas nos jugarán alguna que otra mala pasada, pero que con algo de adaptación y buena mano, lograremos un control a la altura para convertirnos en los número uno de Toybox Turbos; eso sí, la cámara nos pondrá en aprietos en numerosas ocasiones debido a unos giros bruscos y poco cuidados. Los más nostálgicos quizás quiera probar suerte con las dos cámaras retro disponibles de vista totalmente cenital, aunque el resultado no es tan satisfactorio como con la cámara por defecto. En definitiva, una apuesta conservadora pero que recoge lo mejor de la fórmula Micro Machines y lo lleva a un nivel interesante, con algunos aspectos con bastante margen de mejora, pero que ofrece diversión sin más pretensiones e incluso un nivel aceptable de desafío si pretendemos hacernos con todas las estrellas; lo mejor, sin duda, un modo multijugador local u online que asegura el pique entre amigos e incluso desconocidos.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.