Hyrule Warriors, Impresiones
La magia de The Legend of Zelda bañando el musou de Tecmo Koei en uno de sus mejores exponentes de la serie. Hyrule Warriors llega este septiembre las Nintendo Wii U europeas y ya ha blandido su más ágil y apasionante espada maestra ante nosotros. Así arranca el Modo Leyenda.
Cuando Yosuke Hayasi, director de Team Ninja, sugirió la colaboración entre Nintendo y Tecmo Koei, no debió imaginar el potencia que podría alcanzarse con un Dynasty Warriors de la marca The Legend of Zelda. La supervisión y beneplácito en todo momento el propio Aonuma (actual responsable de Zelda) y el liderazgo de Omega Force (padres de Dynasty Warriors) para llevar las riendas del curioso e histórico proyecto no hacían más que augurar que algo bueno iba a salir de allí, algo que aprovechara el tirón de ambas marcas y sirviera de paso para reforzar la de los Tecmo, venida a menos en los últimos tiempos por entregas no tan portentosas como antaño. Hyrule Warriors es un exclusivo de Wii U que verá este agosto la luz en Japón, considerado por muchos el mejor musou en la generación HD. Ya hemos podido probarlo a fondo en su versión final que el 19 de septiembre llegará a las tiendas europeas.
Los cánones de la saga de los generales y los combates masivos repiten en Hyrule Warriors, pero todo bajo un imponente prisma The Legend of Zelda que aprovecha para introducir nuevas mecánicas directamente sacadas de las distintas y numerosas aventureas de Link. Buscar bombas para permitir el acceso a una cueva bloqueado por una roca, usar los guantes para excavar en la tierra, el gancho para subir grandes alturas, cargar espadazos circulares que arrasen con todo lo que nos rodea 360º, buscar rupias y corazones en las hierbas o abrir un cofre gigante donde encontrar un objeto especial o nueva arma son ahora mecánicas que se adhieren de maravilla a la conquista territorial devastando oleadas y oleadas de cientos de marionetas, lideradas siempre por los generales, que aquí suelen ser viejos conocidos de Ocarina of Time, A Link to the Past, Skyward Sword, Wind Waker, Majora's Mask, Twilight Princess...
La nostalgia de toda la saga no está solo en personajes, marcadas melodías, ataques, items o diálogos. No hablamos de meras skins sobre un Dynasty Warriors convencional. También reside la magia y el recuerdo claro en situaciones meramente jugables, en mecánicas, en ataques poderosos, en debilidades del enemigo, en diseño de escenarios, en jefes finales... Link en todas sus versiones aquí tiene los golpes exactos correspondientes a cada título que ha protagonizado, también los modelos de las espadas, la amortización de la Trifuerza poseída o no, el formato de salto y bloqueo, escudos, ayudas, etc. Y como él el resto de la vasta plantilla de personajes jugables, donde esta vez hemos jugado con Link, Impa y Sheik, que se unen a Agitha, Lana, Ghirahim, Zant, las asistentes Midna y Fay, el Jefe Goron Darunia, la Princesa Zora Ruto, Zelda en varias versiones, Ganondorf y el resto de confirmados.
La historia, que sucede en un universo paralelo al que sigue la inconexa línea temporal de los juegos The Legend of Zelda, nos muestra a un Link soldado dentro del ejército de la Princesa Zelda, a la que todavía no conoce y ve desde el patio del castillo. Queda prendado, y algo oscuro empieza a acercarse nublando los cielos y desencandenando tormentas y nubarrones. Es Shea, la diosa protectora de la Trifuerza, celosa de la relación cada vez más cercana y romántica de la princesa y el joven guerrero. Hordas de Bokoblins asolan la Llanura de Hyrule, el primero de los niveles del Modo Leyenda, que actúa como campaña principal. Solo dispondremos de Link como controlable al principio, pero la plantilla de luchadores no parará de ampliarse con cada nueva misión superada y aliados.
La disposición Dynasty Warriors está tal cual, con un vasto mapa -bastante vacío pero repleto de enemigos (miles)- que tendremos que tomar ir tomando por zonas, aquí marcadas con un pilar de rombo que se pone en azul cuando tenemos controlada un área y se invocan a nuevas unidades aliadas. Las vías de victoria son dos: conquistar todo el mapa -que puede llevarnos más de hora y media- o cumplir las misiones y eventos que van sucediéndose en diálogos estáticos de la parte inferior de la pantalla en los que participan los personajes intervinientes de cada uno de los 30 actos que dispondrá. Es decir, unas 25-30 horas para acabarlo y el triple o cuádruple para hacer el 100% de todo lo desbloqueable que dispone.
Puro DW, solo que mucho mejor explicado, más accesible, más directo, más didáctivo. Se nota que en Omega Force son conscientes de la cantidad de nuevos jugadores que descubrirán su saga central a través de este episodio tan característico y nintendero, por lo que también se han cuidado los textos en pantalla y que todo recuerde a The Legend of Zelda más que a nada. Lo hemos visto, pronto, en el primer jefe final Rey Dodongo, el conocido enorme lagarto de Ocarina of Time al que arrojarle bombas en la boca para poderlo derribar y en el suelo coser a espadazos. Tal cual estaba en el original. Más ejemplos, una opción para limpiar el mapa de enemigos de un soplido es pedir ayuda a los Goron para que den forma a una enorme y luminosa bomba gigante.
Tres ataques (estándar con cadena de combos, cargado como el movimiento de Link de espadazo circular, y especial o mágico) y un sinfín de posibilidades. Los puntos de magia nos limitan los ataques especiales, demoledores y de mucho alcance, por lo que es importante abrir toda vasija o cofre, pelar arbustos y hierbas en busca de más orbes mágicos que rellenen la barra amarilla, etc. A ellos se suma el movimiento de esquivo con voltereta característica de Link, y el bloqueo con escudo. Saber aprovechar el timing de cada cadena de golpes y saltos es la clave de la limpieza de hordas y maximización de daños para los generales y jefes finales.
Los acontecimientos nos llevan a conocer a la más tosca pero dañina Impa y que ésta tenga que vérselas con una nueva oleada de esqueletos en el interior del Volcán de Eldin. Este entorno presenta una planta más laberíntica y escalonada, con grandes saltos que podremos hacer en una única dirección y nuevbas misiones adicionales, como encontrar las Skultulas doradas que aparecen por tiempo limitado en determinadas áreas. Podremos escoger seguir con Link, pero lo interesante en el Modo Leyenda es ir cambiando de personaje, mejorándolo en progresión y equipándolo como es debido para tenerlos todos a la altura de cualquier combate. La cantidad de objetos de equipo, casillas mejora, elixires de apoyo, etc. es abrumadora.
Para la gestión de todo esto, Hyrule Warriors introduce entre niveles una tienda donde gastar las miles de rupias que recaudaremos en las batallas. Aquí podremos comprar insignias de personaje que actúan como casillas a abrir de cada tablero de progresión. También mejoras y nuevas apariencias para las armas y vestimentas, objetos de apoyo como contenedores de corazón (cada 4 subiremos un corazón la barra de vida), duplicadores de experiencia o elixires que nos otorgan potenciadores temporales, etc. La cantidad de elementos a adquirir es descomunal, además separados por personaje, lo que nos asegura un enorme puñado de horas hasta desbloquear todo, coleccionables de galería incluidos (artes, bocetos de entornos, personajes 3D, canciones, cinemáticas...).
El tercer nivel nos deja manejar a Sheik y nos lleva al Bosque de Farone. Aquí la iconografía y gameplay The Legend of Zelda reaparecen todavía con más fuerza. En un momento dado el jugador tiene que intentar salvar de la quema la Gran Árbol Deku, también nos encontramos con el mítico pollo que al ser atacado, vuelve con fuerza hacia el personaje. Al final del nivel una misteriosa entidad oscura (la bruja) desatará el poder oscuro de la Trifuerza y traerá a esta Hyrule paralela todos los reinos olvidados de otras dimensiones. Esto es, distintas partes del escenario de Skyward Sword, el de Twilight Princess y el de Ocarina of Time. Una revolución de referencias y viajes conocidos por todo fan de Zelda.
Gráficamente Hyrule Wariors muestra un muy buen nivel. Bien es cierto que, como siempre en DW, la IA de los cientos de esbirros enemigos - no los jefes- es bastante floja, sin patrones de ataque variados ni actitud súper agresiva. Esto es así debido a las enormes hordas de marionetas que tendremos por delante. Otra cosa son ya los jefes y generales, mucho más hábiles, resistentes y dañinos. Hemos apreciado alguna ralentización puntual en batallas donde toda la pantalla -literal- está repleta de adversarios. Las guerras masivas están aseguradas contra enemigos bien animados, poligonados e iluminados. Eso sí, en escenarios no demasiado vivos ni interactivos. Las animaciones y fluidez de combos de los personajes jugables es lo mejor de su apartado técnico, con mucha identidad para cada combatiente, desde las ayudantes Midna o Fay hasta los más brutos y contundentes Impa o Jefe Goron Darunia.
El sonido es pura magia Zelda, en todas las melodías y los efectos. Abrir un cofre y que suene la música de hallazgo, la sintonía de secreto descubierto cuando abramos una puerta hasta ahora atascada, etc. siguen siendo totalmente eficaces y características. No estará doblado al castellano pero tiene todos los textos localizados a nuestro idioma. Abundan también las cinemáticas y diálogos, ahora con menos estatismo en busca de llevar un poco más adelante la saga Dynasty Warriors. En definitiva, un cuidadísimo tratado audiovisual que deja claro que Aonuma y su gente no se han conformado con que Omega Force haga una producción mediocre. Nos ha gustado y mucho, tanto en lo jugable como en lo meramente técnico. Quizá estemos hablando del mejor Warriors jamás concebido, y desde luego un producto también imprescindible para todo fan de The Legend of Zelda.
- Acción
Hyrule Warriors es un juego de acción hack'n'slash a cargo de Tecmo Koei ambientado en el universo de The Legend of Zelda para Wii U.