Juegos Ocultos y Olvidados, Abril

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El año, 1914. El lugar, el mítico Orient Express desde París hasta Constantinopla. El momento, unos días antes del comienzo de la 1ª Guerra Mundial. Lo que se disfraza de una novela de misterio es en realidad un profundo y meditado retrato de Europa en esa época, con sus 30 personajes encarnando las identidades, fobias, tradiciones y luchas del viejo continente a principios del Siglo XX. Dejando de lado su simbolismo, The Last Express es una de las escasas pero siempre ilustres creaciones de Jordan Mechner, el creador de Prince of Persia, un juego hecho con innegable pasión para el que se construyó todo un estudio específicamente para él -de hecho es el único juego que produjo-. Nuestra aventura discurre completamente en el tren, todo un micromundo en que cada personaje tiene sus rutinas, actividades y horario, algo que tenemos que tener en cuenta mientras resolvemos puzles, interactuamos y espiamos, con la habilidad de hacer retroceder el tiempo como parte esencial, pero con el condicionante de poder morir y el tener un tiempo límite para resolver el misterio. Su espectacular estilo inspirado en el Art Nouveau de la época y sus animaciones rotoscópicas lo convierten en una auténtica joya visual, uno de los muchos motivos por los que fue un sonado éxito de crítica. Sin embargo, por un lado sobrepasó con creces su presupuesto, estuvo bastante más tiempo en desarrollo de lo que estaba planeado y, por último, tuvo la mala suerte de aparecer cuando su productora, Broderbund, estaba en las últimas y sin equipo de ventas, lo que causó un gran perjuicio comercial. En otras circunstancias hubiera sido una aventura muy exitosa y de hecho, es ahora donde muchos la están descubriendo gracias a su relanzamiento en PC e iOS. 

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Cryostasis es una de esas joyas imperfectas que dependiendo de cómo se tomen puede ser una experiencia frustrante y poco placentera, o una aventura inolvidable. Cryostasis tiene ese encanto de los juegos del este que como Stalker o Metro tienen la huella inconfundible de una cultura distinta a la de muchos juegos occidentales. El argumento del juego nos lleva al Polo Norte, a investigar un barco que quedó encallado hace 30 años en una fallida expedición y del que nada más se supo hasta el momento en el que ponemos el pie allí. Así comienza una historia con elementos de terror psicológico y una ambientación única, con una historia apasionante en el que iremos entrando en los recuerdos de los tripulantes del barco para encontrar qué es lo que pasó. Aunque tiene partes de combate en primera persona -pero planteadas más como escenas de supervivencia que como escenas de acción-, el peso principal del juego radica en la resolución de puzles y el vivir la historia que se va desentrañando. No es un juego perfecto ni mucho menos, su motor presenta múltiples problemas y tiene algunos fallos importantes de ejecución, pero a la misma vez es un título original, diferente y con potencial para impactar.

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Mucho antes de que Treyach se convirtiera en una máquina de producir Call of Duty, era un estudio de Santa Monica que trataba de abrirse camino. Su segundo trabajo fue Die By the Sword, un juego bien recordado por sus fans por lo innovador de su propuesta. Lo normal en un juego de acción de cualquier tipo es que los personajes tengan unas animaciones preestablecidas activadas por comandos, lo que no es realista pero funciona. En Die By The Sword en cambio no había animaciones preestablecidas para controlar los brazos de nuestro guerrero, equipado con espada y escudo, lo que significa que teníamos absoluta libertad para lanzar mandobles en cualquier dirección, probar movimientos nuevos y tener completa responsabilidad sobre nuestro ataque o defensa. El juego tenía un importante factor físico que era especialmente destacable en 1998, y algunas características muy interesantes como la capacidad de apuntar a partes concretas de un enemigo para desmembrarlo -brazos, piernas, incluso cabezas-. Contó con una expansión y cierto seguimiento por su modo multijugador, pero nunca fue retomado.

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Hace bastante tiempo, el blog especializado en PC Rock Paper Shotgun le dedicó un especial en tres partes a este desconocido juego ruso del que quedaba claro que era algo realmente especial, único e increíblemente profundo. Su autor lo definía como el “mejor y más importante título que has jugado”, aunque resumir los porqués de semejante información es complicado. Pathologic tiene tres protagonistas, los tres curanderos de diferentes especialidades y sin ninguna relación entre ellos: uno es un médico, el otro es un chamán, y la tercera en discordia es una niña con extraños poderes paranormales. Manejando a esos personajes, no encontramos dentro de un pueblo afectado por una misteriosa enfermedad, que va avanzando naturalmente según va pasando el tiempo. Se podría definir como un Survival Horror con una estructura abierta y una atmósfera escalofriante, que en parte viene por la ambientación y en otra parte viene por los diálogos y las interacciones con los habitantes del pueblo. Es un juego carente de compasión y durísimo, tanto en temáticas como en mecánicas, con el jugador teniendo que lidiar con los efectos del hambre, la sed, el cansancio, las infecciones y la propia reputación entre los habitantes. Pese a sus muchas virtudes, es también un juego técnicamente con muchísimos agujeros y una penosa traducción al inglés, además de endiabladas decisiones de diseño que lo hacen muy inasequible, pero los que se han sumergido en él lo definen como una de esas obras que cambian tu forma de ver el mundo.

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Lovecraft es una influencia constante e ineludible en multitud de medios y obras contemporáneas. En los videojuegos, su presencia es más que clara en numerosos títulos, aunque sin embargo son pocos los juegos inspirados directamente en los mitos de Cthulhu. Dark Corners of the Earth en concreto es una reinterpretación de The Shadow over Innsmouth, uno de sus relatos más célebres. El título primero establece una parte en la que prima la exploración de Innsmouth, con un elemento de combate en primera persona a medida que las cosas se van complicado. Además de no morir a manos de los horrores en la ciudad costera, deberemos vigilar también nuestra salud mental, que irá empeorando a medida que nos adentramos en unos misterios que no son para ojos mortales; el efecto generará alucinaciones y sonidos extraños a medida que vamos empeorando, llegando un momento en el que el protagonista se suicidara cuando no pueda aguantar más. Esos efectos aumentan todavía más una ambientación tremendamente conseguida, que consigue dar forma al particular universo Lovecraft de forma más que convincente, lo que le da su merecida fama de juego aterrador. La dificultad también contribuía a crear una atmósfera opresiva en la que era difícil sentirse seguro y sólo algunos notables bugs y un complicado proceso de desarrollo impidieron que fuera una experiencia completamente redonda. Desgraciadamente, a pesar de buenas críticas, el juego fue un fracaso comercial, lo que impidió que su estudio llevara a cabo su proyecto de tres juegos basados en la obra de Lovecraft -del segundo, Destiny’s End, hay incluso tráilers, pero fue cancelado cuando nadie se animó a publicarlo-.

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The Fallen Angels (Arcade)

En 1998 llegaba a los arcades un estiloso juego de lucha 2D que no se parecía a ninguno de los clásicos de la época. Contaba con ocho personajes, más dos jefes, y lo elementos que lo diferenciaban era el estilo realista de los combates -o al menos más realista que la mayoría de los juegos de lucha del momento-, y los particulares gráficos y animaciones le daban un aire distintivo que todavía hoy llama la atención. El combate era mayormente cuerpo a cuerpo, con solo unos pocos personajes pudiendo realizar ataques a distancia, a la vez que un sistema de combos y ataques especiales daba dinamismo a los combates. El juego fue lanzado de forma incompleta, con cuatro personajes enterrados en el código por falta de tiempo, y no tuvo ninguna conversión a consola. La mayor parte de sus responsables marcharon a SNK después de este juego, siendo piezas clave en el desarrollo de clásicos como Garou: Mark of the Wolves.

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Data East fue una de las compañías más prolíficas en los salones arcade, con la particularidad de que muchos no vieron la luz en consola -algunos sólo llegarían en forma de recopilatorio tardío-. En todo caso, Fighting Fantasy, conocido fuera de Japón como Hippodrome, es un primitivo juego de lucha One Vs One con algunas curiosas características que lo hacían destacar. El juego seguía el primitivo modelo de lucha de títulos como Yie Ar Kung Fu en el que los jugadores tenían un solo luchador disponible para vencer a un plantel fijo de luchadores, cada uno más difícil. Los controles son rudimentarios, pero permiten una amplia posibilidad de maniobras y golpes, algo que se hace necesario a medida que los rivales van ganando altura. La temática fantástica de magia y espada posibilitaba enfrentarse contra toda clase de criaturas como una Lamia, un demonios o un hechicero, cada uno con habilidades totalmente distintas. Al final de cada combate podíamos acceder a la tienda y comprar alguna mejora para tener mejores posibilidades contra los rivales venideros. Buena música, imaginativos y variados combates, escenarios trabajados y, en general, uno de esos títulos que no dejaba indiferente en los salones recreativos.

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Noise Factory tiene en su haber numerosas joyas ocultas fruto de su relación con SNK, siendo un estudio que no tiene tanto crédito como merecería. Uno de sus primeros juegos es buena prueba de ello, siendo este Gaia Crusader un Beat’em Up de mucha calidad y muy imaginativo, con una amplia selección de personajes que se va ampliando a medida que se avanza en el juego, formando un total de siete protagonistas, que coinciden con las siete piezas necesarias del objeto místico conocido como Demon’s Tear, necesarios para restaurar un mundo dominado por los demonios. Además de la variedad de personajes, combos y conjuros de cada uno de los luchadores protagonistas, Gaia Crusader destaca por la gran imaginación de sus escenarios, enemigos y jefes, haciendo que nuestro viaje por esta tierra post-apocalíptica entre por los sentidos, acompañando perfectamente a la acción. Viendo muchas de las cualidades de este título se puede ver fácilmente el porqué este equipo hizo tan buen trabajo con el posterior Sengoku 3.

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El cuarto Beat’em Up de la historia de Irem y uno de los mejores -y más estrambóticos-. El juego bebe de la experiencia de Undercover Cops y presenta un plantel de cuatro personajes con una gran variedad de movimientos, combinaciones y ataques especiales fruto de comandos especiales con el joystiq. Pero a diferencia de su antecesor, Ninja Baseball cambia la oscura versión del futuro por un universo absurdo repleto de color, en el que cuatro ninjas robóticos vestidos de jugadores Baseball, combatiendo contra toda clase de estrafalarios oponentes como pelotas con ojos y catchers mecanizados. Es un Beat’em Up absolutamente brillante, con una gran diversidad de estilos y movimientos entre sus protagonistas y un desarrollo que nunca deja de sorprender, ayudado por sus excelentes gráficos. Fue un éxito en Japón, pero un rotundo fracaso en Estados Unidos donde se convirtió en una rareza, por lo que nunca fue llevado al formato doméstico.

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Algunos juegos brillan por sus mecánicas, otros por su historia, su ejecución o por alguna idea especialmente destacable. PuLiRuLa en cambio destaca por ser demencial, por presentar un mundo nacido con toda seguridad del consumo de alucinógenos. Disfrazado de Beat’em Up con coloridos gráficos, pronto empezamos a conocer los primeros atisbos de la locura del juego cuando comienzan a aparecer los enemigos más estrambóticos que puedas echarte a la cara, que a su vez quedan en mantillas cuando nos encontramos a personajes y jefes que, en vez de seguir el estilo de dibujo animado, son digitalizaciones de seres humanos, como una señora con traje que ondea como si fuera una bandera y que nos explicará amablemente una disparatada premisa a modo de misión. A partir de ahí es todo un viaje con jefes de dos piernas gigantes de mujer abiertas o una cabeza flotante, entre otras muchas locuras que hacen especial a este título.

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No hay demasiados juegos de Muscleman, pero de los que hay destaca esta pequeña y poco conocida joya exclusiva de Gamecube y desarrollado por un estudio especialista en el género de la lucha libre como Aki. Bajo la premisa de enfrentar a los mejores luchadores de las dos grandes generaciones de la serie, nos encontramos ante un excelente juego de lucha libre que hace de excelente fanservice para los amantes de la serie. Cuenta con 20 personajes, un sistema de combate muy ágil y lleno de posibilidades, todo tipo de llaves especiales individuales y por equipos así como un fantástico cel-shaded que hace honor a los personajes presentes. Un ejemplo de cómo hacer un título licenciado.

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XIII fue un valiente intento por parte de Ubisoft de crear algo diferente en el abarrotado espacio de los FPS. Tirando del cómic belga de mismo nombre, XIII nos pone en el papel de un personaje amnésico que descubre que está siendo perseguido por asesinar al presidente de los Estados Unidos, todo parte de una densa amalgama de conspiraciones. El título trata de combinar elementos de acción con sigilo, presentando secciones que requieren de diferentes aproximaciones como un contrapunto a los shooters más “directos”. Lo mejor de XIII, sin duda, era su presentación, un estiloso cel-shading con el que aproximarse al cómic de Jean Van Hamme y William Vance. dado su final es seguro que la compañía planeara una secuela, pero las ventas no debieron acompañar, así que todo quedó en un gigantesco cliffhanger.

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Tsugunai: Atonement (PS2)

Tsugunai es un casi desconocido JRPG con una original premisa. Controlamos a Reise, una mercenaria que se gana la vida aceptando los trabajos más peligrosos, lo que le lleva a robar una especie de objeto sagrado. Esto resulta ser una gran equivocación cuando los dioses, enfadados, separan su alma de su cuerpo en castigo. La única manera que tiene de expiar su pecado es poseer a los habitantes de un pequeño pueblo de pescadores, usando sus cuerpos para realizar tareas imposibles de hacer por ellos mismos. Tsugunai no es un juego fantástico, pero tiene sus virtudes, como un original sistema de misiones que nos permitirán explorar distintas vidas y puntos de vista dentro del lugar. Su mejor virtud es una fabulosa y poco conocida banda sonora a cargo de Yasunori Mitsuda.

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Uno de los últimos de Games Republic y uno de los habituales en las discusiones sobre los tapados de la generación que se va. Majin tiene muchas cualidades, particularmente una presentación fantástica, unos gráficos bellos a pesar de algunas imperfecciones y una gran historia, apoyada en la pareja protagonista -un humano ladrón y una bestia mítica-. De esa particular relación nace también una mecánica que se divide entre combates y puzles, en los que hay que combinar la habilidad del humano con la potencia de la bestia y su capacidad de producir electricidad. No es un juego perfecto ni mucho menos y tiene algunos problemas, especialmente por algunas partes algo tediosas, pero es uno de esos juegos que merece la pena probar.

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Cuando Wii demostraba una potencia de ventas imparable, Capcom trató de subirse a la ola con un original, excelente y algo impropio título. La compañía de Osaka no es precisamente conocida por sus aventuras gráficas, pero Zack & Wiki usaba un planteamiento parecido para dar forma a un juego de puzles y aventuras en el que el control de Wii era absolutamente clave para la resolución de puzles. Un juego tremendamente completo y redondo, con unos excelentes gráficos, uno de los mejores usos del mando, imaginativos puzles y divertida historia. Desgraciadamente, nada de eso sirvió para que se convirtiera en un éxito de ventas, por lo que nunca más se retomó ni se planteó nada similar.

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Un muy ambicioso título protagonizado por una “extraña pareja”: Rynn, una guerrera en busca de rescatar a su hermano, y Arokh, un legendario dragón con una marcada personalidad. El título tiene obvias influencias de Tomb Raider en su parte de exploración de mazmorras con Rynn, pero además cuenta con un mundo fantásticamente concebido, que podemos ver a vista de pájaro a lomos de Arokh en emocionantes secuencias de combate aéreo. Un título muy destacado, tremendamente ambicioso y muy puntero gráficamente en su día, que sin embargo no obtuvo el éxito que merecía. Sólo existe una secuela para PS2, pero la serie tenía el potencial de haber sido mucho más.

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En un mundo ideal, Dynamix debería haber tenido un gran éxito en base a la calidad de sus aventuras, aunque en la historia quedará más como los creadores de Tribes. Heart of China fue el mejor de sus intentos, un juego que no sólo contaba con unos gráficos impresionantes para la época -mezcla tanto de imágenes digitalizadas como hechas a mano-, sino que tenía una historia realmente trepidante, una aventura en el corazón de china encarnando a Jake “Masters” contratado para una difícil misión de rescate. De estructura más abierta que otras aventuras de la época, Heart of China es un ejemplo de cómo desarrollar una narrativa interactiva, en la que podríamos obtener diferentes finales según nuestras decisiones -que por otro lado también podían matarnos-. A pesar de ser un gran desconocido, es una fatástica aventura que merece mucho más reconocimiento del que tiene.

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En la primera mitad de los 90, Interplay lanzó dos aventuras inspiradas claramente en la obra de Lovecraft: Shadow of the Comet y este título, una continuación indirecta. Con elementos propios de Mountain of Darkness, Prisioner of Ice en particular es una trepidante aventura en la que nos adentramos en los mitos de Cthulhu, recorriendo diferentes partes del mundo en una terrorífica carrera por evitar la llegada de los Viejos Dioses. Visualmente era un juego muy destacable gracias al uso de gráficos prerenderizados, escenarios realistas y unas impresionantes escenas cinemáticas que contribuían a elevar la tensión de un juego que a pesar de ser una aventura, tenía momentos de gran urgencia en el que había que encontrar rápidamente la forma de resolver el puzle a riesgo de ser devorado por alguna bestia. 

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Fatal Racing (PC)

Una mezcla entre Stunts y Destruction Derby en el que contábamos con una gran selección de coches para recorrer alocados circuitos repletos de loops, curvas imposibles y saltos gigantescos, todo mientras nos enfrentábamos a una IA agresiva en los coches batallaban directamente entre ellos. El hecho de que saliera sólo en PC en una época de dominio en consolas, especialmente en cuanto a juegos de conducción, contribuyó a que no tuviera el impacto que merecía, pero es un juego bien recordado por aquellos que lo disfrutaron en su día.

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Otro de los grandes desconocidos de Data East en los salones recreativos, aunque correría más suerte en cuanto a conversiones domésticas que otros juegos del estudio. La idea era crear un título de lucha libre pero dentro de un ambiente mitológico, con luchadores como el Minotauro, Amazona o el Hombre Lobo, entre otros. Además de una gran presentación, con grandes y detallados personajes, Mutant Fighter destacaba por sus espectaculares movimientos especiales, en el que cada luchador tenía una poderosa llave especial con una larga secuencia cinemática en el que rival solía volar por los aires. Definitivamente uno de esos juegos que no eran tan habituales en los salones, pero que quedaba para el recuerdo de los que sí lo probaron.

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Repositorio

Dedicaremos esta última página a repasar los nombres que ya hemos comentado en anteriores entregas, a fin de que sirva como herramienta de consulta para todos los lectores que se vayan enganchando con el tiempo. Los artículos van enlazados en su titular, con la lista de todos los títulos incuidos en ellos.

Juegos Ocultos, Generación PS2, Xbox, GC

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Juegos Ocultos PS2 Exclusivos

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Arcades

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Juegos Ocultos PC

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