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Shadowrun: Dragonfall

Shadowrun: Dragonfall

Shadowrun: Dragonfall

Shadowrun: Dragonfall es la primera expansión que recibe la última adaptación para PC de este popular juego de rol. Una campaña completamente nuevo, en un escenario totalmente diferente, para un juego avalado por miles de usuarios que confiaron en el proyecto de Harebrained Schemes. Una mezcla única de fantasía cyberpunk, que vuelve a mostrarnos el potencial de los estudios independientes.

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Han pasado poco más de 9 meses desde el lanzamiento de Shadowrun Returns, tiempo más que suficiente para que sus responsables hayan gestado una nueva campaña oficial. Bajo el sobrenombre de Dragonfall, Harebrained Schemes quiere que su juego estrella perdure en nuestros equipos durante algo más de tiempo. Para ello, han diseñado una nueva campaña ambientada a kilómetros de emblemática Seattle, capital por excelencia de la mayoría de las aventuras de los shadowrunners. Destino: Berlín, una ciudad que después de El Cambio ha mantenido su diversidad cultural convirtiéndose en hogar de humanos, elfos, enanos, orcos y trolls. Lejos quedan los miserables tiempos en los que el Gran Dragón Feuerschwinge asolaba el territorio, hasta que pudo ser derrotado en el evento que da nombre a la campaña: Dragonfall. Desde entonces, Berlín se mueve en una equilibrada anarquía -conocida como "Flux State"- que ha convertido la ciudad en el terreno de juego perfecto para cualquier shadowrunner con ganas de hacer dinero rápidamente.

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Al igual que en Shadowrun Returns, comenzaremos la campaña creando nuestro propio personaje. Originalmente, es imposible volver a utilizar el que fuese nuestro protagonista en la anterior historia: Dead Man's Switch, aunque si alguien tiene especial interés puede recurrir a algunas de las herramientas que los usuarios han creado (sumamente sencillas de encontrar si disponemos del juego en Steam, pues hace uso de Steam Workshop) Nuestro shadowrunner es un recién llegado en Berlín, pero no un novato en este negocio. Allí se ha encontrado con una antigua compañera llamada Monika Schäfer, habilidosa tecnomante que no duda en llamarnos para que formemos parte de su equipo durante el próximo encargo. La tarea, sencilla en la teoría, consiste en robar unos datos que se encuentran en un castillo cercano a Berlín. Sin demasiados guardas de seguridad por delante, el equipo no debería tener demasiadas dificultades para hacerse con el botín, y salir de ahí sin que se haya notado demasiado su presencia. Podéis imaginar que, finalmente, nada es tan fácil.

Los eventos que acontecen durante este encargo nos encaminarán a una emocionante campaña en la que se mezclarán los encargos habituales y la búsqueda de venganza, mientras que nombres que parecían olvidados por los berlineses parecen resurgir de entre los más oscuros y terribles rincones de la memoria. No os contaremos más al respecto, para no desvelar la trama de una historia que bien podrá durar una docena de horas frente a la pantalla. Y, dicho sea de paso, con un desarrollo bastante más entretenido que la original. Porque, aunque la trama principal no se desvía en exceso del camino marcado, Dragonfall ha tenido a bien incluir muchas más misiones alrededor de esta línea argumental. Eso facilita una sensación de libertad de movimiento mucho mayor que la ofrecida por Dead Man's Switch, en la que siempre teníamos la sensación de dirigirnos inevitablemente hacia un desenlace que no tendría en cuenta nuestras decisiones durante la partida. Algunas opciones de diálogo, también tendrán cierto impacto en la trama. Y hasta encontraremos guiños a la primera historia.

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El elenco de acompañantes durante la nueva trama, es bastante variopinto. Comenzando con Monika, la tecnomante que nos acoge en su equipo dando pie al comienzo de la historia. Seguimos por Eiger, una soldado orco que se rige por un estricto código militar, lo que nos podrá poner en apuros a la hora de tratar con ella. El chamán Dietrich, que suple su avanzada edad -tratándose de un shadowrunner- con experiencia y profesionalidad. También tenemos a Glory, una samurai callejera bastante hermética y misteriosa, pero en la que no es complicado confiar para que guarde nuestras espaldas. Posteriormente iremos conociendo otros compañeros, como Blitz, y personajes o enemigos importantes en la trama como Paul Amser, Audran, Green Winters, ... Un reparto lleno de protagonistas carismáticos, que ayudan a dejar un buen recuerdo de esta nueva campaña. Dignos de la imaginación de un buen director de juego preparando sus sesiones de Shadowrun.

Si tuvisteis la oportunidad de jugar a Shadowrun Returns, de obligada propiedad si queremos instalar Dragonfall, esta primera expansión no os sorprenderá con sus mecánicas. Apenas ha habido cambios en lo jugable, comprensible en la medida de que el sistema de juego es el que es: Una adaptación de las reglas del juego de rol Shadowrun, trasladando sus dados y fichas de personaje a la pantalla de nuestro equipo. Harebrained Schemes sí que ha tenido en cuenta las quejas de los usuarios, siendo una de las más repetidas la imposibilidad de guardar la partida durante grandes tramos del juego. Con la instalación de Dragonfall, se abre la posibilidad de almacenar progresos casi en cualquier momento -salvo cuando la trama lo impida por razones obvias- y además facilita esta opción para los que quieran disfutar de la anterior campaña con esta funcionalidad. El manejo del juego sigue siendo muy intuitivo, cualquier aficionado al género acabará por dominar el control del personaje y los combates tácticos por turnos que nos ofrece este universo cyberpunk.

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Shadowrun: Dragonfall repite en lo relativo al apartado técnico, demostrando originalidad a la hora de recrear el nuevo escenario que supone Berlín. Los detalles del entorno nos permiten apreciar que, efectivamente, ya no nos encontramos en Seattle. Harebrained Schemes podría haber caído en la tentación de abandonar este aspecto a su suerte, pero si los diseños para Dead Man's Switch eran más que merecedores de la licencia que adaptan, los de Dragonfall no se quedan atrás. A esto tenemos que sumarle la más que notable ampliación de los escenarios, en los que ahora podemos vagar buscando conversaciones, tiendas o misiones. Sumando esto con las opciones añadidas en cuanto a linealidad de la trama argumental, Dragonfall marca un nuevo camino para Shadowrun Returns, mucho más cercano a lo que un título de estas características debe ofrecer. De hecho, algunas de las modificaciones disponibles para el juego siempre se han orientado en ese sentido, como muestra inequívoca de qué es lo que quieren los jugadores.

También se reutilizan gran parte de las melodías de Dead Man's Switch, que fueran compuestas por los responsables del sonido en el juego de 1993 para SNES. En cuanto a localización, la campaña aún no está traducida a nuestro idioma. El equivalente para su campaña anterior, lo que es existir, existe... aunque si el inglés no es un problema para vosotros, casi es mejor que la dejéis inactiva. Cada vez que se puede disponer de un título traducido al castellano, es algo de agradecer, pero hay cosas que es mejor no hacerlas si no se van a hacer bien. La traducción del juego contiene errores garrafales -cámara "gratis" en lugar de libre es uno de tantos- y la forma en la que se han traducido algunas frases hacen que pierdan algo de sentido. Si con Dragonfall se va a optar por hacer lo mismo, casi es preferible que nos acostumbremos a la idea de que Shadowrun Returns se debe jugar en su idioma original. Además, si dejamos activada la opción de castellano, algunos términos sí que se traducen en la campaña de Dragonfall, lo que puede ser molesto y caótico. Todo muy a lo Berlín del 2054.

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8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.