The Elder Scrolls Online, Impresiones

Después de casi 7 años de desarrollo, el MMO basado en una de las sagas más populares del mundo del rol muestra sus características. Durante los últimos días, hemos tenido la oportunidad de crear nuestro propio personaje y recorrer las tierras de Tamriel, compartiendo la experiencia con jugadores de todo el mundo. Aún faltan un par de meses para que el juego se publique de forma oficial, y por eso queremos contarles las primeras impresiones que nos ha causado el título de Bethesda Softworks y Zenimax Online Studios. Si todavía no han acabado con Skyrim, hagan un espacio, porque The Elder Scrolls regresa con su gigantesco mundo abierto y añadiendo la posibilidad de que podamos vivir aventuras junto con nuestros amigos. Al fin y al cabo, ¿no es esa una de las opciones que siempre han ansiado sus seguidores? Estos han sido nuestros primeros pasos en Tamriel.

Lo primero, como en todo MMORPG que se jacte de serlo, es crear nuestro propio personaje. The Elder Scrolls Online mantiene todas las opciones habituales de la saga, con lo que podremos escoger tanto sexo como especie. En este segundo elemento se encuentran disponibles algunas de las tradicionales en el juego: Bretón, Orco, Guardia Rojo, Alto Elfo, Elfo del Bosque, Khajiita, Argoniano, Elfo Oscuro o Nórdico. En grupos de tres, pertenecen a Alianzas distintas. Las tres primeras corresponden a The Daggerfall Covenant, las siguientes a The Aldmeri Dominion y, por último, The Ebonheart Pact. Esta es la única limitación que nos ofrece la elección de una raza, puesto que marca de antemano la facción a la que vamos a pertenecer durante el resto de la partida, ya que se desconoce si será posible cambiar este aspecto.

En cuanto a clases, actualmente hay 4 disponibles: Dragonknight, Sorcerer, Nightblade y Templar. El primero es un combatiente de cuerpo a cuerpo puro y duro, preparado para aguantar grandes embestidas y causar daño en las distancias cortas. El segundo utiliza el poder de la magia para defenderse y causar daño a los enemigos. El tercero es un luchador rápido, además de un preciso tirador si se arma con proyectiles. El último caso es un tipo especial de guerrero y hechicero, capaz de apoyar a sus compañeros de grupo y sanarles. Cada clase cuenta con la capacidad de desarrollar poderes únicos, aunque la evolución del personaje puede dirigirse casi como queramos. Y es que, a la hora de aumentar características, solamente son 3 las opciones disponibles: Salud, Resistencia y Magia.

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Nada impide que un Hechicero mejore su Salud antes que su Magia, aunque será extraño si llega a los niveles de un Caballero del Dragón. Sin embargo, este trío de opciones nos permitirá dirigir a nuestro personaje en la dirección que nos parezca más adecuada. ¿Nuestro Templario peleará mucho en cuerpo a cuerpo? Mejor aumentar un poco su Salud. ¿El Caballero se complementará con hechizos? Quizás tengamos que gastar algún avance en Magia. Solamente hay un punto por cada nivel, y la decisión no tiene vuelta atrás. En el caso de los poderes, también ganaremos un punto por nivel, que podremos usar en comprar nuevas capacidades o mejorar las existentes. Por un lado tendremos, como decíamos, las de cada clase, a las que sumaremos las propias de cada especie, las de cada tipo de arma -a dos manos, arcos, espada y escudo- hechizos, etc...

Cada uno de esos árboles irá desbloqueando nuevas opciones cuando el nivel total del personaje alcance cierto valor. Pero, a su vez, cada poder y habilidad irá incrementando su propio rango de forma independiente... y de la manera habitual en la saga: Con el uso. Cuando más combatamos con una espada y un escudo, más subirá nuestra habilidad en la materia... y lo mismo ocurre con las capacidades especiales. Esas mejoras implican que los poderes vayan siendo más efectivos y que, llegados a un punto, puedan evolucionar en nuevas capacidades avanzadas. Cada poder, llegado a cierto punto, se divide en dos opciones entre las que podremos escoger. Eso sí, previo pago de un punto de avance para habilidades. Si no nos quedan, mantendremos la capacidad en su estado actual, y podremos mejorarla más adelante. Afortunadamente, a veces se nos recompensa con puntos de habilidad sin haber aumentado de nivel.

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The Elder Scrolls Online cuenta también con un interesante sistema de artesanía, muy similar a lo visto en Skyrim. Podremos forjar, curtir o coser nuestras propias armas y armaduras, fabricar pociones, encantar runas y cocinar. Para ello, solamente será necesario contar con los ingredientes o materias primas correctas, que pueden ser adquiridas en tiendas o recolectadas por las distintas zonas del juego. También dependiendo de nuestro nivel de habilidad de la artesanía concreta y de las recetas que hayamos aprendido, podremos construir unos objetos u otros. En primera instancia, las armas y armaduras dependerán de la especie que hayamos escogido. Una característica especial es que todos los elementos de este tipo -armamento y protección- que fabriquemos, necesitará de un componente especial dependiendo del diseño del mismo, que depende directamente de la raza elegida.

El mundo es vasto, aunque inicialmente estaremos relegados a regiones muy concretas. En lo que a línea argumental se refiere, comenzaremos el juego de la manera habitual: Cautivos. Después de conseguir liberarnos, llegaremos a Tamriel y podremos empezar a explorar y realizar misiones. Conforme vayamos descubriendo zonas, podremos trasladarnos a cualquier región conocida ya sea con transporte tradicional -a pie o en montura- o usando capillas que nos permiten materializarnos ante cualquier otra capilla descubierta en Tamriel. Aquí hay que destacar que las zonas no permanecen estáticas: Si se ha producido un cambio en un pueblo como consecuencia de nuestro avance en la campaña, al regresar no lo encontraremos como si nada hubiera pasado. Parece que los actos en el juego, permanecen, lo que otorga una buena sensación de coherencia, y dinamiza el entorno de Tamriel.

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Sin embargo, al viajar no dejamos de tener la impresión de encontrarnos en un MMO al uso, sobre todo por lo estático de los enemigos. Aunque sigan rutas y no permanezcan estáticos, se nota perfectamente que sus movimientos están limitados, y se pierde mucho de ese realismo que sí que tienen los títulos originales de la saga. Los pueblos y ciudades tampoco tienen el dinamismo tradicional, sin proporcionar esa movilidad de los ciudadanos en sus quehaceres diarios. En este sentido parece que, más que tomar The Elder Scrolls y añadir características de multijugador, se ha hecho justo lo contrario: Coger un MMO y calzar el entorno y mitología de la saga de Bethesda. Al menos, con las zonas que hemos podido ir visitando y con la versión actual. Veremos si esta percepción de Tamriel puede variar de aquí a dos meses.

Gráficamente, The Elder Scrolls Online luce espectacular, y ha respetado al máximo el diseño de personajes y entornos que hemos podido disfrutar en el más reciente representante de la saga. Cada parte del escenario contiene gran cantidad de detalles, y los modelados y animaciones son más que correctos. Podremos alternar entre las tradicionales vistas en primera o tercera persona, para gusto del habitual en The Elder Scrolls. En cuanto a sonido, el juego viene bien acompañado con una banda sonora de corte épico, también al estilo que nos tiene acostumbrado el estudio. Algunos personajes cuentan con voces, actualmente en inglés. Aunque Bethesda nos tiene acostumbrados a traducir tanto juego como diálogos, no sabemos si esto segundo ocurrirá también en el MMORPG.

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Ahora solamente resta esperar los dos meses que nos separan del lanzamiento de este prometedor videojuego. La posibilidad de poder visitar Tamriel en compañía es, cuanto menos, apasionante. Lo que hemos podido ver de The Elder Scrolls Online parece respetar, en gran medida, tanto el tono como el aspecto general de la saga. Aún es pronto para decir mucho más al respecto, pero el trabajo parece estar a la altura de los mejores representantes de su género. Faltará responder si también será el complemento que todos esperan, para una serie de títulos que ya ha hecho historia en el mundo de los videojuegos.