Strider, Impresiones
Muchos años después, Hiryu vuelve a protagonizar un juego con este Strider, reboot de la mano de Double Helix para diversas plataformas. Probamos una versión preview antes de su salida oficial.
Strider está de vuelta. Capcom ha decidido recuperar definitivamente a su carismático ninja para que sea protagonista del enésimo reboot que hemos revivido en esta generación de consolas que ya acaba. Hiryu buscará impartir justicia en un título desarrollado por Double Helix, equipo que está de plena actualidad desde que consiguieran devolver a la vida, y con éxito, Killer Instinct para la nueva Xbox One. Ahora se atreven con un juego de acción lateral que quiere mantener la esencia de la franquicia y ser a la vez lo suficientemente moderno para tentar la suerte de todo tipo de jugadores. La mezcla parece no salir nada mal, si decimos la verdad después de estar durante un buen rato con la versión preview del título que saldrá en PC, PS3, PS4, Xbox 360 y Xbox One.
Según explica la introducción de este reboot, Nos ubicamos en el año 0048 de la era Meio, un futuro alternativo del planeta tierra donde el Gran Maestro Meio domina de manera opresora encima de toda la sociedad. Aquí es donde aparece Hiryu, joven un experto en el asesinato y el sabotaje que además es el mejor de los reclutas en superar el programa de entrenamiento de Striders y capaz de conseguir el único objetivo que puede valer en un mundo como este: acabar con el malvado dictador. Esta premisa está de más, ya que el juego arranca de manera abrupta, inmediata: damos al start y en nada estamos destrozando enemigos. De eso trata Strider, de hecho, avanzar y acabar con todo lo que va apareciendo ante nosotros.
Lo primero que destaca de los minutos iniciales de Strider es su propia disposición. Double Helix ha sido fiel a la esencia de la franquicia proponiendo un juego de acción en 2D en el que se han ampliado las miras. En esta ocasión no se trata solo de avanzar por un camino más o menos marcado, sino que el mapa se abre para ofrecernos un desarrollo al más puro estilo Metroid: tendremos diversos caminos que podremos visitar y revisitar cuando vayamos subiendo habilidades para descubrir todo tipo de secretos y de extras. No es exactamente un Super Metroid en el que pasamos varias veces por un mismo lugar, pero sí ofrece un toque de exploración interesante si no queremos perdernos nada.
El control de Hiryu es sencillo. Tenemos el botón de salto, dos ataques (normal y fuerte) y un cuarto botón que nos sirve para usar algunos ataques extras. Son las herramientas que tenemos en nuestras manos para ir acabando con todo tipo de enemigos. Hemos podido ver ya algunos de ellos, que van desde los soldados que nos disparan desde todos los puntos posibles, a una especie de mini helicópteros voladores, pasando por otros que van apareciéndose posteriormente: ninjas que se mueven a gran velocidad, soldados armados con un escudo de protección o robots pesados con dos enormes mazas en sus brazos. La IA de los enemigos no es especialmente profunda, sino que está marcada por una serie de patrones que debemos aprendernos: algunos tan sencillos como los soldados que se cortan en un santiamén y otros más duros, como los de mayor envergadura que tienen unos movimientos concretos de ataque.
El tipo de enemigo es uno de los detalles interesantes de Strider en su vocación de ofrecer un título a caballo ente la nostalgia y los tiempos actuales. Los combates desprenden ese olor a arcade de toda la vida, donde la sencillez de mecánicas de los enemigos se compensa con la variedad de enemigos y también la necesidad, de parte de los jugadores, de aprender los patrones de los mismos. Un rival por sí solo no es complicado, pero varios de ellos disparando, los que llevan escudos repeliendo nuestros movimientos y los siempre molestos enemigos voladores es otra cosa. Strider es exigente, no desesperante como algunos indies que hemos visto, pero nos invita a morir de vez en cuando (cuenta con tres dificultades, hablamos de la normal).
Tanto la perspectiva como la fórmula de combate es “old school”, pero el trabajo de Double Helix va un poco más allá ofreciendo un producto en el que se puede rascar más de lo que parece en un primer momento. La exploración y distribución de un mapa “libre” es todo un acierto, ya que los que quieran simplemente avanzar sin cesar lo podrán hacer y los que quieran explorar secretos y lugares escondidos también se pueden dar por satisfechos. En general, los niveles que hemos probado se rigen por un mismo patrón: empezamos viendo diversos caminos a los que no podemos acceder; llegado a un punto, y después de una lucha con un jefe de turno, desbloqueamos una nueva habilidad para Hiryu que nos permite avanzar y revisitar esos caminos que estaban bloqueados.
Algunas de las habilidades que vamos descubriendo sirven tanto para el toque aventurero como para el combate. Una de ellas es mejorar nuestro barrido, de tal manera que podemos romper algunas estructuras por las que nos podemos colar. Otra es un ataque de carga, que permite encender algunos generadores por un lado y por otro romper los escudos de los enemigos que lo llevan consigo. Una tercera habilidad que aprendemos es un golpe vertical cuando saltamos que, cómo no, nos sirve para romper unas estructuras en forma de “suelo falso” que nos abren más de un camino secreto. Extras que nos permiten subir elementos como nuestra vitalidad máxima o los artes conceptuales que desbloqueamos son algunas de las sorpresas con las que podemos dar cada vez que mejoramos nuestras posibilidades.
A todo esto, Hiryu no es solo un gran luchador. Gracias a sus herramientas podemos caminar casi por donde queramos, sea paredes o techos. Nos clavamos directamente y podemos avanzar por todas las estructuras del escenario, ofreciendo un punto distinto a los clásicos brawlers 2D ya que tenemos un ámbito de acción mayor de lo que es habitual. Además, contamos con diversos power ups o ataques extras que –gastando barra de energía- nos servirán para facilitarnos las cosas. Uno de los primeros que descubrimos es un ataque de halcón que golpea a todos los enemigos que hay en pantalla a ese momento, o los archiconocidos kunais.
A la mecánica de juego están también los jefes finales, que nos ofrecen una serie de desafíos interesante (aunque es cierto que los primeros con los que combatimos, una vez uno aprende sus patrones, no son excesivamente complicados). Un enorme dragón mecánico protagoniza el combate más espectacular, teniendo que movernos sobre su lomo mientras superamos todo tipo de obstáculos. Otros, como un ninja veloz o el robot gigante de mazas enormes cumplen el perfil del clásico sub jefe de antaño: una vez lo eliminas, pasa a convertirse en un enemigo raso más dentro de la variedad de rivales que vamos encontrando y que va in crescendo. A más habilidades, más difíciles y distintos son los enemigos que nos vamos encontrando a nuestro camino.
Strider es un título que se ha renovado también en lo audiovisual, con un diseño que intenta seguir tanto la ambientación futurista de la entrega original como añadir las bondades técnicas de los tiempos que corren. No es un juego que se vea deslumbrante en movimiento, pero sí muy funcional y convincente a la hora de recrear este universo futurista dominado por una dictadura (en la ciudad veremos algunos carteles diversos que ofrecen detalles al fondo de los escenarios). Algunos contrastes jugando con colores negros con otras zonas mucho más iluminadas también están bien ejecutadas. El juego además se mueve a una tasa de framerate sólida en todo momento y la acción en combates es dinámica y fluida. Todo bien aliñado con algunos temas del juego original con nuevos arreglos. Un título multiplataforma que apunta maneras, tanto para nostálgicos como para amantes de la acción en general. Faltará ver cómo acaba la versión definitiva.
- Acción
- Plataformas
Strider representa el regreso del ninja de Capcom a cargo de Double Helix en forma de plataformas de acción en scroll lateral descargable para PC, PlayStation 3, PlayStation 4, Xbox 360 y Xbox One.