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El timo de la tabletita

Las compras integradas dentro de los videojuegos mal llamados “free to play” son cada vez más numerosas. Ya han invadido por completo smartphones y tabletas, y comienzan a extenderse a las consolas de sobremesa. ¿Lo más grave? Muchos de esos juegos están recomendados para menores de edad, algo a lo que la industria no parece prestar atención.

A lo largo de esta semana saltó una noticia más acerca del culebrón free to play y sus compras integradas dentro de títulos que tratan de atraer al consumidor haciendo gala de una gratuidad que en la mayoría de los casos es más falsa que un billete de nueve euros. Apple pagará unos 32 millones de dólares a usuarios que en su mayoría se encontraron con la “sorpresa” de facturas de varios miles de dólares/libras/euros en sus tarjetas de crédito, todas provenientes de compras en la App Store de la compañía de la manzana. Dichas cantidades habían sido en su mayoría gastadas por los pequeños de la casa, a los que sus padres descargaban un juego free to play y les cedían la tableta o el smartphone para que se entretuvieran. ¿El problema? Dentro de dichos juegos free to play se ofrecen compras integradas a unos precios que en los casos más flagrantes superan de lejos a los de un juego triple A en formato físico.

Así, el tierno infante comienza a pulsar sobre la pantalla… y en pocos segundos los euros vuelan a cientos de la cuenta paterna, dado que la opción de pago no desaparece por mucho dinero que se gaste en el juego. Las protestas de los padres han sido las que han llevado a Apple a tomar cartas en el asunto, tratando primero de hacer más visible lo de las compras integradas, recordando luego que dentro de sus dispositivos existen opciones para desactivar la posibilidad de efectuar dichas compras integradas, y ya por último con la mencionada devolución a los padres afectados del dinero cargado en sus tarjetas de crédito. ¿Son suficientes estas medidas? Bajo mi punto de vista, rotunda y categóricamente no, ya que estamos hablando de juegos recomendados para menores de edad. Muchos opinan que la culpa de todo no es sino de los propios padres, los cuales descargan un juego cualquiera y se lo dan a sus hijos para que éstos se callen y los dejen tranquilos.

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"Muchos opinan que la culpa de todo no es sino de los propios padres, loscuales descargan un juego cualquiera y se lo dan a sus hijos para queéstos se callen y los dejen tranquilos"

 Un padre puede tener un conocimiento básico de los videojuegos, pero desde luego debe ahondar más en dicho conocimiento para ser consciente de la estafa del free to play, algo relativamente reciente dentro de la industria del videojuego. Sin embargo, quizá deberían dejar de lanzarse piedras al tejado de los padres y dirigir el punto de mira a las compañías. Bajo mi punto de vista, encontrar juegos recomendados para niños de corta edad con compras integradas es algo tremendamente grave, pero que bien por falta de regulación, bien por simple omisión interesada (ya se sabe, hay que obtener el máximo beneficio a toda costa), o bien porque en esta locura de sociedad capitalista en la que nos encontramos inmersos ya nada nos sorprende o preocupa, se ignora por completo.

Todos nos rasgamos las vestiduras cuando un padre compra a su hijo de diez años un Grand Theft Auto (y ojo, que yo soy el primero en hacerlo), pero ¿por qué demonios nadie ha dicho aún ni pío cuando en juegos como Angry Birds Go, Los Pitufos o Mega Jump 2, juegos recomendados para menores de edad, se ofrecen compras integradas de hasta 90 euros? ¿Es que en este caso no hay que proteger al menor? Como padre, NO quiero eso en un juego dirigido a mi hijo. El simple hecho de que esté ahí me indigna, y me hace sentir lástima como aficionado de esta cada vez más avariciosa industria, y asco como progenitor. Que esas compras existan en cada vez más juegos, como hace poco viene sucediendo en GTA V, me entristece, pero allá lo que hagan las compañías y allá lo que haga cada uno con su dinero, ya que estamos hablando de un juego dirigido a mayores de edad. ¿Pero qué están aprendiendo nuestros hijos cuando en un juego en el que sale Papá Pitufo se pueden gastar 90 euros de dinero real en una carretilla de pitufresas? En definitiva, las compras integradas deberían ser categóricamente prohibidas en juegos destinados a menores de edad. ¿Que Capcom quiere seguir enriqueciéndose con el negocio de las pitufresas? Me parece muy bien, pero que cambie ese +4 de edad recomendada por un +18.