Diablo III: Reaper of Souls, Impresiones
¿Pensábais que la humanidad podía respirar tranquila tras la derrota de Diablo? ¿Y quién parará a la Muerte? Reaper of Souls es ya una realidad para los afortunados que han sido invitados a la beta cerrada "Friends & Family" de Blizzard, y nosotros somos uno de ellos. Os contamos nuestras impresiones.
El camino de Diablo 3 desde su lanzamiento ha sido mucho más trastabillado de lo que se suponía tras arrasar en ventas el año pasado. La secuela de Diablo 2, uno de los históricos del PC, no ha terminado de convencer a muchos de los que esperaban un juego a su altura y durante este tiempo ha ido recibiendo cambios y añadidos que, pese a mejorar la experiencia global, no han impedido que los amantes de los ARPG hayan puesto sus miras en juegos como Path of Exile o Marvel Heroes, mucho más cercanos a Diablo 2 en lo que a propuesta se refiere. La polémica Casa de Subastas, el mal enfoque del sistema de loot y la ausencia de contenido en el 'end-game' provocaron que muchos dejaran al juego de lado a los pocos meses al no encontrar motivación suficiente para seguir masacrando las hordas de Diablo. Sin embargo, lejos de abandonar al juego y a sus seguidores, Blizzard se ha puesto manos a la obra y prepara para principios de 2014 Reaper of Souls, una expansión que pretende no solo corregir todos los fallos del título original, sino también ampliarlo y mejorarlo para hacer de Diablo 3 la secuela que Diablo 2 merecía, y que todos esperábamos. Nosotros ya hemos podido jugar a la beta cerrada, y éstas son nuestras primeras impresiones.
A primera vista, son dos -a priori- los añadidos más importantes que incorporará Reaper of Souls. Por un lado tenemos el acto 5, en el que daremos caza al Ángel de la Muerte Malthael, quien ha robado la Piedra de Alma Negra y amenaza al mundo entero con la aniquilación de la raza humana. Este acto se nos permite subir nuestros personajes hasta nivel 70 (un proceso no especialmente costoso ahora mismo en la beta cerrada, en la que solo falta el jefe final) recorriendo nuevos escenarios y mazmorras cuyo diseño y ambientación se acerca mucho más a la visión gótica que caracterizó a Diablo 2. Se trata nuevamente de una campaña con un desarrollo muy dinámico y con unos valores de producción altísimos. A nivel audiovisual, Reaper of Souls mejora sustancialmente lo visto en el juego original y pone tierra de por medio con sus principales competidores. Los efectos de luz, sombras y partículas, el detalle de los escenarios y de las nuevas armaduras, la banda sonora y el doblaje... no cabe duda que estamos ante un título triple AAA, tan cuidado como todo producto de Blizzard.
La otra gran novedad de Reaper of Souls es el Cruzado, la nueva clase que llega a Diablo 3 para ejercer funciones parecidas dentro del campo de batalla a las del Paladín en Diablo 2. Un luchador cuerpo a cuerpo equipado con armas a una mano (incluso a dos, gracias a una de sus habilidades pasivas) y escudo, y con un letal repertorio de hechizos sagrados en área que le proporcionan un altísimo DPS y una resistencia a medida que se va equipando con armadura pesada solo comparable a la del Bárbaro. Su recurso principal es la "Ira", que usa para sus habilidades más devastadoras. El Cruzado es un personaje con habilidades de lo más variadas y versátiles, como lo tienden a ser todas las clases derivadas del Paladín. Desde "Slash", que daña a todos los enemigos cercanos, a "Laws of Justice", que protege a nuestros aliados, pasando por la espectacular "Steed Charge", que nos permite huir de situaciones complicadas a lomos de un corcel. En nuestros primeros pasos con el Cruzado nos ha gustado la espectacularidad de sus habilidades y lo particular que resulta su estilo de juego en comparación con las demás clases.
Como decimos, el nuevo acto y la nueva clase son el reclamo principal para atraer a nuevos jugadores al universo de Diablo 3, pero son los cambios y las mejoras en la estructura principal del juego los que pretenden solventar los problemas del juego original y ganarse nuevamente la confianza de los más veteranos. Dos de los más importantes son el Paragon 2.0 y el Loot 2.0. Con tal de intentar alargar la vida del juego, Blizzard incorporó en el parche 1.0.5 de Diablo 3 el sistema de Paragon, que nos permitía subir 100 niveles extra a cada uno de nuestros personajes mientras mejoraban de forma automática sus estadísticas principales. En Reaper of Souls se ha rediseñado dicho sistema. Al llegar a nivel 70 podemos seguir subiendo niveles de Paragon, aunque esta vez sin límite y pudiendo decidir nosotros qué atributos mejorar en cada nivel, recuperando así parte de la personalización clásica de los juegos de rol que se perdió en Diablo 3.
Cada nivel de Paragon conseguido nos da un punto que podemos a asignar a uno de nuestros atributos, distribuidos en cuatro categorías distintas: Core, Offense, Defense y Utility. Las tres últimas categorías tienen un límite de 200 puntos, pero no la primera, de modo que con el nuevo sistema de Paragon podemos, teóricamente, mejorar a nuestro héroe hasta el infinito. Por otra parte, los niveles de Paragon se comparten ahora entre todos nuestros personajes, de modo que es mucho más fácil y rápido subir un nuevo personaje si ya hemos conseguido algunas bonificaciones Paragon con nuestro héroe principal. Nuestra recomendación, por lo que hemos podido probar hasta el momento, es que intentéis subir el máximo de niveles de Paragon posible en Diablo 3 antes de que salga a la venta Reaper of Souls, pues esos 100 puntos que podemos conseguir ahora os serán muy útiles si lo que queréis es subir de forma rápida un Cruzado.
La otra novedad importante de Reaper of Souls es el sistema de Loot 2.0. Como comentábamos al principio, Diablo 3 falló estrepitosamente a la hora de ofrecer un sistema de botín atractivo e interesante para el "end-game". La extrema aleatoriedad de los atributos que tenía cada objeto hacía muy difícil encontrar mejoras en el campo de batalla. Con el Loot 2.0 se pretende corregir ese punto negro de Diablo 3, y a tenor de lo que hemos podido probar durante estos primeros días de beta cerrada, lo consigue. Caen de los enemigos menos objetos que antes, pero mucho más útiles para nuestra clase. Un sistema que se completa con la erradicación de la Casa de Subastas, prevista para el próximo 18 de Marzo.
Blizzard pretende con estos cambios que el mejor loot del juego se consiga dentro del juego en sí, y evitar que se repita una de las razones que mataron a Diablo 3: a nivel 60 dejabas de jugar a un ARPG para jugar a un eBay. Sin embargo, hay una novedad que nos genera dudas y que posiblemente no seremos capaces de valorar hasta que la expansión lleve ya unos meses de rodaje: los objetos BoA, que se ligan al recogerlos. Blizzard parece obsesionada con hacer de Diablo 3 un lugar limpio y seguro, y en su batalla contra los servicios externos de venta de oro y objetos ha pasado de un extremo a otro: de poder intercambiar cualquier objeto en la Casa de Subastas, a no poder hacerlo con prácticamente ninguno. Habrá que esperar para ver cómo funciona este nuevo enfoque en lo que a la progresión del equipo se refiere, y si no echaremos en falta una de las características principales de la saga (el "trading" de objetos de nivel alto entre jugadores).
Dentro de este renovado sistema de loot se han implementado dos sistemas que ya vimos en World of Warcraft: los encantamientos y la transmogrificación. A través de la "Mística", un nuevo NPC, podemos modificar alguno de los atributos de los objetos que vamos recogiendo para adaptarlo a lo que nuestro héroe necesita, facilitando nuevamente la progresión en cuanto a equipo se refiere. Y gracias al segundo añadido, se nos permite alterar el modelo gráfico de cualquier objeto a otro que hayamos obtenido previamente (pese a que en la beta hay un catálogo desbloqueado por defecto, incluidos algunos sets de alto nivel) para que, independientemente del equipo que llevemos encima, el aspecto visual de nuestro personaje se amolde a nuestro gusto (algo que agradeceremos especialmente todos aquellos que llevamos un año viendo a nuestros personajes con objetos Legendarios cuyo diseño palidecía al compararlos con algunos conjuntos de nivel bajo). En las capturas adjuntas a este artículo podéis ver algunos de los conjuntos visuales disponibles en el sistema de transmogrificación, mucho más detallados que los actuales.
Pero no acaban ahí las novedades que incorporará Reaper of Souls. Otro añadido importante es el "Adventure Mode", en el que los jugadores dedicarán la mayor parte del tiempo una vez alcanzado el nivel 70. Diablo 3 es un juego cuyo principal objetivo es mejorar constantemente a nuestro personaje, y en este modo se nos permite ir a cualquier parte del mapa a luchar para subir de nivel y conseguir objetos sin tener que seguir la lineal campaña principal (para ello se ha habilitado el Campaign Mode). Ya sea con un personaje de nivel alto o uno recién creado, podemos acceder en cualquier momento a cualquier acto y completar las llamadas "Bounties", misiones aleatorias con recompensa que se abren en cada uno de los escenarios del mismo. Las "Bounties" que hemos podido probar hasta ahora nos han exigido eliminar a una determinada cantidad de enemigos, completar mazmorras o participar en eventos, haciendo de la progresión de nuestro personaje una experiencia mucho más variada y dinámica.
A todo ello hay que añadirle los "Nephalem Rifts", mazmorras especiales cuyo tamaño y enemigos se generan de forma totalmente aleatoria cada vez. Nuestras primeras impresiones con este "Adventure Mode" no podían ser más positivas: hemos decidido subir el Cruzado a través de este modo de juego, y nos ha gustado no vernos obligados a seguir, por enésima vez, la campaña principal que tantas veces tuvimos ya que repetir en Diablo 3 en los distintos modos de dificultad para acceder al end-game en Averno. Unos modos que con Reaper of Souls se han reestructurado en Normal, Difícil, Experto, Master y, para el end-game, Tormento. Salvo este último, que se desbloquea a nivel 70, podemos elegir cualquier otro modo de dificultad desde el nivel 1, acabando así con el tedioso y repetitivo proceso que había que seguir para desbloquear los modos de dificultad en Diablo 3. A grandes rasgos, el "Adventure Mode" convierte a Diablo 3 en una especia de "Sandbox-ARPG" en el que tenemos libertad absoluta para decidir cómo y dónde mejorar a nuestros héroes.
Quedan aún algunos meses de beta cerrada en los que terminar de pulir el juego y equilibrar las clases. Blizzard está rediseñando la mayoría de las habilidades actuales para que las "builds" más sobradas dejen de resultar tan eficientes y potenciar así el uso de las habilidades más olvidadas por los jugadores. Con todo, Reaper of Souls tiene pinta de acabar siendo para Diablo 3 lo que Lord of Destruction fue para Diablo 2: una expansión que no solo se limita a ampliar el contenido, sino a reestructurar el que no funciona para hacer de Diablo 3 el ARPG más completo y pulido del momento. Y más le vale que lo consiga. Como decíamos, la comunidad de los ARPG está volcada ahora mismo con Path of Exile (cuya profundidad disimula sus carencias jugables) y solo enfocará su atención a Diablo 3 si Reaper of Souls logra ofrecer un "end-game" variado y que enganche. El juego original no lo consiguió, pero por lo que hemos podido probar hasta el momento, todo parece indicar que los tiempos de Diablo 2 volverán mientras damos caza a Malthael en Reaper of Souls.
- RPG
- Acción
Diablo III: Reaper of Souls, desarrollado por Blizzard y distribuido por Activision Blizzard para PC y Mac, es la primera expansión para el RPG de acción Diablo III con nuevas zonas para explorar y un nuevo héroe, el Cruzado.
