Thief, Impresiones

Thief fue uno de los primeros juegos next-gen en enseñarse. Eidos Montreal se lanzó al vacío con el reboot de una marca muy respetada entre los jugadores de PC y que con esta cuarta entrega renacida y hecha desde cero buscada colocar a Garrett de nuevo en la posición de prestigio que tenía antaño. Poco después se supo que Xbox 360 y PlayStation 3 también contarían con su propia versión, solo recortada en términos técnicos pero imilar en su grueso. De hecho, el Thief de PC, PS4 y Xbox One en realidad no es tan vistoso como otras obras venideras de nueva generación, se aprecia muchísimo que este proyecto empezó siendo para los sistemas actuales y se dejó pulir un poco más para dar forma a una edición para las máquinas que están por llegar. Ya hemos podido probarlo en profundidad en una sesión hands-on que nos ha dejado explorar sus directrices, recorrer tranqulamente los callejones y tejados de La Ciudad, ir cumplieno algunas misiones, conociendo nuevos personajes, poniendo a prueba todos los tipos de flecha del protagonista arco y, lo más importante, volviendo a acordarnos de Dishonored en muchos aspectos, al igual que aquel recordaba a los Thief originales cuando salió el año pasado.

Son dos juegos parecidos, para qué negarlo. La obra de Arkane Studios bajo el sello de Bethesda calcó bastante ideas impuestas por la trilogía original de Garrett en su momento, y ahora el popular ladrón sigiloso y neovictoriano se cobra el favor tomando también importantes características de la odisea de Corvo Attano en las calles de Dunwall. La comparación es automática, sobre todo al comprobar que la ruleta de flechas y artilugios se despliega de la misma forma -solo que ésta para el tiempo por completo-, que hay un movimiento rápido de ladrón como podría ser el sobrenatural Guiño de Dishonored, que la barra de vida se acompaña de la de Concentración y no autorregeneran, o que el combate cuerpo a cuerpo es siempre la peor de las opciones. Muchísimo sigilo, astucia y movimientos rápidos para una ciudad repleta de carteles con nuestro nombre y precio a nuestra cabeza. El jugador se siente rápido en la piel de Garrett, la perspectiva en primera persona ayudaba y sigue ayudando a ello. Es un juego de tensión y maña.

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Para quien no conozca la marca y esta nueva propuesta, en febrero del año que viene recibiremos una aventura de infiltración, plataformas, rol y acción que narra la lucha de un maestro ladrón contra la tiranía del Régimen que gobierna su oscura, retorcida y lúgubre ciudad, de arquitectura neovictoriana y mucha maquinaria y vigilantes custodiándola. Garrett es un especialista en el uso del arco y los hurtos, por ello es capaz de obtener cierta concentración extraordinaria para localizar objetos de valor en la lejanía, abrir puertas con ganzúas, robar sin ser visto ni escuchado o colarse en cualquier rincón con la rapidez de una rata ágil. A su disposición tendrá varios tipos de flecha, como la incendiaria, la atada a una cuerda, la de agua o la de cabeza gruesa para lograr un golpe más contundente que penetrante. También su evolución le dejará hacerse con nuevas técnicas de combate y artilugios agresivos como granadas de relojería o unos piolets para trepar por superficies que lo permitan.

El mapa, pieza clave

Además de Dishonored hay más referencias posibles, como Assassin's Creed. El tramo jugado corresponde al primer segmento de la aventura, una sucesión de misiones principales y secundarias opcionales en la misma ciudad, en un barrio céntrico de los seis que dispondrá, justo en los alrededores de la torre del reloj que sirve a Garrett de hogar y escondrijo privilegiado para no perder de vista los movimientos del tirano líder que atormenta a este universo oscuro, de miedos, corrupción política y sangre por las calles. El mapa en este juego es un componente crucial. Los encargos simultáneos que podemos aceptar hacen que la organización y preferencias sean una exigencia, hay que recorrer los objetivos de forma ordenada, colocar balizas de posición para que se nos indique hacia dónde ir o dejar que se marquen los trabajos realizados para no repetirlos. Recuerda en ese sentido a la serie de Ubisoft y los Assassins, con un montón de tareas por hacer en cada barrio y sitios que ir desvelando.

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Así ya hemos conocido a Basso, un extraño personaje con sombrero de copa y cara de pocos amigos que ayuda a Garrett con consejos y venta de artilugios o armas a cambio de que éste le preste su ayuda para conseguir determinados objetos escondidos, acabar con nombres propios del Régimen o escuchar conversaciones improcedentes. Desde su pequeño almacén el jugador descubre que hay pociones para restaurar la salud -barra roja- y la concentración -barra azul- del protagonista, no autorregeneradas. Sobre la segunda, es fundamental su empleo para atinar en disparos de arco a mucha distancia, escuchar con atención sin tener a la vista el movimiento o, quizá el mejor uso de todos, abrir puertas con ganzúas a cámara lenta e interna aseguránonos que vamos a conseguirlo, en un minijuego parecido al de Oblivion basado en subir pestañas y deternerlas en su momento justo, pero más sencillo.

Thief tiene un gameplay más pausado, variado y horizontal que Dishonored. En este par de horas ahondando en sus mecánicas hemos encontrado puzles, muchísima obligación de "esperar a que pase" para poder movernos ante soldados enemigos, o menos andanzas por los tejados que en la obra de Arkane. Éste es un juego más de calles, coberturas y escondites bajos, no hay un abuso tan marcado de conductos, ventanas altas, pisos superiores, azoteas, balcones... como los que disponía Corvo. Quizá por ello sea también un juego a priori más difícil y exigente, más puro como desafío en el sentido de que los enemigos matan de dos golpes y no hay grandes poderes o armas para hacerles frente. Es importante buscar la sombra y crearla apagando luces. Ahora bien, sobre rivales, hay que lamentar algunos errores de IA y visión que hemos encontrado al menos en esta versión previa, bastante anticipada a la final eso sí, pero donde los guardianes no nos ven pese a tenernos enfrente y donde rápido dejan de buscar o de llamarse entre ellos para el rastreo, tampoco demasiado inteligente ya que no hay repartos de zonas. Suponemos que esto se perfeccionará en los meses restantes hasta su lanzamiento.

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Transgeneracional

Y sobre mejoras por hacer, también debe refinarse en cierto sentido el aspecto gráfico, brillante en consolas actuales pero no tan destacable en PS4, PC y One. Thief contiene animaciones, texturizados o rostros de personajes que no parecen next-gen. Sin embargo, efectos visuales como la bruma persistente sobre todos los entornos para crear sensación de humedad y suciedad, la luz que con su movimiento y tintineo inunda cada esquina y farol o las vistas a lo lejos desde las alturas nos recuerdan que esto sí es un producto pensado para los nuevos sistemas, quizá no el más llamativo ni puntero, pero desde luego con aspecto aceptable. Similares sensaciones con el sonido o la presentación, claramente a caballo entre generaciones pero con detalles que nos hacen percibir que estamos ante algo nuevo, algo trabajado con meditación y buscando devolver la marca su esplendor.  Echarle el guante está a menos de cuatro meses, Square-Enix como editora y Eidos Montreal con su experiencia en Deus Ex: Human Revolution garantizan una aventura al nivel de las expectativas. Si las pequeñas asperezas que presentan se resuelven en este período, estaremos hablando de otro imprescindible del género y un regreso por todo lo alto, una flecha ardiente a la competencia.