The Legend of Zelda: Wind Waker HD, Impresiones

The Legend of Zelda: Wind Waker se convirtió en uno juego imprescindible para todos aquellos que tuvieran una Gamecube allá por el 2003. Nintendo ha decidido  lanzar una revisión en alta definición de uno de los Zelda más entrañables que se recuerdan gracias a su particular estilo gráfico. El juego está previsto para el 4 de octubre en las Wii U europeas, y llegará en dos modelos: uno normal y una edición especial con una figura de Ganon incluida. Un título que se actualiza y que mantiene el encanto que mostró hace justo una década.

A pesar de que Zelda es una de las sagas más aclamadas de Nintendo tanto por crítica como por público, lo cierto es que Wind Waker consiguió menos consenso que sus predecesores de Nintendo 64. Era el primer juego de la saga que llegaba tras el histórico Ocarina of Time (que tuvo secuela directa con Majora’s Mask) y el peso de dicha obra podía hacer decaer al nuevo juego de la franquicia para Gamecube. Nintendo apostó por un cambio radical a nivel visual gracias a la técnica Toon-shading mediante la cual transformaron el nuevo universo de la saga en una aventura de dibujos animados. Un servidor, como muchos otros, pensó que seguramente es el Zelda que menos necesitaba una remasterización HD teniendo en cuenta las características de la saga. Pero con el juego funcionando en Wii U nos damos cuenta de que estábamos equivocados. Se ve asombrosamente bien.

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Las primeras capturas que nos llegaron de esta versión HD no convencieron a parte de los usuarios, que veían como cierto encanto del aspecto original del juego había quedado por debajo con la actualización. Para nada se corresponden esas opiniones, lógicas por otro lado, con el resultado final. Desde el primer momento en el que empezamos a movernos por Isla Initia nos damos cuenta que la compañía no se ha dedicado a actualizar la resolución del juego y a volar, sino que ha trabajado en mejorar y mucho los elementos visuales de los que se compone el título. Vemos un mundo que sigue siendo igual de vivo, ahora más definido, en el que destaca por encima de todo un elemento: la luz.

La iluminación es una de las principales novedades que trae consigo esta versión. El juego de luces y sombras le da otra vida al apartado visual, que se ve mucho más dinámico. No solo en sombras que nos podemos encontrar con árboles o juegos de luces interesantes como los focos que vigilan la isla de Ganon, sino también en momentos en los que esta nueva iluminación brilla, y nunca mejor dicho, con luz propia. Grandes explosiones, la secuencia de vídeo cuando tenemos los tres orbes o cierta batalla con uno de los primeros jefes finales nos dejarán más que sorprendidos con el nuevo motor de iluminación, todo un acierto. No es lo único, ya que los 1080p de resolución y los 60 frames por segundo a los que va –aunque hemos tenido la sensación de sufrir algún ligerísimo bajón en cierto momento cuando estamos navegando en medio de la tormenta- son una delicia.

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Los personajes también han ganado con esta nueva versión. Sus expresiones se mantienen tan convincentes como hace una década, pero además de estar más trabajados y detallados gracias a una mayor carga poligonal, su acabado es muy pulido y convincente. Junto a ellos, las texturas mantienen los trazos y diseños que se vieron en el pasado, pero son todas mucho más limpias y trabajadas, evitando cualquier presencia de elementos pixelados o algo por el estilo. Hablamos del apartado visual porque es lo que salta a la vista, pero hay mucho más, como una banda sonora que mantiene las melodías originales pero que suenan mucho mejor, ya que se han añadido arreglos orquestados y nuevos efectos en ciertas acciones concretas.

La esencia jugable, dicho todo esto, sigue siendo casi calcada a la que conocimos en la entrega original de Wind Waker. Al menos hasta el tramo en el que hemos llegado hasta el momento, que es casi la mitad del título. Link se controla con uno de los analógicos mientras que con el otro controlamos la cámara. Tenemos el sistema Z-Targetting que tan buenos frutos dio en Ocarina of Time, una serie de botones anexos mediante los cuales podemos asignar rápidamente objetos, sistema de salto de plataforma en plataforma automático, etc. La respuesta tanto en exploración como combate sigue siendo igual de buena, aunque se ha aprovechado el control de Wii U para mejorar algunos elementos. Por ejemplo, la garra la podemos lanzar apuntando con los giroscopios del mando, algo que sale de manera casi natural.

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El mando tableta de la consola de Nintendo también presenta algunas otras novedades de interés. Tenemos el menú a mano en la pantalla táctil, y con ella podremos arrastrar objetos a los botones que queramos tenerlo asignados y en general, ganar fluidez de juego ya que podemos acceder al menú sin tener que pausar. Otro elemento que se ha mejorado en rendimiento es la batuta, más ágil de utilizar y sin tanta pesadez en la transición de usarla y ver su efecto. Además, como es habitual en los juegos Nintendo, se puede usar el sistema Off-Tv para jugar desde el mando con una buena calidad de imagen en general, aunque no tanto como la de la tele como es lógico.

A nivel de mecánica de juego, Wind Waker HD se mantiene inalterable en el primer tramo de juego en las grandes situaciones que nos enfrentamos: la isla de diablo y su sigilo, las primeras mazmorras, los orbes. Nuestro avance se vuelve a dividir en la exploración de alguna isla concreta en la que acabamos teniendo que solucionar un problema a modo de mazmorra infectada de enemigos, jefes finales y objetos que nos son de gran utilidad como la hoja deku, el bumerán o la garra. La navegación en estos primeros compases -sin la vela nueva que permite ir a toda velocidad- es calcada al original, con la posibilidad de explorar el mar en busca de tesoros, luchando contra enemigos y conociendo nuevos lugares con tierra firme.

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Una novedad importante de la que ya hemos dado buena cuenta estos días es el modo héroe, una modalidad que pretende subir la dificultad del juego, que no era demasiado excesiva en el 2003. Con este modo los enemigos nos hacen el doble de daño y no encontramos corazones en ningún lugar. Y moriremos y deberemos repetir mazmorras más de una y de dos veces. Malos saltos, un golpe inoportuno de un enemigo o no estar suficientemente atento y nos quedamos con la mitad de corazones. Y ni en los jarrones ni en las malas hierbas ni en los enemigos encontramos corazones para rellenar nuestra barra de vida. Solo las hadas o pociones que llevemos encima nos pueden salvar. Por suerte, la presencia de ciertos jarrones mágicos en las mazmorras permiten transportarnos entre zonas –tipo checkpoint- ya que empezar de cero cuando estamos en las profundidades de uno de estos espacios puede ser desesperante.

Hay mejoras que se agradecen, y otras que se esperan para más adelante como el perfeccionamiento de la navegación (podemos acceder de manera directa con la cruceta a acciones en el mar como recoger tesoros, usar la batuta o accionar el sistema para disparar bombas) o la revisión de ciertos tramos del título original para hacerlo más dinámico. Si a todo ello se le añade la integración Miiverse para poder enviar mensajes en botellas gracias a Tingle con otros usuarios, poder caminar en primera persona cuando usamos objetos como el catalejo o el bumerán o la presencia de algunos nuevos tesoros en medio del inmenso mar del título original, el resultado final es más que interesante. Wind Waker fue uno de los mejores juegos de Gamecube y un imprescindible de la saga Zelda, por lo que esta versión HD pretende mantener dicho status y, de paso, apuntalar algunos de los detalles que menos gustaron hace diez años. Seguiremos profundizando en él para ver hasta dónde llegan las novedades y las mejoras implementadas.

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