Los peores juegos de la séptima generación (PS3, 360, Wii)
Las obras más infames y los proyectos fallidos que han marcado la cara más oscura de la generación de consolas que está llegando a su fin. 25 títulos que no consiguieron ni por asomo sus objetivos.
Hablar de los mejores juegos de la generación siempre es bonito. Cada uno puede tirar al aire una lista con sus juegos favoritos. Franquicias consagradas, novedades que han sorprendido a la crítica o público, ese juego que hace renacer un género que dábamos por olvidado… es fácil pensar en nombres como Uncharted, Super Mario Galaxy, Halo, Skyrim, Metal Gear, Zelda. Pero la industria de los videojuegos esconde otra cara que está alejada de los Triple A y los bombazos atemporales. Una cara mucho más oscura en la que se pueden encontrar los peores juegos que se han diseñado. La generación llega a su fin, y ante esta situación hemos decidido que es el momento de repasar los peores juegos que han salido en las plataformas que nos dicen adiós.
Trabajar escribiendo análisis puede parecer algo privilegiado. Y en muchos casos lo es, ya que uno puede dedicar horas a despedazar juegos que saldrán posteriormente a la venta. A todo el mundo le gusta analizar un gran título. Pero no siempre es oro todo lo que reluce, y dedicar horas a trabajar en algunos de los peores juegos que las compañías sacan a la luz puede llegar a ser desesperante. Y esto también ha pasado por todos los integrantes de la redacción de Meristation, que en algún que otro momento han tenido que lidiar con la más fea del baile. Ahí es donde la profesionalidad aflora, o debe, para poder sacar adelante la cara menos simpática del trabajo de criticar videojuegos: los petardos.
La intención de este artículo es repasar algunos de los peores videojuegos que han ido apareciendo a lo largo de la generación de consolas dominada en ventas por Wii y destacada por la batalla entre Playstation 3 y Xbox 360. Tres plataformas que han cosechado algunos de los mejores videojuegos de los últimos años, pero que han dejado por el camino propuestas olvidables que uno no sabe si son así por ignorancia o por la mala fe de los desarrolladores que se encargaron de ellas. Títulos que podrían entrar en los peores juegos de la historia que vimos hace años. Repasamos títulos que en Meristation han recibido una nota inferior al 4. Y eso que en algunos casos nuestros redactores fueron hasta benévolos.
Onechanbara: Bikini Samurai Squad
Si se ponen encima del papel las propuestas de Onechanbara: Bikini Samurai Squad uno puede pensar que estamos ante un bombazo de dimensiones descomunales. A saber: zombies a montones, chicas en bikini y sangre que se cuenta por litros. Todo muy japonés, naturalmente. Pero deficientemente ejecutado. El resultado es un título cargado de clichés y mucha caspa que se convierte además en un hack and slash repetitivo y pesado hasta decir basta. Técnicamente es muy pobre, un diseño de niveles pobre y una narrativa caótica tanto en mecánica de juego como en historia. Un servidor había escuchado tantas maravillas del título que lo encontró de viaje en Estados Unidos y se hizo con él. “No puede ser tan malo”, pensé. Duró menos de una hora, que pareció una eternidad.
El mismo año en el que España ganó el mundial de Sudáfrica, Ubisoft se decidió lanzar al mundo de los videojuegos balompédicos para intentar coger un trozo del pastel que se estaban repartiendo desde hacía tiempo la saga FIFA y la saga Pro Evolution Soccer. Pure Football se llamaba, pero lo de “puro” todavía no ha quedado claro a qué se refería exactamente. 17 selecciones con jugadores reales jugando en partidos de cinco jugadores y con normas alejadas del fútbol real. Bueno, puede ser divertido a lo arcade, puede pensar uno. Error. El tono Cel-Shading se podía tomar como un intento simpático y desenfadado de recrear el fútbol de selecciones, pero lo que ya no tenía pase era la respuesta tan lenta de jugadores: parecía que jugáramos con lag a pesar de estar en el modo offline. Compañeros que de golpe reaccionaban como tigres y otras veces se quedaban embobados, regates aleatorios, eliminaciones incomprensibles (¿en serio no se podía desarrollar el saque de portería con el pie?), pocos modos de juego y la sensación que se quiso aprovechar el tirón del mundial. Nunca se supo de un Pure Football 2, por suerte.
Steel Battlalion: Heavy Armory
Steel Battlalion fue una pequeña y cara joya de la primera consola de Microsoft que pedía un mando enorme con dos joysticks y muchos botones para controlar un mecha en plena zona de combate. Ahora, muchos años después, llegaría esa misma experiencia mezclando el mando de la consola Xbox 360 con Kinect. Una mezcla explosiva, sí. Estamos ante un videojuego que tiene un problema principal, grave y que dilapida cualquier otra cosa que podamos decir, sea buena o sea también mala: no funciona. Calibrando el Kinect constantemente hasta el infinito el juego no interpretará nuestros movimientos. Querer sobrevivir en medio de un conflicto armado con Kinect como nuestra herramienta de salvación queda claro que no será útil si hay una tercera guerra mundial. Suspenso pues, y a otra cosa. Bueno, podemos añadir para acabar de condenarlo que la IA era muy pobre y las misiones, poco inspiradas.
Uno de los últimos juegos que ha llegado recientemente a las consolas que están a punto de cerrar su ciclo como plataformas principales es Ride to Hell: Retribution, un videojuego que fracasa en su intento de trasladar el mundo motero norteamericano a los videojuegos. Solo acierta en lo de “infierno” en el título, ya que jugarlo es eso. Infernal. Y es que si un título está originalmente cancelado es importante ir con cuidado si se quiere recuperar, que por algo sería. A medio hacer, con físicas irreales, quicktime events pesados e imprecisos, repetitivo y poco profundo además de corto y la sensación que el juego no sabe si quiere ser serio o paródico. Nos cansaremos de hacer lo mismo una y otra vez ante un acabado audiovisual poco cuidado. Como todo el juego.
Cuando se habla de los peores videojuegos de la historia siempre se tiene que echar la vista a las adaptaciones de películas, un auténtico filón. Seguramente muchos consideran que el peor videojuego hecho jamás es ET de Atari, un título que salió con el fervor de la película de Steven Spielberg. El resultado es conocido por todos. Pues eso de adaptar cosas de la gran pantalla ha ido in crescendo, y uno de los últimos juegos que probó suerte con esta fórmula fue Thor, un título que era una auténtica injusticia divina para el rubio protagonista. Ser un dios mola, pero serlo en este videojuego no tanto. Una línea recta que vamos avanzando mientras repetimos una y otra vez los mismos ataques y las mismas mecánicas de juego. La épica se torna repetitiva al poco tiempo en un título con un pobre rendimiento, el mal enfoque del argumento y que encima es corto y sin ganas de rejugarlo.
El redactor Will Van Dijk ha tenido que lidiar con muchas de las “joyas” presentes en este artículo. Desde aquí un abrazo, isleño. Una de las propuestas de Wii que prometían de todo era Ju-On: The Grudge, un juego que literalmente “revolucionaría el survival horror”. Finalmente lo revolucionó de tal manera que el título era un “horror” no por el miedo de la propuesta, el argumento o la ambientación, sino por sus gráficos de épocas pasadas, la mecánica de juego aburrida y poco rejugable, posibilidades multijugador ridículas o una historia directamente inexistente. Lo de Horror lo cumplieron, aunque seguramente no siguiendo el camino que hicieron grandes a nombres como Resident Evil o Silent Hill precisamente.
La revolución que supuso la irrupción del fenómeno Nintendogs hizo que diversas compañías se apuntaran al carro de intentar ofrecer experiencias similares. Una de ellas es Activision, que después de sacar Puppy Luv en Pc lo trasladó a Wii, una plataforma que podía ofrecer por sus controles novedades interesantes en la interacción con las mascotas. Nada más lejos de la realidad. Una copia descarada de Nintendogs que ofrecía gráficos pobres y animaciones poco interesantes (¡es un perro, no un robot amigos desarrolladores!) a lo que se sumaba un uso triste y poco profundo de las posibilidades del wiimote. Además de tener muy pocas opciones de interacción que hacían que el título perdiera interés –más todavía- al poco de estar con él. Vimos una captura de imagen con un perro llevando un gorro de policía. Ahí lo dejamos.
Bomberman es uno de esos personajes míticos de la historia de los videojuegos que ha calado muy hondo en una época de recreativas y consolas de las que contábamos su potencia por bits. Un icono que se estrenó en la nueva generación con un cambio de imagen radical y novedades que pretendían revitalizar la franquicia. Pero tenía errores incomprensibles, como por ejemplo no poder salvar a lo largo de los 99 niveles de los dos modos de juego. Casi un centenar de fases que acababan haciéndose repetitivas, un Live desolado desde el primer momento, repetición siempre de un mismo escenario y ese diseño artístico de personajes que hacían pensar realmente que tenían de bomberman dichos bichos. Para acabar de rizar el rizo, un título heredero de la saga con ese nombre se quedaba sin multijugador en una misma consola. Claro que sí.
Hour of Victory es un título que ya estuvo presente en la lista de los peores juegos de la historia. Solo duraba cuatro horas, pero eran una “tortura” según el análisis de Motenai que decidió dar un 3 en honor a los tres tipos de personajes que controlábamos. Esto es lo que escribimos sobre él: El peor defecto que puede tener Hour of Victory, y que adolece de forma grave, se encuentra en la IA. Los nazis tienen errores de programación que se cargan la experiencia. Desde soldados que están castigados a la pared, hasta otros que se quedan encallados en un muro o que son incapaces de levantar el arma para usarla. Incluso algunos te apuntan pero no te disparan, algo que si hubiera pasado en la realidad sólo habría significado ventajas: no hubiera existido la Segunda Guerra Mundial ni tampoco este juego. Eso sí, se salva la música, un apartado que no entiende de malos juegos por lo visto.
Además de llegar tarde, la entrega Moto GP se convirtió en una pésima conversión de sus versiones HD para la plataforma Wii. Capcom tenía una buena oportunidad de levantar el género de capa caída en los últimos tiempos y lejos de conseguirlo, lo enterró un poco más. No puede ser que un juego notable en otras plataformas sea deficiente en la de Nintendo por el lamentable aspecto técnico de la adaptación, por las taras de un sistema de control lejos de adaptarse al wiimote y un poco mejor con nunchuck pero sin llegar al aceptable. Todo ello con la ausencia de multijugador online, texturas planas, público acartronado, ralentizaciones, sin término medio entre estilo arcade y simulación… un desastre sobre el asfalto.
No nos engañaremos, un juego en el que Snoop Dogg se convierte en el maestro de un joven que tiene ansias de venganza no es el mayor preludio para ningún juego. Y en este caso la propuesta de Echo Peak de mezclar rap y batallas rítmicas en formato descargable acaba siendo otro sonoro fracaso. El rapero es un maestro del kung fu en medio de un apartado gráfico representativo pero mejorable y una banda sonora que puede gustar a la gente que sea fan de este artista. Pero ya está. El resto esa totalmente mediocre: soso y repetitivo además de durar una hora. Qué ya diréis si tiene que ser pesado que durando una hora sea repetitivo. Sin extras, parece un juego flash colado en la consola y a diez euros, algo que haciendo un cálculo rápido estamos… pagando demasiado para tan poco.
Otro intento fallido de licencia cinematográfica que quiere coger la inercia de la gran pantalla y vender algunas copias. Malas adaptaciones las hay de todo tipo y en todas las épocas, pero esta es una de las peores. Un fiasco en el que no existe argumento, sino simplemente visitar diversas zonas y acabar con todo lo que se mueve delante de nosotros. No hay motivación alguna más allá de destruir. Y aquí entra el otro problema: repetición de situaciones, escasa variedad y cantidad de enemigos, machacabotones total sin nada de profundidad y pocas guías para saber qué tenemos que hacer. Un videojuego que ofrecía una nula IA enemiga, la cámara nos jugaba peores malas pasadas que los enemigos y que tenía puzles extraños y mal resueltos. Otra joya.
Ready 2 Rumble Revolution era un intento de acercar el mundo del boxeo a los usuarios de Wii con una propuesta llena de premisas esperanzadoras: modos de juego, editor de personajes, buena curva de aprendizaje, muchos elementos que desbloquear, doblaje al castellano… stop. De nada sirve una lista de cosas buenas si en la lista de cosas malas encontramos apartados como la jugabilidad. Que el juego reaccione tarde y mal a nuestros movimientos hace que no juguemos a boxeo, sino a algo similar al azar. Pero en formato aburrimiento máximo. El manejo es desastroso y acaba hundiendo a una propuesta que ya de por sí se parecía demasiado a sus predecesores y que además ofrecía un apartado técnico de lo más mediocre en términos generales.
Wii se convirtió en una plataforma con títulos llenos de originalidad. Pero también con muchas propuestas que estaban alejadas de los estandartes de calidad que se espera de una consola con tantos millones de usuarios. Jenga intentaba traspasar la experiencia del juego de mesa al videojuego, pero fracasó estrepitosamente. Hay cosas que son mejores en la vida real y no en una pantalla. Otro título que con pocas partidas se torna repetitivo y aburrido, con un sistema lineal, corto y sin profundidad. Además nos obligaba a usar el Nunchuck cuando no tendría que ser así, por no hablar de la presencia de modos de juego alternativos que acaban siendo igual que la modalidad principal. Una propuesta fallida más.
Cuando Wii empezó a alzar el vuelo se hablaron maravillas de su nuevo control. La inmersión de poder apuntar a pantalla en ciertos juegos de acción en primera persona era una virtud que los desarrolladores debían explotar, pero no siempre salieron las cosas como Metroid Prime 3precisamente. Ghost Recon: Future Soldier era un shooter sobre raíles que pretendía traer toda la esencia de la franquicia a Wii, una promesa que quedó rápidamente en saco roto. Un título con una historia absurda en la que su propuesta más potente era el cooperativo pero no online. Fácil y aburrido, con pocas armas que elegir, alejado de la esencia de los Ghost Recon y un acabado visual lamentable con texturas a baja resolución y una monotonía de escenarios y enemigos preocupante.
Coger una aplicación para móviles y traspasarla sin más a la consola Wii no parece el mejor de los movimientos para conseguir un videojuego de calidad. Aunque el género de puzles es muy rico y podríamos conseguir elementos interesantes con niveles diversos, desafíos y mucha dificultad. Aquí no hay nada de esto, sino un port directo de los móviles que se acaba haciendo tan simple como repetitivo y que tiene todo lo referente para acabar siendo un fracaso de ventas absoluto: duración escasa para el género que es, un precio exageradísimo teniendo en cuenta que es un port de smartphones, pocos modos de juego. Un cóctel explosivo que convirtió al título en una de las peores opciones disponibles en la consola de Nintendo.
Harry Potter y Las Relíquias de la Muerte
Aprovechando que la película estaba en los cines, por qué no hacer un videojuego, pensaron. Un título que acababa denotando dejadez y prisas en su producción seguramente para coincidir con el estreno de la gran pantalla de la película. Y eso se tradujo en el peor juego basado en las aventuras del mago por un hechizo necesario que no siempre se ejecutaba correctamente, un sistema de juego desequilibrado en combate, gran cantidad de bugs relacionados con la IA que convertía eso en un caos de enemigos, compañeros y NPC, la pesadez de ir arriba y debajo de un escenario constantemente y un hilo argumental mal narrado. Un título evitable incluso para los amantes de Harry Potter.
Parecemos abonados al 3, esa nota que es muy mala pero que no es un 2 o un 1, seguramente porque los redactores quisieron ser más benevolentes de lo que merecían algunas de las propuestas que les tocó sufrir. Una de ellas es Vertigo, un juego que no era nada más que un clon de Marble Madness en 3D pero sin llegar a la gran virtud de ese título: el diseño de niveles. Aquí se proponía mover una bola por escenarios tridimensionales, pero con un diseño de fases totalmente simplón y poco inspirado. Era corto y poco rejugable, con una curva de dificultad absurda, niveles frustrantes y sin lógica, un apartado técnico muy mejorable y un control en compatibles que era realmente horroroso, aunque no tanto en su versión para Wii. En definitiva, un clon mal inspirado.
Family Guy: Back to Multiverse
Padre de Familia ha sido un gran fenómeno en todo el mundo, y era de esperar que las excentricidades de la serie se traspasaran al mundo de los videojuegos más pronto que tarde. Un juego que recorría gags, personajes y diálogos que los amantes de la serie podían identificar rápidamente, pero en inglés y con elementos sonoros mejorables como la mala sincronización labial. Un juego que no aporta ni innova nada, que está mal realizado en sus apartados, con un multijugador sobrante y un apartado gráfico triste que no consigue trasladar lo que vimos en la serie. Errores de IA enemiga demente, animaciones y movimientos planos, pocas armas, cooperativo que no trata sobre cooperar, misiones repetitivas en su formato y encima muy corto. Otro intento de aprovecharse de una marca muy querida para sacar tajada, pero sin éxito.
Disparar a cientos de gallinas en diversos escenarios mientras se goza de un buen sentido del humor y una presentación visual de lo más curiosa. Así se presentaba Chicken Shoot, un videojuego que perdió toda la gracia en esta versión para Wii, uno de los peores juegos hechos hasta la fecha en la consola de Nintendo. Un título para nada recomendable en ningún caso ya que eso de disparar a todo lo que se mueve tiene buenos representantes en la consola. Un título que dura una tarde con dos minijuegos tristes y simplones, repetitivo en mecánicas, control algo brusco. Por no hablar de las gallinas que no saben poner huevos y son todas iguales. Aunque sea sencillos para niños pequeños, lo mejor es apostar por otras propuestas. Niños en edad de aprendizaje jugando a esto a lo mejor odian para siempre los videojuegos, y no es plan tampoco.
Far Cry: Vengeance se paseó por las consolas de Microsoft y luego probó suerte en Wii intentando cambiar las limitaciones visuales con un control que fuera inmersión pura. Pero la sensación es que si la venganza es un plato que se sirve frío, aquí los desarrolladores tenían alguna cuenta pendiente con alguien y le ofrecieron este título. Hacer un control que no sea ni cómodo ni divertido de jugar es ya de por sí letal para cualquier videojuego que se precie, pero si a esto añadimos que técnicamente era por debajo del original, casi que apaga y vámonos. Además, Ubisoft se jactó de ser una compañía que daba un apoyo de inicio a Wii sin discusiones con juegos como este. La verdad, menudo favorcito le hicieron a Nintendo en este sentido con propuestas como esta.
The Walking Dead: Survival Instinct
Los protagonistas de la serie de The Walking Dead –que vuelve en octubre, por cierto- estarían mucho más tranquilos si delante de ellos aparecieran zombies como los que hay en el juego de Activision. Zombies que se quedan quietos como plantas delante de nosotros, otros que en lugar de venir por el camino más corto deciden darse un rodeo incomprensible. También agradecería el bueno de Rick y los que lo acompañan tener un arsenal de armas tan amplio como el del juego, donde eso de Survival casi que será en el título y en la idea de que el jugador se mantenga vivo durante las escasas cuatro horas de juego sin quitar antes el título de la consola es todo un logro. Mal gunplay, bugs por doquier, sonido poco cuidado y otra licencia desaprovechada. No confundir con el brillante The Walkiing Dead de Telltale, por favor. Gracias.
Una serie tan mítica como Star Trek no merece un videojuego como el que se publicó durante el mes de abril. Se trata de una propuesta que acaba decepcionando a los amantes de los juegos de acción en tercera persona y a los amantes de la serie de culto. Un juego hecho por la necesidad comercial de la nueva película que no pone encima de la mesa las promesas que se hicieron. Tener a Kirk y Spock como personajes y no aprovecharlos debería ser denunciable ante algún tribunal. Acabado gráfico mediocre, situaciones muy vistas y genéricas y encima mal ejecutadas, cooperativo que no aporta nada más y un control duro, frustrante y poco preciso. Con Star Trek no se juega, y aunque parece un juego de palabras si tenemos en cuenta este producto, lo que queremos decir que se merece un videojuego a la altura.
La última película de la serie Fast & Furious no solo unió en pantalla a The Rock y a Vin Diesel otra vez, sino que también dio coba a Activisionpara que sacaran un nuevo juego basado en licencia de película. La premisa no invita al optimismo, y el juego todavía menos. Un servidor se encargó del análisis del que ha sido el peor juego de esta generación que ha pasado por sus manos. Un título en el que los coches salen despedidos con unas físicas que ni Angry Birds en el espacio, donde las animaciones no proliferan porque no es necesario y la IA tanto amiga como enemiga es un desastre: perder misiones porque a la CPU la domina un mono es realmente desesperante. Una campaña que duraba unas dos horas y, esto que se escribe es totalmente en serio, se hacían demasiadas. El primer juego en el que dos horas es una eternidad. Técnicamente deficiente, música reggeaton o derivados igual de horripilantes y un único elemento positivo: el cooperativo. Así el vía crucis se reparte con alguien.
Double Dragon II: Wander of The Dragons
Double Dragon forma parte de la infancia de muchos de los jugadores veteranos. Un título que ofrecía el clásico yo contra el barrio con la historia de Billy y Jimmy en busca de Marian. Este reboot o remake o intento de ambas cosas a la vez no se conformó en mostrar un apartado artístico deleznable y tan poco respetuoso con su pasado como Cersei respecto su matrimonio con Robert en Juego de Tronos, sino que se convertía en un problema jugable desde el primer minuto. El control es detestable, sin posibilidad de hacer bloqueos y combos de respuesta como en el original, con fallos de precisión en los golpes que nos harán cazar moscas en lugar de darle a los malos y movimientos lentos que encima tardan en reaccionar. Poco pulido, prescindible, caro (1200 microsoft points) y una ofensa al nombre de Double Dragon.