Killer is Dead, Impresiones

Killer7 y No More Heroes son probablemente las mejores obras firmadas por Goichi Suda. El director y creativo japonés ha sido considerado por muchos el Tarantino de los videojuegos y desde luego que por su predilección por la violencia visceral y las referencias sexuales explícitas no se merece otro calificativo. Fue un autor de culto que hoy ya no tiene tanto peso debido a algunos resbalones. Killer is Dead es su próxima producción, el tercer episodio -tras los dos antes mencionados- de lo que el director llama su "saga Assassin's", cuyo código de preview ya ha caído en nuestras manos para poder adentrarnos en esta promesa más allá de lo que dejó probar el E3 hace un par de semanas. Lollypop Chainsaw, Shadow of the Damned o algunas locuras extrañas como el excéntrico Diabolical Pitch de Kinect son otras marcas del currículum de Suda51. Pero en esta ocasión las expectativas están por encima de aquellas licencias.

Guste más o menos, desde luego no se puede discutir que el estilo del creativo es único, con una constante mirada hacia la cultura pop y soportes de ésta como el cómic, el cine, la música rock o la televisión. Killer is Dead guarda esta predisposición, sus gráficos poligonales pero de estilo tebeo son la primera referencia a todo esto, también la selección de temas de su banda sonora o el marcadísimo estilo japonés de la mayoría de planos y composiciones visuales, estéticas desordenadas o diseño de los enemigos. Un joven con katana todopoderosa vuelve a ser el personaje central de un hack and slash inigualablemente lineal y donde los puntos fuertes de jugabilidad se reservan para los jefes finales, en un camino de esbirros que no guarda demasiadas sorpresas. Killer is Dead sigue siendo lo que fueron otros, pero con una nueva y sorprendente historia y vertiente artística a la hora de irse dibujando. Apasionará al fan de Suda, apenas importará al resto. Esa sensación vuelve a dar una vez recorridos cinco de sus capítulos y ahondado en sus curiosos extras.

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Mondo, GEKKOU por delante

Mondo Zappa es el estilizado protagonista de esta aventura de espadazos y más espadazos aderezados de algunos disparos y momentos sorprendentes que se salen de la tónica general. Asesino de día para una misteriosa organización presidida por un ciborg y ligón de noche, con ansias de seducir a preciosas damiselas a medida que avanza en sus conquistas y misiones. Su katana GEKKOU es la otra protagonista del juego, así como su brazo mecánico capaz de transformarse en una contundente taladradora, una ametralladora o un arma de plasma recargado. Con todo esto Killer is Dead presenta su gameplay, basado en diferentes encargos de la organización que caen en manos de Mondo y su hermana Mika, fiel aliada para reanimarlo cuando caiga -con una especie de créditos de juego- o darle una perspectiva más humana y sentimental a toda la ola de violencia extrema que surfea el joven con cada trabajo. Sangre, desmembramientos y crudeza, puede que Suda51 vuelva a quedarse sin probar suerte en el mercado alemán donde ya ha visto prohibir algunos de sus juegos.

La presentación del juego es fantástica, clara predilección de Goichi Suda por las situaciones duras e inolvidables. Un oscuro callejón neoyorquino bajo el puente de Brooklyn acoge un desagradable encuentro, que se cierra con un turbulento asesinato a espada mientras la víctima vaticina "eres la Oscuridad...". Algo se le escapa al espectador que debe llegar hasta ese momento y dar razones a los participantes de esta secuencia. Pero se pasa rápdio al juego real, marcado por tutoriales que explican en realidad cosas tan obvias como que las gemas azules dan vida, las rojas sangre para el brazo-arma de fuego y ataques especiales, y las amarillas puntos de habilidad para que podamos adquirir mejoras en las destrezas de Mondo, desde el botón Pausa y sin mayor interacción que el desbloqueo de casillas con el gasto de estos puntos. Esquema clásico, pero sobre estética y ambientación únicas.

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Una disparatada casa de colores con las habitaciones invertidas y escaleras en todas direcciones o unas oficinas con acceso mediante niveles de compuertas de seguridad en un pasillo recto son algunos de los entornos a los que recurre Killer is Dead para ofrecer sus rapidísimas batallas a espada y cañonazos. El juego es lo suficientemente ágil para desatar la furia del jugador y hacernos machacar el botón de ataque, el de defensa o esquivo rápido y el de ruptura de guardia de una forma atroz, una habilidad que siempre ha tenido Suda51 en sus producciones. Es un desparrame visual, un espectáculo coreográfico en cuanto a ejecuciones y movimientos de Mondo con su gran katana en mano. Los comandos de disparo ralentizan un poco semejante baile de sangre y cuerpos desmembrándose, pero serán cruciales para enemigos voladores o distanciados. El personaje no salta, no hay combos aéreos.

Los combos finales más espectaculares y útiles, y todos esos pequeños momentos donde destrozar un botón pulsándolo con rapidez o desatar un golpe especial activado desde un gatillo (R1 en PS3 o RB en 360) vuelven en esta obra, como ya hacía Lollypop Chainsaw con sus microjuegos para las ejecuciones más espectaculares o No More Heroes para los mejores y más letales espadazos láser. Aquí regresa este truco, y visualmente no falla, tampoco incrementando la ira del jugador, que se verá con los dientes apretados a la primera de cambio. Sin duda una tremenda habilidad de su equipo de programación. También hay otros desafíos secundarios y opcionales que obligan más a jugar con cabeza si se quieren conseguir, tareas que nos imponen un tiempo para limpiar una zona o utilizar solo un tipo de arma ante un jefe. Se activan en puntos y personajes especiales escondidos en los escenarios, bastante visibles debido a la estrechez de la mayoría y estricta planta rectilínea y lineal.

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Y luego están los jefes, justo donde Mondo podrá poner en prácticas sus mejores tácitcas de ataque, justo donde el juego se vuelve algo más exigente y generalmente la batalla final de cada uno de sus actos, ya presentados como más de 10. Monstruos y demonios de todo tipo, como una tarántula gigante con tentáculos emanada del vestido de una preciosa jovencita o un samurái electrificado y de tórax compuesto por tubos son algunas de las aberraciones que presenta Grasshopper en esta producción, más imprevisible que otras en cuanto a criaturas. Tampoco están nada mal y tienen características muy propias los diseños del resto de enemigos, de los esbirros, con evolucionados exoesqueletos, drones voladores que disparan, rudos orcos mecánicos con martillos o deformidades varias que es mejor descubrir por el camino. Desde luego, los diseños de los enemigos y personajes son uno de los aicertos de Killer is Dead, uno de sus principales atractivos.

Sexy killer

Entre el mapa de misiones, repartido por un globo terráqueo con diversos países acogiendo cada encargo, hay también lugar para los desfogues nocturnos de Mondo, muy lanzado con las mujeres y siempre buscando más y más con una extraña y todavía no explicada faceta de gigoló. Esto para el jugador se traduce en un irreverente minijuego en busca de sexo y dinero donde tendremos que mirar a una jovencita de muy buen ver y agasajarla hasta conseguir llevárnosla a la cama, subiendo las "agallas" del protagonista mirando su escote, su trasero o su entrepierna cuando esté despistada y manteniendo miradas a los ojos o dándole regalos para conquistarla. Es un minijuego simple, de medición de marcadores y equilibrio, aprovechamiento de oportunidades y atención. Pero está claro que le da a Killer is Dead un agradable puntito picante especial y algo de variedad entre tanto espadazo. Las puntuaciones obtenidas en estos retos así como en las misiones principales se podrán compartir con el resto del mundo a través de tablas de resultados.

El título salpicará sus capítulos centrales de otras acciones que van más allá de estas mecánicas. Así lo ha prometido Suda51 y dadas las situaciones recorridas en esta extensa demo todo hace indicar que desde luego habrá muchos momentazos que se salgan de la tónica. La duración y la rejugabilidad son otros conceptos en entredicho, esperemos que sea más largo que su última producción de la animadora con motosierra. Lo que sí que no deja lugar a dudas es su inusitado aspecto gráfico, con esquema tridimensional pero un coloreado cel shading que ayuda a dibujar texturas imposibles con fórmulas tradicionales. Hay un exquisito gusto por lo escénico y lo trascendental para la retina, los planos memorables o cargados de épica y descripción compositiva. El uso del color, de la luz o de los modelos es sublime, quizá lo mejor que el autor ha conseguido nunca. La música y el sonido son otro acierto, pocas dudas caben del esfuerzo del equipo animador y de marco audiovisual en este trabajo, eso sí, una vez más que parece de serie B y no contempla los valores de una superproducción.

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El lado de la sangre

El próximo mes de octubre PlayStation 3 y Xbox 360 reciben esta nueva obra de un autor tan respetado como dado de espalda en los últimos tiempos. El fan de Goichi Suda tiene aquí otra cita obligada, nacida también a partir del feedback que dejaron sus últimos trabajos y en busca de satisfacer al acérrimo, ese que quiere ver concluir la llamada "saga Assassin's" y no se olvida de los aciertos de Killer7 o No More Heroes, claramente conectados con esta nueva creación en un sinfín de aspectos. Killer is Dead parece ser la reafirmación de una mente algo sádica y salida que tiene su propia concepción de los videojuegos de acción y de violencia, su propio universo de monstruos, robots y pesadillas en su cabeza y que tan bien sabe plasmar y transmitir, aunque ello conlleve sacrificios jugables por aciertos creativos. Tenemos ganas de saber más de Mondo y este extraño universo, de ver más capítulos para recorrer más escenarios, de saber qué historia hay tras esta omnipresente katana, símbolo del esmero más oriental de su eqipo de diseño.