Creative Assembly se mantiene como uno de los grandes baluartes de la estrategia gracias a la constante iteración de su saga Total War. Han pasado muchos años desde que el estudio lanzara su Shogun: Total War , un juego de estrategia que trataba de reproducir la escala y condiciones reales de una batalla, dejando al jugador el control de cientos de unidades, exigiéndole cuidado en cómo hacerlas avanzar, cómo dosificar sus energías, mantener formaciones o conseguir que el terreno funcione en nuestro favor -o al menos minimizar las desventajas que nos podemos encontrar. A partir de unos relativamente modestos pero notables comienzos, el estudio británico ha creado un imperio, evolucionando su fórmula a través de diferentes periodos históricos, e incluso retomándolos como es el caso de Medieval, Shogun y ahora este Rome, que se erige como el cénit de la experiencia del equipo en su fórmula ganadora. Durante el E3 pudimos asistir a una exposición con demo jugable del nuevo juego, primero centrada en el metajuego que rige los destinos de nuestro bando, ya sea Roma o cualquiera de las facciones disponibles. En nuestro caso se nos presentaba un mapeado de una partida ya con mucho desarrollo en la que Roma había empezado a extender sus dominios en el norte de Europa y en Asia, un gigantesco territorio que necesita muchos recursos para mantener sus fronteras a salvo. Para aliviar las cuentas de nuestras arcas, una de las grandes soluciones es conseguir parte de lo que genera Alejandría, uno de los principales puertos y lugar clave en el comercio del mundo conocido. Como suele pasar, hay dos formas de hacer esto: por las buenas o por las malas.
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Por las buenas pasa por el sistema de diplomacia y relaciones de Rome 2. La idea es conseguir un acuerdo comercial y, lo que es más importante, lograr que Alejandría se convierta en un estado-cliente de Roma para aprovecharnos al máximo de su economía. Nuestra debilidad económica también nos está ocasionando nuestras propias crisis internas en Roma, con un senador particularmente influyente y gran orador minando la confianza de los demás senadores en nuestra forma de llevar las riendas. El senador en particular siente una profunda animadversión hacia nuestra persona y aunque hay opciones para intentar congraciarse con él - apoyar sus teorías, sobornos...- ninguna parece apropiada para alguien con ese grado de inquina, así que optamos por la vía más rápida, a pesar de las posibles consecuencias en el futuro: el asesinato, que resulta fructífero. Sin una voz de tanto peso, la presión sobre nuestra forma de encarar la situación financiera baja, pero el problema sigue siendo acuciante. El principal problema de nuestras relaciones con Alejandría es que hemos mandado a un poderoso ejército a las puertas de la ciudad, lo que no sienta nada bien a Tolomeo . Así, al repasar los puntos positivos y negativos de nuestra relación con la ciudad, nos encontramos con puntos positivos basados en nuestros socios o en batallas victoriosas contra enemigos de Alejandría, mientras que nuestras luchas con aliados suyos o alianzas con enemigos de ellos nos resta margen de confianza para hablar con ellos. Pero la principal fuente de descontento está en tener un enorme ejército en las puertas de tu ciudad, lo que dejaría intranquilo a cualquiera. Dadas las circunstancias, la negociación prueba ser imposible y marchamos a la guerra .
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En ese punto, los responsables del estudio nos hablan de la importancia de las tradiciones militares dentro de un ejército. Con cada gesta aumenta la “experiencia” de cada legión, lo que nos permite elegir entre ciertas especializaciones, que además pueden ser reforzadas. Por tanto es posible crear un cuerpo que sea muy bueno en una cosa muy específica, o que tenga diferentes atributos sin ser tan especializado en uno concreto. Esos atributos son tradiciones dentro del cuerpo y en tanto que podamos recuperar algunos hombres de esa unidad y reformarla, esas tradiciones no se perderán. Habrá que ver hasta qué punto son determinantes estos atributos, ya que no se dieron ejemplos demasiado específicos sobre lo que podemos esperar al respecto. La demo nos permite controlar a cualquiera de los dos bandos en esa batalla crítica que determinará el futuro de Alejandría. Elegir el bando también determina la dificultad del combat e, ya que los dos contendientes están en una situación bien distinta. Tolomeo está en lo alto de una colina, protegido en el costado por el Nilo y además cuenta con refuerzos egipcios que están por llegar. Roma tiene un ejército formidable, pero tiene que salvar una larga y penosa colina y hacerlo antes de que lleguen los refuerzo. El mapa no sólo tiene un escenario terrestre, sino que también contamos con una flota de barcos con algunos de nuestros mejores guerreros, que podrían desembarcar en un punto en la retaguardia del rival, pero para ello habría que vencer antes a la flota de Alejandría y hacerlo evitando excesivas bajas entre los hombres embarcados, ya que no se deben sacrificar tan así como así.
Desde el punto de vista romano, el escenario es tremendamente complicado. Nuestros intentos de llegar a lo alto de la colina se salda con tremendas bajas: arqueros y catapultas hacen su papel, pero lo peor es quedarse petrificado al ver como miles de tus soldados son barridos mediante bolas incendiadas que tiran cuesta abajo para conseguir eliminar a una parte significativa de nuestras tropas a poco que nos descuidemos con las formaciones. Mientras, el combate por mar tampoco nos depara mucha suerte; ganaremos la partida, pero a un precio mucho más alto de lo que cabría esperar, cuando lo que realmente habría que hacer es intentar llegar a la costa con el máximo número de unidades posibles para que el ataque por la retaguardia sea efectivo. Nuevamente en un Total War, es difícil no dejarse llevar por la frivolidad y olvidarnos de nuestro papel de gran estratega y de responsable del destino de nuestros hombres para olvidarnos, aunque sea unos segundos, de la visión general del campo de batalla para acercar la cámara a los soldados. Como siempre, es un placer ver el detalle con el que las unidades han sido recreados, el espectáculo de ver a cientos de hombres marchando. Creative Assembly sigue perfeccionando su capacidad para recrear la batalla de la forma más detallada, cada vez poniendo más recursos en que los soldados sean diferentes, no se muevan como robots al unísono y que estén adecuadamente recreados. Uno de las características de Total War: Rome 2 es conseguir mayor diferenciación entre los diferentes bandos presentes en la campaña, lograr que los bárbaros no sólo lo parezcan por su vestuario sino que también se muevan y luchen como tal. En todo caso, un gran espectáculo visual.
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Una hora de presentación en medio del E3 no es exactamente la mejor forma de explorar un juego de esta profundidad -una buena excusa para justificar que nuestras tropas fueran aplastadas en la batalla de ejemplo- pero incluso en esas condiciones, se ve claramente que es un juego que promete llevar la saga en la dirección adecuada y profundizar en lo conseguido por el anterior Rome, que muchos tienen como el mejor de la saga. El lanzamiento será el 3 de septiembre , así que sólo queda fijar los detalles finales, confiar en que el trabajo de optimización y caza de bugs sea bueno y esperar que el equipo británico vuelva a entusiasmar a los aficionados a la estrategia con un nuevo gran título.