El primer toque de nueva generación lo hemos visto en el
exclusivo Ryse: Son of Rome, un juego de acción que nos pondrá como nunca en la
piel de un curtido general romano. Afilad vuestros pilums y limpiar la gladius,
legionarios, la gloria del Elysium nos espera.
Al estilo de otros péplums como Gladiator, la traición, el honor y la venganza pululan por la historia de Ryse, dotando a nuestro personaje de un trágico pasado en el que de niño contempló la masacre de su familia a manos de una tribu bárbara. Criado con odio, adoctrinado con las armas, el niño se enroló en el ejército romano, destacando con presteza entre sus filas. Cuando llega a la costa de Dover al inicio de esta demo, el niño es un hombre, y el legionario es un general al que sus hombres siguen ciegamente, pero que se debate entre la gloria hacia Roma y su propia sed de venganza. De momento poco más se sabe, aunque se ha dejado caer que no solamente estaremos peleando fuera de las fronteras de Roma, ya que la traición nos aguarda en cada esquina de la decadente Roma y en su corrupto Senado.
Con X manejaremos la Gladius, encandenando un golpe tras otro, aunque la importancia del movimiento que radica en el botón A del pad es esencial para salir vivos de los enfrentamientos, pues ahí tendremos el escudo. Lejos de enarbolarlo y ya está, en la demo tuvimos que aprender el timing correcto para protegernos justo cuando un bárbaro nos atacaba, creando una situación para usar de nuevo el escudo a modo de contra, momento en que dejaremos al personaje indefenso listo para darle más golpes o directamente en posición para rematarlo a muerte con un rápido QTE. Pulsando el botón que aparece en la cabeza de nuestros rivales, atacaremos directamente con movimientos automáticos –serán alrededor de 120 en el juego final- como atravesarle la garganta con la espada, empalarle el pecho o degollarlo de un tajo. La violencia y furia del juego es constante y visceral, pudiendo aplicar los QTEs sobre dos enemigos al mismo tiempo, pasando los movimientos finales que hace Titus de uno a otro hasta dejarlos sobre el campo de batalla. Podemos fallar por supuesto, lo que deriva en lograr matar al enemigo sin recibir daño con un poco de suerte, aunque la cantidad de experiencia ganada será menor.
El combate prosigue una vez ganamos acceso al interior de la derruida fortaleza. En este caso, muchas de las ejecuciones usarán el contexto, despeñando a los rivales desde lo alto de nuestra posición. Dando órdenes para que nuestros soldados tomen la catapulta de la torre, nuestra es la tarea de asegurar el sitio. Y, tras despachar a varios bárbaros y enzarzarnos en otra oleada, de nuevo con uno de los botones superiores podemos dar órdenes mientras peleamos, en este caso ordenando a nuestros arqueros que abran fuego. Con la última orden, los soldados usan la catapulta tomada contra la otra que bombardea a nuestros barcos, terminando la demo.