Journey Collector's Edition, Impresiones
Las tres obras capitales de thatgamecompany son recogidas en formato físico. flOw, Flower y Journey en un solo disco y acompañados de extras. Magia indie por triplicado para PlayStation 3
Una de las mejores apuestas que Sony ha hecho en el cambio de rumbo de su PlayStation 3 aparte de centrarse en su vasta producción First Party, es darle un apoyo considerable a estos indies que le han otorgado algunos de los títulos mejor valorados del catálogo. La pieza de video-arte interactiva que fue Linger in Shadows fue el detonante de una producción que si bien no siempre ha rallado al mismo nivel –Datura, aunque sigue siendo una experiencia única-, siempre han aportado momentos tan increíbles como la portentosa primera fase de The Unfinished Swan, de lo más bello de esta generación. En este campo son expertos otro estudio que comenzó de forma sutil, inocente, naïve, con una primera obra pequeñita que pasaba de un entorno Flash a una consola de 600€ que llegaba a las tiendas, y que ya planteaba de nuevo el debate de si estábamos ante un videojuego o ante una pieza artística. Hablamos de Thatgamecompany, cuyas tres obras capitales digitales para PS3 han sido reunidas en un solo disco acompañadas de varios extras. Vamos a revisar esta edición, pero antes, volvamos siete años atrás, al inicio de la carrera comercial de PlayStation 3.
Con una jugabilidad que usaba el sensor del SixAxis y un botón para realizar una especie de ataque, el flotar de forma 2D –los planos de profundidad 3D son usados para avanzar o retroceder de un escenario a otro- comiéndonos a los otros organismos y creciendo en tamaño hasta convertirnos en un ente majestuoso y lumínico reporta una paz de espíritu considerable, expandida enormemente gracias a una banda sonora Chill-Out minimalista que escuchada de forma aislada sigue brindando la misma sensación de absoluta calma. Convertido también a PSP , ahora estamos acostumbrados a usar el vocablo ‘Experiencia Indie Única’, pero en el amanecer de PS3 no tanto. Y flOw, a pesar de que es corto, de que apenas plantea un reto, de que a muchos les parecerá ahora algo que mejor encajaría en un móvil, sigue teniendo un poder de hipnotismo enorme y, sobre todo, de capacidad de relajación como muy pocos la tienen. De hecho, ¿cuántas veces podremos manejar en un juego a un organismo unicelular evolucionando en un caldo primigenio?
Y ahora otra pregunta, ¿Cuántas veces podremos sentirnos volar en una brisa de aire…?
De nuevo una experiencia más que un juego propiamente dicho, de nuevo sin interfaz, sin apenas controles que usar, Flower expandió el concepto de Sentir por encima de Jugar que Chen quería lograr. Y el resultado es una auténtica joya de lírica belleza, una poesía para los sentidos embargada por una sensación de libertad constante –controlar el viento- y de belleza en forma visual y sonora con una BSO de Vincent Diamante que usa guitarras, pianos, flautas y cuya densidad sonora crece o disminuye según los pétalos que llevemos consigo. Adorado por la crítica, ganador de numerosos premios, ¿qué es Flower? Para unos se trata de una experiencia sin igual, sobrecogedora como pocas, que supone una muestra de los valores en que los Indies ven al sector, más con el corazón y las ganas de comerse el mundo que los enormes equipos detrás de los Triple A usuales; para otros eso de comandar pétalos es una tontería sin pies ni cabeza que además es corta y no propone reto alguno. Pero como dice un proverbio hindú: “No hay árbol que el viento no haya sacudido”, ni usuario al que Flower no le haya arrancado una opinión, buena o mala, pero una opinión al fin y al cabo. Otra obra de thatgamecompany directa al corazón, a los sentidos y al alma, más que a la rapidez pulsando comandos y botones.
Pero, ¿cómo se supera el lirismo de una poesía virtual de flores y vida? La respuesta, curiosamente, se encuentra en un desierto.
Con una dirección artística ejemplar, las críticas a Journey incluyen lo mismo que a las otras obras de thatgamecompany: Es corto, es lento, es simple, no es difícil. Las experiencias que Jenova Chen y Cia crean tienen un tiempo realmente calculado, y alargarlas por el simple hecho de cumplir un número de horas resentiría precisamente lo que sus autores quieren conseguir, que no es otra cosa que sentimientos en estado puro. Y entrar en Journey, como en tantas otras obras indies, exige de principio a fin el someterse a sus reglas, aceptar el pacto de un desarrollo tranquilo, con su propio tempo. Al fin y al cabo estamos en un desierto que se mueve a su ritmo, ¿qué prisa tenemos? No hay contadores, ni Bonus por llegar antes, ni trajes desbloqueables por terminar un Time Attack. Se trata de movernos admirando la escala de los escenarios, la belleza de nuestro ropaje o la delicadeza de movimientos de nuestro personaje, ya que para correr existen cientos de propuestas en el mercado, pero muy pocas para no correr y deleitarse a cada paso.
Éxito de crítica, éxito de público, Journey es un portento sin igual no porque sea el mejor, sino porque al igual que Braid, no tiene iguales a los que compararse en su forma de usar la jugabilidad y presentarnos el escenario, y cuyo climax al son de una de las mejores bandas sonoras que se han compuesto en la Historia del Videojuego –Austin Wintory se ha puesto a sí mismo el listón altísimo- es sencillamente una experiencia que debe ser jugada para sentir su fuerza. Seguramente muchos verán una exageración en estas palabras, un “lo he probado/jugado y no es para tanto, está muy sobrevalorado”. Ahí es donde entra el gusto personal de cada uno y el nivel somero o profundo en que ha dejado que la obra de thatgamecompany le tocase. Porque a aquellos que se han dejado llevar por este viaje y han sido arrastrados al desierto de Journey, se llevarán para siempre uno de esos recuerdos que perduran con fuerza, que se arraigan y no salen. Un listón altísimo para el estudio, al igual que Uncharted 2 lo fue para Naughty Dog sin duda.
Fuera parte de los juegos, nos encontramos con una selección de material extra interesante mezcla de contenido en disco y digital a descargar entre los que figuran un Making Off de media hora sobre la creación de Journey; audiocomentarios que podemos activar para, como si estuviéramos viendo un DVD, conocer detalles de los juegos de boca de sus creadores mientras avanzamos pad en mano; galerías de imágenes in-game y selección de arte conceptual de flOw, Flower y Journey; las geniales bandas sonoras de los tres títulos; temas dinámicos y fondos de pantalla para PS3; Avatares para PSN entre los que se incluyen ocho inéditos de Journey; los trailers de cada juego además de video-diarios de desarrollo de thatgamecompany. Y como colofón, una carátula reversible, todo por 19,90 euros. El único detalle que desmerece el conjunto es la obligación de tener que instalar los juegos en el propio disco duro de la consola, además del hecho de que, una vez instalados, debemos meter el disco cada vez que deseemos jugar, algo que no se termina de entender si ya estamos usando espacio en el HDD para almacenarlos.
Journey Collector's Edition, desarrollado por thatgamecompany y editado por Sony para PlayStation 3, es un recopilatorio en formato físico con los tres juegos de la compañía californiana: Journey, flOw y Flower.