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Dungeon Hunter 4

Dungeon Hunter 4

  • PlataformaAND7IPH7IPD7
  • GéneroRPG, Acción
  • DesarrolladorGameloft
  • Lanzamiento11/04/2013
  • TextoAlemán, Español, Francés, Inglés, Italiano, Japonés
  • VocesInglés

Dungeon Hunter 4

Dungeon Hunter regresa a la actualidad con su cuarta entrega para nuestros dispositivos iOS y Android; tras una tercera parte algo descafeinada, Gameloft ha vuelto a sus orígenes con una campaña larga y profunda y la acción RPG clásica que tan buenos resultados dio en sus inicios. Veamos si Dungeon Hunter 4 recupera el espíritu de la serie en nuestro análisis.

La franquicia Dungeon Hunter ha sido uno de los pilares centrales de Gameloft; desde su aparición en 2009, la compañía gala ha ido mejorando y perfeccionando sus mecánicas, a excepción de la tercera entrega, que optó por dejar de lado la aventura clásica de acción RPG y centrarse en combates en arenas multijugador, algo que no terminó de convencer ni a sus fans ni a la crítica especializada. Ahora llega Dungeon Hunter 4, toda una aventura clásica que recupera el verdadero espíritu de la franquicia y lo sitúa ‒para muchos‒ como el Diablo de iOS y Android, que no es poco. Una campaña larga y profunda ‒para un sólo jugador o en cooperativo mediante conexión online‒, gráficos mejorados, decenas de enemigos en pantalla y enormes posibilidades de configuración para nuestro personaje, eso sí, salpicado todo ello por el modelo de negocio free to play, una característica que arrastra de la anterior entrega y llega a condicionar notablemente el desarrollo de nuestra fantástica aventura. Veamos en nuestro análisis si logra convencer a los fans de la serie y de los seguidores de los action-RPG en general.

Pesadilla en el reino de Valenthia
Dungeon Hunter 4 nos lleva al reino fantástico de Valenthia, que está siendo arrasado por todo tipo de criaturas demoníacas; nuestro héroe despierta de lo que parecía una terrible pesadilla, aunque poco después deberemos afrontar tan cruel realidad. Bendecidos con misteriosos poderes y habilidades, tendremos que crear nuestro héroe entre cuatro clases diferentes ‒como guerrero o mago, ya sea hombre o mujer‒ y empezar nuestro periplo a través de localizaciones tan impresionantes como variadas, luchando a espadazo limpio o lanzando hechizos contra infinidad de demonios, derrotando a gigantescos final boss y explorando castillos y mazmorras asolados por la destrucción y el terror. El interfaz es limpio y claro, bien diseñado, facilitando al jugador el acceso a los diferentes iconos. Así, en la esquina inferior izquierda se sitúa un joystick virtual que aparecerá allí donde toquemos; en la esquina opuesta se sitúan los diferentes iconos contextuales, como el de ataque y otros de menor tamaño que nos permitirán usar magias y habilidades especiales.

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Justo encima se sitúa el icono de pócimas de salud, al que sólo podremos acceder cada 8 horas tras un uso, dándonos una idea del modelo free to play aplicado a esta cuarta entrega de Dungeon Hunter. Y es que para casi cualquier objeto, runa, arma o accesorio tocará pasar por caja, condicionando demasiado el desarrollo de la partida. En la parte superior de la pantalla se sitúan el mapa ‒al que podremos acceder para ver con más detalle nuestro objetivo y el camino a seguir‒, el dinero ‒que recogeremos de los enemigos caídos‒, las gemas ‒elemento imprescindible vía micro-pagos‒ y el icono de personaje, a través del cual accederemos al menú principal, a nuestro inventario y habilidades o a la tienda virtual, entre muchas otras posibilidades, además de informarnos de nuestro estado de salud y maná. Un interfaz muy completo y al que deberemos acceder una y otra vez para gestionar nuestros recursos y objetos.

Los cofres que encontremos repartidos por el escenario nos otorgarán valiosos objetos ‒como nuevas armaduras, armas o dinero‒ aunque para acceder al mejor equipamiento deberemos pasar por caja sí o sí; el propio juego se encargará constantemente de recordarnos dicha posibilidad, lo que puede resultar molesto a largo plazo. El nivel de configuración es bastante alto ‒un completo tutorial nos enseñará a manejarnos por sus complejos menús‒ aunque todo queda supeditado a las micro-transacciones, a través de las cuales podremos gastar hasta 89,99 euros de una vez para hacernos con un buen puñado de gemas. Un desarrollo descompensado y que sólo trata de sacar beneficios a costa de perjudicar su jugabilidad. El juego online llega con varias opciones tras iniciar sesión con nuestra cuenta Gameloft; desde juego cooperativo en la propia campaña principal hasta participar en sangrientas batallas en arenas de combate. Un interesante añadido pero que puede ocasionar ciertos desequilibrios entre jugadores de diferente nivel.

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A nivel gráfico se muestra espectacular, con entornos muy detallados, coloridos y vastos en tamaño, a pesar de que los niveles son bastante cerrados, obviando casi por completo la exploración. Multitud de misiones por completar a través de un mapa gigantesco. Sólo algunos modelados de personajes resultan algo sencillos, sobre todo cuando se aplican varios zooms para enfatizar una escena concreta. Melodías épicas típicas del género y efectos sólo correctos completan una presentación general atractiva y vistosa. Los diálogos llegan con las voces en inglés ‒demostrando ciertos desajustes‒, eso sí, con subtítulos en nuestro idioma, así como los textos de los menús, todos traducidos al castellano. El dinero que recojamos durante la aventura servirá para mejorar a nuestro personaje, pero siempre con lo básico y de una manera bastante lenta; para acelerar las cosas y dinamizar un desarrollo algo tedioso y repetitivo siempre podremos pasar por caja con las compras in-game, algo a lo que no todos los jugadores están dispuestos a recurrir. Así, nos queda un action-RPG de gran factura técnica y atractivo para el fan del género totalmente condicionado por un sistema de micro-pagos abusivo y poco equilibrado.

7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.