Starcraft II Heart of the Swarm toma París en su evento de lanzamiento

El 27 de julio de 2010 algo cambió profundamente el género de la estrategia en tiempo real. Fue la fecha de lanzamiento de StarCraft II: Wings of Liberty, el intento de Blizzard de reconstruir una saga que llevaba en letargo once largos años, con gran seguimiento en la escena competitiva en Corea del Sur pero que poco a poco comenzaba a desvanecerse en el resto del mundo. Tras tres años de competiciones, trofeos, críticas y mejoras, los chicos de Irvine presentan en sociedad a la Reina de Espadas. Otra fecha que apuntar en vuestro calendario. El 12 de marzo de 2013, Kerrigan renace para buscar venganza.

Y como no podía ser de otra manera, en Blizzard han querido que esta fecha sea especial para todos los aficionados, convirtiendo el lanzamiento de un videojuego en toda una fiesta internacional, que ha culminado con nueve eventos presenciales a lo largo de todo el mundo, así como distintas actividades locales en forma de BarCrafts.

El lugar elegido para el evento Europeo fue el Palacio de Congresos de Versalles, albergando a más de mil fans que disfrutaron de las partidas de exhibición entre profesionales como Stephano, Grubby, White-Ra y el español LucifroN. Cuatro horas de intensos combates en los que no había dinero de por medio, pero que sirvieron para que los jugadores vayan evaluando a sus contrincantes y experimenten con los distintos cambios en el juego de cara a las competiciones que tendrán lugar este año con Heart of the Swarm.

En un formato showmatch con dos semifinales y una final al mejor de tres partidas, pudimos disfrutar de primera mano de todas las novedades que aportará la expansión. Los Oracle de los Protoss se han convertido, junto a los Void Rays, en un pilar básico para los de Aiur, mientras que el Zerg Stephano hizo uso de los Viper y LucifroN de las Widow Mine y la velocidad mejorada de las Medivacs. Pese a todo, nos quedamos sin representación española en la final, que terminó ganando el holandés Grubby a White-Ra.

Mike Morhaime, CEO de Blizzard, tampoco quiso perderse el evento, aunque en esta ocasión tuvimos que conformarnos con un vídeo en el que agradecía a los jugadores la pasión por el juego y el apoyo que han mostrado los aficionados con la compañía. También hubo tiempo para proyectar vídeos creados por miembros de la comunidad, como las simpáticas animaciones de Carbot.

En un juego tan rápido y complejo como StarCraft II, las partidas pueden decidirse en segundos, y cada acción de los jugadores profesionales está calculada al milímetro para resultar lo más eficiente posible y decantar la balanza en su favor. Para ayudar a los jugadores menos experimentados a comprender todos los detalles del juego se facilitaron también los comentarios de Tasteless y Artosis.

Conocidas figuras en el mundo de los eSports, ambos residen en Corea del Sur para retransmitir en inglés la GSL, el torneo más prestigioso del planeta en lo que a StarCraft II se refiere. Todo un lujo contar con la presencia de estas figuras, en ocasiones más populares que los propios jugadores, acompañados también por Apollo en la mesa de análisis, ReDeYe haciendo las presentaciones y Adebisi a los mandos de la cámara.

Para los más fánaticos no podía faltar la ya clásica tienda de recuerdos de Blizzard, en la que cientos de jugadores hacían cola para ser los primeros en tener la Edición Coleccionista (de la que ya os ofrecimos un Unboxing en vídeo), aunque no se pudo activar, como viene siendo habitual, hasta las 12 de la noche del día 12 de marzo, fecha oficial del lanzamiento.

Tras coronar a Grubby como campeón, tras una intensa final contra el ucraniano White-Ra, la fiesta continuó con la celebración de un cumpleaños muy especial. Stephano, el jugador local, cumple el día 12 veinte años, de los que lleva tres dirigiendo a las tropas Zerg por los campos de batalla, como uno de los jugadores más destacados de StarCraft a nivel internacional.

Una celebración, tanto personal como colectiva, que demuestra que Blizzard continúa cuidando una de sus sagas estrella. La venganza de Kerrigan no ha hecho más que empezar.