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El Hobbit y El Señor de los Anillos a través de mods

Para muchos, la fantasía épica tiene nombre propio, y fue asignado hace 60 años: El Señor de los Anillos. Hoy, la obra de J. R. R. Tolkien recupera protagonismo, con la adaptación cinematográfica de su precuela El Hobbit. Peter Jackson, responsable de las tres películas que dieron forma a una de las más grandes novelas del siglo pasado, nos cuenta la historia de Bilbo Bolsón y el descubrimiento el Anillo Único, acompañando a la compañía de Thorin Escudo de Roble en su venganza contra el dragón Smaug. Todo esto está muy bien, pero... ¿qué tiene que ver con los videojuegos? A eso vamos.

Con más de medio siglo ocupando los sueños y corazones de millones de lectores, no es de extrañar que la mitología elaborada por el profesor Tolkien haya servido de poderosa influencia en numerosos videojuegos. No solamente los que han procurado adaptar partes de su obra, también fijando algunos de los trazos que han utilizado otros títulos de fantasía épica. Aquellos que han querido revivir las experiencias que se narran en las novelas, han podido hacerlo a través de unas cuentas versiones: Desde las aventuras conversacionales basadas en El Hobbit y El Señor de los Anillos, publicadas durante los años 80, hasta sus últimas adaptaciones traídas desde la imagen cinematográfica de la trilogía que llegó a la gran pantalla. Sin embargo, la relación entre los libros de J. R. R. Tolkien y los videojuegos no siempre ha sido satisfactoria, y muchos usuarios siguen buscando algún título que les permita recrear sus andanzas por la Tierra Media, sin tener que recurrir a juegos lanzados hace 30 años o los que no pudieron ser acabados, como la idea de Interplay. Afortunadamente, internet no deja de ser un hervidero de ideas y una poderosa herramienta para los que buscan colaborar en ambiciosos proyectos, y gracias al trabajo desinteresado de muchas personas podemos encontrar una solución bastante aceptable: Llegar a la Tierra Media a través de los mods.

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Aunque existen muchas posibilidades, puesto que El Señor de los Anillos ha sido una fuente de inspiración para muchos desarrolladores, y el deseo de contar con una adaptación apropiada ha sido el sueño de una gran cantidad de usuarios desde la aparición de los primeros videojuegos, en este artículo nos vamos a centrar en dos de sus alternativas más conocidas. Una de ellas, de corte estratégico, es la denominada Third Age: Total War. Como podréis imaginar, a partir de la coletilla que aparece en su nombre, se trata de una conversión total para la saga Total War de The Creative Assembly. En concreto, una modificación de las funcionalidades base de Medieval II: Total War y su expansión Medieval II: Total War - Kingdoms. La segunda opción, para los que busquen un poco más de acción y quieran ver correr la sangre de sus enemigos de forma más directa, es The Last Days of the Third Age of Middle-Earth, o simplente The Last Days. En este caso, nos encontramos ante una conversión de Mount & Blade, el fantástico simulador de combates medievales de Taleworlds, que en este caso nos proporciona unos sólidos cimientos para trasladar los conflictos entre los Pueblos Libres y la Sombra. Ninguno es mejor que el otro, ya que las dos modificaciones pertenecen a géneros distintos y nos ofrecen una jugabilidad con pocos aspectos en común, salvo la espectacular ambientación extraída de una de las obras de fantasía épica más grandes de todos los tiempos.

Así que, mientras los propietarios de las licencias piensan en cómo conseguir un título que consiga recrear fielmente lo que los amantes de la saga de Tolkien están esperando, podemos aprovechar estas herramientas para participar en los eventos que decidirán el destino de la Tierra Media. Hacerlo es fácil, y con unos pocos pasos seréis capaces de trasladaros a los parajes que nos describen El Señor de los Anillos o El Hobbit. Claro que, en MeriStation no os vamos a dejar tirados después de poneros la miel en los labios. Vamos a echar un vistazo a este par de modificaciones de las que acabamos de hablar, veamos que es lo que nos proporcionarán y lo que debéis hacer para poder instalarlas en vuestros ordenadores. Al finalizar este texto, seréis capaces de viajar a la Tierra Media para hacer las veces de general de alguno de sus ejércitos, o como héroe durante la Guerra del Anillo, en solitario o al mando de un grupo de valientes guerreros. Todo gracias a un grupo de desarrolladores cuyo pasión por los videojuegos y la obra de Tolkien, ha hecho posible que todos los demás podamos disfrutar de esta experiencia.

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En cuanto al género de estrategia se refiere, El Señor de los Anillos puede proporcionarnos una ambientación idónea para los amantes de la gestión política y militar de naciones. Si el destino de la Tierra Media siempre se ha decidido mediante el poder de la espada, además de por los pequeños detalles inapreciables para las grandes gentes, la Tercera Edad es una de las épocas más revueltas desde el punto de vista bélico. Hablamos de una era introducida por la derrota de Sauron por la Última Alianza de Elfos y Hombres, las guerras contra el Rey Brujo de Angmar que llevarían a la destrucción de los más gloriosos reinos de los hombres, la inusual Batalla de los Cinco Ejércitos y, por supuesto, la conocida como Guerra del Anillo. ¿Acaso un estratega consumado podría soñar con una conyuntura mejor? Si títulos como El Señor de los Anillos: La Guerra del Anillo, El Señor de los Anillos: Batalla por la Tierra Media, o los más antiguos Riders of Rohan y War in Middle Earth, no pudieron sacar todo tu potencial como comandante, en Third Age: Total War tienes una nueva oportunidad.

No cabe duda de que Medieval II: Total War - Kingdoms es un gran juego de estrategia. Si a sus fantásticas características le sumamos una ambientación basada en El Señor de los Anillos, el resultado promete ser grandioso. Esto es lo que pensaron los responsables de Third Age: Total War, una modificación para el título arriba mencionado. Transformando el mapa de Europa original por una recreación de las tierras del Oeste de la Tierra Media, y sustituyendo los reinos de nuestra Edad Media por las distintas naciones que aparecen en la obra de Tolkien, el equipo de desarrolladores ha conseguido un entorno perfecto en el que convertirnos en uno de los dirigentes de alguna de las razas y culturas que pueblan la Tierra Media, y participar en la batalla de los Pueblos Libres contra la Sombra. Puede sonarnos parecido a El Señor de los Anillos: Batalla por la Tierra Media, pero el uso de las características de Medieval II: Total War consigue que nos encontremos ante un juego completamente diferente.

A pesar de que la mayor parte de la influencia, hablando del estilo visual, procede de la trilogía dirigida por Peter Jackson, Third Age: Total War ha tratado de ceñirse lo más posible a la novela de J. R. R. Tolkien. Por supuesto, han tenido que tomarse algunas libertades para poder adaptar la jugabilidad propia de la saga Total War, y omitir algunos aspectos que serían extremadamente complicados de implementar. Se ha eliminado, por ejemplo, ciertas características de los matrimonios entre culturas, quitando la figura de las Princesas, al igual que la de los Mercaderes. En este sentido, sí que se han mantenido los Asesinos, Espías, Diplomáticos e Inquisidores, estos últimos denominados Sirvientes de Sauron. Igualmente, se han eliminado las religiones, al no poderse adaptar de forma satisfactoria. Lógicamente, la historia de la Guerra del Anillo se verá modificada por los actos de las facciones incluidas en el mod, con la posibilidad de que el general de una de ellas consiga hacerse con el mismísimo Anillo Único para usarlo en su beneficio... o dirigir a su Portador hasta los fuegos del Monte del Destino.

Third Age: Total War nos permite controlar 14 bandos. Por un lado cualquiera de las naciones humanas de Gondor, Rohan, Eriador, Arnor, El Valle, el Lejano Harad o Rhûn. También podemos decantarnos por los Enanos, Elfos Silvanos o Altos Elfos (Noldor), o bien optar por los Orcos de las Montañas Nubladas u Orcos de Gundabad. Por último, también tendremos la posibilidad de controlar a las facciones de Isengard o Mordor. Nuestro objetivo dependerá del alineamiento de nuestra cultura: Liberar a los pueblos de la Tierra Media o someterlos bajo la Sombra. Cada una de las naciones contará con sus propios héroes y personajes ilustres, como Sauron y los 9 Nazgûl, Saruman, Aragorn,... y tropas propias características de su cultura. Además, es posible ir desbloqueando eventos especiales o criaturas en función del cumplimiento de una serie de requisitos, como la conquista de algunos territorios concretos o trasladar a ciertos personajes a zonas predeterminadas. Así, podemos encontrarnos con los Ents, el ejército de los Muertos Desvelados o el temible Balrog de Moria.

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El mapa recrea fielmente los territorios occidentales de la Tierra Media, desde las Montañas Azules hasta el Mar de Rhûn, coincidiendo con las zonas en las que acontecen la mayoría de los eventos narrados en los libros de Tolkien. Sobre el mismo, se han incluido más de 25 lugares de los que aparecen entre los escritos de El Señor de los Anillos. Así, en Third Age: Total War nos encontraremos con La Comarca, el Bosque de Fangorn, los Senderos de los Muertos, Barad-dûr, Orthanc, Rivendell, ... que se complementan con las zonas controladas por las naciones del juego. Hacernos con el control de algunas de ellas, servirá para desbloquear unidades especiales o dar lugar a eventos. Existe la posibilidad de que, a partir de cierto momento, el Anillo Único sea avistado en alguna de las provincias de la Tierra Media. Si en ese momento, algún bando consigue hacerse con el control de la misma, el general correspondiente pasará a ser Portador del Anillo. Los que hagamos con este instrumento de maldad, dependerá de nuestro alineamiento.

En este sentido, la figura de Sauron funciona como la del Papa en Medieval II: Total War, y que nadie saque conclusiones inapropiadas. Las facciones malvadas siguen su doctrina, y además cuenta con su propia facción... y es posible que veamos al Señor Oscuro frente al ejército en alguna batalla. Si una nación afiliada a la Sombra recupera el Anillo Único, su misión es llevarlo a Barad-dûr, en la tierra de Mordor. Sin embargo, podemos fallar en este empeño. No os preocupéis, que el Amo será comprensivo y simplemente ordenará al resto de facciones malvadas que nos ataquen para recuperarlo, algo así como si nos excomulgasen. En el caso de que el Anillo Único caiga del lado de los Pueblos Libres, habrá que acudir al Concilio Blanco para debatir cuál será su destino, y finalmente dirigir al Portador del Anillo hacia el Monte del Destino. De lograrlo, derrotaremos a Sauron y todas las tropas de la Sombra sufrirán un duro golpe, haciendo posible que el resto de naciones pueda avanzar hacia la victoria definitiva.

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Podéis adivinar que el trabajo de adaptación realizado en Third Age: Total War es fantástico, y su apartado técnico no se queda atrás. Se han sustituido los modelados de las tropas originales de Medieval II: Total War - Kingdoms por nuevas unidades basadas en las facciones disponibles, así como criaturas y personajes especiales. Los diseños se han basado, como dijimos anteriormente, en el estilo visual de la trilogía de El Señor de los Anillos, de forma que cualquier que haya visto las películas reconocerá fácilmente los tipos de soldados que aparecen. Por supuesto, se han añadido nuevas posibilidades en cada ejército, algunas a las que no se hace referencia explícita en ningún apartado de la obra pero que son necesarias para equilibrar la balanza y conseguir que nos encontremos ante una opción jugable. En este sentido, la IA ha sido alterada para recibir recompensas periódicas, subsanando así las diferencias que pueda haber con las naciones controladas por los jugadores, que reciben ingresos y premios por otras fuentes, como la realización de misiones.

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Instalación

En primer lugar, vamos a hacer un recuento de todo lo necesario para disfrutar de Third Age: Total War. Si tenéis en vuestro poder el título Medieval II: Total War, junto con la expansión Medieval II: Total War - Kingdoms, ya habéis andando la mitad del camino, y lo que resta es bastante sencillo. La versión actual del mod es la 3.2, que podréis conseguir en los enlaces que proporcionamos al final de este apartado. Concretamente, primero tendréis que instalar la versión 3.0 y luego actualizarla hasta su más reciente actualización, siguiendo los pasos que os describimos.

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Los pasos difieren un poco, en función de si usamos o no Steam. Vamos a comenzar por las adquisiciones de Medieval II: Total War que no forman parte de la plataforma de Valve. Lo primero, si venís de alguna versión anterior de Third Age: Total War, lo recomendable es que eliminéis la misma porque este proceso solamente es válido a partir de la 3.0 y cualquier versión anterior podría daros problemas. Basta con eliminar la carpeta manualmente, pues la instalación del mod no ejecuta cambio alguno en el registro de Windows.

Comprobad que vuestro Medieval II: Total War - Kingdoms está correctamente instalado y funciona. Algunos problemas posteriores podrían deberse al propio motor del título, y si no funcionaba como debiera, la instalación del mod no va a corregir los errores. No es necesario que lo instaléis en ninguna ruta concreta, cualquiera valdrá, pero recordad la misma para cuando llegue el momento de aplicar las modificaciones de Third Age: Total War. En este punto, también nos recomiendan que actualicemos el título a su última versión, 1.05. Aunque el mod es compatible con versiones anteriores, siempre es mejor si tenemos todas las correcciones de las funcionalidades del juego. Si hasta aquí todo está correcto, podemos continuar.

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Tendremos que descargar los archivos que os indicamos al final del texto, todos ellos necesarios para aplicar la modificación desde su versión 3.0 y actualizarla a 3.2. También, precisamente en el orden en el que os proporcionamos los enlaces, iremos ejecutando los instaladores, concretando como ruta la que hemos elegido para Medieval II: Total War - Kingdoms. Hacedlo todo con permisos de administración, para evitar problemas.

En el caso de que vuestro Medieval II: Total War - Kingdoms haya sido comprado mediante Steam, seguiremos los pasos descritos para el otro tipo de instalación, pero tendremos que realizar una acción adicional. Buscaremos en la carpeta de instalación del juego, en "Steam/Steamapps/Common/Medieval II Total War", y ahí tendremos un directorio con el nombre "mods". En su interior estará la instalación de Third Age: Total War, así como las carpetas correspondientes a las campañas de la expansión Kingdoms. La mala noticia, es que vamos a tener que prescindir de una de ellas, y la buena es que no es necesario borrarla. Cambiaremos el nombre a la campaña que más rabia nos dé, y luego tendremos que llamar a la carpeta "Third_Age_3" con el denominativo que hemos quitado. Por ejemplo, si quitamos la campaña "Britannia", llamaremos al directorio "britannia" como "viejo_britannia", y renombraremos "third_age_3" como "britannia". Como podéis intuir, para acceder al mod ejecutaremos la campaña que hemos sustituido, en este caso: Britannia.

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Si tenéis algún problema para jugar a Third Age: Total War, en sus foros oficiales podéis encontrar mucha ayuda de otros usuarios. En principio, con los pasos anteriores podréis lanzaros de inmediato a comandar un ejército en la Tierra Media. ¡Esperad! Aún tenemos algo que enseñaros... ¿os olvidáis de que hoy traemos dos modificaciones sobre El Señor de los Anillos? Llega el turno de The Last Days.

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La modificación para Medieval II: Total War - Kingdoms puede ser perfecta para los amantes de la estrategia, pero… ¿qué ocurre con la acción? ¿Y si queremos lanzar flechas como Legolas, o repartir hachazos como Gimli? ¿Es posible liderar una carga de los rohirrim frente a un grupo de orcos de Isengard? Bien, si lo que os gusta es la acción, entonces la siguiente opción es la correcta para vosotros. A pesar de que muchas de los videojuegos basados en El Señor de los Anillos han procurado facilitarnos combates frenéticos, sobre todo basados en las películas, algunos fans de Tolkien siguen esperando una sensación más parecida a lo que se narra en los libros. Con The Last Days, tendréis una adaptación un poco más fiel.

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Una de las grandes características de Mount & Blade, es su altísima capacidad de personalización y modificación. De hecho, es probable que la inmensa mayoría de los usuarios del juego hayan pasado más tiempo frente a algún mod, que ante la ambientación original de Calradia. Una de las más logradas, a la vez que ansiadas por todos, es la que nos ocupa: The Last Days of the Third Age of Middle-Earth. Decimos ansiada, porque este mod estuvo bastante tiempo sin recibir actualizaciones, dado que los elementos necesarios para conseguir los objetivos que sus desarrolladores se habían propuesto, eran imposibles de lograr con la tecnología disponible en las herramientas para alterar el contenido del juego. Así, desde la versión 0.888 de Mount & Blade, no hubo nuevas versiones jugables de The Last Days hasta la actualización 1.011, después de que Paradox Interactive ayudase a Taleworlds a lanzar su producto. Este amor por la perfección ha llevado a sus desarrolladores a no plantearse trasladar el mod a posteriores ediciones de Mount & Blade, como Mount & Blade: Warband o Mount & Blade: With Fire & Sword.

Los desarrolladores de The Last Days afirman que no se han basado en la película en absoluto. Sí, puede que algunos elementos tengan el aspecto visual que se vio en el trabajo de Peter Jackson, pero eso es simplemente porque no contradice lo que narran libros. El juego nos permite participar, en vivo y en directo, en la Guerra del Anillo, formando parte de alguno de los bandos que lucharon en la misma, o bien como una Compañía libre. En este caso, por limitaciones técnicas del juego, no nos encontramos con un mapa completo de todo el Oeste de la Tierra Media. En su lugar, los desarrolladores se han centrado en las zonas donde se encuentran los principales focos de acción durante la contienda entre los Pueblos Libres y las fuerzas de Sauron, desde las Montañas Nubladas hasta el Mar de Rhûn, obviando las tierras que van desde la citada cordillera, hasta las Montañas Azules y los Puertos Grises.

Lo primero, como en cualquier partida de Mount & Blade, es crearnos un personaje. En este caso, elegiremos de entre alguna de las razas disponibles, lo que va a indicar nuestro lugar de inicio en la partida. Podemos escoger entre humanos, elfos, enanos u orcos, de distintas procedencias. Además del asentamiento inicial, cada cultura tiene algunas limitaciones y ventajas. Las razas de menor estatura no podrán montar a caballo durante la batalla, pero puede que sean más fuertes o resistentes, o bien mucho más baratas de contratar. En general, y como aviso previo, en la versión actual puede que escoger una facción "malvada" acabe en el más absoluto de los fracasos. Prácticamente todas las unidades de los bandos de la Sombra son más débiles que sus equivalentes en el resto de naciones, lo que nos llevará a la derrota tarde o temprano. Sus desarrolladores buscarán una manera de equilibrar el juego en futuras versiones.

Las posibilidades son variadas: desde humanos de Minas Tirith, Rohan o del Valle, enanos de las Colinas de Hierro, Montaraces de Imladris, elfos de Lothlórien, Imladris o Bosque Negro, orcos de Isengard o uruk-hai de Mordor, ... Esto solamente implica nuestro origen, pero no nuestra afiliación. Cualquier personaje puede ir ganando puntos de reputación y recursos con cualquiera de las facciones existentes. Este valor tiene dos significados ya que, por una lado, es el indicador de nuestro rango en una nación concreta: Rohan, Gondor, Lórien,... y por otro, es el sustituto de cualquier elemento monetario y se usa para adquirir objetos o reclutar tropas en los asentamientos de dicha facción. De este modo, las armaduras élficas solamente pueden conseguir con recursos élficos, y los corceles de Rohan con sus equivalentes entre los rohirrim. No son intercambiables.

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Por otro lado, existe un contador de nuestro respeto en un bando, y esto se define con los denominados puntos de influencia. Se obtienen al realizar misiones para personajes de un bando, y al derrotar a sus enemigos naturales. Con influencia podremos obtener valiosas recompensas por parte de algún poderoso personaje de un bando, aunque su coste es bastante elevado. Podréis imaginar que tales objetos son, cuanto menos, de los más poderosos de toda la Tierra Media y harán falta muchas misiones para obtener los suficientes. Por último tenemos el rango, que es nuestra posición militar en nuestra facción. De este valor dependerán varias variables, como la cantidad máxima de tropas o prisioneros que pueden venir con nosotros, nuestros ingresos semanales en forma de recursos y la posibilidad de desbloquear algunas funcionalidades adicionales.

Cada bando controla una serie de asentamientos, al igual que en la ambientación original de Mount & Blade. Sin embargo, algunos de ellos son dinámicos, en el sentido de que pueden ser aniquilados definitivamente, como sucede con algunos campamentos orcos. El resto, los tradicionales, corresponden a lugares conocidos de la geografía de la Tierra Media, y sirven de bastiones para los Pueblos Libres y la Sombra. Es posible viajar libremente por aquellos en los que no nos odien, ya sea por nuestro alineamiento o por méritos anteriores, como haber derrotado a sus ejércitos en batalla. En su interior encontraremos personajes de la mitología de Tolkien, como Elrond y sus hijos Elladan y Elrohir, Celeborn y su esposa Galadriel, el rey Thranduil, Denethor o Faramir, Théoden,... que nos asignarán encargos. También conoceremos a potenciales acompañantes, algunos inventados y otros sacados de las novelas.

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Por otro lado, cada raza tiene sus propias armas y armaduras, y con altas limitaciones. Estos elementos pueden distinguirse fácilmente, gracias a los emblemas de cada bando: el Árbol Blanco de Minas Tirith, el Ojo de Sauron, la Mano Blanca de Isengard,... y lo mismo ocurre con las armas o monturas, teniendo caballos élficos, huargos y hasta mearas de Rohan. Como peculiaridad, decir que al final de las batallas no obtendremos el botín habitual como en Mount & Blade, ya que se nos recompensará con 'metal scraps' para canjearlos por recursos en cualquiera de los asentamientos de la facción que deseemos. Las tropas irán aumentando de nivel en sucesivos combates, con la posibilidad de ser mejoradas a nuevos tipos especializados. No es obligatorio que todos nuestros seguidores sean de una única facción, ya que nada impide que nuestro grupo esté formado por arqueros elfos, guerreros enanos, jinetes de Rohan y soldados de Gondor.

El manejo es exacto al de Mount & Blade, alternando nuestro movimiento por el mapa con las batallas, asedios y escaramuzas que surgirán de nuestro encuentro con unidades enemigas, o asaltos a asentamientos y ciudades. Como peculiaridad, las unidades no empezarán el combate en movimiento, lo habitual en el juego de Taleworlds, y permanecerán estáticas al comienzo de la batalla a la espera de nuestras órdenes. En cuanto a los asaltos y asedios, no se nos permite iniciar uno por nuestra cuenta y riesgo, pero sí unirnos a los que ya se hayan iniciado. Esto disminiye nuestro rango de acción que, por otro lado, es bastante amplio en The Last Days. Tenemos completa libertad para movernos por cualquier zona del mapa y enfrentarnos a los enemigos que creamos convenientes. Incluso es posible descubrir lugares ocultos gracias a las pistas que nos proporcionen algunos personajes del juego.

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Otros cambios nos ofrecen comportamientos más adecuados a lo que Tolkien narraba en sus historias. Los grupos de orcos, por ejemplo, podrán comerse a sus prisioneros en lugar de asesinarlos. El grado de fidelidad con la obra del escritor, también se hace patente en las opciones de inventario, puesto que en función de nuestro origen no seremos capaces de utilizar algunas, lo que significa que nunca veremos a un guerrero elfo portando una armadura orca. De igual manera, Mordor e Isengard competirán entre sí durante casi toda la Guerra del Anillo, manteniéndose fuertes a lo largo del conflicto. Mientras que otras naciones enemigas pueden debilitarse hasta casi desaparecer, conseguir lo propio con Sauron o Saruman puede ser casi imposible. Decimos casi, porque que nadie tenga dudas de que la guerra puede ganarse… aunque a un coste muy elevado de tropas.

Algunos cambios en la lógica de Mount & Blade hacen posible la gestión de la Guerra del Anillo, y la evaluación de cada facción es una de ellas. A partir de sus estado inicial, el juego va evaluando los resultados de cada batalla para debilitar o fortalecer a las naciones que combaten, de manera que las derrotas pueden ir llevando a una raza a la derrota definitiva. Cuando se acerca ese estado, es fácil que sus enemigos se abalancen para asestar el golpe final, y tampoco es raro que el resto de bandos aproveche para contraatacar. Aunque cuando empecemos la partida, la guerra todavía no se habrá iniciado y faltarán unos pocos días hasta que se declare de forma “oficial”, podemos empezar a reclutar seguidores y aumentar nuestro poder para allanar nuestro camino.

Si bien el nivel técnico de Mount & Blade ya ha ido quedando obsoleto, y más aún si tenemos en cuenta que se siguió trabajando en nuevas ediciones en lugar de en actualizaciones del juego original, los modelados de los personajes de The Last Days son fantásticos. Se ha cuidado hasta el más mínimo detalle, como cambiar las representaciones de las ciudades, genéricas en otros mods, por unas propias para los asentamientos más importantes. A nivel sonoro, el juego cuenta con su propio hilo musical, más de 180 minutos grabados, y voces únicas para las tropas de todas las razas… que hablarán en los idiomas de cada una de las culturas de la Tierra Media. Con The Last Days podrás lanzarte contra un grupo de orcos, mientras los soldados de Gondor gritan “¡Elendil!”.

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No cabe duda de que El Señor de los Anillos es una ambientación perfecta para la mecánica de Mount & Blade, y muy agradecida. El resultado es sorprendente, casi más que el título original. Tener la posibilidad de controlar tropas de rohirrim, orcos, enanos o elfos silvanos, y lanzarlos a la batalla bajo nuestras órdenes en tiempo real a la vez que lanzamos golpes contra huargos y trolls… es una de las experiencias mejor logradas respecto a la obra de Tolkien. Sus desarrolladores ya trabajan en nuevas mejoras: Nuevos elementos relacionados con los Nazgûl, sistema de moral durante las batallas, … Actualmente hay una beta, pero no se garantiza su estabilidad, así que centraremos nuestros esfuerzos en hacernos con la última versión estable para The Last Days of the Third Age of Middle-Earth.

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Instalación

Por si no había quedado claro, The Last Days es una conversión total para Mount & Blade, así que necesitaremos una copia de este juego para poder disfrutar de este simulador de combates medievales trasladado a la Tierra Media de J. R. R. Tolkien. Es interesante actualizar el título hasta la versión 1.011, y es que en el producto de Taleworlds podemos encontrar bastantes problemas en el caso de que no coincidan exactamente las actualizaciones con las versiones para las que una modificación ha sido diseñada. Un aviso importante: The Last Days no es compatible con otros mods, ni con la ambientación original de Calradia. Todo se perderá al aplicar el mod, y si hacemos cambios más tarde, nuestra versión de El Señor de los Anillos dejará de funcionar.

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Nos recomiendan que usemos una instalación limpia del juego, aunque no es obligatorio, y apliquemos Mount & Blade 1.011 Enhanced Version, que es un parche mejorado de la última actualización del título. Entre otras cosas, este parche elimina la restricción de 32 participantes por batalla, añade muchas correcciones y una mejora sustancial de la estabilidad del título. Todo buenas noticias, ¿verdad? Para Steam el proceso no varía, pero recordad que el directorio en el que se encuentra la copia Steam de Mount & Blade es  “Steam/steamapps/common/mount and blade” y, una vez más, que la ambientación original quedará inutilizada por completo. Si queréis regresar a la misma, tocará desinstalar y volver a instalar.

El proceso de instalación es bastante simple. Localizamos la carpeta en la que está juego, y desde allí “Mount & Blade/Modules”. Descomprimimos el archivo con la modificación, y lo copiamos en una nueva carpeta llamada “TLD” que crearemos en la ruta anterior. Acto seguido, tendremos que mover algunos archivos de sitio, porque son necesarios para el buen funcionamiento de The Last Days:

  1. Copiar todos los archivos *.brf desde “TLD/data” a la carpeta “Mount & Blade/CommonRes/”, sobreescribiendo su contenido original.
  2. Copiar todos los archivos *.txt y *.xml desde  “TLD/data” a “Mount & Blade/Data/”, sobreescribiendo su contenido original.
  3. Copiar todos los archivos restantes desde “TLD/data” a la carpeta “Mount & Blade/”, sobreescribiendo su contenido original.
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Para acabar, aplicaremos un último parche de corrección del mod, el Hotfix 3.13 que repara algunos problemas a la hora de reproducir la música del juego. Para ello, copiamos el contenido del fichero en el directorio de The Last Days. También es posible descargar mejoras adicionales compatibles con esta modificación, como mejores animaciones para las batallas, versiones femeninas de las armaduras y modelos de combate realistas. Los encontraréis todos en los enlaces del final del texto. Ya solamente queda escoger nuestro personaje, y luchar por el bando del bien o someter a los Pueblos Libres. Vosotros elegís.

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Hasta aquí nuestro repaso de estos dos magníficos mods, que seguro que os ayudarán a experimentar de cerca lo que J. R. R. Tolkien narraba en sus más famosas novelas. Puede que todavía tengamos que esperar para encontrar una adaptación de El Señor de los Anillos, o de El Hobbit, que realmente pueda satisfacer a los más asiduos seguidores de esta franquicia de fantasía épica, pero con trabajos como estos, las esperanzas de que algún día lleguen se mantienen vivas. ¿Quién sabe? Quizás el videojuego definitivo sobre la Tierra Media esté cada día más cerca, aunque no sea una gran compañía la que lo esté desarrollando. Namárië y disfrutad de las partidas.

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Mount & Blade

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