Anarchy Reigns, Impresiones
Anarchy Reigns es la última propuesta de acción sin descanso de Platinum Games, padres de obras como Bayonetta, Metal Gear Rising o Madworld. Frenetismo, efectos especiales por doquier y por encima de todo un multijugador que quiere ser un antes y un después en esto de jugar a los beat'em up en línea. Y contra humanos.
Sega y Platinum Games se traen entre manos un título que destila originalidad y desenfado a partes iguales. Seguramente no pensaremos lo mismo con la mecánica de juego, clásica de un hack and slash pero con identidad propia, pero si por el universo en el que se enmarca la última locura de Platinum Games. En un momento en el que la voz generalizada es la de que la industria oriental no está al ritmo y nivel de occidente, la compañía creada en la presente generación de consolas se entesta en demostrar lo contrario. Ya lo hicieron con el excelso Bayonetta o con el frenético Vanquish. Y ahora quieren más con este Anarchy Reigns que es ya una realidad en Japón, antes de que llegue Metal Gear Rising: Revengeance. Le echamos el guante a la última producción de Atsushi Inaba para hacer boca mientras aguantamos el desfalco entre la salida en tierra nipona y la salida en Europa, prevista por fin para el 11 de enero.
Anarchy Reigns forma parte del tipo de videojuegos que Platinum Games está diseñando para las consolas de la presente generación. Y eso significa acción, mucha acción. La realidad es que este nuevo proyecto de la compañía japonesa toma prestado un poco de cada uno de los juegos citados, además de tener momentos frenéticos a lo Vanquish, aunque eso son palabras mayores. Hack and Slash con acción sin descanso, toque pintoresco en diseño artístico y universo creado y un argumento que sin ánimo de destripar, sirve como mera excusa para empezar a repartir de lo lindo. En Japón se ha colado entre los más vendidos, alejado de los primeros puestos, aunque seguramente no con las ventas que se esperaba.
Los primeros compases de partida con la versión final del juego sirven para hacerse un poco con los controles y la mecánica de juego de Anarchy Reigns. Nos encontramos en un bar futurista donde nuestro protagonista, o uno de ellos, que también era el de Madworld dicho sea de paso, está tomando una copa tranquilamente hasta que entran una serie de personajes a escena. Después de un cruce de declaraciones entre Jack Cayman y su interlocutor acaba con un puñetazo poderoso de éste al protagonista, que acaba de rodillas en el suelo mientras eso extraños visitantes del bar se vuelven por donde han venido. Esta primera secuencia sirve para identificar ya a algunos de los personajes que irán desfilando por el juego, que no son precisamente pocos.
La cinemática inicial de la campaña de Anarchy Reigns evidencia el toque desenfadado, exagerado y marcadamente japonés en la sucesión de acontecimientos. Cuando entran Sasha, Leo y Nikolai a cada uno de ellos se le congela la pantalla con un acercamiento de cámara y su nombre estampado al nombre de la instantánea. Como este ejemplo habrá muchos otros donde se le da esa hipérbole puramente manga que tanto hemos podido ver en producciones japonesas. De hecho, el puñetazo que le asesta Nikolai a Jack en esta secuencia es más típica de un Dragon Ball que de otra cosa. Más allá de las formalidades estéticas, ambos buscan lo mismo: Max. Todavía no se sabe muy bien quién es ni por qué queremos dar con él, pero será el eje principal de nuestra aventura. Lo que queda claro es que tanto unos como otros provienen de zonas lejanas respecto a la que se encuentran. Y ahí entra nuestra elección de campaña: senda negra o blanca. Jack o Leo. Escogeremos qué camino queremos seguir para dar con nuestro objetivo. Que empiece la fiesta.
La mecánica de juego no es exactamente la que se podría esperar de un hack and slash al uso, pensando no solo en Bayonetta sino en otros nombres del género como la serie Ninja Gaiden o los Devil May Cry. En todos estos nombres por norma los escenarios acostumbran a ser cerrados y lineales. Está muy claro donde se debe ir, hacia delante; y poca cosa más. El reto se encuentra principalmente en los enemigos que nos vamos encontrando y en la dificultad del reto en cuestión. Aquí la premisa con la que nos encontramos en los primeros compases de la aventura es totalmente distinto. Salimos a las calles de Altambra, localización en la que nos encontramos y que muestra un aspecto muy desmejorado. El emplazamiento es el clásico futuro post-apocalíptico, con construcciones destrozadas por una fuerza mayor que arrasó con todo.
El desarrollo es el siguiente. Nos encontramos en medio de un espacio abierto donde nos van apareciendo enemigos de todo tipo. Aquí, a medida que vamos acabando con los enemigos que nos acechan vamos sumando puntos a nuestro contador, algo imprescindible para poder avanzar en el juego. La ciudad en cuestión, la zona inicial que podemos ver, nos permite ir a algunos puntos concretos para hacer misiones de diversa índole. Estas se separan en misiones libres, que podemos ir repitiendo todas las veces que queramos, y misiones de la trama principal que sirven para poder avanzar en la historia. Un ejemplo que podemos ver en el in-game que acompaña el texto es la primera misión libre, que se basa en acabar con una serie de enemigos antes de que se agote el tiempo. Según nuestra habilidad, combos que hagamos y golpes que recibamos, además del tiempo empleado, recibiremos una puntuación final mayor o menos, además de las clásicas medallas que valoran nuestra actuación.
Gracias a las misiones libres y a los enemigos que van apareciendo aleatoriamente por el escenario iremos subiendo nuestro contador de puntos, algo que nos permitirá avanzar en la trama principal. Sin ir más lejos, al principio del juego hasta que no tengamos 100.000 puntos no se nos dará la opción a ir a la primera misión de la historia. De ahí que tengan importancia las misiones secundarias o libres, ya que se pueden repetir tantas veces como queramos para sumar puntos y también para mejorar nuestras propias marcas. Hay muchos elementos que podemos usar para multiplicar las puntuaciones que nos otorga el juego mientras acabamos con hordas de enemigos. Nos atacarán decenas a la vez, pero Anarchy Reigns va más allá del simple machacar botones como si de un beat’em up masivo se tratara. No es ese el camino de nuestro amigo Jack el cazador.
Pero hay una serie de elementos que nos permite ampliar la experiencia de manera notable y más allá de la combinación de los dos botones de ataque. El primer gran ejemplo es el de el arma asesina, que en el caso de Jack es una tremenda motosierra que devasta todo lo que encuentra delante de sí. Tenemos una barra de energía que se va cargando a medida que eliminamos enemigos y a medida que nos golpean. Con ella podemos activar esta arma asesina con la que se acaba de manera más rápida con los enemigos. Junto a ella, está un momento de furia que activamos pulsando los dos sticks y que nos da más poder y velocidad durante un tiempo concreto, además de impedir que se gaste la barra del arma asesina. Con los movimientos evasivos en defensa y la posibilidad de señalar enemigos para atacar moviéndonos a su alrededor tenemos un gran abanico de movimientos y posibilidades a nuestra disposición.
Anarchy Reigns ofrece un control de juego muy transversal, que tan punto nos permite atacar con todo este listado de elementos mencionados como juego de acción cuerpo a cuerpo como también nos permite atacar modo shooter en según qué casos. Tenemos la posibilidad de coger objetos de todo tipo esparcidos por el escenario, desde cubos explosivos a coches desahuciados, pasando por algunos enemigos que pueden usarse como armas arrojadizas. Esto amplía nuestro arsenal –y facilita las cosas ya que con un coche podemos dar a un grupo de enemigos- que también se ve completo gracias al uso de otros elementos, como vehículos o armas que encontramos por el escenario. Con ellas podemos disparar como si estuviéramos en Gears of War. Las posibilidades jugables se completan con objetos que encontramos por el escenario y que nos dan ventajas ante los enemigos. Escudos protectores durante un tiempo limitado, un modo espía que nos hace invisibles y nos hace desaparecer de los radares… hay de todo, aunque solo podemos equiparnos con dos elementos a la vez.
Hay otros elementos a tener en cuenta dentro de la mecánica de juego, como por ejemplo la cámara. Esta se ubica detrás de nuestro personaje, pero cuando hacemos algún envite concreto a un enemigo o nos movemos en una dirección concreta podemos perder el norte de los enemigos que tenemos detrás; para subsanarlo, hay un radar dinámico que nos marca los elementos destacados del escenario y un botón concreto permite restaurar la cámara detrás del protagonista, algo necesario de dominar para no perder la orientación en medio de todo tipo de enemigos: soldados rasos que nos atacan cuerpo a cuerpo, algunos con armas poderosas, otros que disparan a distancia o hacen el kamikaze para explotar cuando están medio muertos. Y es solo el inicio del juego. Además, nuestra barra de vida no se regenera automáticamente sino que tenemos que recoger orbes curativas.
De hecho, el gran qué de Anarchy Reigns se encuentra en las partidas en línea con gente de todo el mundo. Una docena de personajes que elegir y desbloquear y una gran cantidad de modalidades, desde partidas de 16 jugadores todos contra todos a equipos de dos donde la cooperación es básica o partidas a matar el líder del grupo contrario. Incluso una original en la que el principal objetivo es meter más goles que el rival. Potente, frenético y bien ejecutado. Habrá momentos en los que no veremos nada en pantalla, pero estaremos disfrutando machacando a todo el mundo. O muriendo sin saber a manos de quién. El hecho de que ha salido en Japón nos ha privado de poder profundizar en más partidas, el lag tampoco ayuda con tanta distancia y sin jugadores europeos, pero cuando se ha podido jugar mínimamente bien la realidad es que hay jugo para horas y horas. Todo lo especificado sobre el control y la mecánica de la campaña es trasladable al multijugador. Y eso son palabras mayores si tenemos en cuenta que enemigos humanos serán mucho más duros que la IA de la CPU.
Anarchy Reigns está ya listo para atacar el territorio de todo el mundo con una fórmula de juego de acción en tercera persona con mucha personalidad propia, sin inventar la rueda pero bien ejecutado a nivel de mecánicas y con un multijugador que promete muchísimo. Como curiosidad, el juego no nos llegará a nuestro territorio hasta el 11 de enero de 2013, pero la versión japonesa que está a la venta en el país del sol naciente desde hace meses y tiene dentro de sí tanto textos como voces totalmente en castellano. Algo ideal para acompañar un apartado técnico que se basa en el diseño artístico original y lleno de exageraciones, además de la espectacularidad de las acciones y los cambios de cámara, para convencer desde un primer momento a través de los ojos. Platinum Games recoge el testigo de Clover Studio en esta generación –de hecho, muchos de los ex Clover están en esta compañía como el propio Inaba- con juegos muy particulares en lo audiovisual, pero que tienen dentro de sí un pulido apartado jugable que los hace tan especiales. Y Anarchy Reigns no parece que sea una excepción a este buen saber hacer.
- Acción
Anarchy Reigns es un juego de acción y combates online, que permitirá disputar partidas entre numerosos jugadores; desarrollador por Platinum Games para PlayStation 3 y Xbox 360, presenta un gran número de modos de juego y personajes por elegir.