Metal Gear Rising: Revengeance, Impresiones
Platinum y Konami enseñan por fin todas las posibilidades de Raiden y su katana, en una demo larguísima de casi medio Metal Gear Rising: Revengeance que nos sumerge de lleno en la acción y su tremendo ritmo que todavía no eran conocidos. PS3 y Xbox 360 tienen el 21 de febrero una cita con la velocidad, un cúmulo de cortes tajantes y únicos que es más profundo de lo que aparentaba.
No vamos a volver a abrir el debate de por qué este Metal Gear no responde a prácticamente ninguna de las características de la serie protagonizada por Solid Snake y a qué se han debido sus cambios, retrasos, traspaso de responsables o hasta abandono del mismísimo Hideo Kojima. Metal Gear Rising: Revengeance es un juego de acción hack and slash como podría ser Bayonetta, God of War o Devil May Cry, de hecho la mayor parte de su desarrollo ha estado en manos de los creadores del primero de éstos, los hábiles en el género Platinum Games. Hace un par de semanas pudimos empezar a comprobar con un código previo y la demo pública que los Metal Gear y algunos elementos de este rico universo de guerra nanotecnológica y súper soldados se mantienen en esta aventura de espadazos a toda velocidad y cortes en todas direcciones. No vimos nada de sigilo, pequeños puzles, desarrollo de armas, QTEs y demás material que hoy, con más de 5 horas de juego, hemos contemplado cómo funcionará y así lo exponemos en este Impresiones.
Raiden (o Jack), conocido en MGS2: Sons of Liberty, es quien protagoniza una historia extraña y muy fría, de conflictos internacionales a través de varios países y un montón de peligros armados a los que pondrá fin como un verdadero superhéroe. Nada que ver con la mecánica Metal Gear Solid tradicional, poco queda de aquello de intentar no ser visto y tener que buscar vías de avance empleando el escenario y escondites. Aquí el gameplay es otro, aunque no se han eliminado por completo estas fórmulas, se han añadido partes donde habrá que esquivar cámaras, pasar escondidos en cajas, tomar raciones para restaurar la vida o disparar armas de fuego. Pero factores tan de este tipo de juegos como los encadenamientos de golpes, las acrobacias que ir aprendiendo para los esquivos y saltos, los combos o las puntuaciones por tiempo y daños son una parte esencial de su propuesta, incluso generando tablas al final de cada zona que limpiamos, con un punto arcade y de superación, o competitivo si nos comparamos con otros usuarios.
Así, se puede hablar ya de entrada de un machacabotones incuestionable que introduce algunos factores clave de la marca Metal Gear, con pequeños tramos donde la katana de Raiden no es la única protagonista. En relación a esto también hemos visto más armas, como una lanza enorme y de mucho alcance o todas las de fuego recolectables por los escenarios, como lanzacohetes, RPGs, granadas de varios tipos... Y todas mejorables, en determinados puntos del juego y gracias a un interesante sistema de desarrollo que sin dejar de ser tradicional invita a jugar lo mejor posible para poder evolucionar bien el arsenal, el traje de Raiden, sus retículas especiales, combos, atributos... Incitará su punto rejugable, para tener siempre el mejor equipo posible, algo necesario también debido a la dificultad de algunos jefes y ciertas zonas, de hecho zonas donde la acción pasa a un segundo plano y tenemos que avanzar, por ejemplo, escondidos en un bidón o en la oscuridad más absoluta solo guiándonos por el radar, que no salten las exclamaciones sobre las cabezas de los enemigos al vernos, con el inconfundible agudo de violín.
Espadazos por el mundo
La gran sorpresa de esta primera partida larga que hemos podido echar a Metal Gear Rising está en que se han confirmado varias localizaciones, ya las hemos recorrido, y son ambientes de todas las partes del mundo. México, África, Denver o Europa del Este acogen los primeros actos, con el ninja obedeciendo órdenes de altos organismos y contra una amenazante Desperado Enforcement, que no tarda en enseñar a sus líderes y demostrar al jugador que aquí se va en serio y no se ha censurado absolutamente nada del nivel de violencia. Raiden sufrirá, también sus adversarios, que se desmembran, decapitan y enseñan la cara más gore que jamás haya soñado un Metal Gear, creando también una atmósfera sucia y gris, fría como todo el juego y sus escenarios, que sí que mantienen la estética que caracteriza a la marca hija de Kojima. Hay calles de las ciudades, laboratorios, alcantarillas, refinerías, azoteas... El 2018 dibuja un escenario muy futurista, pero que sienta bien a esta jugabilidad aunque puede parecer algo genérico y sosazo en ocasiones.
Se las verá contra soldados, ciborgs y maquinaria militar de todo tipo, cortará un tanque, una hilera de torretas o las hélices de un helicóptero de combate como si fueran de mantequilla, es capaz de todo en cuanto demos tantos golpes a algo que sus partes se pongan en azul, momento en el que podremos activar el modo katana libre con el gatillo izquierdo y liarnos a espadazos en cualquier dirección con el stick derecho, siempre intentando alcanzar los puntos marcados con un cuadrado rojo para de ahí obtener esas médulas espinales y otros núcleos que otorgan vida y energía del traje. Llega un momento en que hay pocos botiquines y ésta es la única forma de ganar vida y sobrevivir, además de ser letal con determinados mastodontes. Combos de ataques fuertes y ataques flojos, esquivos y llegado el momento activación del modo katana para rematar y obtener los núcleos. Parece sencillo, pero tiene un mar de posibilidades.
No se le pueden poner demasiadas pegas al sistema de combate de Metal Gear Rising, rapidísimo y vibrante, espectacular en todo su apogeo y con una velocidad de juego y fluidez gráfica que deslumbra. Quizá se echan de menos más combos y más tipos de armas, por ejemplo no hay ninguna excesivamente demoledora y pesada, o una de alcance extensible con cadenas o algo así. En realidad todas funcionan de manera similar y tampoco hay grandes diferencias entre pulsar en un orden u otro los botones, no se forman series cambiantes a modo de combo, sino que cada golpe se une al anterior sin más. No es un sistema muy profundo, ha preferido optar por la rapidez. Raiden puede cortar casi todo, también del escenario, y de hecho hay algunos pequeños puzles donde debe dar espadazos concretos para desmoronar un muro, o abrir una puerta con un trazo determinado. Hay muchas puertas y pasillos, es un juego lineal con pequeñas dosis de exploración pero muy comedida, solo basada en leves bifurcaciones o entradas en casas opcionales, etc.
El transcurso hará que poco a poco vayamos cogiendo el tacto especial de este hack and slash, muy japonés en cuanto a espectacularidad, exageración y rapidez. El protagonista es ya un superguerrero, y no dejará nada ni nadie en pie, también con ese truco tan del género de cerrar zonas con murallas virtuales que no se abren hasta que limpiemos. Los jefes son la gran baza de este título, como ocurre con otros de este tipo, aunque los combates contra esbirros tampoco están mal. Las partes que se salen del matar y matar para avanzar están bien insertadas en una historia que no es tan potente como las escritas por Kojima y su equipo pero que no parece estar del todo mal. Llegaremos a controlar a algunas unidades especiales, o tener que usar el visor especial de Realidad Aumentada de Raiden para identificar objetivos y enemigos, también cofres con secretos, entre los que hemos vistos misiones VR adicionales, un clásico en MGS.
Metal Gear Rising: Revengeance no es fácil, Platinum Games ha querido hacer una experiencia exigente, frustrante en algunos tramos que requieren precisión y la rapidez de movimientos no deja resolverlos del todo bien desde los mandos. Para ayudar al jugador, además de la Realidad Aumentada hay otras herramientas, como el codec, que no podía faltar y que vuelve a enumerar emisoras distintas para hablar y pedir ayuda a los distintos personajes aliados, algunos conocidos de otros Metal Gear... El espectáculo es constante y el tono salvaje abrumador, en cinemáticas y en el propio juego, reforzado también por los Quick Time Events para los finales de las batallas más épicas. La agilidad de Raiden se expresa también con su capacidad de correr como un ninja si mantenemos pulsado en gatillo derecho, una especie de modo parkour que lo deja trepar un poco por paredes o subirse a cualquier obstáculo mediano, además de esquivar algunas balas o incluso poder saltar de misil en misil hacia una avioneta que los dispara. De infarto.
Y todo esto se respalda de un apartado gráfico que sin ser nada que impacte hoy, sabe moverse a total estabilidad de frames y es capaz de poner cientos de partículas en pantala cuando nos volvamos locos a rebanar estructuras. Eso sí, utiliza algunos trucos con esto, como ralentizarse cuando hay demasiadas piezas o directamente hacerlas desaparecer. No hay zonas demasiado abiertas, por lo que errores frecuentes como el popping o la niebla aquí no están presentes. Las animaciones están bien dinamizadas, pero no hay demasiada variedad. Veremos a enemigos caer igual y recibir el mismo tipo de golpe, o jefes que basan sus esquemas de ataque en cuatro o cinco pautas repetidas una y otra vez. Eso sí, el protagonista se mueve de maravilla, con una gran labor de motion capture detrás del juego, muy visible, sobre todo en cinemáticas. Y por último está el sonido, rompedor en BSO con temas muy cañeros de hard rock con algo de electro, algunos vocales al estilo Linkin Park -por decir un grupo popular- . Las voces llegarán en inglés con subtítulos al castellano. No hemos visto posibilidad de ponerlas en japonés, al menos de momento.
Corte rápido, ¿y profundo?
Metal Gear Rising: Revengeance es una buena noticia, que no queda duda. Platinum Games ha imprimido su sello a la serie Metal Gear con un spin-off que no se aleja tanto como creíamos en cuanto a referencias y símbolos de lo que hacía Kojima y su equipo, también supervisando. Ahora bien, aquí hay muy poco de sigilo, esto es un machacabotones a la vieja usanza y una de las propuestas más vertiginosas en jugabilidad que se recuerdan, rapidísimo. Quizá un mayor esmero de combos, armas más diferentes entre sí o más movimientos le sentarían bien, pues a priori parece más plano que DmC o God of War: Ascension, sus dos competidores en fechas de lanzamiento. Hemos recorrido 3 de sus actos y deja ganas de más, sube la adrenalina como solo los mejores hack and slash saben, pero eso no nos confirma que estemos ante la mejor acción cuerpo a cuerpo del 2013. Tendremos que ponerlo todavía más a prueba, también en cuestión de variedad y argumento. El 21 de febrero sabremos a qué Metal Gear nos enfrentamos.
Metal Gear Rising: Revengeance
- Acción
Acción trepidante donde los usuarios se meterán en la piel de Raiden, uno de los personajes más populares del universo Metal Gear Solid. Metal Gear Rising: Revengeance, desarrollado por Platinum Games y distribuido por Konami para PlayStation 3, Xbox 360 y PC, nos muestra al hábil héroe atrapado por su pasado y fuertemente armado con un arsenal entre los que se incluye la Katana de Alta Frecuencia. Armas con las que deberá enfrentarse a sus rivales, las milicias privadas y "Desperado Enterprises", destruyendo todo lo que encuentra a su paso.