Shadow Warrior
Shadow Warrior
Un clásico muy recordado con grandes dosis de violencia y todo el sabor del anterior título de 3D Realms, Duke Nukem 3D. Así llega a la AppStore un port 1:1 del mítico Shadow Warrior, un FPS tan brutal como sangriento en el que debíamos liberar Japón de una invasión demoníaca. Gracias a ello, los jugadores más jóvenes pueden descubrir la esencia de un género tan de moda en la actualidad como los first person shooter. Repasemos las claves en nuestro análisis de esta clásica aventura que no dejó indiferente a nadie en su momento; y ahora en formato free-to-play.
Una de las grandes ventajas de la AppStore es que podemos disfrutar de ports de títulos del pasado que en su día causaron gran controversia por su exagerado nivel de violencia y que hoy en día resultan incluso estrambóticos y singulares, viejas glorias del pasado que vuelven a la actualidad para suerte de sus seguidores más veteranos. Recientemente pudimos disfrutar de Carmageddon, que se une a otros títulos con solera como Doom o Duke Nukem 3D, entre muchos otros. Ahora llega el turno de Shadow Warrior, un shooter de gran crudeza visual desarrollado por 3D Realms tras el éxito de la adaptación tridimensional del bueno de Duke. Así, en 1997, llegaba a PC y Mac un FPS que aprovechaba el fantástico acabado gráfico de Duke Nukem 3D y lo adaptaba a una aventura de acción similar aunque más cercana a los clásicos del género, con niveles de violencia tan elevados como controvertidos en su momento. Veamos en nuestro análisis cómo le ha sentado el paso de los años a uno de los mejores representantes de los FPS arcade de finales de los 90, ahora en formato free-to-play; acción, sangre y gore a base de píxeles como puños.
La élite de las sombras
En Shadow Warrior jugamos como Lo Wang, el ninja más temible de los llamados Shadow Warriors, luchadores que trabajan para las compañías más poderosas de Japón para defender sus intereses, negociar o borrar cualquier evidencia de los acontecimientos más sangrientos. Así, Lo Wang ofrece sus servicios a la corporación Zilla para seguir manteniendo tan elevada posición; siempre fue así hasta que nuestro despiadado protagonista descubrió la verdad sobre su maestro, el cual cerró un trato con todo tipo de criaturas demoníacas con el fin de dominar Japón. Lo Wang, decidido a acabar con tan despiadado plan, deberá hacer frente a todo un ejército de demonios que tratarán de acabar con su vida. Así nacía una historia llena de momentos frenéticos, en la que empezamos a espadazo limpio en nuestro dojo, para pasar por todo tipo de estancias y escenarios armados hasta los dientes, con metralletas uzis duales, escopetas, granadas o shurikens, hasta un total de 11 armas diferentes.
Shadow Warrior es conocido por todo aficionado al género por la gran violencia que demuestra en todo momento, niveles de gore que hoy en día pueden resultar incluso graciosos pero que en su momento fueron fuertemente criticados desde ciertos sectores de la sociedad. Su apartado gráfico resulta tan antiguo como entrañable, puesto que recurre a personajes y otros elementos en forma de sprites 2D en escenarios totalmente tridimensionales. Si bien es cierto que en la actualidad está totalmente desfasado, retiene todo el encanto de los FPS de su época, con algunos añadidos a la fórmula del anterior Duke Nukem 3D, como secciones a bordo de vehículos o diferentes modos de disparo en varias armas.
A diferencia del port a iOS de la aventura tridimensional de Duke, Shadow Warrior demuestra una jugabilidad más afinada y exitosa en su traslación táctil. Tanto es así que podremos controlar a nuestro personaje con más naturalidad e incluso configurar el interfaz entre un control clásico ‒con un joystick virtual situado en la esquina inferior izquierda y los botones de acción en la esquina opuesta‒ y un control con doble stick. Eso sí, el tamaño de los iconos ‒sobre todo el de disparo‒ resulta demasiado pequeño, dificultando bastante su uso, especialmente en la gran pantalla de iPad. Otro de los grandes atractivos del juego reside en su peculiar sentido del humor, característica que comparte con el bueno de Duke; así, y a medida que avancemos en la aventura, disfrutaremos de una retahíla de chistes y comentarios de lo más ácidos ‒en perfecto inglés, evidentemente‒ así como elementos de los escenarios totalmente hilarantes.
La banda sonora se mantiene intacta, con sus temas rockeros con cierto toque oriental que ayudan a enfatizar momentos de gran frenetismo gracias a melodías dinámicas y bien resueltas; los efectos de sonido quizás pasan algo más desapercibidos. Con un movimiento cada vez más recurrente en la AppStore y otras plataformas de descargas digitales, Shadow Warrior llega bajo el modelo de negocio free-to-play con los primeros cuatro capítulos ofrecidos de forma gratuita y el resto a un precio de 1,79 euros, para un total de 20 emocionantes capítulos con más de 10 horas de juego por delante, una cantidad nada despreciable teniendo en cuenta los números de los FPS más modernos, muchos de los cuales pueden ser completados en un suspiro. Los amantes de los botiquines y la resolución de pequeños puzles mediante llaves estarán de enhorabuena, puesto que Shadow Warrior presenta muchos de los elementos típicos del género propios de la generación de los 90.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.