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Ravensword: Shadowlands

Ravensword: Shadowlands

  • PlataformaIPH7.5IPD7.5
  • GéneroRPG, Aventura, Acción
  • DesarrolladorCrescent Moon Games
  • Lanzamiento20/12/2012
  • TextoInglés
  • VocesInglés

Ravensword: Shadowlands

Una nueva aventura de acción RPG llega a nuestros dispositivos iOS; Ravensword: Shadowlands pretende llevar la experiencia The Elder Scrolls a la AppStore con un mundo abierto, decenas de misiones por cumplir y un apartado gráfico sorprendente. Veamos en nuestro análisis si lo nuevo de Crescent Moon Games logra estar a la altura de tan exitosa saga de sobremesa.

No, no estamos locos; hablar de Ravensword: Shadowlands como el Oblivion o el Skyrim de iPhone, iPad o iPod touch no resulta tan disparatado como algunos podrían pensar, eso sí, con alguno matices. Tanto es así que en Crescent Moon Games han completado un título enorme, tanto en posibilidades como en factura técnica. Ya en 2009 sorprendieron a todo el mundo con Ravensword, una aventura RPG de acción en un mundo abierto que mostraba muy buenas maneras en unos dispositivos iOS que empezaban a demostrar su potencial como alternativa a las portátiles tradicionales. Ahora, y bajo el nombre de Shadowlands, llega su secuela con el objetivo de demostrar el nivel que pueden alcanzar los actuales dispositivos táctiles como plataformas de juego, retando sin complejos a las consolas portátiles de última generación. Descubramos en nuestro análisis una fantástica aventura en el mágico Reino de Tyreas.

Un mundo fantástico muy real
Lo primer que llama la atención de un título como Ravensword: Shadowlands es su abrumador apartado gráfico, destapándose como uno de los títulos más poderosos a nivel técnico de la AppStore; además, tiene lugar en un mundo abierto ‒aunque no es tan grande como aseguraban sus desarrolladores‒, con la posibilidad de movernos con total libertad a través de sus parajes llenos de árboles, montañas, pueblos y muchos otros elementos que llenan de vida el mágico Reino de Tyreas. O eso prometían desde Crescent Moon Games, ya que la realidad es algo distinta; si bien ofrece un mundo abierto por el que movernos, se respira cierto aire de vacío, con grandes extensiones de terreno sin vida por el que desplazarse sin mucho más que hacer que seguir adelante. Los personajes, por lo general, están bien animados ‒no exentos de molestos bugs‒ y estaremos arropados por melodías épicas de gran calidad.

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Así, mientras que la presentación es fastuosa ‒el motor gráfico Unity se muestra más poderoso que nunca‒, pequeños detalles impiden que un apartado tan prometedor en este caso se aleje de la excelencia; pequeños problemas que pueden solucionarse con futuras actualizaciones pero que, hoy por hoy, empañan mínimamente el resultado final. Por lo demás, es todo un espectáculo a nivel visual. Su desarrollo es similar a los RPG de acción occidentales actuales, presentando bastantes similitudes con la franquicia The Elder Scrolls de Bethesda, una de sus claras inspiraciones. Eso sí, ya desde un principio muestra ciertos desequilibrios en su curva de dificultad y progreso, teniendo que dedicar demasiados esfuerzos a combatir contra trolls y otras criaturas de nivel bajo para aumentar nuestra experiencia y afrontar así las primeras mazmorras, bastante complicadas ya de por sí. Por suerte, podemos cambiar el nivel de dificultad para adaptarlo a nuestras habilidades y forma de jugar.

Es más que evidente que Crescent Moon Games ha desarrollado Ravensword: Shadowlands con Skyrim en su punto de mira; desde su estilo hasta su jugabilidad y desarrollo, todo recuerda poderosamente a la obra de Bethesda. Incluso los que hayan jugado a Oblivion tendrán un ligero déjà vu con una sección de la aventura protagonizada por varios portales que hacen de nexo entre diferentes mundos. Pero a diferencia de dichos títulos, la experiencia final con Shadowlands es mucho menos compleja, resultando incluso aburrida en muchos momentos. La interacción con los NPC's es casi nula, la variedad de objetos que recoger o comprar es tan limitada como el propio desarrollo del juego; tanto es así, que la ciudad central del mapa, la más grande y majestuosa, es en realidad un laberinto de calles sin vida y con personajes faltos de personalidad, muy parecidos a los maniquíes que usaba Robert Neville en Soy Leyenda para saciar sus relaciones sociales en un mundo devastado.

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Las diferentes mazmorras, además, se presentan como estancias conectadas entre sí con los mismos enemigos por derrotar una y otra vez; incluso la exploración es totalmente testimonial, con enormes parajes vacíos sin nada con lo que interactuar. A nivel de control trata de trasladar el interfaz de un pad tradicional a nuestra pantalla, con iconos de ataque, bloqueo o para lanzar hechizos; asimismo, podremos desplazarnos gracias a un joystick virtual situado en la esquina inferior izquierda de la pantalla. Una vez a los mandos no terminaremos de sentirnos cómodos gracias una falta de precisión destacable; en lo referente a los combates, resultan tan caóticos como poco efectivos, con los iconos mal posicionados en pantalla y un interfaz poco intuitivo. Cuando debamos afrontar secciones de plataformas o incluso cuando investiguemos e interactuemos con objetos, tampoco termina de convencer, siendo todo demasiado incómodo.

A nivel de guión se muestra realmente ambicioso, con una historia no muy original pero que abarca una trama suficientemente interesante; tras una dura guerra contra las fuerzas del mal, despertamos en la ciudad de Aven sin saber cómo hemos llegado allí. A partir de aquí empezaremos una aventura que nos llevará a enfrentarnos a todo tipo de peligros, como poderosos magos, implacables guerreros o, incluso, ¡peligrosos dinosaurios! Eso sí, descubriremos que las mecánicas se repetirán una y otra vez, siendo algo monótono tras unas horas de juego. Está claro que las comparaciones son odiosas y que sería toda una hazaña lograr una experiencia parecida en una aplicación de poco más de 540 MB, pero debemos ser claros con las carencias de un título que entra por los ojos pero de demuestra notables flaquezas en varios de sus apartados clave.

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7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.