The Walking Dead - Episode 5: No Time Left

El final ya está aquí. The Walking Dead, la adaptación que Telltale ha realizado en formato aventura gráfica del cómic que lleva el mismo nombre cierra su historia con el quinto y definitivo capítulo: No Time Left. Los mejores augurios se cumplen en una entrega que está a la altura de las expectativas y que sube el listón en todos los niveles en los que el juego estaba destacando en los cuatro episodios anteriores. Los usuarios de PC, Xbox 360 y Playstation 3 ya tienen en sus manos el fin de la historia de Lee y Clementine. Y no decepciona para nada. Al contrario, deja ganas de más.

Hablar de este The Walking Dead es hacerlo de una de las grandes sorpresas del segundo semestre de 2012. Cuando se anunció una adaptación del cómic de Robert Kirkman a los videojuegos de parte de Telltale hubo sentimientos encontrados. El gran público está dentro del nombre por la serie televisiva que va ya por la tercera temporada, y al ver el apartado gráfico, diseño y protagonistas de la obra de Telltale el escepticismo se apoderó de parte de los usuarios que esperaban jugar por fin con la franquicia The Walking Dead. Las dudas se disiparon rápido con el primer capítulo en el que Telltale demostró su buen hacer en este tipo de juegos. La fórmula fue a más hasta llegar al cénit en el tercer capítulo. El cuarto, de transición para muchos, no era más que la calma que precede la tormenta. De drama, intensidad, emoción.

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Atención: destripes sobre la trama del cuarto episodio

El grupo de supervivientes que buscaba escapar desde Savannah tiene diversos problemas durante el cuarto capítulo de The Walking Dead. Además de sumar pérdidas al equipo en cuestión,  cada vez quedan menos esperanzas de sobrevivir hasta que por fin encuentran un barco con el que poder escapar de los caminantes. Todo se complica con la pérdida de Clementine, que desaparece de una noche para otra, y con el peor de los acontecimientos para el protagonista Lee: es mordido por uno de los infectados. Con este panorama termina el cuarto capítulo y empieza No Time Left, en el que las prioridades son dar con Clementine (y conocer quién anda detrás del Walki Talkie), escapar con el barco y esperar alguna solución para Lee.

(Fin de destripes)

La realidad es que el giro que toma el argumento al final del cuarto episodio es de lo mejor que vivimos hace un mes, y dejaba un escenario interesante para la quinta entrega. Nos encontramos ante el capítulo más intenso a diversos niveles: el desarrollo de la trama y el avance de los acontecimientos se sucede a gran velocidad; además, el dramatismo de algunas de las situaciones es de los más elevados de todos los vividos en los cinco episodios. No hay tiempo que perder por motivos obvios, y eso se traslada a un capítulo que no es el más largo de todos (hora y media) pero que lo compensa con las situaciones que viven Lee y sus cada vez menos compañeros de viaje. 

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Sin ánimo de destripar absolutamente nada de los acontecimientos de No Time Left, sí es importante remarcar que este capítulo ofrece a mitad del camino uno de los momentos de acción más brillantes y épicos de todos los enfrentamientos vistos con los caminantes. Junto a ello destaca también una toma de decisiones dura, con tres momentos que se colocan entre los más difíciles de decidir de todo The Walking Dead por lo que suponen. Eso sin contar decisiones que afectan al camino que debemos seguir de una manera u otra, ofreciendo elementos para rejugar el capítulo y giros inesperados en las voluntades de los protagonistas.

La mecánica de juego no difiere demasiado de lo que ya se ha visto en las entregas anteriores, aunque en esta ocasión las grandes conversaciones y charlas entre el grupo son menores tanto en número como en duración. Las exigencias del guión obligan a los protagonistas a actuar más que hablar, y eso se nota en la interacción del jugador: tendremos muchas situaciones que exigen reaccionar rápido y de manera dinámica a los acontecimientos que se suceden. No hay grandes puzles ni exploraciones eternas en espacios abiertos, sino que todo es mucho más dinámico (algún QTE incluido) para dar sentido al desarrollo argumental. De hecho muchas de las decisiones que tomemos se tendrán que decidir en espacios cortos de tiempo. No Time Left.

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La sensación es que el epílogo de The Walking Dead tiene un aura especial creado a conciencia por la compañía desarrolladora. Uno de los factores clave que nos ponen los pelos de punta y dan más empaque emocional a nuestro camino es la banda sonora, que aparece en tres momentos puntuales para añadir un toque dramático y de desesperación que sirve como guinda del pastel. Es imposible imaginar ciertas situaciones con esos toques melódicos que aparecen de la nada para acompañarnos durante unos instantes. El resto del apartado audiovisual no cuenta con grandes novedades: artísticamente mantiene el nivel mientras que técnicamente arrastra errores ya conocidos como algún bajón de framerate, texturas planas a poca resolución y alguna animación algo brusca.  Algo que no ha cambiado es que está íntegramente en inglés. Ya solo queda la esperanza que se traduzca para la versión física.

Con todo esto, el tramo final del juego y su desenlace es de los mejores que hemos disfrutado en los últimos tiempos por desarrollo y emotividad. El impacto emocional de algunas de las conversaciones finales y situaciones es poderoso. Dicho coloquialmente, es de esos títulos que consigue dejar “tocado” al jugador, incluso consiguiendo dejar los ojos llorosos al jugador. Y es que una vez terminado uno se da cuenta del grandísimo trabajo de Telltale a la hora de crear lazos entre el usuario y los personajes con los que ha compartido los cinco capítulos de esta temporada, que se puede ir tranquilamente entre todos a las 8-9 horas solo en la primera partida en total. La conclusión de la historia protagonizada por Lee, pero no por eso la conclusión de futuros The Walking Dead. Por suerte visto el trabajo de Telltale.

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