Dead Space 3, Impresiones

El terror clásico se disipa en los videojuegos, cada vez más volcados con la tensión buscada a base de sustos directos y acción agobiante con desborde de enemigos. Es así, tenemos que aceptar que las atmósferas oscuras, claustrofóbicas, solitarias y la sensación de observación constante son directrices del pasado, otras formas de hacer pasar miedo al jugador que ya hoy se van dando de lado. Dead Space 3, la tercera entrega en sobremesa de uno de los mejores ejemplos de survival horror que quedaban y bajo la firma EA, no se libra de esta mutación del género, se pasa también a la acción más directa,  con toma de coberturas y la apertura de sus escenarios para buscar no solo atemorizar, sino más bien generar tensión, suspense. Visceral Games ha conservado la fórmula que reside en las aventuras espaciales de Isaac Clarke, pero llevándola hasta un componente más dinámico y, por qué no, divertido, también dotado de un modo cooperativo que regalará rejugabilidad y acceso a otra nueva gama de experiencias, a partir del 8 de febrero en PC, PlayStation 3 y Xbox 360.

Es el momento de conocer a fondo a John Carver, sus motivaciones y la relación con el siempre protagonista Clarke una vez que se disponen a hacer frente juntos al mayor peligro jamás mostrado en la serie Dead Space, un abarrotado planeta de Tau Volantis donde no solo los necromorfos campan a sus anchas, también unitólogos, enemigos inteligentes y armados que se retoman de la captura de Isaac en Dead Space 2. Esto nos lleva a una nueva escala de acontecimientos, una nueva dimensión en la marca y, por tanto, ampliación de armamento, movimientos, distinción entre niveles, búsqueda de objetos o composición del arsenal y gadgets. Sumado a todo lo concebido en los anteriores DS, da lugar al capítulo más vasto y completo, a una nueva historia de tono épico que basará su profundidad narrativa no solo en los espectaculares acontecimientos, localizaciones y giros, sino también en la relación entre dos personajes redondos con distintas perspectivas, compartiendo la misión pero no enfocándola de la misma forma, ni viendo lo mismo...

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Dos supervivientes

El modo Cooperativo de Dead Space 3 quiere ser ágil y funcional, sin rodeos. Toda la campaña narra las desventuras de los dos protagonistas -con el mismo peso argumental esta vez-, y podremos recorrerla en la piel de uno u otro, invitando en cualquier momento a un amigo o desconocido para que se una a través de internet o con pantalla dividida en una parte concreta, pudiendo abandonar la partida en cualquier momento. Si jugamos offline, la IA que manejará el título para el otro personaje en desuso va a ser formidable, así nos lo demuestra con cada nueva toma de contacto en singleplayer y analizando cómo se comporta la CPU, no tan asombrosa en rivales. La experiencia no flojea si se juega en solitario, aunque obviamente gana recorrida con otra persona, con la que podremos tener comunicación y hasta un sistema de órdenes visuales para indicaciones directamente sobre la pantalla.

Clarke y Carver comparten muchísimas animaciones y movimientos, como las nuevas volteretas para salir de cobertura o el gesto y duración para recargar un arma, idénticos. Pero no tendrán una aventura exactamente similar, no hay lo mismo por ver con uno y con otro, por lo que para descubrir todos los entresijos tendremos que explorar todos los niveles con ambos, recibiendo secuencias cinemáticas diferentes para cada personaje, vías exclusivas, salas a las que solo entra uno, momentazos, u objetos únicos. Esto invita a que, por lo menos, recorramos Dead Space 3 dos veces, tomando algunas decisiones que marcan lo que va ocurriendo y mejorando sin parar las armas para enfrentarnos a nuevos modos de dificultad y espectaculares jefes finales, los más grandes de la saga.

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Y precisamente sobre mejora de arsenal, este episodio está muy centrado en ello, cambiando la forma de interactuar en las mesas de trabajo con las pistolas, metralletas, escopetas y demás aniquiladores. Ahora no se evolucionarán los items por piezas que aportan mejores características, sino que se podrá partir de cero y juntar varios elementos para dar forma a un arma concreta y completamente creada desde la nada, habiendo un buen puñado de posibilidades y dejando que cada jugador se confeccione su arma más favorable de acuerdo a su estilo de juego. Y si ese jugador es de los que prefiere no pararse en estos editores que también sirven para dar forma a items de vida o Stasis, tendrá a su disposición un listado de predeterminados donde podrá adquirir de forma automática creaciones diversas, sin perder tiempo en la creatividad y búsqueda de la eficacia y sinergia máximas. Se suman listados de objetos recogidos, que pueden compararse con otros jugadores.

Esto hace que la recolección tenga mayor peso que nunca en este episodio, lo que invita a exploración de caminos y bifurcaciones, que pese a restar linealidad a la forma de enfrentarnos a las misiones y dejar a menudo acceso a un solo personaje, no evitan ese pasillismo extremo que siempre ha caracterizado a la marca y que sirve para crear intensidad jugable y buen diseño de escenarios a la par que detalle. Para facilitar las labores de búsqueda de piezas y objetos de apoyo o ayuda, Visceral ha enseñado un nuevo gadget flotante, un escáner de láseres que se mueve por la zona y señala la posición de items a recoger, toda una alegría en espacios que son algo más abiertos que antes, con zonas exteriores nevadas, y densas neblinas generadas por las tormentas de nieve en tiempo real, los humos de los incendios o la apilación de cajas y paneles helados. Las condiciones climáticas extremas de Tau Volantis no solo marcan la ambientación, también ayudan a generar un gameplay absorbente y misterioso, de ritmo vibrante y muy naturalizado gracias a la total ausencia de HUD, marcándose la vida o las balas sobre los propios personajes y sus trajes.

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Sí hay en pantalla algunos indicadores de dirección preferente que se pueden desactivar o que señalan la ubicación del otro protagonista, a veces perdido en unos entornos que han ganado en riqueza y detalle, con un apartado gráfico muy bien ajustado sobre todo en iluminación y efectos climatológicos que se pone en pie de forma indudable gracias a los obvios tiempos de carga que se insertan entre áreas gracias a puertas cerradas que abrir y ascensores, más algún que otro truco del estilo para que la experiencia no se resienta debido a la abundancia de estos márgenes con el juego preparándose pero muy bien disimulados. En cuanto a sonido hay un formidable salto, aquí sí, con el Dead Space más sobrecogedor de todos en cuanto a BSO, diálogos doblados, efectos y contundencia. Ya lo tenemos claro.

¿Tienes miedo? Te acompaño

Habrá a quien le atraiga este nuevo enfoque completamente dual y habrá quien prefiera quedarse con la tradicional experiencia solitaria. La atmósfera de terror psicológico, oscuridad e incapacidad se sacrifica en gran medida teniendo ahora siempre a nuestro lado a otro personaje. A cambio, se va a ganar en profundidad de juego, experiencia online, rejugabilidad y tamaño y épica de toda la aventura. Eso sí, que nadie olvide que Dead Space 3 es puro Dead Space, con todas las señas centrales de identidad una vez más bien encajadas en su nueva propuesta. Es apasionante contemplar cómo Visceral, ahora con total respaldo de EA en cuanto a tiempos y presupuestos, ha dado forma a un Triple A de este calibre, una trilogía que llegará a su clímax con la que va a ser probablemente su mejor propuesta, más allá de lo que echemos de menos o no el toque angustioso de recorrerlo individualmente en vez de acompañados.