Epic Mickey: Mundo Misterioso, Impresiones

Warren Spector llamó al recuerdo de los orígenes de Walt Disney Company con el primer Epic Mickey, exclusivo de Wii y que devolvía a Oswald y otros personajes olvidados o deshechados por la productora de dibujos animados a escena junto al ratón más famoso del mundo. Ahora el creativo ha dejado la IP en manos de los estudios DreamRift, que junto a Peter Ong han trabajado durante más de un año y medio en exclusiva con la última portátil de Nintendo, 3DS, en esta absoluta deferencia al inolvidable Castle of Illusion Starring Mickey Mouse, un juego de MegaDrive muy, muy clásico que revolucionó las plataformas en su día por su aspecto técnico, diseño de coloridos escenarios y la magia que siempre consigue desprender el personaje, mascota indudable de toda Disney. Sin dar de lado al sello que introdujo la idea del Pincel Mágico con pintura azul y disolvente verde, Mundo Misterioso es un viaje por los principales Clásicos de la animadora y una entrega tan tradicional como directa, que ya hemos probado a fondo.

El Rey León, Peter Pan, La Bella y la Bestia, Hércules, La Sirenita, Tiara y el Sapo, Pinocho, Aladdin o Blancanieves son algunos de los largometrajes que dejan a sus principales personajes y mundos formar parte de este cartucho. Dividido en niveles ambientados en cada película, el Castillo de las Ilusiones ha llegado a Páramo y absorbido a casi todos los personajes, encerrados en una maldición provocada una vez más por la bruja Mizrabel, quien sirvió de jefe final del mítico título original. Oswald llama a Mickey una soleada tarde y le cuenta que Minnie también está encerrada en el oscuro Castillo, lo que pronto el jugador descubrirá que no es verdad tratándose de una nueva travesura del Conejo de la Suerte que por fortuna pondrá al indiscutible héroe de zapatillas amarillas en marcha para rescatar a Goofy, Wendy, Bestia, Rapunzel, Tío Gilito... y por supuesto Pepito Grillo, que como si de un Kingdom Hearts se tratase servirá de compañero de viaje a Mickey y secretario para consejos y guardar los progresos.

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A partir de aquí nace un plataformas bidimensional repleto de referencias y recuerdos, con muchos detalles escondidos pero que además es una pieza de museo en cuanto a jugabilidad clásica, con movimientos tan reminiscentes como el culetazo de Mickey para caer sobre los enemigos o la recogida de corazones para la vida, además de un sistema de guardado solo tras acabar los niveles. El 3D de la consola se queda en un muy secundario plano, suave y casi inapreciable para dar protagonismo al acabado 2D cargado de píxeles, colores y elementos que no dejan de sorprender a medida que recorremos los niveles. Es una gozada para el jugador que conozca el universo de las películas pasar por tierras como la jungla de Nunca Jamás con su Árbol del Ahorcado donde viven Los Niños Perdidos o el Ala Oeste del Castillo de Bestia, con la Sala de la Rosa Marchita incluida. Y por el camino, un montón de villanos, como Hades, Maléfica o Gastón. Mundo Misterioso es un híper cameo de rostros conocidos y parajes inolvidables, que se cimienta recurriendo a la nostalgia el crossover de películas.

Salta y dibuja

Como si fuera un diorama, activando el efecto estereoscópico veremos algunos planos de profundidad en los fondos de los niveles, pero muy leves, no es un juego pensado para amortizar el efecto, siemplemente utiliza 3DS como soporte potente donde mover con buen rango de tonalidades y suavidad gráfica entornos que recuerdan a los diseñados para Rayman Origins o el ultra colorido y descargable Hell Yeah! de Sega, por ejemplo. Y, por supuesto, las dos pantallas, pues hay una constante exigencia de usar la de abajo para tocar elementos que pueden ser pintados y hacer que aparezcan de la nada, o disueltos para dejarnos pasar. Esto se consigue teniendo que repasar en la pantalla táctil bocetos para decolorar (disolvente) o dibujar (pintura azul) los elementos a crear, como una plataforma, un cañón, un bloque pesado que caiga sobre un rival... Es una buena idea, pero siendo francos este paso común a la pantalla táctil para dibujar rompe bastante el ritmo de un plataformas muy afilado y sin pausa, repleto de saltos, enemigos vulnerables e items.

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Además, al jugar con un manejo tradicional por botones salvo en los momentos en los que pararse a pintar, acabaremos siempre trazando directamente con el dedo, lo que no consigue un dibujado perfecto y preciso, y se traduce a menudo en resultados de "Regular" cuando repasemos las líneas más curvas y llenas de formas -cada vez más difíciles-. Y eso no termina de estar bien pensado, pues aunque funciona perfectamente el trazo, da la sensación de que conseguir un "Perfecto" en los dibujos solo es posible con el Stylus, no apetecible de andar sacando y metiendo en su ranura. Cada minuto de juego aproximadamente hay que detenerse a dibujar algo para luego seguir saltando, recogiendo corazones y tickets Mickey, y eliminando rivales, bastante genéricos también como champiñones, erizos, gusanos, y demás gama de "bichos" que estaban en el Castle of Illusion original más algunos sorprendentes sacados de las películas.

Según como dibujemos de bien, Mickey rellenará su barra amarilla de Estrella, que se va vaciando paulatinamente y mientras tenga flujo permite al personaje moverse más rápido, llegar más lejos en los saltos o rebotar más alto al dar con el trasero a los enemigos. Esto hará que nos esforcemos más y tengamos más cuidado al dibujar, pues algunos objetos y personajes a rescatar solo son accesibles con esta velocidad extra que otorga la Estrella. Por otra parte están los Bocetos de trampas, como bloques con pinchos y la cara de Pete que suben y bajan recordando a los Thwomp de Super Mario. Hay bastantes más, recolectables, y a escoger solo cuatro antes de entrar en cada nivel. A medida que el juego se complica -de dificultad exigente si se quiere rescatar a todos los personajes Disney- habrá que medir bien con qué Boceto entramos a cada zona para llegar a todos los puntos. Al estar dividido en mundos y niveles de cada área, es sencillo organizar la exploración para lograr el 100%, que nos llevará bastante tiempo dado al importante número de mundos que recoge.

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Uno de los primeros niveles, por ejemplo, es el de Peter Pan. Aquí empezaremos recorriendo los tejados de Londres, saltando por las nubes, las chimeneas y las farolas, en un absoluto recuerdo a los juegos de los 90 de la película, también con ascenso al Big Ben. No solo encontraremos personajes de este largometraje, sino que también aparecerán otros que son de otros filmes o simplemente del universo Disney, como Pluto o Donald. El juego con la pantalla táctil y los dibujos o el empleo de Bocetos ha permitido a DreamRift insertar también pequeños puzles plataformeros, donde hay que saltar y en el aire dibujar, o disolver elementos en un orden específico, lograr energía Estrella para llegar a un punto, etc. Lo cierto es que el título sugiere variedad, al menos la sabe mantener durante las dos primeras horas de juego e iniciales dos mundos que hemos podido recorrer sosegadamente. No es necesario recoger todos los objetos de cada nivel y rescatar a todos los personajes, pero se logra un mejor ritmo y potencial para Mickey al intentarlo.

Por otra parte, el protagonista dispone de varios ataques además del salto con culetazo, como el torbellino que se ejecuta con el botón Y o los brochazos de pintura y disolvente que disparar, a alternar gracias al gatillo L. Esto permite abatir algunos enemigos que por ejemplo tengan un casco terminado en punta y puedan punzar a Mickey si salta encima, o hacer que lo recojamos tras acabar con ellos sea un item u otro. Los Tickets Mickey vuelven para abrir nuevas posibilidades e intercambiar con NPCs, como Oswald, que también pulula por el castillo y nos dejará algunas sorpresas, muy en su línea simpática pero molesta. Además, a medida que Mickey mejore habrá otros usos de la pantalla táctil y alguna sorpresa con las características de 3DS.

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En cuanto a presentación, hay que decir que sorprende su austeridad, con secuencias estáticas y sin voces, líneas de texto de cuerpo bastante pequeño teniendo en cuenta que es un juego que también comprará público infantil, y pocas referencias sonoras a los universos Disney que pone en pantalla. Ha querido ser un juego tan retro que la banda sonora MIDI y repetitiva o los efectos que ya hoy resultan simples le aportan en realidad cierto encanto, pero que visto sin ese aire antiguo puede parecer un cartucho no del todo refinado ni que saque partido a las licencias que incorpora, muchísimas, eso sí, con más personajes de lo esperado. Se retoman también algunas melodías clásicas remasterizadas y el tema central de Epic Mickey para el menú de mundos o el principal. Tiene dos ranuras de guardado, que se produce automáticamente al concluir niveles, a los que siempre se puede volver cuando el personaje tenga a su disposición más Bocetos y movimientos.

Y con todo esto, Epic Mickey: Mundo Misterioso nos ha vuelto a dejar claro que va a ser otro imprescindible de 3DS, sobre todo para los que recuerden con cariño aquellas tardes de Castle of Illusion en MegaDrive. Aprovecha las capacidades de la consola y sabe poner en pantalla un colorido mundo repleto de pequeñas referencias del estilo de las que inundaron el primer Epic Mickey. Volver al Castillo y ahora recorriendo sus mágicas salas ambientadas en los Clásicos Disney es una delicia, también moviendo al ágil ratón a través de saltos y más saltos y haciendo frente a todo tipo de criaturas -muchas de ellas sacadas del original- y jefes finales. Su mirada al pasado es tal que llega a sorprender cómo se han dejado algunos apartados técnicos sin pulir en exceso, claramente a conciencia pero que chocan a día de hoy. Su propuesta jugable, más allá de los parones de ritmo que puede suponer el dibujado táctil, es sencillamente sobresaliente, como ya echábamos de menos los que crecimos con este tipo de videojuegos. Quedan pocos  días para la magia...