¡Rompe Ralph!

Felix Jr. al rescate
¡Rompe Ralph! se compone de tres mini-juegos basados en la propia película; el primero de ellos muestra la aburrida y pixelada vida del propio Ralph, protagonista de un juego retro al más puro estilo Donkey Kong de los años 80, donde él es el villano que trata de hacerle la vida imposible a Felix Jr., un simpático carpintero que se pasa la vida arreglando las ventanas que Ralph hace añicos. Así, se nos presenta Fix-It Felix Jr., un arcade al más puro estilo 8 bits en el que debemos arreglar las ventanas rotas mientras esquivamos objetos que Ralph nos lanza con malicia a la vez que sorteamos todo tipo de obstáculos como persianas abiertas o pequeños balcones. Los controles son tan simples como su propuesta; tenemos un joystick virtual de cuatro direcciones para mover a Felix Jr. y un botón de acción para reparar las ventanas. Hay un tiempo límite para completar cada nivel, a la vez que la dificultad va aumentando considerablemente. Es, seguramente, el mini-juego más equilibrado de los tres y que transportará a los jugadores más veteranos a los salones arcade de su infancia.

El deber de un héroe
El segundo juego disponible, Hero's Duty, no es más que una parodia de los clásicos shooter cenitales de antaño; tomamos el rol de la sargento Calhoun en una serie de arenas de combate en las que deberemos eliminar oleadas de ciberbichos hasta que nuestra salud llegue a cero. Para su control tenemos dos joysticks virtuales situados en ambas esquinas inferiores de nuestra pantalla; como es habitual en los juegos de doble stick, utilizaremos el de la izquierda para movernos y el de la derecha para apuntar y disparar. Con cada muerte obtendremos puntos e iremos desbloqueando nuevas armas para aumentar nuestra fuerza de disparo; mientras que el arma principal tiene munición infinita, las demás sólo podremos utilizarlas hasta agotar sus balas. Dicho mini-juego es frenético e incluso divertido, pero al poco rato resultará demasiado repetitivo –con una nula variedad de enemigos y situaciones– y mostrará serias carencias a nivel de precisión y control.

Saltos a ninguna parte
El tercer y último mini-juego que presenta ¡Rompe Ralph! es Sweet Climber, una mala imitación de Doodle Jump o del más reciente remake Sonic Jump; en esta ocasión controlaremos a Ralph en un juego arcade de saltos verticales mientras trepamos por una de las muchas ambientaciones de la película, esta vez para hacernos con la mayor cantidad posible de caramelos. Podremos usar retrocohetes cargados de refrescos con gas para subir de golpe una buena cantidad de metros, aunque debemos tener cuidado de no caer de ninguna plataforma o la partida terminará al momento. Su fórmula es mucho más sencilla que otras propuestas evidentes y en ningún momento demuestra un control fiable; como es habitual en el género, guiaremos al protagonista mediante el acelerómetro de nuestros dispositivos iOS, aunque sus movimientos son torpes y lentos, demostrando una jugabilidad imprecisa e incómoda. Eso sí, los gráficos son simpáticos y están bien realizados.