007 Legends

Eurocom es una compañía británica de largo recorrido y cierta experiencia en esto de tractar con James Bond. Fueron los encargados de desarrollar Nightfire, el último Bond con Pierce Brosnan dando su cara al agente especial. Un juego entretenido y con fases de conducción, pero que se alejaba bastante de las altas cotas de calidad que se habían conseguido años atrás con Goldeneye, obra maestra de Rare y uno de los referentes de los FPS en consola sin lugar a dudas.  Más recientemente estos británicos dieron el golpe con Goldeneye 007, un juego que mantenía las bases del juego sobre el que se inspiraba, pero con entidad propia. Reloaded fue el port de Wii a las consolas mayores de dicho juego, que pasó sin muchos alardes debido entre otras cosas al elevado precio de salida.

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007 Legends es su nuevo proyecto, del que se podía esperar mucho. Entre otras cosas porque Goldeneye de Wii era un gran juego de acción en primera persona que tomaba muchos elementos que hicieron grande al Goldeneye original, como las tareas a realizar en las misiones, esos múltiples objetivos, o la presencia de un sistema de vitalidad clásico con vida que no se regeneraba. Pero la realidad es que en esta ocasión Eurocom parece no haber conseguido sacar el jugo que se podía esperar de una franquicia como la de Goldeneye. La sombra de Call of Duty planea demasiado encima de una propuesta interesante sobre el papel pero que acaba ofreciendo un shooter más. Y tal y como está el mercado, un FPS más cuesta que valga la pena. Aunque sea con una premisa tan interesante como la de este Legends.

La premisa tiene su miga gracias a la idea que a nivel argumental se quería llevar a cabo con esta nueva entrega, la cuarta que Activision hace ya del agente secreto británico. Querer ofrecer misiones totalmente distintas entre ellas, ligadas por el protagonista (Bond) pero ambientadas en grandes producciones del agente. Así pues, no jugamos toda una historia única de principio a fin, ni profundizamos en una película concreta como podría ser Goldeneye, sino que cada misión representa una película distinta, hasta cinco: Goldfinger, Moonraker, Licencia para Matar, Muere otro día y Al servicio secreto de su majestad. 

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Así pues recorremos misiones y situaciones de envergadura de cada una de las películas. Bien, lástima que por el camino esté anunciado ya Skyfall como otra misión… en formato descargable (gratuito, eso sí). Hay cierto enlace entre las misiones, teniendo un final algo precipitado tras Moonraker que hacen pensar que el final verdadero llega con Skyfall. Por no hablar de que el repaso de las diversas películas, encarnadas por todo tipo de actores de primera línea, no se harán mediante ellos sino mediante Daniel Craig, que es el Bond actual y el que protagonista películas en las que no estaba.

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Y es que la gran propuesta de 007 Legends se encuentra precisamente en intentar jugar de manera silenciosa, como un agente secreto. Pero el fracaso es estrepitoso en este sentido. Podemos movernos sin hacer ruido si vamos agachados, algo que nos permite no despertar las suspicacias de los enemigos. Además, si nos acercamos de espaldas a ellos los podemos dejar noqueados totalmente. Vigilar que no nos detecten las cámaras, que estas mismas no detecten a los enemigos que dejamos inconscientes o que entre ellos no vean cuerpos en el suelo es nuestra prioridad, ya que si no sonará la alarma y vendrán enemigos de todos lados. Y eso cuando hay un respawn digno de Activision en el juego casi que no es una buena idea. El problema es que la ejecución de todo esto falla por falta de herramientas que no se pueden permitir en pleno 2012.

No puede ser que tengamos la herramienta de noquear a los enemigos por detrás de manera silenciosa, que se nos propongan zonas en las que pasar desapercibido es lo mejor, y en cambio Bond sea totalmente incapaz de mover un triste cuerpo enemigo de un lado para otro. La decepción es máxima. En la misión Goldfinger hay un ejemplo claro: entramos en una gran fábrica con muchos puntos abiertos y muchos vigilantes. Nos encontramos de cara a un par de enemigos y los noqueamos. Sus cuerpos quedan ahí en medio de todo, sin poderlos mover. Resultado: a la que otro enemigo esté haciendo su ruta marcada y los vea, alarmas y tiroteos a mansalva. No se puede ser silencioso sin ser limpio y discreto, y eso nos dará más de un dolor de cabeza para una mecánica de juego que no funciona correctamente.

James Bond se controla como un juego de acción en primera persona clásico en esta generación de consolas. Esto significa tener a un personaje que se mueve de manera muy veloz por el escenario, con sprint incluido, capacidad para llevar dos armas a la vez y hacer algunos saltos. Esta es la base. Como principal añadido interesante están las secuencias cuerpo a cuerpo, ya que como buen Bond que pretende ser nuestro protagonista ofrece un compendio de golpes de puño, patadas y llaves digna de mención según cada contexto, algo que es bastante espectacular e interesante de ejecutar. 

El juego basa su mecánica en un sistema de vitalidad que se regenera automáticamente pasados algunos segundos, algo que viene heredado de otros grandes títulos del género y que se hace necesario por la gran cantidad de enemigos que nos iremos encontrando. En este sentido se agradece que se haya añadido un modo clásico en el que podemos escoger que nuestra vida no tenga autoregeneración, un guiño a los jugadores de Goldeneye. El problema de este sistema es que no es para nada funcional teniendo en cuenta la cantidad de enemigos, respawn de los mismos y situaciones en las que nos encontramos. No acaba de estar bien calibrado la situación que nos toca lidiar con este sistema. A pesar de estos momentos de frustración, lo cierto es que es un añadido que se agradece y que ofrece un reto mucho mayor.

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La mecánica de juego es excesivamente sencilla en este sentido. Las misiones se basan principalmente en avanzar hasta un punto concreto donde tenemos que hacer alguna foto, hackear o encontrar el objetivo de la misión. Poco más. No hay exploración, no volveremos atrás a buscar según qué cosas que nos sirvan como tareas extras. Las misiones están muy encorsetadas en avanzar del punto A al punto B, algo que dentro del esquema de James Bond no siempre ha sido así. Ni mucho menos. Mientras avanzamos intentaremos ser cautelosos y usar nuestras armas de espía, pero casi siempre acabaremos disparándonos con decenas de enemigos como un FPS más en el que además no se ofrece un sistema de disparos satisfactorio, debido en parte a una IA enemiga que tiene ciertos problemas de reacción –no se cubren y luchan a pecho descubierto o por el contrario no se mueven de un sitio aunque les tires una granada-.

El resultado final es una campaña principal casi sin alma y con pocos momentos memorables debido a un diseño de niveles excesivamente conservador y poco trabajado. Bond sirve para mucho más que para lo que hacemos en este juego. Y lo que hacemos en 007 Legends ya lo hemos hecho infinidad de veces en la presente generación de consolas. No hay aprovechamiento de los gadgets, sino situaciones contextuales en las que sacamos nuestro reloj o nuestro Smartphone para hacer eso concreto que se nos está pidiendo. Las posibilidades son muy limitadas. No solo eso, sino que además hay contradicciones con las misiones que estamos jugando. Sin ir más lejos, ver un teléfono con cámara de fotos capaz de hackear ordenadores en medio de Goldfinger es raro como poco.

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El juego se aliña con diversas situaciones que intentan romper un poco con el esquema de juego de acción en primera persona. Una de ellas son fases de conducción, en las que nos toca hacer alguna secuencia encima de un vehículo que tiene mucho de espectacular pero poco de convincente a nivel jugable, sobre todo por el control. Al otro lado tenemos los combates contra los jefes finales, en los que nos enfrentamos a ellos mediante una serie de Quick Time Events, elemento elegido para superar estos tramos de misión. La ejecución de ambos elementos da variedad a una campaña bastante plana y sin sorpresas, aunque no sean mecánicas pulidas como deberían. Las campañas se completan con todo tipo de secuencias in-game y scripts que intentan darle espectacularidad al título.

Destacar que tenemos un arsenal que se puede potenciar mediante la tienda de nuestra agencia. A medida que avanzamos y vamos realizando tareas en las misiones se nos van dando puntos que podemos gastar en mejoras para nuestras armas y para el personaje. De esta manera podemos potenciar las armas con nuevos elementos, como mayores cargas de munición, silenciador, etc. Elemento de personalización a tener en cuenta de cara a potenciar nuestras armas para las siguientes misiones. Cada tipo de arma se le pueden asignar diversos añadidos según el momento en el que nos encontremos.

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El multijugador ofrece una de cal y otra de arena. Entre los elementos positivos del multijugador de esta nueva entrega de las peripecias de Bond nos encontramos con la posibilidad de jugar a cuatro jugadores a pantalla partida, un elemento que fue vital en Goldeneye para Nintendo 64 y que se mantiene a modo de homenaje. Los amantes de dispararse con amigos todos en un mismo salón están de enhorabuena. Además, el plantel de personajes y la personalización de las partidas son otros añadidos a tener en cuenta de cara al multijugador en línea que ofrece 007 Legends, aunque no sea oro todo lo que reluce. Por algún motivo que se desconoce hemos pasado de 16 jugadores en línea en el último Goldeneye Reloaded a 12, una rebaja sustancial.

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