Darksiders II: La Tumba de Argul

Darksiders II es una de las mayores aventuras -en sentido tradicional- de los últimos tiempos, casi mirando de tú a tú al fenomenal The Legend of Zelda: Skyward Sword. PlayStation 3, Xbox 360 y PC acaban de recibir La Tumba de Argul, el que será el primer descargable del brillante título de THQ que vio la luz el pasado 17 de agosto. Por 5,49 euros (o 560 Puntos Microsoft), el jugador se lleva con esta ampliación unas dos horas de Campaña adicional, en una nueva gran área helada por explorar presidida por dos mazmorras enormes repletas de enemigos de los estilos habituales y puzles con las mecánicas ya vistas, más un jefe final y una misión opcional. Los que reservaran Darksiders II lo tendrán de forma gratuita, igual que los usuarios de Wii U, donde vendrá incluido por defecto (lee nuestras Impresiones con esta versión aquí). Poca inspiración u originalidad para un par de niveles extra a los que se accede desde el menú principal y con nivel ajustado a este contenido en vez de amoldarse en una esquina del vasto mapa del juego.

Si su acceso nos parece algo cutre o poco acertado, la peor parte se la llevan los combates cuerpo a cuerpo, que siguen con la mecánica habitual y los diseños de enemigos que ya vivimos en el juego, haciendo de este DLC aquello que les ocurría a las últimas mazmorras de Darksiders II, que no estaban tan inspiradas y ya no sorprendían como las primeras. Tampoco sorprenden ni innovan los puzles, una vez más basados en interruptores, mover esferas, abrir portales -al estilo Portal-, disparar bombas y demás transcurso habitual, solo que ahora Muerte, aunque la tuviéramos cargadísima de equipo, se adaptará y rebajará sus capacidades para adaptarse a este contenido.

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Las nuevas dos mazmorras siguen siendo templos ruinosos con muchos salientes, columnas y enredaderas por las que trepar y saltar, también con un montón de compuertas, portales que abrir y áreas cerradas que no se desbloquean hasta que acabemos con todos los rivales. Cofres con objetos, mapas nuevos y equipo más eficaz en estas zonas y contra este tipo de enemigos -algunos congelados y que congelan- se intercalan entre la enorme cantidad de plataformeo, exploración, acción y rompecabezas que se disponen, muy en la línea de las mazmorras de mitad del juego original, aproximadamente.

Directamente desde el menú principal seleccionaremos La Tumba de Argul y el juego nos llevará hasta la tierra helada -similar a donde comenzaba Darksiders II- y nos presentará a Ostegoth, un vendedor que nos habla de las maravillas que podemos encontrar en esta zona y las dos mazmorras que la custodian. Realmente no hay maravillas dentro, pues los objetos únicos que incorpora este DLC no son para nada imprescindibles ni determinantes sobre el juego principal. Siguiendo la dinámica del resto del título, Muerte irá abriendo más y más salas, enfrentándose a criaturas y monstruos de todo tipo, y tirando de sus habilidades para poner fin a todo lo que salga a su encuentro, con un montón de rompecabezas para abrir las puertas de por medio, aunque no son los más difíciles del juego, tampoco los combates o las secciones de saltos, carreras y agarres.

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Por el camino recogerá todo tipo de objetos, como siempre, hasta llegar a un combate final que quizá sea la mejor parte de esta ampliación. Descubrir la mecánica del jefe y ponerla en marcha para salir ileso de esta batalla épica es un estupendo nuevo espectáculo y prueba de la magnífica jugabilidad que logró Darksiders II. Se llega pronto, pues el DLC no dura mucho aun aceptando el trabajo opcional que nos propondrá. El que reservó el título no tiene excusa, se le ofrece de manera gratuita y es una ampliación continuista pero agradable. Ahora bien, quien tenga que pagarlo ya sí debe pensarse mejor si invertir 5,49 euros en este contenido. Solo los sedientos de más Darksiders II -que no serán pocos dado el genial juego que salió- deben pasar por caja sin pensarlo, es una ampliación con no demasiado carisma pero que, en definitiva, añade más terreno de juego y un escenario nuevo por explorar.