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Hearthfire, Impresiones

Hasta ahora, Skyrim era un mundo persistente donde solo podíamos interactuar o cambiar de sitio y propiedad sus elementos. Hearthfire es el añadido que permite por primera ampliar el mapa del enorme juego de Bethesda, añadiendo nuestras propias construcciones y edificios para "así dejar huella" en el territorio nórdico de los dragones.

No para de crecer y va camino de convertirse en uno de los videojuegos más vastos, libres y abiertos de todos los tiempos. The Elder Scrolls V: Skyrim recibía hace poco menos de un mes su primera gran expansión, Dawnguard, que agrandaba el mapa de la enorme región con nuevas zonas, introducía la figura del Señor Vampiro y la casa de la Guardia del Alba entre otras mejoras y ampliaciones. Sin ser del mismo tamaño, ni precio, ni consideración, hoy 4 de septiembre llega a Xbox 360 Hearthfire, un add on que por 400 Puntos Microsoft evoluciona la experiencia de juego con una nueva posibilidad jugable y que marcará bastante el transcurso de la aventura de Dovahkiin: construcción de hogares y edificios en manos del jugador. No tiene fecha confirmada para PlayStation 3 y PC, pero Bethesda ha prometido que no tardará, todo ello mientras Dawnguard sigue sin aparecer en la máquina de Sony.

Hearthfire cambia en buena medida las posibilidades de interacción y discurrir del gran RPG de Bethesda Softworks del año pasado, permitiendo por primera vez crear directamente sobre el escenario del juego en vez de solo interactuar y mover de sitio cualquiera de sus elementos. El jugador tiene ahora ante sí toda una mesa de trabajo y gestión para dar forma a su morada particular en cualquier terreno llano de Skyrim, incluyendo huertos, granjas y jardines anexos, o incluso la posibilidad de formar una familia y criar niños gracias a la nueva paleta de mensajes de interrelación con NPCs. No puede considerarse como una expansión, sino más bien como un pequeño añadido que genera nuevas opciones y todavía más libertad de juego más allá de la historia principal y las misiones secundarias, engrandeciendo un título que ya de por sí alcanzaba records en duración y contenidos.

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Construye, gestiona y mantén

Una vez instalada esta actualización complementaria, el jugador se ve ante la posibilidad de adquirir terrenos, comprarlos para ir dando pie poco a poco a su construcción, que tendrá que formar por piezas, dando forma a cada habitación y uniendo módulos para formar las distintas plantas, torres o estancias contiguas. En cualquier momento podrá ampliar más y más las casas, hasta formar enormes mansiones o fortalezas, siempre que no se salgan de los límites del terreno adquirido. La mesa de dibujo y el banco de carpintero para materiales de construcción serán el centro de operaciones desde donde demos forma a cada pieza, como paredes y puertas, vigas de contención, columnas o mobiliario. También, como propiedad, podremos traer gran cantidad de objetos hasta sus muros, para decorar y personalizar cada esquina de cada sala, eso sí, no con toda la libertad que desearíamos.

Skyrim no pasa a ser Los Sims con Hearthfire, no hay una gama de opciones de colocación y diseño de interiorismo y arquitectura tan amplia como la que puede ofrecer el juego de Maxis u otros títulos con opciones de construcción de fincas. Casi todas las decisiones se toman desde un menú con opciones limitadas, eligiendo de entre listados y formatos, lo que elimina creaciones que se salgan de los márgenes y estética del propio juego. Por ejemplo, no podremos formar la planta que queramos sino que elegiremos entre varias. Tampoco hacer una torre altísima con muchos pisos, hay límites, ni dar forma a un castillo con murallas y almenas y un riachuelo interior, por ejemplo, no está dentro de la lista de opciones. A cambio hay que decir que la variedad es nutrida y el realismo constante, siguiendo la estética medieval de todas las construcciones de Skyrim pero con algunas personalizaciones interesantes -y siempre conservadoras- con el ambiente y tono serio del juego.

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Formarse una casa propia no es barato ni rápido, aunque el juego propone algunas facilidades, como contratar a NPCs que nos ayuden en nuestra labor de albañiles y arquitectos. Además, una vez construida hay que llenarla y saberla gestionar, teniendo en cuenta a quién dejamos entrar en nuestro hogar y defendiéndolo de posibles ataques externos, como gigantes, skeevers o dragones que quieran cebarse con sus cimientos. Como siempre en The Elder Scrolls, tener una propiedad supone una gran ventaja a la hora de ahorrar en alojamiento, poder conervar seguras -o casi seguras- las pertenencias, y organizar nuestro propio centro de, por ejemplo, trabajo para la consecución de oro o taller de alquimia. Todo esto se lleva un poco más allá con Hearthfire, que incorpora también nuevos baúles y cajas fuertes para que guardemos bajo llave las reliquias más caras que poseamos, o incluso expositores cerrados para nuestra sala de trofeos y tesoros, donde podremos también exhibir animales cazados y bustos.

De esta forma, así elementos que antes podían no tener demasiado valor ni importancia en el juego ahora los tienen, como las relaciones que establezcamos con personajes que puedan acabar siendo nuestros allegados, viviendo en nuestra nueva casa como familiares o sirvientes, ayudando también a llevar a buen puerto labores diarias como el cuidado de la granja, el invernadero o la piscifactoría que también podremos montar en el jadín, y por supuesto estando al servicio de la construcción y nuestro Dovahkiin como dueño en todo momento. Con Hearthfire no solo tendremos que montar y gestionar una casa desde cero, sino también saber mantenerla y llenarla, algo que no es obligatorio pero que sin duda reporta grandes ventajas, y requiere horas dedicadas a ello. Contratar a un administrador que nos localice nuevos materiales y usos es otra perfecta opción. No es sencillo conseguir una familia, y todo el nuevo abanico de interacciones con personajes de todo Skyrim incluye incluso alguna que otra sorpresa, que mejor descubrir de forma individual.

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A medida que crezca nuestro patrimonio, nos haremos con una mejor vivienda, llegando a poder tener a nuestro servicio carruajes y establos para caballos que nos sirvan de medio de transporte, bardos o cazadores. Y por supuesto niños, que podremos adoptar gracias a un nuevo sistema de adopción para formarlos y que ayuden en las tareas diarias del hogar o incluso las misiones fuera. Ahora bien, la evolución de los pequeños también dependerá del trato que tengamos con ellos, lo que asegura ya otro buen puñado de horas de juego si queremos formar una familia numerosa, protegida y feliz. TES V: Skyrim con Hearthfire no ha hecho más que agrandar su oferta, regala un complemento estupendo al jugador que quiera todavía más, y sirve de punto intermedio hasta el siguiente gran DLC, que funcionará como expansión del tamaño de Dawnguard y promete otro buen cúmulo de mejoras y ampliaciones. La obra más importante del año pasado no para de crecer.

The Elder Scrolls V: Skyrim - Hearthfire

  • PS3
  • 360
  • PC
  • Acción
  • RPG

The Elder Scrolls V: Skyrim - Hearthfire es la segunda expansión descargable de The Elder Scrolls V: Skyrim para Xbox 360, PlayStation 3 y PC.

Carátula de The Elder Scrolls V: Skyrim - Hearthfire