Madden NFL 13

El nombre de Madden es un clásico. En el mundo de los videojuegos se remonta a muchísimos años atrás, más de dos décadas, relacionado con el mundo del fútbol americano. Y es para EA una apuesta tan importante en Estados Unidos como puede serlo FIFA en Europa. Producto totalmente yanqui, por y para ellos, que recrea desde hace muchos años uno de los deportes que más seguidores y que más dinero genera en todo el mundo. No tiene prevista su llegada a nuestro territorio –por su perfil, la compañía norteamericana no cree que valga la pena- pero sí es cierto que tiene una base de seguidores importante tanto en el viejo continente como en otros puntos de América, por lo que aunque sea vía importación hemos decidido en Meristation echarle un ojo a la última iteración: Madden NFL 13.

John Madden es toda una institución dentro del mundo del fútbol americano. Uno de esos iconos que consiguió hacerse un hueco en cualquiera de las facetas que este deporte pudiera dar. Con una corta carrera como jugador truncada por una lesión de rodilla, su nombre se forjó gracias a los éxitos como entrenador de los Oakland Raiders a mediados de los setenta. Además de ganar una Superbowl y una AFC Championship, obtuvo unos registros y porcentajes de victorias en las temporadas que no han sido superados todavía . Ya como comentarista y analista de la NFL, entró en el Salón de la Fama por su carrera como entrenador. Y con este perfil lleva desde 1988 dando nombre a una serie de videojuegos. Casi nada. La última de las entregas llega para pulir algunos errores de la serie e intentar mejorar en otras tantas virtudes.

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Vaya por delante que Madden 13 no es un juego para todos los públicos.  No lo es por la temática en la que se basa, el fútbol americano es muy particular y dentro de los juegos deportivos seguramente es de las disciplinas más lentas que encontraremos en formato digital, ni tampoco por su accesibilidad: olvidaos de tutoriales para explicar qué es el fútbol americano, como se juega, etc. O de atajos para facilitar la vida como en otros juegos (FIFA). Madden se dirige a los aficionados de este deporte y este tipo de público –que además viene de muy lejos con la saga- ya sabe cómo funciona el tema.  Aunque si alguien está interesado en su historia o en sus reglas hay muchas entradas interesantes como estas en los buscadores sobre el tema. Por si nace interés.

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Pero lo más importante es lo que se sucede sobre el terreno de juego. Y ahí es donde Madden 13 ha ganado enteros en esta entrega. Se mantiene la base que define a la serie, con estrategias a elegir justo antes de empezar la jugada –diferenciadas en ataque y defensa- y decisiones a tomar in-situ una vez arrancamos uno de nuestros ataques o intentamos frenar el de nuestros rivales. Se ha ampliado la variedad de posibilidades tanto en ataque como en defensa, dando una gran profundidad de estrategias y movimientos a elegir. Para neófitos: Antes de empezar escogemos entre una gran variedad de estrategias que van desde buscar un pase rápido a hacer bloqueos para que el receptor empiece a correr, preparar cambios de dirección de los atacantes, formaciones., etc. Una vez elegidos los movimientos del equipo, es la hora del Snap (saque hacia atrás del center para iniciar la jugada). Aquí pasamos a tener el control del jugador –quarterback- que es el líder del ataque del equipo.  Con el buscamos el mejor pase, nos colocamos bien, intentamos arrancar una carrera, etc. La decisión a tomar debe ser rápida, ya que el equipo rival buscará nuestro bloqueo. Y las opciones escogidas no siempre acaban como esperamos. El control es sencillo, con movimientos evasivos, regate y tirarnos al suelo cuando corremos o un botón asignado a cada jugador en momento de pase.

La profundidad y posibilidades es lo que destaca del juego, ya que además de la estrategia está nuestra habilidad. Enviar un pase largo, seleccionar el receptor y saltar justo a tiempo para coger el balón. Regatear buscando el espacio que parece no estar, ganar metros… hay juego para rascar durante horas. En defensa, más de lo mismo. A pesar de tener atajos en tipos de jugada (conservadoras, agresivas…) también hay un gran abanico de movimientos. Nosotros escogemos qué jugador controlar cuando se inicie la defensa, pudiendo cambiarlo  en cualquier momento. Robar un balón, realizar bloqueos para que no avancen, cubrir una zona concreta para evitar que el pase vaya allí. Esta es la esencia de Madden. Defender bien la serie de ataques rival y atacar con destreza para conseguir un touchdown y de paso los puntos extras con el chut. La secuencia para chutar, tanto sea como punto extra o Field Goal o simple despeje se ejecuta de manera sencilla: con el stick derecho iniciamos hacia abajo el movimiento y cuando la barra está llena pulsamos hacia arriba. Simple a más no poder.

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La sensación general es que el juego está más pulido que en anteriores entregas y es menos encorsetado, tanto por la respuesta de los jugadores a los controles como por los cambios en vivo que podemos hacer una vez realizado el Snap como también por la física de los equipos, que ha mejorado en pos de ofrecer algo más de realismo aunque en realidad todavía hay bastante margen para la mejora.  La gran cantidad de estrategias a elegir nos da mucha variedad de situaciones para ir probando hasta encontrar la mejor manera de llegar a nuestra meta. El ritmo es bastante pausado, ya que entre elección y elección tendremos jugadas sobre el terreno que durarán poco, que tendrán transiciones de cinemáticas, tiempos muertos, etc. Es un juego para disfrutar de cada movimiento sin prisas. Más estrategia que deporte, más tablero que genialidad con el mando.

La oferta en cuanto a contenido es más que interesante para los amantes de la NFL. Además de los partidos de exhibición, estadísticas de todo tipo, posibilidad de revivir momentos importantes de la historia del Fútbol Americano y la presencia de un plantel de leyendas tanto en entrenadores como en jugadores más que notable, Madden destaca sobre todo por el modo carrera y las posibilidades que se derivan de él. Es el modo estrella del juego, en el que podemos decidir ser un jugador concreto o ser un entrenador que quiere llevar su equipo a la gloria. Cualquiera de las dos opciones ofrece horas y horas y de juego basado en las particularidades de nuestra elección. No se trata simplemente de jugar cada semana y ganar nuestro partido, sino que va mucho más allá de esto.

El sistema para recrear un jugador nos ofrece la posibilidad de hacer crecer un desconocido hasta el mayor de los éxitos, recrear la partida de un jugador ya existente de nuestro equipo o incluso coger una leyenda y hacerla jugar en uno de los equipos actuales. Nuestra elección y posición determinará lo que haremos durante los partidos. Quarterback organizando los ataques es seguramente lo más atractivo, pero podemos hacer de todo: ser jugador de defensa en bloqueos, corriendo para convertirse en el héroe anotador, etc. Además, iremos subiendo nuestras habilidades y propiedades como jugador a medida que cumplamos una serie de objetivos que nos van apareciendo a lo largo de nuestra carrera. Con las mejoras de experiencia podemos escoger qué atributos mejorar, siempre enfocados a nuestra posición en el campo. Lo bueno es que dentro de esta liga/carrera creada –en línea o offline- podemos cambiar nuestro rol si no nos gusta la elección principal. La gracia en online es poder conectar nuestra carrear con la de otros amigos y generar un ecosistema propio de juego, con los avances de cada uno por su lugar.

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Lo más completo, eso sí, se encuentra en el modo entrenador. Con este sistema somos el manager general del equipo y tenemos que cubrir absolutamente todos los elementos de gestión. Y eso es desde usar Scouts para buscar nuevos talentos a intentar fichar jugadores transferibles –con el particular sistema de venta de la NFL- o preparar sesiones de entrenamiento para mejorar los atributos de nuestros jugadores. Elegir en qué gastar los puntos obtenidos nos puede llevar horas con tanto jugador y tantas posibilidades por cada uno. Preparar los partidos, intentar cumplir nuestros propios objetivos como entrenador y equipo y jugar y ganar cada enfrentamiento. Absolutamente todo en nuestro poder en un modo profundo y lleno de posibilidades como pocos, juguemos en carreras online o en carreras offline, tanto da. A ello se le añaden partidos y ligas en línea que son el gran qué de Madden 13 –competir contra los mejores jugadores- y un modo Ultimate para crear nuestros equipos de fantasía en esto del fútbol americano.

Una de las novedades se encuentra en el uso de Kinect en la versión Xbox 360. Mediante el aparato de Microsoft podemos capturar nuestra cara y darle rostro a un personaje de nueva creación, mientras que con los controles de voz –en inglés, lógico- podemos dar órdenes directamente en la partida. A la hora de la verdad, lo cierto es que Kinect no acaba de responder perfectamente a nuestras peticiones en algunas ocasiones, y usarlo cuando jugamos online contra alguien que puede escucharnos no es lo más inteligente que hacer si queremos ser un buen estratega.

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Por su parte, el audio del juego se encuentra en un lugar privilegiado. La banda sonora no rebosa gran variedad de temas, pero sí ofrece un ritmo épico y muy americano durante los menús y en los momentos importantes. El ambiente en los partidos es más que correcto durante todas las jugadas y situaciones y el cambio de comentaristas, como hemos dicho al principio, ha sido para mejor. Los actuales ofrecen un toque mucho más acertado que en entregas anteriores, comentando sin abusar las jugadas y con frases que no se repiten cada dos por tres. Al ser un título llegado de importación –uno de sus contratiempos para los amantes de este deporte en nuestro territorio- está completamente en inglés.

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