SimCity, Impresiones E3

Parece que la salida de Will Wright, cuyo nombre se asociará por siempre con el de la compañía que fundó junto con Jeff Braun, no ha supuesto el inicio de una cuenta nueva para Maxis. La desarrolladora ha dudado en seguir empleando su tiempo y dinero en expandir el universo de Los Sims, o incluso en volver a correr el riesgo de rescatar parte de las premisas planteadas en Spore. Sin embargo, la idea de un nuevo SimCity siempre ha sido una espina difícil de extraer, más aún cuando los últimos intentos no han logrado reproducir una ínfima parte de la experiencia de juego original. Ni tan siquiera los intentos de compatibilizar este título antológico con su saga de mayor éxito, consiguieron revitalizar su simulador de referencia. Mientras tanto, muchas otras compañías procuraban aprovechar el hueco dejado por Maxis, lanzando sus propias interpretaciones de lo que debería ser la gestión de los distintos aspectos de una gran urbe, y con buena acogida en algunas ocasiones. Esto solamente podía traducirse en un hecho: el concepto iniciado por SimCity seguía resultando atractivo al público. Parece que, por fin, la compañía se puso manos a la obra con una continuación digna de la serie, casi 10 años después de su cuarta entrega.

Sin embargo, Maxis no apuesta por un proyecto basado en la aplicación de una cómoda continuidad, y está realizando cambios sustanciales en el simulador. Los primeros y más evidentes, esos que nos han engatusado a partir del vídeo que se ha mostrado durante el E3 de este año, los gráficos. Evidentemente, la actualización del motor era una necesidad que satisfacer pero, a todas luces, los cambios han llegado un poco más lejos. El aspecto general se aleja ligeramente de los antiguos SimCity, y se apunta al diseño utilizado por Los Sims 3. Las pantallas y vídeos que se han enseñado, podrían pertenecer perfectamente a cualquiera de los barrios o ciudades disponibles en el simulador social, y esto se traduce en un estilo bastante colorido, un poco menos técnico y mucho más agradable. Siendo ésta la nueva marca diferenciadora de la casa, podemos ver cómo las calles se pueblan de distintos sims, o de los vehículos que conducen. Se nos plantean las primeras preguntas: ¿Hasta qué punto llegará la integración con dicha serie? ¿La simulación del comportamiento de los habitantes tendrá mucho, o poco, que ver con la que se aprecia en Los Sims? Esperaremos hasta tener una respuesta.

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Aunque lo que se ha visto, hasta ahora, tiene buen aspecto, no dejamos de pensar que nos encontramos ante una versión temprana. Sobre todo, por lo rígido del movimiento de los habitantes de la ciudad, que se desplazan cual rebaño por la misma como si solamente fueran meros secundarios en nuestra labor gestora. Es impensable que Maxis quiera mantener este aspecto así, cuando la búsqueda de comportamientos y reacciones a eventos ha sido uno de los pilares fundamentales de su simulador social. En lo que a texturas o efectos se refiere, y aún regresando al pensamiento de que nos hallamos ante una versión inicial, se observa una búsqueda por evidenciar gráficamente los principales problemas de la metrópoli, para lo que en otras versiones teníamos que recurrir a mapas o capas temáticas. Es decir, podremos atisbar a simple vista que zonas son las más contaminadas, aquellas en las que la congestión del tráfico es mayor, o las que resultan más inseguras para los habitantes. Por último, y a partir del nivel de acercamiento de la cámara, todo apunta a que podremos llegar a un nivel de detalle mucho mayor que en anteriores entregas, con una vista casi a pie de calle.

Profundizando en las declaraciones de los responsables de Maxis, nos encontramos con que los cambios son un poco más profundos que los que acabamos de citar. A nivel de la lógica del juego, por ejemplo, se está trabajando en rediseñar el simulador casi en su totalidad. El nuevo motor, denominado Glassbox, tiene un funcionamiento distinto al utilizado en versiones anteriores. La idea reside en la figura de los agentes, que serían elementos a simular dentro del juego. Para una planta de energía, por ejemplo, se crean distintas unidades y recursos que en juegos anteriores pertenecían a un conjunto mucho mayor. De esta manera, dicho edificio posee ciertos trabajadores concretos, una materia prima concreta y produce cierta cantidad de energía, que son simuladas de forma independiente a los empleos o recursos del resto de la ciudad. O, por poner otro ejemplo, una zona boscosa se gestiona como si fuera un pequeño mapa en si mismo. Sobre estos elementos, se establecen los agentes, que son simulaciones a nivel individual, asociadas generalmente a los habitantes o vehículos que podemos ver circulando por las calles de nuestra ciudad.

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Estos agentes son los encargados de afectar a los elementos anteriormente descritos, como recursos de una fábrica, empleos disponibles, materiales de construcción, agua, ... todos los elementos que se gestionan durante el juego. Así, la simulación del juego se va realizando en tiempo real a partir de las intervenciones directas de los agentes, y no como resultado de una serie de estadísticas aplicadas durante un periodo de tiempo. Por decirlo de otra manera, se podría llegar al nivel de que la energía producida por una central eléctrica dependa de la productividad de sus trabajadores o si de todos han acudido esa mañana a trabajar, y no a partir de una serie de normas preestablecidas para el edificio en cuestión. Un concepto similar es el que se aplica a los demás aspectos del juego, como el desarrollo de la ciudad o la economía. Desde luego, el nivel de detalle de las simulaciones promete ser destacable, aunque no sabemos si la IA se basará únicamente en las tareas respectivas a la ciudad, como si de un hormiguero se tratase, o bien nos encontraremos con simulaciones en el comportamiento de cada uno de los habitantes de la misma. Esto último resultaría más que sorprendente.

Otra de las novedades incluidas, será la aparición de un modo multijugador, en el que varios jugadores podrán construir ciudades en una misma región. De forma similar a los servicios que antes podíamos alquilar o arrendar a otras urbes, dos jugadores podrían colaborar creando una infraestructura compatible que permita la evolución de los dos. También existirán objetivos compartidos, como la creación de una lanzadera espacial o la construcción de sitios que sean considerados maravillas mundiales. La conexión se realizaría a través de la plataforma Origin, de EA, integrada en casi todos los últimos juegos de la compañía. El aspecto negativo nos llega desde el lado de las restricciones, porque todo apunta a que será necesaria una conexión a internet para poder iniciar la partida, aunque solamente haya un jugador tomando parte en ella, de forma que no podremos iniciar el juego si nuestra conexión no está disponible en ese momento. Sin embargo, si la misma se pierde durante la partida, el servicio no nos expulsaría, aunque no nos queda claro que repercusiones podría tener para el almacenamiento de nuestros progresos, en caso de no recuperarse antes de salir del juego.

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Todavía quedan meses hasta poder encontrarnos con una versión más avanzada del juego, lista para que el público pueda evaluar el trabajo realizado por Maxis. El retorno de un grande de PC, como es SimCity, siempre es una alegría para los jugadores de esta plataforma. Con lo visto hasta ahora, las ideas de la compañía son bastante buenas, en general, y faltaría ver un ejemplo de su aplicación directa en el juego. Además, se ha revelado que el título será capaz de aceptar modificaciones, así que la profundidad de los trabajos de los usuarios podría ser un aliciente más para tener grandes esperanzas en este juego. Hasta entonces, podemos desempolvar alguna de las versiones más antiguas, regresando un poco al tiempo en el que SimCity era el más grande los simuladores del mercado. Veremos si en febrero, vuelve a lograrlo.