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Spec Ops: The Line, Impresiones Pre-E3

La unidad Delta ha llegado a Dubái para salvar a una población que ha quedado aislada y olvidada en medio del desierto. La gran urbe que maravilló al mundo no es más que un conjunto de ruinas llenas de muerte y destrucción donde deberemos diferenciar a nuestros compañeros de los enemigos, sin embargo, la línea que los separa es muy estrecha.

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El viaje
A falta de algo más de un mes para el lanzamiento de Spec Ops: The Line en España, hemos podido probar una versión prácticamente definitiva del juego, completando 13 niveles llenos de acción, muerte y caos. La propuesta jugable que nos ofrece Yager convierte esta aventura de acción en tercera persona en un viaje sin retorno por la apocalíptica y desértica ciudad de Dubái, al más puro estilo Apocalipsis Now. Al igual que sucedía en la película de Francis Ford Coppola, una unidad militar deberá encontrar a un alto rango del ejército americano en una ciudad donde la única ley es la anarquía, sin embargo, como en su homónima cinematográfica, realmente el objetivo de la misión no es la solución, sino el viaje. Desde los primeros minutos del juego tendremos que ir desplazándonos desde un punto de la ciudad a otro, de hecho el mapa de selección de misiones está organizado con una pequeña maqueta de Dubái donde se reflejan las zonas que vamos superando. Esta mecánica de avance y tiroteo, que por momentos puede volverse algo repetitiva, encuentra su vía de escape en algunas misiones puntuales y muy cinematográficas con todo tipo de armamento y vehículos.

Entre las acciones especiales que podremos realizar durante nuestra estancia en la desértica ciudad, estarán: disparar desde un helicóptero a soldados enemigos que nos atacan desde otros helicópteros o desde los tejados, cubrir un convoy de camiones con nuestro lanzagranadas, apoyar a nuestros aliados con armamento pesado, atacar desde el aire con armas químicas o eliminar a soldados enemigos con nuestro francotirador. Dejando de lado estas misiones, el resto de operaciones se basarán en tiroteos constantes, en los que deberemos despejar zonas, interiores o exteriores, hasta que no quede ningún enemigo. En cada estancia tendremos rivales que vendrán desde todas partes, utilizarán una gran variedad de armamento y serán realmente efectivos a la hora de dispararnos. Para poder sobrevivir a esta vorágine de tiros hay un factor muy importante que debemos dominar a la perfección, las coberturas.

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Vamos a encontrarnos con un sistema de coberturas que nos permite en todo momento repeler el fuego enemigo sin dificultad. Dentro de estas protecciones podremos desplazarnos para apuntar desde el otro extremo, disparar sin asomar el cuerpo o saltar la cobertura para seguir avanzando. El sistema de desplazamiento dentro de las coberturas funciona bien y nos permite limpiar las zonas sin dificultad, ayudados en gran medida por el indicador de apuntado en coberturas que nos orienta al salir para saber hacia dónde disparamos. Pero, aunque el sistema es efectivo, muestra algunas fisuras cuando intentamos movernos de una cobertura a otra sin quedar expuestos. El principal problema surge con la dificultad para que el personaje se acople rápidamente a la misma y no quede a merced del fuego enemigo, algo que, aunque por momentos hace a la perfección, en otros muchos casos se vuelve difícil y deja al descubierto a nuestro personaje.

La música del caos
Dentro de estas zonas de guerra encontraremos una banda sonora rockera realmente magnífica que logra transmitir la sensación de caos y anarquía que reinan en la ciudad, haciéndonos sentir dentro de una película de Hollywood. La banda sonora, que incluye temas tan espectaculares como Bad Vibrations de The Black Angels, hace de esos enfrentamientos los momentos más cinematográficos y dinámicos de toda la aventura. Estas situaciones tan particulares se repetirán a lo largo de varias fases del videojuego y cada canción vuelve a recordarnos la caótica situación que se vive dentro del país. Otro factor muy importante para entender la belleza de los conflictos dentro de Spec Ops: The Line es la trabajadísima ambientación que lo acompaña.

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La ciudad de Dubái ha sido perfectamente recreada y consigue transmitirnos la decadencia y destrucción, estructural y humana, que ha surgido en la ciudad. Todas las estancias internas presentan un acabado acorde con la mastodóntica y moderna ciudad, mostrando en todo momento el lujo arquitectónico del que hacía gala en sus momentos más esplendorosos. Pero ahora esos momentos han terminado y vamos a encontrarnos con esas mismas localizaciones parcialmente destruidas e invadidas por la arena, dejando claro que el sueño de una ciudad en el desierto era una locura propia de faraones. Dentro de la destrucción del entorno, la arena juega un papel fundamental, aunque también es un aliado táctico y no solo un factor visual. Durante los conflictos, normalmente reducidos y muy tácticos, podremos estallar cristaleras por la presión del desierto, derrumbar techos dejando pasar el mar de arena o romper estructuras de contención, eliminando por el camino a numerosos enemigos.

Arena por todas partes
La importancia de la arena a nivel jugable no consiste únicamente en este tipo de acciones especiales, ya que durante el desarrollo de la historia vamos a encontrarnos con tormentas de arena que harán de Dubái un lugar infernal. Estas tormentas nos impedirán ver con claridad, arrasarán con las estructuras más débiles y empeorarán notablemente nuestra precisión, algo que también afectará a los enemigos. La arena se vuelve fundamental y, aunque es nuestra enemiga, podemos utilizarla para escondernos o directamente para acabar con los enemigos mientras intentan protegerse de la tormenta. Estas tormentas de arena también nos afectarán en el interior de los edificios, colándose por cualquier fisura, y en el exterior, acabando con todo lo que encuentren a su paso. Cuando nuestra unidad Delta salga al exterior, encabezada por el capitán Walker, el cual encarnamos, se encontrará con una visión realmente estremecedora de la decadencia social de una ciudad como Dubái. Esta imagen tan desesperanzadora no será solo a nivel estructural, con la rotura de sus enormes rascacielos o estructuras, sino también por la gente que ha muerto y sigue muriendo en sus calles. Toda la ciudad estará rodeada de muerte y nosotros deberemos pasar por cada punto de la misma.

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Spec Ops: The Line es un videojuego muy adulto que no evita en ningún momento mostrar la crudeza de un conflicto armado. Este descarnado tratamiento de la realidad por parte de la desarrolladora Yager marca un precedente muy importante para dar cabida a una rama de videojuegos adultos que no tengan miedo a enseñar la realidad tal y como es. Toda esta violencia nos hará presenciar ejecuciones de civiles, ataques con fósforo blanco que abrasarán a la población o suburbios llenos de cadáveres putrefactos, sin duda una visión que no es fácil de digerir. Para hacer más efectiva esta recreación de la guerra se ha desarrollado un apartado gráfico a la altura de los mejores títulos, aprovechando notablemente las posibilidades que aún ofrece Unreal Engine 3 en esta generación. Este factor, unido a la perfecta recreación de la ciudad en su interior y exterior, hacen que Spec Ops: The Line tenga una de las mejores ambientaciones de los últimos tiempos.

El jugador podrá disfrutar, estancia por estancia, de un ambiente único que sabe transmitir a la perfección la esencia de la ciudad y el punto argumental en el que se encuentra la historia. Para conseguir este acabado nos encontramos con un excelente trabajo en el desarrollo de las partículas, las sombras y los colores, elementos todos ellos que han sido elegidos con delicadeza para adjetivar cada zona que visitamos. Toda esta recreación viene acompañada de un guión muy adulto que nos ofrece la guerra no como una lucha entre buenos y malos, sino como un enfrentamiento entre personas que luchan por objetivos que no están claros, algo que nos hará plantearnos de qué lado estamos y qué papel jugamos en todo este conflicto. En definitiva, el propio viaje de la unidad Delta por la destrozada ciudad de Dubái es realmente la esencia del videojuego.

A toda esta ambientación se le añade una jugabilidad rápida, divertida y emocionante, aunque se echa en falta algo más de variedad en las misiones, ya que normalmente deberemos ir del punto A al punto B mientras despejamos las zonas intermedias de enemigos. Para superar estas misiones vamos a disponer de un gran arsenal y entre las armas disponibles estarán, por ejemplo, fusiles, subfusiles, escopetas, ametralladoras ligeras, lanzagranadas, lanzacohetes o rifles de francotirador, sin olvidarnos de las granadas de fragmentación, adhesivas y aturdidoras. Un completo arsenal armamentístico perfectamente recreado y con licencias oficiales. La utilización de todas estas armas durante la historia no debe ser alocada pues, sobre todo en las dificultades más elevadas, puede que echemos de menos algún que otro cargador. Esto no significa que Spec Ops: The Line sea un videojuego táctico, pero tampoco podemos derrochar munición sin miramientos. Para poder reabastecernos podremos utilizar a los cadáveres enemigos o bien las cajas de munición que iremos encontrando por el camino. El arsenal que podremos llevar equipado incluirá 2 armas principales y los 3 tipos de granadas, consiguiendo con ello una efectividad en ataque demoledora.

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Estamos en problemas
Este nivel de realismo también lo encontraremos en el daño que recibiremos del enemigo. En el momento en que 2 o 3 proyectiles impacten sobre nosotros estaremos prácticamente muertos, pudiendo reducir o aumentar el realismo a través de los 4 niveles de dificultad disponibles. Debido a este factor deberemos cubrir nuestras espaldas en todo momento, pero también las de nuestros 2 compañeros de la unidad Delta. Estos tenientes nos apoyarán y nos darán una ayuda fundamental pero, aunque normalmente su actitud es la adecuada y se colocan en los puntos más funcionales para eliminar al mayor número de enemigos, en otras muchas ocasiones pasan a ser un obstáculo en el camino. En algunos tiroteos se cubrirán mal y quedarán expuestos, algo que nos obligará a ir hasta su posición para reanimarlos antes de que su tiempo de vida se agote. Si queremos evitar esta misión suicida de protegerlos podemos utilizar la opción de enviar al tercer compañero a que lo haga, algo que nos ahorrará exponernos, pero que puede implicar que nuestros dos aliados acaben malheridos. Este sistema de órdenes también puede ser utilizado para marcar objetivos enemigos que queremos que eliminen nuestros compañeros, actuando de manera realmente eficiente en todo momento. El sistema de comunicación es muy sencillo y, aunque es efectivo y cumple perfectamente con lo encomendado, es tal vez algo simple para las posibilidades que podría tener al estar constantemente trabajando con 2 compañeros más.

Otro factor muy importante, y que por momentos se muestra poco funcional, son los enemigos. Aunque presentan una inteligencia artificial bien implementada, parapetándose en las coberturas idóneas, flanqueando nuestra posición o atacando de manera frontal cuando nos superan en número, se dan muchas situaciones en las que los enemigos no se comportan como deberían y quedan totalmente expuestos a nuestro armamento, llegando incluso a correr frontalmente sin dispararnos. Estas deficiencias en la inteligencia enemiga, sin embargo, no empañan un apartado muy correcto que nos hace sentirnos totalmente asediados en un verdadero campo de batalla. Mientras acabamos con los enemigos disfrutaremos de una cámara lenta que se activa cuando les disparamos en la cabeza, algo poco útil pero muy espectacular debido al baño de sangre que presenciamos. Finalmente, encontraremos algunas misiones que podremos resolver parcialmente de forma silenciosa, consiguiendo así valiosa información enemiga sobre la situación de Dubái. Este tipo de acciones no son realmente misiones de infiltración, sino una alternativa jugable según nuestro estilo, pudiendo resolverlas disparando sin parar.

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Para conseguir más información sobre el conflicto, y saber qué papel cumple realmente cada persona en Dubái, podremos ir recogiendo Documentos de inteligencia repartidos por cada zona, algo que leeremos y escucharemos, al igual que las voces, en un perfecto castellano. El magnífico doblaje nos permite disfrutar aún más de la historia, pudiendo seguir sin dificultad la acción y disfrutando con los diálogos, muchos de ellos muy ingeniosos. En definitiva, Spec Ops: The Line está dispuesto a ofrecernos una historia adulta, cruel y descarnada dentro de la destruida y espectacular ciudad de Dubái. A toda esta recreación ambiental y argumental hay que unirle una jugabilidad basada en el avance constante de un punto a otro despejando las diferentes zonas de enemigos con nuestro variado armamento, disfrutando de manera puntal con misiones alternativas. El próximo 29 de junio, cuando Spec Ops: The Line salga a la venta en PlayStation 3, Xbox 360 y PC, tendremos claro cuál es nuestro objetivo al llegar a Dubái, sin embargo, el desierto es el único que sabe que hacemos realmente allí.

Spec Ops: The Line

  • PS3
  • PC
  • 360
  • Aventura
  • Acción

Nueva entrega de la serie Spec Ops, ahora en la nueva generación. Una aventura de acción en tercera persona ambientada en la guerra moderna.

Carátula de Spec Ops: The Line
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