Rumores de la Next-Gen
Wii U, Orbis y Durango, tres nombres que simbolizan la próxima generación. Todo son preguntas sobre ellas: ¿cuándo saldrán? ¿Cuál será su potencia final? ¿Qué novedades traerán? Explorando los rumores aparecidos en los últimos meses, indagamos sobre lo que nos podrían traer las siguientes consolas.
La actual generación está camino de terminar, pero el final parece agónico. Puede que por la crisis, puede que por un aumento en los costes de desarrollo, puede que por buscar rentabilizar las consolas con nuevos accesorios, o quizá por todo eso junto y más, la generación se está extendiendo bastante más allá de los habituales 5 años. Pero, aun así, más tarde o más temprano se cerrará el ciclo y aparecerán nuevas consolas, y todo apunta a que será a lo largo de este año y el siguiente. En este reportaje vamos a repasar todos los datos que disponemos, certezas como en el caso de Wii U, o habladurías con cierta credibilidad en lo que respecta a Sony y Microsoft, para adentraros en lo que nos promete la siguiente era. La generación que muchos apuntan será la última con el modelo clásico de consolas tal y como lo conocemos a día de hoy.
Frente a frente tenemos a Wii U, la cual presumiblemente cambiará de nombre en el E3, Durango, apelativo en clave para la siguiente Xbox, y Orbis, el supuesto alias que esconde a PlayStation 4. Será la tercera vez que Microsoft, Sony y Nintendo se enfrenten y la cuarta que lo hagan estas dos últimas. ¿Quizá la última? ¿Sobrevivirán todos los fabricantes a la próxima generación? Aún es pronto para saberlo, pero al menos podemos ir conociendo las propuestas de cada uno de ellos, o lo que los rumores nos han ido dejando ver, ya que muchos es muy posible que nunca se cumplan. Si ya estás ansioso por conocer qué te deparará la próxima generación, continúa leyendo las siguiente páginas.
Lo que ha trascendido de los planes de Microsoft ha ido variando a lo largo del tiempo. En una primera instancia se habló de que aparecería en el próximo E3, pero finalmente la propia compañía se encargo de desmentirlo. Por el contrario, lo que supuestamente enseñará en esta edición será una versión “lite” de su Xbox 360. Así que Durango parece existir, incluso los desarrolladores estarían ya comenzando a trabajar en ella y conocer el hardware, pero aún tendremos que esperar para verla al menos un año más. Algo similar ocurriría con Orbis, ya que si bien hemos tenido menos datos sobre ella, los pocos que han salido a la luz han establecido la fecha en 2013 como año para mostrar la consola. También ha trascendido el hecho de que Sony está marcando muy claramente a Microsoft y vigilando sus movimientos, pues quieren ser los primeros en golpear y llegar antes al mercado de los dos. Pese a todo, esto daría un año de ventaja a Nintendo, ¿será suficiente? ¿Se aprovecharán Sony o Microsoft de ese tiempo para copiar conceptos de Wii U?
La que parece más rezagada en esa batalla es Nintendo.Ya con Nintendo DSi y Wii empezaron a hacer sus primeros pinitos en ladistribución digital, pero era algo que pasó sin hacer mucho ruido dadoel reducidísimo número de títulos que salieron a la venta por esta vía. Nintendo 3DS ya va un paso más allá,con funcionalidades como el Street Pass y el Spot Pass, y una tiendavirtual más avanzada, pero aun así es difícil afirmar que han llegado alnivel que ofrecen las consolas de sobremesa o la propia PSVita en eseaspecto. La portátil, no obstante, aún tiene tiempo para ir mejorando encontenidos descargables, ya sean nuevos juegos o complementos, yprobablemente la compañía dé otro pasito con Wii U. Para empezar, losDLCs es algo que los desarrolladores adoran y Nintendo debe facilitarlesla tarea. Por otra parte, el catálogo definitivamente debe mejorar y ampliarse. Pero,en cualquier caso, el fontanero Mario seguirá viniendo en discos almenos por una generación más, y en esta ocasión parece que serán de 25 GB,probablemente algún tipo de variante del formato Blu-Ray, aunque conciertas modificaciones por parte de Nintendo. Tales cambios podrían suponer un nuevo intento delimitar la piratería, como ya hicieron con Wii o GameCube. Cabe decir que sin muchoéxito.
Para PlayStation 4 parece obvio que Sony optará de nuevo por el Blu-Ray.Es un formato que le interesa seguir potenciando, teniendo en cuentaque la venta de películas en discos es a día de hoy mucho más rentableque cualquiera de las diferentes ofertas digitales disponibles. La duda se plantea con Microsoft, que con su amago del ya olvidado HD-DVD nos asustó un poco atodos. Debería terminar entrando finalmente en el redil de los Blu-Ray,quizá muy a su pesar. El tamaño de los DVD de doble capa ha sido un auténtico lastreen muchos títulos de Xbox 360, desembocando en los juegos multi-disco,que si resultan incómodos para el jugador, lo son casi más para la distribuidoradado que los costes aumentan. Sin embargo, aunque se ha oído hablar delBlu-Ray, también se ha mencionado que emplearía unas tarjetas de memoria propietarias,al estilo de PSVita. Algo ciertamente inexplicable, teniendo en cuentaque es un soporte mucho más caro y las ventajas inherentes de aplicarlo auna consola portátil (tamaño sumamente menor, reducido consumo debatería, etc.) no aplican a una de sobremesa que no sufre las mismaslimitaciones.
De este último dato podemos extraer algunas conclusiones interesantes. En primer lugar, en vez de utilizar un chip diseñado específicamente por ArtX o AMD/ATI, partirían de uno ya existente. En segundo lugar, si finalmente se confirma que es el R700, estamos hablando de una GPU a 40nm y que tiene nada menos que 3 años de antigüedad a sus espaldas. Para que os hagáis una mejor idea, es el corazón de la serie Radeon 4000, cuando a principios de 2012 se estrenó la serie 7000. Aun así, si tenemos en cuenta todos los factores en conjunto, incluyendo los teorizados 768 MB de RAM compartidos entre CPU y GPU, Wii U sería más potente que Xbox 360 y PS3, aunque del orden del 50%, con lo que en práctica la diferencia no sería tanta. Quizá la mayor diferencia será la capacidad de mover gráficos a 1080p con fluidez, algo que le queda lejos a las vetustas consolas de Microsoft y Sony. No obstante hay que tener en cuenta que Wii U también debe gestionar el mando-tableta y su pantalla adicional, con lo que se pierde algo de poder de procesamiento bruto para los gráficos mostrados en el televisor.
Lo que parece claro es que una generación más Nintendo se quedará descolgada en lo que a potencia se refiere, con una consola mucho más parecida a las actuales de sobremesa que a lo que teóricamente ofrecerá la competencia el año que viene. Una comparativa rápida con Microsoft nos da idea de la diferencia entre ambas máquinas. Los de Redmond, al igual que Nintendo, volverían a confiar en IBM y AMD/ATI dado el gran rendimiento que esta alianza le ha dado en Xbox 360. La actual consola de sobremesa de Microsoft es un equipo potente, equilibrado y que, aunque sobre el papel debería estar por debajo de PS3, no tiene realmente nada que envidiar gracias al excelente diseño de la arquitectura que integra. La CPU de Durango podría llevar 4 o 6 cores, aunque en este último caso un núcleo se dedicaría a Kinect y otro al sistema operativo. Estaría construida en 32nm y una vez más se habría basado en la tecnología PowerPC de IBM. Otras fuentes apuntan a que en realidad la cantidad de núcleos ascendería a 16, y la nueva versión de Kinect utilizaría 4 de ellos para ser capaz de identificar varios usuarios al mismo tiempo. En cuanto a la GPU, se ha afirmado que sería una Radeon HD 7670, que en realidad es idéntica a la 6670, pero en cualquier caso ampliamente superior a la que supuestamente incorpora Wii U. Incluso se ha llegado a mencionar que podría integrar no una, sino dos tarjetas gráficas que no funcionarían en conjunto (como la tecnología SLI en un PC), sino que por algún motivo lo harían de forma independiente. En cualquier caso, estas especificaciones nos dibujan una máquina 100% compatible con Xbox 360 y a la par varias veces más potente que ésta.
El camino de Sony en el diseño de sus consolas ha sido generalmente mucho más errático. Como fabricante de hardware que es, siempre ha intentado imprimir su sello en los productos PlayStation, pero no en todos los casos le ha salido la jugada como esperaba. Baste ver el contraste entre PS1, una consola relativamente simple, sobre todo comparada con la Saturn de SEGA, y PS2, un pequeño monstruo que ocultaba un hardware tan capaz como difícil de aprovechar. Es quizá la consola en la que un mayor salto se ha apreciado entre sus primeros juegos y lo que logró mostrar en sus últimos lanzamientos importantes, como God of War o Shadow of the Colossus. Eso sí, la privilegiada posición en el mercado de la que disponían obligaba a los desarrolladores a estudiar el intrincado “Emotion Engine” y su “Graphic Synthesizer”, algo que no ha pasado con PS3, abocados a una tercera posición que al final ha acabado en un empate técnico con Xbox 360, pero por los pelos. Tal caída en cuota de mercado se ha visto reflejada en el aprovechamiento del Cell, un procesador que costó millones en I+D, que al final se ha visto humillado por la aparente simpleza de la CPU de triple núcleo de Xbox 360. Por supuesto, no por ser inferior técnicamente, sino porque resulta mucho más complejo sacarle partido. Además, el Cell supuestamente iba a ser el corazón de una futura gama de productos electrónicos, como televisores, y finalmente no ha habido rastro alguno de tales planes.
Para no repetir errores, Sony esta vez prescindiría completamente de aportar diseños propios y confiaría ciegamente en AMD hasta el punto de que proporcionaría tanto CPU como GPU, conformando una arquitectura seguramente muy similar a la de un PC. Esto facilitaría las conversiones de una plataforma a otra, algo de lo que ha disfrutado Xbox 360 (en gran parte por el uso de DirectX en ambos sistemas) y que ha hecho que PS3 perdiera algunas exclusivas en el mundo de las consolas. Estaríamos hablando no de dos chips independientes, sino lo que se llama una APU, es decir, un circuito que integra tanto CPU como GPU. A priori se trataría del modelo A8-3850, lo que significa que “fusionaría”, como le gusta llamarlo AMD, un procesador de 4 núcleos a 2,9 GHz junto a una Readeon HD 6550. La tarjeta gráfica podría alcanzar una resolución máxima de 4096×2160 o, lo que quizá es más importante, juegos en 3D a 1080p, muy al contrario que PS3 que sufre incluso a 720p al alcanzar la tercera dimensión.
Antipiratería y antisegundamano
Cada generación de consolas obliga a los fabricantes a devanarse los sesos para encontrar nuevas formas de bloquear la piratería, pero generalmente no resultan exitosas. Puede costar más o menos, como en PS3, que permaneció inviolada más años de los que suele ser habitual, o resultar más o menos molesto, como en Xbox 360, con los famosos bloqueos de cuenta entre otras cosas, pero al final tarde o temprano las protecciones caen. Si hay algo que exigimos a una medida antipiratería es que no ataque al consumidor fiel que se gasta su dinero en pos de pillar al que no lo hace, pero todo apunta a que en consolas se va a seguir la senda que en PC tantos quebraderos de cabeza ha causado. Al final, en muchas ocasiones resulta más sencillo piratear que hacer funcionar nuestro disco original. La ocurrencia de la que hablamos supuestamente habría sido de Microsoft, la cual obligaría a estar conectados todo el tiempo a Internet para jugar. De esta manera, la consola podría verificar constantemente que el juego ha sido adquirido legamente. Los servidores centrales serían los encargados de procesar la información enviada por la consola y saber en tiempo real si estamos ante un título pirata o no. Una medida que seguro algunos jugones de PC conocen por compañías como Ubisoft, cuya tecnología llega a pausar nuestra partida si la conexión se cae aunque sea por un instante, y no se puede continuar hasta que ésta se restablezca.
Otro gesto bastante discutible es el frontal ataque a la segunda mano que últimamente están llevando a cabo diversas desarrolladoras, y que sin duda despierta opiniones encontradas. No obstante, tanto Microsoft como Sony se habrían decantado claramente del lado de las distribuidoras, pues sus próximas consolas facilitarían algo parecido al polémico Online Pass, que nos obliga a pagar una cierta cantidad para jugar en línea con un título adquirido en el mercado de segunda mano. El hecho de venir de serie seguramente haría que su uso fuera mucho más extendido, acabando en la práctica con el mercado de segunda mano, dando la puntilla a cadenas como Game o Gamestop y en definitiva limitando la libertad de sus clientes, los jugadores, a la hora de decidir qué hacer con su producto, su disco. Los juegos comprados irían asociados a nuestra cuenta y no podríamos prestarlos de ningún modo. Lo que parece claro es que, si nadie lo remedia, los tiempos de llevarnos nuestros juegos a casa de un amigo y disfrutar entre varios de una gran sesión de videojuegos se van a ir terminando. Entre el requerimiento de tener la consola conectada a Internet continuamente y el hecho de no poder dejar nuestros juegos, nos están poniendo trabas insuperables a la hora de socializar en el hogar. De hecho, es relativamente común hoy en día tener el ordenador conectado a Internet casi en todo momento, pero eso no es un requerimiento imprescindible en una consola.
Dicho mando con pantalla táctil no supone renunciar al Wiimote, como ya hemos visto en algunas demos técnicas, pero puede convertirse en el control principal para la mayoría de juegos. En consecuencia, nos encontraremos con una disposición más tradicional respecto a lo que es un mando normal y su mayor tamaño en realidad no se convierte en un inconveniente en cuanto a la ergonomía. Tendremos que esperar para ver de qué modo se aprovechan las desarrolladoras de esa funcionalidad, pero vistas algunas ideas que han ido mostrándose, puede resultar realmente interesante. Por ejemplo, partidas a dos jugadores en la que uno gestiona a los enemigos que aparecen casi como si fuera un juego de estrategia, mientra que el otro debe matarlos usando el Wiimote como puntero, al estilo de un FPS. No dejan de ser conceptos poco evolucionados, así que esperamos que durante el E3 se enseñen otro tipo de propuestas originales. A Sony, por su parte, se le puede atribuir que suele ser hábil en copiar lo que hacen los demás y en ocasiones mejorarlo (los dos analógicos, Move, PlayStation Network...), aunque no siempre acierta (véase el Sixaxis). Parece evidente que esta vez intentará adaptar la oferta de Wii U utilizando como interfaz su PSVita. Es algo que sin duda podría funcionar, pero que tiene una importante barrera a salvar: PSVita se vende aparte de lo que será PS4, y si no se trata del controlador principal es muy posible que sea ignorado por los estudios.
Tras Nintendo, otra que tiene la estrategia bien clara es Microsoft. Su Kinect apenas está siendo explotado, en parte precisamente por el motivo que acabamos de mencionar: su salida tardía respecto al lanzamiento de Xbox 360, con lo que su uso no es en absoluto un requisito para las distribuidoras. Sin embargo, con Durango estará ahí desde el principio y, aunque esto entra dentro del ámbito de la opinión, deberían hacer lo posible para que cada nueva Xbox vendida lleve el sensor incorporado, si quieren potenciar su utilización. Por otro lado, aún queda por ver qué puede realmente aportar a la experiencia de juego para un título de corte más tradicional, diseñado desde el principio con el dispositivo en mente. A día de hoy es imposible que los jugones renuncien a sus mandos de siempre cuando este aparato no consigue reemplazarlos del todo, pero eso no quiere decir que no puedan disfrutarlo si la jugabilidad gana enteros con su uso. Y es que en el fondo ese es el quid de la cuestión y lo que nos ha demostrado la actual generación: los controles por movimiento no están maduros, no ofrecen la misma versatilidad y facilidad en todas las acciones que un mando normal y la gente no quiere cambiar a algo peor.
Sólo cabe apuntar las claves y que cada cual comience a especular. El mundo de los videojuegos está más diversificado que nunca y las consolas ya no son el único punto de acceso a este ocio, junto al PC. De hecho, los ordenadores han estado siempre ahí y quién sabe lo que supondrá Windows 8 con su Marketplace incorporado y la integración con Xbox Live. Aunque si de tiendas de aplicaciones hemos de hablar, hay una por excelencia, la AppStore, que sigue ganando adeptos y tanto el iPad como el iPhone están robando clientes a las consolas de toda la vida, aunque más al segmento portátil por razones obvias. Aún está por ver si propuestas como OnLive terminan de arrancar y arañar cuota de mercado, si es que nuestras conexiones están realmente preparadas para algo así. Facebook y compañía son otros contendientes a tener en cuenta, sobre todo en lo que al jugador ocasional se refiere. Con una barrera de entrada sumamente inferior, al no tener que adquirir ninguna máquina ni sus mandos, son una clara alternativa al juego social que predican Nintendo, Microsoft o Sony con sus controles por movimiento. La pugna está más abierta que nunca y en estos tiempos es difícil circunscribir el mercado de los videojuegos únicamente a las consolas.
No obstante, si centramos nuestro análisis únicamente en esas tres compañías, también se alzan numerosas incógnitas. ¿Con qué precio se posicionará cada una en el mercado? ¿Tendrá la presumiblemente menor potencia de Wii U alguna oportunidad gracias a su probable inferior precio y el año de ventaja del que teóricamente disfrutará? ¿Cuál será el controlador que consiga captar una mayor atención, el mando-tableta, un Kinect revisado o la desconocida propuesta de Sony? ¿Jugará el apartado multimedia un factor fundamental a la hora de decantar la opción de compra? Poco se sabe de qué incluirán cada una de las plataformas, pero el acceso a contenidos como películas o series a través de la consola es ya un hecho a día de hoy y seguro que intentarán promoverlo todavía más en la siguiente generación. ¿Se abaratarán los precios gracias a la distribución digital? ¿Dónde se cosecharán mayores ventas, a través del formato físico tradicional o mediante las descargas? Éstas y otras muchas preguntas que seguro tenéis en la cabeza aún tardarán en responderse. La primera será Nintendo, que pasará un examen en el próximo E3 y, si nada cambia, Microsoft y Sony aún aguardarán un año más.