The Secret World, Impresiones

Mejor en compañía
Para visitar un lugar tan poco acogedor y caluroso lo mejor era invitar a unos amigos a esta terrible aventura. Con todos los ordenadores en línea y un empleado de Funcom como jefe de equipo, nos conectamos todos los jugadores, que hasta ese momento habíamos ido por libre, a una misión conjunta. Una vez que estábamos en el infierno, pusimos en marcha nuestros micrófonos para poder comunicarnos con rapidez, aunque también podíamos utilizar el chat de texto durante las partidas. Con los 4 jugadores en línea vimos como aparecían, en la parte lateral izquierda de la pantalla, unos indicadores individuales con la situación actual de cada uno de los personajes, pudiendo así saber si alguno de nuestros compañeros había muerto o necesitaba ayuda, una información en tiempo real que potenciaba aún más la jugabilidad y la sensación de pertenecer a un equipo.

Con todo dispuesto para el combate avanzamos durante unos minutos, siguiendo las órdenes del jefe de la unidad, y descubrimos el enorme y realista infierno que Funcom ha creado. El mundo estaba totalmente desolado, con colores cálidos que inundaba toda la estancia dando sensación de un calor extremo, a todo ello debíamos unirle unas enormes estructuras de metal destruidas que creaban un ambiente viciado y sumido en la decadencia. Mientras seguíamos avanzando no aparecía ningún atisbo de vida, lo que empezó a preocupar a los miembros del grupo. Tras un largo paseo descubrimos unas enormes puertas que nos impedían avanzar y vagando por la estancia para buscar una salida nos dimos cuenta de que ya no estábamos solos, había llegado el momento de luchar.

Los primeros monstruos no eran realmente peligrosos y cada jugador, con sus respectivas habilidades, fue acabando con algunos de ellos hasta destruirlos a todos; Seguidamente aparecieron unos enormes animales de fuego que comenzaron a lanzarnos todo tipo de ataques que diezmaron rápidamente a nuestro grupo, momento en el cual nos dimos cuenta de que la única forma de superar la estancia iba a ser cooperando. Utilizando los micros consensuamos el tipo de distribución en ataque y las habilidades específicas que cada uno debía aplicar con el enemigo que le tocara. En ese momento, con el equipo dividido entre los diferentes monstruos, vimos cómo los enemigos sucumbían ante nuestro poder conjunto. Tras acabar con ellos surgió otra horda que estaba compuesta por unos enormes monstruos con lanzas y unas criaturas muy ágiles que intentaban acabar con nosotros con ataques cuerpo a cuerpo. Después de una agotadora contienda por fin las puertas se abrieron.

Una jugabilidad mejorada
Durante todo el combate pudimos disfrutar de una experiencia bélica que se potenciaba mucho respecto a la individual, ya que el jugador sigue disfrutando con sus ataques específicos, sus habilidades activas y pasivas y sus exigentes combates  pero, además, cuenta con el apoyo de otras personas que complementan su actividad y que son capaces de organizarse, reestructurarse o cambiar de estrategia, algo que no podemos hacer con la IA, sin duda una experiencia que se convertirá en uno de los pilares básicos de su jugabilidad. Tras abrirse las puertas tuvimos que emprender una larga marcha por este enorme mapeado (algo que sucederá también en el resto de localizaciones del juego) teniendo que subir unas enormes rampas que nos dirigían a lo alto de una gran estructura. Al llegar nos dimos cuenta de que la pequeña plaza volante en la que estábamos era una encerrona y nosotros éramos la presa de decenas de criatura infernales dispuestas a devorarnos. Al instante surgieron desde el aire dos enormes seres alados que realizaban terribles ataques desde el cielo, además, unos pequeños monstruos corrían por la estancia para matarnos, lo que dificultaba aún más el combate contra las grandes bestias aladas.

En esta situación de caos, el tiempo, hasta ese momento en calma, se había vuelto también en nuestra contra y unas terribles olas de aire caliente nos golpeaban cada pocos segundos, mermando continuamente nuestra barra de vida si no nos protegíamos. La crudeza del combate hizo morir a varios miembros, que debían viajar largas distancias desde el punto de regeneración para volver a la batalla. Durante el conflicto no solamente debíamos luchar en equipo y agruparnos, sino también curar a nuestros aliados, generar campos de fuerza para protegernos del tiempo o simplemente luchar a muerte hasta que un compañero recuperara su vida o volviera.

Tras derrotar a todos los enemigos y superar este terrible combate se abrió un vórtice que nos llevó hasta otra dimensión, un lugar igual de desolado y lleno de criaturas infernales, aunque algo menos abrasivo. Al llegar tuvimos que bajar estancia tras estancia, eliminando a pequeños enemigos por el camino, hasta acceder a una escalera que estaba custodiada por una enorme araña y 5 científicos demoniacos que con su magia nos impedían avanzar para atacar solamente al terrible arácnido que nos cortaba el paso. En este caso la estrategia utilizada fue dejar al jugador más avanzado, aquel que había adquirido más experiencia durante los combates previos, para que luchara en solitario contra la araña, quedando el resto del grupo centrado únicamente en atacar a los científicos que desde todos los lados de la estancia pretendían aniquilarnos y recuperar la salud de la araña. El combate fue muy ordenado y de nuevo los micrófonos hicieron una labor fundamental para la organización, además era sumamente importante organizarse bien, pues una vez dentro de la estancia no podías salir de ella para recuperar vida, por lo que constantemente estabas recibiendo daño y debías ser muy hábil para moverte, atacar y evitar que te destrozaran con ataques mortales.

Combate épico
Nuestro objetivo definitivo parecía vislumbrarse al final de una enorme estancia llena de columnas que daban acceso a una gran plataforma repleta de un líquido viscoso y negro parecido al petróleo, que a su vez era custodiada por una enorme criatura de más de 10 metros de altura que, sumida en el líquido hasta la cintura, pretendía acabar con nosotros. Una vez que todos estuvimos en la puerta de acceso a esta terrible estancia, y tras haber discutido la mejor estrategia para superar a nuestro enemigo, nos adentramos en la batalla final, un conflicto enorme que se iba a tornar en imposible. La gran bestia, que estaba atrapada en el petróleo, comenzó a lanzar todo tipo de ataques a los jugadores que rodeaban la plataforma, siendo imposible huir de la estancia y teniendo la criatura acceso a todos los rincones gracias a sus enormes brazos.

En ese momento todos los ataques parecían inútiles y ni las runas más brutales, ni las armas más pesadas podían mermar mínimamente a nuestro rival. Esta terrible situación hizo que en un par de ocasiones todos los miembros del equipo murieran, lo que nos obligaba nuevamente a reintentar la misión con nuestro enemigo completamente recuperado. Finalmente, tras más de 40 minutos de lucha encarnizada, muchos muertos y estrategias de lo más alocadas, el enorme enemigo terminó cayendo y dejando el espacio en calma. Durante los 3 niveles que Funcom nos dejó probar de forma cooperativa nos dimos cuenta de que el título está diseñado para ser jugado con el resto de la comunidad online, principalmente porque su jugabilidad no se resiente en ningún momento, la extrema dificultad de algunas fases se hace algo más accesible y se refuerza la sensación de pertenecer a una organización secreta que lucha contra el resto de sociedades y contra el terrible mundo que ha visto la luz de manera inesperada. 

El próximo 19 de junio, cuando The Secret World vea la luz, nos encontraremos con una experiencia diferente en el mundo de los MMORPG gracias a una jugabilidad muy rápida y personalizable que cumplirá con creces las necesidades de los amantes del género, ofreciendo además, un sistema de mejoras novedoso y que funciona sin fisuras durante toda la historia. A todo esto le debemos unir una profunda trama, algo poco habitual en este tipo de videojuegos, que nos inmiscuirá en sociedades secretas y nos llevará por todo el mundo para enfrentarnos a terribles criaturas, así como a leyendas urbanas y mitológicas que se han vuelto reales. Finalmente hay que recordar que el motor gráfico DreamWorld Engine funciona de forma fluida y ofrece un apartado visual muy reseñable para lo que estamos acostumbrados en este tipo de género. Los más de 700.000 usuarios que han tenido acceso a la beta privada, más de los que en su momento tuvo Age of Conan, son un dato significativo de las altas expectativas en torno a este título.