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Kinect: Star Wars

Kinect: Star Wars

  • Plataforma3607
  • GéneroAventura, Acción
  • DesarrolladorLucasArts
  • Lanzamiento01/12/2011
  • EditorLucasArts

Kinect: Star Wars

Un Jedi hace uso de la Fuerza con sus brazos y cuerpo. Kinect ofrece por fin la primera idea con la que se explicó el periférico y coloca sables láser a toda la familia en este paseo por el universo Star Wars donde cada descubrimiento exige una forma de jugar determinada. La marca de George Lucas se imprime en este viaje sobre personajes, fondos y elementos, no juega a calcar las películas.

Podría decirse que Kinect: Star Wars es la mayor superproducción que ha recibido el aparatito de tres ojos exclusivo de Xbox 360. El concepto de Jedi con sable láser al que emularía cualquier jugador desde el salón y sin necesidad de mando alguno sirvió a Microsoft para hacer soñar a todos los que seguimos de cerca aquella primera presentación de Kinect, hasta entonces conocido como Project Natal. A cargo de Microsoft Game Studios, el juego ve por fin la luz estos días y qué duda cabe de que es uno de los títulos pensados para el periférico más caros y trabajados del catálogo actual del que dispone. Este producto no es solo una adquisición de licencias y una recámara de minijuegos con diversos manejos, Kinect: Star Wars indudablemente pretende ir más allá y ofrecer a cualquier miembro de la familia una aventura cinematográfica y trepidante como las que pueden verse en las seis películas. Y quizá ése sea su principal punto flaco junto al inevitable lag de Kinect, está muy orientado a familias.

Cargado de buenas ideas y propuestas únicas, Kinect: Star Wars es desde ya uno de los lanzamientos más importantes del semestre para Microsoft. Desde luego tiempo le ha llevado terminarlo, pues en su proceso de creación ha sufrido importantes retrasos, cambios, y hasta ampliaciones. Hoy ha quedado un videojuego bien acabado y consistente para un público que no esté demasiado comprometido con la estrella de Lucas Films, un público capaz de perdonarle ciertas interpretaciones, cambios y personajes raros que introduce el juego como propios, pues no hay en todo su desarrollo encarnaciones estelares totalmente fieles como la batalla a espada de Skywalker contra su padre Darth Vader, la carrera de vainas del pequeño Anakin o alguna de las huídas espaciales de Han Solo. En este conjunto de aventuras separadas se contará una nueva historia, para uno o dos jugadores, y eso sí, bajo todas las señas de identidad de La Guerra de las Galaxias, desde la música hasta los entramados políticos de las facciones.

Trama de pruebas

El modo principal de Kinect: Star Wars narra la historia de un nuevo personaje, padawan de algunos Jedi y del omnipresente y casi tratado como un semidiós Yoda. La paz vuelve a ser amenazada en algunos de los planetas que ya visitamos con las películas y otros videojuegos de la franquicia, empezando por Kashyyyk y enfrentando a droides y otras fuerzas bajo el mandato del Lado Oscuro contra todas las demás razas, como los wookies. Intercalando cinemáticas y varias pruebas de forma completamente lineal, superar esta inédita trama no lleva más de 5 horas, pero al menos la primera mitad logra una intensidad, variedad y diversión dignas, algo que empieza a caerse en la segunda mitad cuando los diversos niveles inciden una y otra vez en las mismas mecánicas de juego: acción a pie o en vehículos, carreras de vainas, disparos desde torretas de aeronaves, baile en la cantina y duelos a espada. Todas introducidas de forma coherente, eso sin duda, en los acontecimientos dramáticos de cada capítulo.

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Kinect: Star Wars no es un compendio de minijuegos o una colección de retos de las cinco modalidades, más bien logra ser un todo, un juego pensado como aventura en el que en cualquier momento se puede repetir alguna de sus partes para especializarse en esta disciplina y por mera diversión, también en compañía. Por ejemplo, hay varios circuitos en las carreras, diversos enemigos para combatir a espada láser o canciones variadas para la cantina de Jar Jar. Ahora bien, esto no se hace suficiente si lo que se busca en él es algo distinto y realmente original. Aprovechando la licencia de La Guerra de las Galaxias, el título revisa lo que otros de Kinect ya han implantado, como el baile, los disparos desde torreta, la conducción simulando un volante entre las manos del jugador o los movimientos del personaje avanzando un pie, dando un pequeño salto, agachándose para esquivar....

Además de seguir la trama central con uno o dos protagonistas en pantalla para jugarlo en cooperativo a pantalla dividida, Kinect: Star Wars dispone desde el menú principal de accesos directos a los distintos capítulos, separados por modalidades y con algunas partes y pruebas adicionales para cada mecánica. En este juego la personalización del avatar, las configuraciones y demás no aparecen apenas. El jugador de este título encarnará a un personaje del universo Star Wars tal cual, sin demasiadas elecciones, atributos o indumentaria. Ya los fieles droides C-3PO y R2-D2 se encargan de recibir y saludar al usuario desde el primer segundo de gameplay, enseñándole muchas de las dinámicas básicas y cómo está estructurado el videojuego entero.

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Fallos y Fuerza en tus manos

No hay sorpresas ni revoluciones en las mecánicas, pero sí una implementación de los movimientos del jugador generalmente satisfactoria en la pantalla. Y digo generalmente porque aunque casi todas las modalidades de juego han quedado medianamente bien resueltas en un manejo ligeramente impreciso y con retardo como el que parece estar demostrándose que da Kinect de forma inevitable, hay una parte directamente insufrible y poco divertida por la frustración y errores de respuesta que puede causar. Y esa parte es precisamente la central y más constante del juego, la acción a pie y sobre vehículos. El lag del aparato para captar los movimientos de nuestro cuerpo juega una muy mala pasada a un título tan rápido y donde hay que esquivar disparos láser, bloquear espadazos, agacharse a tiempo, moverse con agilidad.... Todo esto se hace tedioso, sobre todo al principio antes de entender del todo su intermitente ritmo, ritmo que se pilla bien a la tercera o cuarta hora de juego, justo cuando empieza a hacerse repetitivo.

Los scripts y los combates contra montones de criaturas enemigas ocupan la mayor parte del tiempo en las partes de acción, las más habituales y tratadas siempre desde una perspectiva espectacular y dinámica, que haga a los escenarios explotar en el último momento, etc. En estos fragmentos hay que hacer al personaje saltar, agacharse o desplazarse por las fases, también con partes en pequeñas naves u otros transportes. Hacer uso de la Fuerza para levantar objetos o enemigos exige extender el brazo hacia delante, en el inolvidable gesto de dominio típico de la marca. Éste y otros movimientos generan a veces incomprensiones o malas interpretaciones de nuestro gesto trasladado a pantalla por parte de Kinect. Desplazarse hacia delante tampoco es del todo bien recogido. Y todos estos errores lo hacen a menudo frustrante, sobre todo en las partes más exigentes, que no son habituales, pues la dificultad es bastante moderada para hacerlo practicable a todo tipo de públicos.

Es uno de los grandes traspiés de este título, su poca exigencia. Todas las pruebas están repletas de checkpoints, y las vidas son infinitas. Si morimos, reaparecemos casi donde hemos caído, al instante, eso sí, sin tiempo de carga alguno, con fluidez. Algunas acciones están ligeramente automatizadas para enmendar el margen de error que presenta el periférico en ocasiones en la detección e interpretación de movimientos reales, para hacer al título menos frustrante, y eso, cuando ya se tiene práctica con su formato y propuesta de juego, crea momentos poco divertidos debido precisamente a la sensación de partida regalada que tiene el jugador avanzado. También hay algunas correcciones de retraso automáticas, para crear mayor inmersión. Éstas no desencajan tanto.

El manejo del sable láser, quizá el punto más deseado desde que se anunció el proyecto, acabará por dejar frío a quien esperara reflejo 1:1. En lento se comporta, los trazos que hagamos se expresarán en pantalla, pero en situaciones límite -muchos enemigos rodeándonos, balas por todos lados que rebotar a espadazos, etc.- es casi inevitable agitar el brazo derecho en todas direcciones y "que Kinect interprete lo que quiera mientras nos saque vivos de ahí". En estas partes el juego deja de responder y el personaje del televisor se limita a dar espadazos a diestro y siniestro, son muy eficaces y rápidos, pero no se corresponden para nada con nuestros trazos de brazo reales. Son una prueba más de que el control de espada desde controles de movimiento es más bien utópico, y más en Kinect. También hay cierto desequilibrio en algunos movimientos, como el salto con espadazo para generar ondas expansivas de Fuerza o el impulso para acercarnos al enemigo, de los que abusaremos. También ocurre esto en las zonas de Rancor, donde encarnaremos a gigantes capaces de acabar con aldeas enteras mientras desarrollan sus habilidades, uno de sus retos de acción más sencillos pero que invita a seguir mejorando.

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Sobre la conducción, las coreografías musicales o los disparos shoot'em up espacial desde torreta pocas pegas se pueden poner a Kinect: Star Wars. El manejo es bastante limpio, con una respuesta muy fiel y creíble. Pocos títulos del catálogo Kinect funcionan tan bien en este sentido, y eso lo hace inmersivo, interesante y hasta frenético. La parte del baile sí que sigue siendo algo menos perfeccionada que la fórmula Dance Central 2 -probablemente el mejor juego de Kinect- y tiene pocas canciones y movimientos una vez que se le dedican unos 100 o 120 minutos. Sin embargo, correr entre árboles a toda velocidad con una vaina mientras nos disparan desde detrás y por los flancos con otro jugador repeliendo los ataques es toda una experiencia y disparo de adrenalina. Eso sí, este impacto no durará mucho.

Apartado técnico

Otro de los aspectos que logró llamar la atención de Kinect: Star Wars desde el principio es su apartado técnico, alejado del look cartoon desenfadado que habitualmente muestran los títulos para público masivo y que utilicen el dispositivo. Esta obra juega más bien con su propio aspecto audiovisual, pareciendo casi siempre por completo lo que es, un juego de Star Wars de una consola HD actual. Desde la iluminación o la sensación de velocidad hasta la mayoría de animaciones de los personajes o gran parte de las texturas dejan constancia de que detrás ha habido un trabajo cuidado. Quizá le falla un poco la IA y las físicas, algo extrañas y como si todo pesara muy poco. Tampoco es destacable el movimiento de algunos personajes, rudos y robóticos, en contraposición con los más notables. Las cinemáticas son por lo general más vistosas que el ingame. La ambientación se consigue no solo en los detallados y vivos escenarios, sino también con los efectos de sonido -réplica de los de las películas- y la demoledora e imponente Banda Sonora Original, con alguna nueva versión de todas las melodías clásicas.  Con voces en castellano en su mayoría distintas a las de las películas, Yoda habla con sus particulares construcciones al revés, C-3PO sigue con su inocentón y tímido carácter y R2-D2 con sus pitiditos e interferencias. El universo de La Guerra de las Galaxias está recreado como en los juegos más recordados y reconocibles de la licencia, una delicia.

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7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.