Multijugador al aire
Kid Icarus Uprising apuesta por una sólida campaña para un solo jugador, pero también por un nutrido multiplayer capaz de atraer a quienes todavía no han conectado sus consolas Nintendo 3DS a la red. Lo probamos y te contamos el nivel de adicción que puede ofrecer el juego de Sakurai.
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No es fácil definir a Masahiro Sakurai de Nintendo. Bueno, quizás sí. La palabra perfecta para hacerlo sería "loco". Loco porque se obsesiona con sus juegos y no los lanza hasta que no están tal y como los concibió en su cabeza. Puede que por esta razón Kid Icarus Uprising no llegue a las tiendas hasta un año después del estreno de Nintendo 3DS. Tras probar los tres primeros niveles de la campaña para un jugador, dedicamos una intensa sesión a sus modos multijugador. Son simples y a la para complejos. ¿Cómo puede ser? Básicamente porque Sakurai es un loco de los videojuegos, un demente de la creación que se obsesiona con las combinaciones extrañas y efectivas, algo que ha vuelto a demostrar con su estudio Sora y este proyecto que a buen seguro le ha quitado el sueño durante los últimos meses.
El multijugador de Kid Icarus Uprising se resume en dos modos. No necesita más. El primero se llama Luces y Sombras, y coloca a seis jugadores –ángeles y no ángeles– en un escenario extenso, con espacios para combatir tanto al aire libre como en interiores, y en dos equipos diferentes, el de la Luz, asociado a Pit, y el de las Sombras, vinculado a Pit Sombrío -la versión oscura del protagonista-. El funcionamiento de este modo es sencillo: tres contra tres deben combatir derrotándose entre sí para disminuir una barra general por cada equipo. El primero que agote la barra de salud conjunta del enemigo gana. Pero ojo; cuando la barra de uno de los equipos llega a cero, uno de los jugadores se convertirá en el máximo exponente de su facción, Pit o Pit Sombrío, y éste tendrá que ser derrotado para que la partida finalice.
Puede suceder que los dos equipos desciendan las barras de salud generales opuestas en la misma sesión, por lo que dos jugadores se convertirían en sus respectivas versiones de Pit. Aquí el objetivo es acabar con el personaje principal antes que el otro escuadrón, siendo éste más fuerte (mejores armas, más resistencia, salud, etc.) que el resto de combatientes. Este modo de juego adquiere un componente estratégico cuando toca derrotar al “jefe” rival, pues los tres jugadores deberán perseguirlo para mermarle la salud a base de golpes. En un uno contra uno las posibilidades son reducidas por el exceso de potencia que tiene el personaje, por lo que coordinar ataques es lo más recomendable para acabar con él. En caso de Pit contra Pit Sombrío, la cosa cambia, pero la estrategia sigue tomando parte en el conflicto.
La segunda opción de juego en el multijugador es el modo supervivencia, un todos contra todos bastante adictivo donde nos olvidamos de las dos versiones de Pit y combatimos únicamente con nuestros soldados angelicales sumando puntos por cada víctima que nos cobramos dentro de un límite de tiempo. Este modo de juego es más ligero y despreocupado, no requiere ningún tipo de táctica u organización y se coloca como el equivalente al deathmatch de los shooters. De hecho, como curiosidad, pulsando el botón “X” accedemos a una perspectiva en primera persona que recuerda ligeramente a referentes del género como Quake.
Pero la diversión que ofrece el multijugador de Kid Icarus Uprising no se limita a combates con personajes genéricos, que estéticamente lo son, pues la clave de los combates radicará en las armas y los dones –habilidades – que asociaremos a nuestro personaje y que inclinarán la partida a nuestro favor o al de los rivales. La sinergia que se produce entre el multijugador y el monojugador hace que los objetos y los dones que obtengamos en cada uno de estos modos de juego se puedan aplicar en el otro. De este modo, es posible desbloquear armas en el monojugador y usarlas en el multijugador, lo que nos obliga a pasar por los dos modos para ser unos hachas.
Cabe destacar que el modo para varios jugadores no se limita únicamente a una red local con varias Nintendo 3DS en el mismo espacio –modo que probamos–, sino que también incluye online a través de Internet. Resulta llamativa la diferenciación que hace el juego entre estos dos modos, llamando al primero “Cerca” y al segundo “Lejos”. Además, os podemos decir que el número de escenarios para el multijugador es superior a cuatro y que la variedad de estos es amplia, encontrándonos tanto con escenarios abiertos como cerrados, y pudiendo hasta jugar solos con personajes controlados por la inteligencia artificial.
El sistema de control en el multijugador es similar al que os adelantamos en nuestras impresiones con el multijugador. En esta ocasión hemos podido probar el juego con el soporte que se incluye con cada copia sin ningún coste adicional y lo cierto es que el control se torna más estable, rígido y cómodo. Las tres dimensiones también ganan gracias a que la consola se mantiene estática sobre el soporte y los dedos no se cansan lo más mínimo, concluyendo en sesiones de juego mucho más atractivas. La inclusión del soporte es una de las mejores decisiones que ha tomado Nintendo con este título tanto para la campaña como para el multijugador.
Esta toma de contacto con el multijugador de Kid Icarus Uprising ha resultado divertida. Hasta el día 23 de marzo no podremos exprimir al máximo el juego de Nintendo y Sakurai. Sabemos que todavía quedan misterios por resolver como el uso de las cartas de Realidad Aumentada. Seguiremos atentos a cualquier novedad que pueda hacerse pública.
- Acción
- Aventura
Kid Icarus: Uprising es un shooter 3D que combina acción y velocidad por tierra y aire, basado en un sistema de control elegante e intuitivo. Esta continuación del Kid Icarus original (lanzado para Nintendo Entertainment System en 1987) cuenta cómo Pit se alía con Palutena, la diosa de la luz, que le concede el don del vuelo por tramos limitados. Con esta facultad, Pit tan pronto se eleva por los cielos para disparar contra un hervidero de enemigos como toca tierra y lucha mano a mano contra el ejército de esbirros de Medusa.