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Wargame: European Escalation

Wargame: European Escalation

Una guerra diferente

Los creadores de R.U.S.E. el estudio francés Eugene Systems, vuelven a demostrar que son uno de los actores más interesantes en el campo de la estrategia, aportando nuevas ideas que desmontan la tradición de los juegos de estrategia en tiempo real para explorar nuevos territorios. Wargame: European Escalation es buena prueba de ello.

Los creadores de R.U.S.E vuelven a la carga con un juego de estrategia en tiempo real diferente, atípico pero que por otra parte se acopla bastante bien a la reputación de “poco ortodoxos” que se ganaron con su anterior juego, un interesante título en el que se animaba al jugador a engañar al contrincante a la hora de plantear estrategias en la batalla, lo que generaba buenas dinámicas que rompían un poco el desarrollo tradicional de los juegos de estrategia en tiempo real. Ahora, con Wargame tratan de profundizar en algunas de esas ideas y desarrollar una serie de planteamientos en busca de un jugador de estrategia real más reflexivo y paciente, fuera de los hyperdinámicos RTS competitivos que dominan el género hoy en día.

La premisa nos lleva a caballo entre los 70 y 80, en una guerra fría que se ha calentado hasta llegar al conflicto armado entre la OTAN y el Pacto de Varsovia. En ese sentido el juego trata de aproximarse a la realidad de ese hipotético conflicto en todas sus piezas, apostando por introducir unas 300 unidades que se corresponde de forma realista y detallada con las reales que ambos bandos podían tener en esa época. La historia es apenas visible y el juego se entrega a su fantasía de poner a los dos bloques frente a frente en el viejo continente, con una campaña que va creciendo en intensidad. Aunque bien es cierto que el verdadero potencial de este título está en el modo multijugador y en las posibilidades que abre.

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Una de las primeras cosas que destacan del juego es lo centrado que está. Nada de escenas cinemáticas ni distracciones. Es un juego de combate y estrategia puro, que pone al jugador directamente en el campo de batalla e incluso descarta elementos como construcción de bases en favor de una particular e intrincada red de decisiones que afectan tanto a las unidades individuales como al conjunto de las fuerzas. En lugar de bases como fuente de recursos y unidades, aquí se apuesta por imitar a Company of Heroes y establecer un sistema de dominio de zonas comunicadas, que proporcionan recursos a las unidades en el frente; como es evidente, rompiendo las líneas de comunicación y tomando zonas intermedias del enemigo, se logra un doble golpe contra el rival, quitándole una zona y debilitándole en el frente.

Hay un elemento de microgestión importante, a fin de cuentas estamos hablando de un juego en el que se puede hacer que una unidad no use ciertas armas de su armamento para ahorrar munición. En ese ambiente, los recursos son claves y se dividen en tres: munición, combustible y reparaciones. Otras zonas también hacen de punto de salida de nuevas unidades, así que hay conseguir un buen balance de terrenos para ir obteniendo los recursos necesarios para ir comiendo terreno al rival. Por descontado, hay un riesgo y es que para conquistar la zona debe de haber una unidad especial de Comandante en el lugar, muy vulnerable a los ataques enemigos y fácil de eliminar si no se protege adecuadamente, lo que no sólo es perjudicial por perder el terreno, sino que también implica una pérdida considerable de recursos al ser una de las unidades más caras de producir.

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El movimiento de tropas tampoco sale gratis, los mapas son grande y muchas unidades necesitan de líneas de transporte para moverse, que a su vez consumen recursos, además del cuello de botella que suponga el transporte disponible. Como se puede esperar, es un juego en el que rodear a un rival y atacarle por donde menos lo espera es algo que genera un gran impacto, pero para llegar a eso hay que hacerlo de manera meticulosa, lanzando unidades de reconocimiento que permitan ver qué zonas del amplio mapa son más vulnerables y en qué punto puedes conseguir general el mayor caos en el enemigo con los mínimos recursos posibles. Las partidas son muy dinámicas pero a la misma vez tienen un ritmo lento y pausado que te permite estudiar a fondo el campo de batalla antes de lanzarte a una acción más intensa. Hay un balance de ideas que trata de mantener contentos a dos vertientes estratégicas y que funciona bastante bien.

Uno de los elementos más divertidos de Wargame es que hay una gran variedad de variantes y posibilidades en el campo de batalla. Las unidades se van fortaleciendo a medida que ganan experiencia en el campo de batalla, y hay tantas y tan variadas que admiten muchas configuraciones. Además, funcionan mejor cuando funcionan en sintonía con las líneas de recursos, de forma que una unidad al alcance de una línea de suministros de reparación, puede aguantar mucho más y mantener la posición frente a unidades sinapoyo. El sistema de progresión se basa en niveles en los que el jugador va progresando según vaya jugando, unos niveles que otorgan mayor variedad de posibilidades para ir construyendo “barajas” que es el sistema con el que cada jugador elige sus fuerzas antes de empezar a jugar. Construir barajas con unidades que se adapten a tu estilo es vital, y eso es algo para lo que hay que jugar y practicar. Hay unidades “baratas” que pueden resultar sorprendentemente efectivas, como los Motostrelci Checos en el Pacto, unidades baratas muy rápidas y que son simplemente perfectas para esas incursiones de reconocimiento -aunque ya están empezando a destacar bastante entre la comunidad, así que se pueden esperar ajustes-.

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Con un juego de más de 300 unidades, se puede esperar cualquier cosa y eso hace que haya un agran diversidad de estilos de juego, dependientes de las preferencias de cada jugador. Hay unidades aéreas, gran variedad de tanques, toda una colección de unidades de infantería y también bastantes unidades motorizadas y también todo un batallón de unidades de artillería pesada. Todas tienen sus propias características en cuanto a capacidades ofensivas y defensivas, mejorables mediante el sistema de experiencia, pero la clave es crear una baraja completamente centrada en un estilo concreto, aunque es preferible hacerlo pensando en tener cierta flexibilidad. Por ejemplo, se puede apostar por concentrarse en la artillería y adoptar un estilo defensivo y estático, pero en un juego como este, la movilidad puede ser muy importante en manos de jugadores pacientes y aunque la artillería es muy efectiva y potente, puede verse superada por enemigos con unidades ágiles que sobrepasen el frente de ataque y rompan los suministros.

Otro aspecto en el que destaca Wargame es en el departamento gráfico, algo que por otra parte no sorprenderá demasiado a los que siguen la trayectoria de los franceses de Eugen Systems. Los mapas son enormes y un potente zoom permite verlos con una vista panorámica pero en detalle, a la vez que permite acercarse a la acción todo lo que se quiera. Los terrenos están plagados de elementos que pueden ser presa de las llamas y las explosiones, particularmente casas y pequeños núcleos urbanos. Hay elementos como bosques que no sólo están de adorno, también pueden ser lugares perfectos para apostar unidades de infantería y que estén más resguardados de los enemigos. Es un gran espectáculo que contemplar, ya que la sensación de combate moderno a gran escala está muy bien conseguido y tiene un rendimiento óptimo.

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No todo es perfecto. Hay algunos problemas de IA como que las unidades no avanzan de manera uniforme, por lo que acaban dispersándose si no estás contínuamente pendiente. Tampoco convence mucho el interfaz y se echan en falta algunas ideas que ya son bien conocidas en el campo de la estrategia -marchas direccionales en formación con control de donde apuntan las unidades sin ir más lejos, una idea ya vieja gracias a Total War y que aquí vendría que ni pintada dadas las características del juego y la importancia del posicionamiento-. También se echa muchísimo en falta algún indicador que marque el rango de tus armas -algo que sí hacía R.U.S.E, y muy bien por cierto-. Los indicadores presentes pueden llegar a ser bastante confusos.

8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.