La caza del oso

Y así sucesivamente; si juntamos tres arbustos, obtenemos un árbol. Tres árboles se convierten en una choza. Con tres chozas obtendremos una casa... El objetivo del juego es obtener la máxima puntuación posible gracias a nuestra estrategia para combinar diferentes elementos antes de quedarnos sin más espacio. Si jugamos bien nuestras cartas –o mejor dicho, nuestros turnos–, podemos conseguir un pueblo lleno de vida, con casas, árboles, iglesias, mansiones y catedrales. Todo ello, si los osos salvajes nos dejan espacio suficiente; no os dejéis engañar, dichos osos tienen muy malas pulgas e irán apareciendo en el mapa para complicarnos las cosas.

Para deshacernos de ellos debemos rodearlos con nuestros elementos; si conseguimos arrinconarlos, desaparecerán y en su lugar aparecerá una tumba. Tres tumbas se convierten en una iglesia y tres iglesias en una catedral; así tenemos dos maneras de hacer crecer nuestro pueblo y la gracia de todo el asunto están en saber calibrar nuestros recursos correctamente para salir airosos de cada nivel. También podremos utilizar cristales mágicos que nos permitirán guardar objetos para utilizarlos cuando más los necesitemos. Contamos con tablas de puntuación en Game Center, así como objetivos que alcanzar.

Aunque no debemos pasar por alto el modelo de negocio aplicado en este caso; el título se ofrece sin coste alguno, eso sí, con un número limitado de turnos. Si la experiencia nos parece plenamente satisfactoria y nos mantiene enganchados, podemos seguir jugando mediante dos opciones; o bien ganando nuevos turnos –un proceso demasiado lento y tedioso– o comprar en la App Store o Android Market un número ilimitado de turnos por 2,99 euros. Si el juego nos ha parecido atractivo y queremos seguir explotando sus mecánicas, recomendamos hacernos con más turnos por un precio nada descabellado, lo que nos permitirá disfrutar de él por mucho tiempo.