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Oil Rush

Oil Rush

  • PlataformaPC8
  • GéneroEstrategia
  • DesarrolladorUningine
  • Lanzamiento25/01/2012
  • TextoInglés
  • VocesInglés
  • EditorUningine

La fiebre del oro negro

Inteligente y con un acabado técnico que para sí quisieran algunos títulos que se venden por mucho más dinero. Oil Rush es un notable juego de estrategia con toques de Tower Defense que combina lo mejor de los dos mundos, ofreciendo actividad y toma constante de decisiones pero sin apenas la microgestión. Una pequeña joya.

La escena independiente no deja de sorprendernos día tras día y hoy le toca el turno a este Oil Rush, una de las sorpresas más agradables para los amantes de la estrategia en este 2012 que comienza. Ya el año pasado empezó a hacer ruido entre los que siguen la comunidad independiente gracias a sus espectaculares gráficos e interesante planteamiento, además de por ser la punta de lanza de un motor poco conocido llamado Uningine, creado por el estudio ruso Uningine Corp. Hasta ahora la compañía ha sido conocida primordialmente por realizar varios Benchmarks para DirectX 11 y sus nuevas posibilidades, particularmente en lo que se refiere a la teselación. Pero los planes del grupo van más allá y quieren convertir su motor en una alternativa para otros estudios con deseos de contar con una plataforma de desarrollo potente y pensada tanto para hacer uso de las últimas técnicas visuales como para desarrollo multiplataforma, a un precio mucho más asequible que los motores más populares.

Oil Rush es el resultado visible de esa aspiración. Al igual que Epic con su Unreal Engine, en el estudio pensaron que la mejor forma de venderse era con su propio juego y así nació este proyecto que llega finalmente al mercado después de algunos meses de retraso con respecto a la fecha de lanzamiento original. Una de las primeras cosas que llama la atención es que el juego es multi y cross-platform y puede funcionar tanto en PC, Mac OS X, Linux, e incluso es posible que aparezca en PS3 en el futuro. Una vez comprado en la página de la compañía, cuentas con una versión para cualquier sistema de operativo que quieras siempre y cuando cumplas los requisitos previos -en Mac requiere OS X 10.7 (Lion), mientras que en Linux necesita de un núcleo superior a 2,6, además de un entorno X Window y drivers propietarios de AMD o Nvidia-. Y además todas las versiones son visibles entre sí, por lo que puedes jugar en multijugador independientemente del SO que uses. Tampoco tiene DMR de ningún tipo, más allá de la protección por defecto de Steam si se compra en la tienda de Valve -también puede ser adquirido directamente a los desarrolladores en su página, o a través de otros servicios como GamersGate o Desura-.

Que funcione en Linux es un detalle, pero uno importante porque denota la clase de estudio ante el que nos encontramos. Los programadores rusos siempre han tenido merecida fama por lograr auténticas hazañas técnicas y si hay algo que parece que este Oil Rush quiere hacer desde el principio es demostrar sus posibilidades, aunque sin ignorar su objetivo de ser un título de calidad capaz de entretener. El argumento gira sobre un futuro post-apocalíptico en el que la tierra ha quedado completamente inundada por el mar, dejando sólo resquicios de tierra firme y a una humanidad que trata de sobrevivir y adaptarse a las nuevas circunstancias. Del caos ha nacido una fuerza capaz de establecer cierto orden, pero para mantenerse es necesario un uso constante de petróleo, un recurso que se ha convertido en más esencial si cabe, ya que es el permite obtener luz o dar energía a los barcos y vehículos necesarios para mantener alguna esperanza.

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Con ese escenario sobre la mesa, la primera particularidad es que los escenarios están completamente cubiertos de agua y las unidades son bien acuáticas o bien aéreas. Las primeras unidades con las que contamos son unos soldados montados en motos de agua, pero a medida que se van avanzado escenarios se descubren nuevos vehículos tales como barcos equipados con morteros, rudimentarios globos estáticos dotados de ametralladoras, vehículos de combate aéreos de diferentes tipos, submarinos.... Pero a pesar de las apariencias, Oil Rush no es un RTS al uso ya que el jugador no tiene control directo de esas unidades, al menos no del modo tradicional. Se pueden indicar objetivos por grupos, pero no seleccionar unidades individualmente.

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La clave del juego no está en las unidades sino en las bases de construcción. Las bases producen automáticamente las unidades para las que han sido diseñadas y el objetivo es conquistarlas para poder obtener unidades adicionales e ir incrementando tus fuerzas. Las unidades siempre se encuentran rodeando las bases, por la mecánica consiste en seleccionar una o varias bases a la vez y dirigir a tus fuerzas hacía nuevos nodos que conquistar o defender. Además de esa plataformas, también hay torres petrolíferas cuya conquista permite aumentar la producción de petróleo, que es la base de la economía del juego. El resultado de esta idea es un elegante diseño en el que los contrincantes definen tácticas de ataque, defensa y contraataque de una forma sencilla e intuitiva, además de desarrollarse alguna dinámicas muy particulares, ya que por un lado necesitas combinar fuerzas de diferentes bases si quieres tener esperanzas de superar las defensas del enemigo, pero por otro lado, ese movimiento debilita otros puntos de tus dominios, que se vuelven más vulnerables. A veces se desarrolla una especie de gato y el ratón en el que se pierden bases al mismo tiempo que se ganan, lo que obliga a cuidar bien el aspecto de la defensa.

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Aquí, Oil Rush toma algunos elementos prestados de los Tower Defense, en el sentido de que en las bases pueden construirse varias torretas defensivas que funcionan de forma autónoma. Hay ametralladoras, útiles para unidades rápidas, cañones, mejores para unidades lentas y acorazada y lanzacohetes, que son medidas antiaéreas. Las torretas pueden mejorarse invirtiendo petróleo, pero hay que tener en cuenta que son un apoyo y no una medida definitiva para repeler al enemigo, pueden ser fácilmente superadas con un ataque suficientemente amplio. Aquí interviene el factor estratégico, ya que aunque no tengas control directo de las unidades, sí puedes indicar a qué bases quieres que vayan, y además puedes hacerlo fijando un porcentaje de las tropas en 25%, 50% y 100%. Así que si una base está suficientemente defendida o notas que está en una zona en la que el enemigo no ataca con tanta frecuencia, puedes repartir las unidades tanto para acumular fuerzas como para establecer defensas más efectivas en zonas más necesitadas.

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Además hay también algunas habilidades tecnológicas que se pueden desarrollar a medida que se elimina al enemigo en una partida. Algunas aumentan la resistencias de unidades o torretas, otras aumentan la potencia de fuego, mientras que por otro lado hay un grupo que tiene un efecto más activo como el de desmoralizar a las tropas rivales o el de aumentar momentáneamente la capacidad de producción de las bases. En conjunto, resulta un título realmente completo, tanto por una entretenida campaña como por un multijugador que tiene bastante potencial dado el gran diseño del juego. Se nota que sus creadores son veteranos del género y han cogido elementos propios de los Tower Defense mezclados con algunas ideas sacadas de títulos clásicos de la estrategia en tiempo real como Z. El resultado es un híbrido que resulta intuitivo, pero también intenso y activo, una aproximación que funciona realmente bien y que puede gustar tanto a fans de los RTS que quieran algo más relajado que un Starcraft II como a aficionados menos avezados que por otro lado no tengan paciencia para otro Tower Defense al uso.

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Además de un buen diseño, el juego cuenta con un aspecto técnico realmente bueno, a la altura o incluso superior a algunos títulos que se venden a precios mucho más caros. La luz ambiental, el movimiento del agua, la transparencia del mar que permite visualizar parte del fondo, junto con el conseguido movimiento de las olas y sus diferentes tonalidades dependiendo del ambiente en donde se desarrolle la acción... todos son aspectos dignos de mención. Además puede poner en pantalla un gran número de unidades, explosiones y efectos de humo, generando algunas batallas realmente épicas que se pueden visualizar con más detalle pulsando 'f' y activando una cámara cinemática que muestra la acción desde el punto de vista de las unidades. Es compatible con DirectX 11 y el rendimiento es alto, mientras que los requisitos son razonables y se ve muy bien en cualquier configuración. Con todo al máximo, es un título visualmente notable, capaz de mostrar algunos escenarios muy atractivos. Visitando los foros, se ha podido ver que algunas configuraciones presentan algunos problemas de estabilidad, aunque los responsables de Uningine ya han afirmado que tendrán un parche listo este fin de semana.

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8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.